Partida Rol por web

-¿Magia?-pregunta intrigada y sin duda algo preocupada la mujer-¿vas a hacerme hablar con magia?

Os observa y ve por vuestros gestos y comentarios que no es a la única que le pilla por sorpresa que saquéis el tema de la magia.

Se mueve de su posición y se acerca a Nyphel.

-Oh venga...usa tu magia conmigo chico -le dice situandose muy cerca- enséñame como dominas la magia, aquí, en un cuartel de soldados, en el centro de una gran ciudad...venga, muestra tus capacidades.

Sin duda alguna, tras el temor inicial, se ha hecho fuerte ya no da muestras de temor alguno.

Alan cerró los ojos un segundo y se concentró en determinar cuantas personas pululaban por los alrededores. Posiblemente aquel era el mejor momento para sacar la información que necesitaban de la secuestradora y lo último que quería era que algún guardia cotilla les molestase.

De pie, sonrío a la chica.

-Claro, ¿porque no?. Digo, no creo que ellos se enterén, ¿o si?

Tras unos minutos en los que os mantenéis discutiendo con la mujer, se abre nuevamente la puerta del pasillo.

Por la puerta pasa un guardia y tras él pasa el capitán de la guardia y dos personas mas que no reconocéis hasta que se acercan un poco más.

Una es una chica, sin duda es Aijentarinji ¿o es Rev? No podríais diferenciarlas pero tampoco os cuadra la situación. Si es Aijentarinji ¿donde está Gerard? y si es Rev...

La otra persona la reconocéis sin dificultad. Esa bufanda, esos rasgos inconfundibles...es el chico que os encontrasteis cuando os asaltaron en mitad del camino, el chico que os atacó a traición.

Antes de que podáis decir nada, el capitán de la guardia os pregunta:

-¿Es ella la chica?¿Es el uno de los asaltantes?.

Observo a la chica, al chico, y al capitán de la guardia varias veces, y de forma consecutiva.

-Sobre ella no sabría decirlo por que era su gemelas, -volteo a ver a la chica, observandola a los ojos -así que dime, ¿quien eres?.

Alan mira a la chica en silencio y deja a Nyphel hacer.

Lugh observa a los cautivos sin demasiado interés, desde el otro lado de las barras... Hasta que se da cuenta de algo

Pelo negro y ojos azules. Kimono oriental...

El dedo de Lugh sale disparado hacia Ethan, mientras sus ojos se abren como platos

¡Tú!

Acto seguido va reconociendo a los demás. El tipo del pelo castaño y el emblema de la cruz. El hombre de aspecto inteligente y barba recortada. Sí, no hay duda. Son ellos

Alan frunce el ceño y mira a sus compañeros de celda con la ceja enarcada.

-¿Os están buscando por algo?

¿Será por el ataque a la caravana? ¿O por el combate con ese tal Rojo?

-Sois una caja de sorpresas, ¿Eh?

Sin darle mayor importancia al asunto, se acerca hasta la celda y observa a la niña que acaban de traer. Si Gerard había vuelto a la posada y ella aparecía con el secuestrador parecía bastante obvio que se trataba de Rev.

Ethan se alegró de ver a la chica, era una de las gemelas. Y por la conversación que habían tenido con Gerard hacia unos instantes estaba claro que debía ser Aijentarinji, lo cual querría decir que la habían rescatado.

De todas formas lo más extraño fue ver quién le acompañaba. Ante el escandaloso TÚ, que gritó Lugh. Ethan simplemente sonrió.

Muy buenas Lugh. ¿Has aprendido ya a pelear? ¿O por lo menos a acabar las peleas que empiezas?

Una vez pasó la sorpresa inicial, Lugh frunció el ceño

Eres el tipo que hacía fuego en el bosque Se veía claramente que no recordaba su nombre Y ellos Señaló a los demás Los de la caravana

No era una pregunta. Parecía que, simplemente, se estaba limitando a señalar algo obvio. Alzó una ceja, confuso

¿Qué hacéis aquí?

Ethan enarcó una ceja al escuchar a Lugh.

Pero que mania. Lo dices como si estuviera incendiando el bosque, cosa que nunca haría. Lo que te hice fue un simple ataque.
Deja de llorar y admite que perdiste. No es deshonroso reconocer a alguien superior que tú en el arte del combate.

Lugh volvió a fruncir el ceño

Tus fanfarronerías no vienen al cuento. Sea un ataque o una hoguera, nadie debería prender una llama sin control

No dijo nada más, pero se cruzó de brazos

Serio, no puedo evitar el hacer una sonrisa sarcástica.

-El temor al fuego es algo tan primigenio como los instintos más básicos. Sin embargo, no has respondido por que estás aquí.

Creo que yo os he preguntado primero Dijo Lugh, alzando una ceja ¿Qué hacéis en esta celda? ¿Y de qué conocéis a la hermana de L...? Rectifica rápidamente, mirando de reojo al guardia ¿A nuestra hermana?

-Chico, aquí las preguntas las he hecho yo- dice el capitán a Lugh tras sus últimas preguntas-aunque ya veo que os conocéis; lo que no me queda muy claro es de qué os conocéis.

-Esta chica se llama Luz Baldovin ¿lo sabíais?- pregunta a los presos  y al parecer la chica secuestrada es hermana de estos dos igual que la otra chica-resopla mostrándose muy serio- al parecer os encontrasteis con ellos - ahora señala a Hugh y a su hermana-cuando veníais en la caravana y tuvisteis una pelea y después aquí en la ciudad os encontrasteis con sus hermanas, una de las cuales ha sido secuestrada ¿es así? porque si es así, me parecen muchos encuentros fortuitos con una misma familia.

La mujer mira con mucha curiosidad a la chica mientras os deja hablar e intenta pasar inadvertida ante el capitán, sin duda alguna intentando que se olviden de ella.

Luz permanece callada en todo momento, lanzando miradas alternativas a Lugh y a los prisioneros sin saber muy bien que decir.

¿Tengo dos hermanas y una ha sido secuestrada?...

Lugh estuvo a punto de replicar al guardia, pero al final decidió mantener la boca cerrada. En su lugar, repasó a los allí presentes de nuevo, con curiosidad, esperando sus respuestas

No me estoy enterando de nada.

Resoplando, Alan se hace a un lado y se sienta junto a los barrotes de la celda, observando al recién llegado y a Rev. Toda aquella historia no iba con él, estaba clarísimo, ¿Por qué tendrían que haberle metido en el mismo saco?

Por si eran pocos, además había llegado otra niña, cuyos lazos familiares no le acababan de quedar claros. Toda aquella historia era una locura