Partida Rol por web

 Sonrío picaramente al ver la expresión de Alan y le guiño el ojo a Etha., -Hermano, ayudemos a las señoritas, quizás y mas adelante... cuando estemos en un lugar mas propicio podrías enseñarle algo de tus habilidades.

Ah ¡Perdon! - Exclamo Howard al darse cuenta que aun no se habia presentado al joven Alan.

Me llamo Howard, Howard Hebel. Encantado.

Y al menos por mi parte no hace falta invitacion. Solo con vuestra compañia sera suficiente.

Howard se estaba dando cuenta de que disfrutaba de la compañia de la gente. Al menos todos parecian buenas personas. Y no pensaba que las primeras impresiones engañasen demasiado.

Alan sonrió a sus compañeros mientras se presentaban. Sin embargo, hubo algo que le llamó la atención.

"Cuando estemos en un lugar mas propicio podrías enseñarle algo de tus habilidades"

Eso había dicho aquel hombre. ¿A que habilidades se refería?

Estaba claro que el tal Ethan no era de por allí. Su ropa y su arma eran mucho mas orientales, y parecía un guerrero muy experimentado.

¿Huirá de algo?

El muchacho se rascó la barbilla, distraído con sus pensamientos.

-Bueno, ¿Nos vamos? Necesito comer algo.

No se preocupen, ahora mismo tenemos algo de dinero de mas y lo minimo que podemos hacer para recompensarlos es invitarlos a comer algo
Les explico mientras me subo a la carreta y agarro las riendas de su caballo

Subanse –haciendo señas a la parte trasera de la carreta- Los voy a llevar a un buen restaurante al que fuimos no hace mucho. La comida es muy buena, o al menos el corte de carne que me pedi ese dia era delicioso

Las dos chicas se sientan en la parte de adelante y le hacen señas a Alan para que se siente al lado de ellas ya que aun entra otra persona. En la parte de atrás de la carreta entran tres personas, entrarian hasta 5 sin no estuvieran las cajas de tesoro dulce de las gemelas. Howard, Ethan y Nyphel que estaban justo detrás de la carreta se suben y Gerard les sigue el paso caminando al lado mientras se sujeta de la carreta con su brazo metalico

Las chicas le preguntan si queria sentarse y que una de ellas caminara, pero el responde que no tiene problema alguno de caminar

Sniff sniff… Sniff

Huelo algo extraño en el aire, un feo olor que aparecio hace poco. Huelo buscando la fuente de esta hasta que me topo con Alan que esta al lado mio. Acerco mi cabeza a su hombro y…

Sniff… ¡Ugk! Cierto, te tiraste a las alcantarillas ¿cierto? –me llevo la mano a la nariz y la tapo- Dime que tienes una muda de ropa o algo, un perfume o algo

 Me bajo de la carreta y camino junto a Gerard. A punto de preguntar sobre mano escucho el comentario de Ai.

-Señoritas, si gustan mi amigo Ethan o alguno de nosotros les podemos ayudar con la carreta, así una de ustedes podrá venir tranquilamente acá a tras y tomar un poco de Té. ¿NO es así amigos?. Guiño un ojo a Ethan.

Eeehh...claro, claro-Era cierto. El hedor de aquel lugar era casi insoportable. Por suerte, había conseguido salir de las cloacas para respirar aire puro, sin embargo, no había reparado en sus improvisados compañeros.

¿Y donde me cambio yo ahora?

-Dadme un minuto-Dijo, mientras se bajaba de la carreta y se internaba en el bosque, con la intención de cambiarse.

Una vez lo hubo hecho, volvió junto a ellos.

-Bueno, sigamos.

A Ethan no le molestaba en absoluto el olor. De hecho ni lo habría mencionado si no hubiese sido por Aigentarinji. Había pasado sin lavarse durante días en los entrenamientos del templo. Cuando te dejan sólo en una montaña para que te valgas tú mismo no tienes muchas oportunidades de asearte.

Ningún problema compañero. Cuando gustes.

¡No no¡ Esta bien Señor Byron, el restorante no esta a mucho de aquí, y si tomaramos unos tés nos sacaria el apetito -Dice Aigentarinji mientras nega con sus manos energicamente

Luego de que Alan se muda de ropa no tardan mucho hasta que llegan a un edificio bastante largo entremedio de otros otras construcciones. La mayoria de las paredes que dan a la calles estan llenas de ventanas que dejan ver como la gente de adentro disfruta de diferentes clases de platos y comidas diferentes.

Dejando la carreta y al caballo ahí mismo como si fuera un total acto de irresponsabilidad o de confianza hacia la sociedad las dos gemelas se bajan y caminan hacia las puertas dobles de entrada al restorante mientras hablan entre ellas de buen humor

Vamos muchachos que tengo tanto hambre que podria comerme un… – Miro al fiel corcel que nos trajo tan cordialmente hasta el restorante y su gracia que vaga entra la animal y la humana mientras este me mira fijo por algun motivo que me hace sentir incomodo- …un oso… si, eso, bueno vamos

 Sorprendido por el acto de las hermanas aseguro la mercancía con la experiencia de quien a viajado con mercaderes, y ayudo a acomodar la carreta.

En cuanto pararon Ethan se bajó del carro de un salto y miró el local.

Vaya, tiene buena pinta. ¿Habeis estado aquí antes o es la primera vez?

Comenta mientras entra en el local. No le da importancia al hecho de dejar el carro así, pero sí que coje su mochila y su espada. Esto último más por costumbre que por otra cosa.

-Emmm....chicos-Dijo Alan, volviéndose para mirar la carreta.

Bueno, que mas dá-Pensó, encojiendose de hombros, agarrando su mochila y siguiendo a sus compañeros.

-Parece un lugar agradable-Dijo, recorriendo la estancia con la mirada.

 Tomo mis cosas y entro tras los demás.

No es que a Howard le preocupase dejar las cosas en la carreta. De hecho ni penso en ello. En el tiempo que llevaba viajando simplemente no habia tenido necesidad de dejar sus cosas en ningun lugar y por lo tanto ya las llevaba a todas partes con él.

Asi que entro con todos a aquel lugar.

El lugar es bastante grande, hay tanto mesas alrededor de la mesa como en el resto del restorante y la cocina deberia estar detrás de alguna de las cuantas puertas del lugar.
Las dos chicas entran primero y hablan con un empleado del lugar al que parece que ya conocen Les indican la mesa que esta justo en el medio del lugar, la que esta rodeada por canteros con plantas y la mas grande de todas.

Luego de haberles tomado el pedido el mesero se va por una de las puertas diciendoles que no tardara mucho. En ese momento es cuando Rev se apoya sobre el mantel amarillo de la mesa

Entrelazando los dedos sobre la mesa y sentandome bien contra el respaldo de la silla miro mis nuevos conocidos sonriente

Ya saben mas o menos que hacemos nosotras, ahora me gustaria saber un poco mas de ustedes. ¿A que se dedican? ¿A dónde van y por qué? Quizás podamos ayudarlos con algo o ir para el mismo camino

Sonrío con franqueza a las jóvenes y me pongo de pie para entonar con aquella voz de intemporeo heraldo que mis amigos ya conocen al escucharme en torno a la fogata.

 -Solo somos señoras mías. Un joven grupo de viajeros que han probado a la suerte en los caminos. La fortuna nos deparo la aventura, y la aventura nos volvió amigos...

El primero de nosotros. La gentil espada que defiende al débil. El hijo de la frontera. El joven maestro de espadas y fiel servidor de la fe. Howard "El Audaz".

Con la paciencia de las montañas de las lejana isla de Varja. El joven maestro en busca de la perfección. El honorable guerrero que como arma solo necesita su cuerpo. Ethan "El Valiente"

Por último. El hijo de mil tierras. El joven estudiante hijo de comerciante. El que ruega a su espada hacerse digno del amor de la mujer mas bella. El relator de miles de gestas. Nyphel "El Bardo". A vuestro servicio... -termino mi discurso con una gallarda y teatral reverencia.

Ethan se quedó pensativo antes de contestar a Rev. Lo cual dio tiempo a Nyphel para adelantarse, levantarse y explicarse. De una forma bastante poetica eso sí.

El joven no pudo evitar sonrojarse ante las adulaciones de su amigo.

Una advertencia, no os creais la mitad de las cosas que dice. Tiende a exagerarlas.
Sobretodo no os creais cuando dice que despachó el solo a quince asaltantes, en realidad fueron solamente ocho. Y al lider de esos bandidos no lo capturó él sólo. tuvo la ayuda del inestimable Howard "El audaz"

Aunque una sonrisa apareció en su rostro cuando habló.