Partida Rol por web

Había terminado un plato y estaba llevando un nuevo bocado del segundo a mi boca cuando lo sentí. Dejé el plato y lo demas en su sitio, me limpié la boca y corrí a calzarme. No esta bien, me dije a mi misma. Quizá tuvieran algun motivo para estar rompiendo el protocolo usual, pero fuera como fuera primero tenía que comprobar que estaban haciendo aquellas presencias desconocidas.

Debería avisar a Sakura...

Sin embargo salí antes de llegar a concretar el pensamiento siquiera. Tenía una sensación ominosa presionando mi pecho, solo tomé el estuche sobre la tele y lo guardé en el bolsillo interior del abrigo que acababa de ponerme sobre mi atuendo usual, que era una falda negra y un suéter rojo con una cruz dorada en la parte superior. El abrigo también era rojo.

¡No hay tiempo!

-Fufufu...-no me gustaba mucho correr, pero por suerte mi paso era ligero. Llegue a una esquina concreta, y me detuve confusa.

¿Son dos? Uh...¿donde debería ir? Miré indecisa un instante, y luego giré hacia el este.

No puedo dividirme en dos. El otro tendrá que esperar, se dijo, decidida.

Mientras me dirigía hacía la casa del anciano sentí esa perturbación en el las energías.

Sabía que algo iba a ocurrir!

No había descendido al territorio de los humanos tras tanto tiempo por nada, ahora la cuestión era averiguar que estaba pasando.

Desaparecí para volver a aparecer sobre un poste de luz, levanté la mano y llamé a algunos cuervos.

Dos objetivos, muchas energías moviéndose por la ciudad.

Una sombra salió de mi espalda, fundiéndose con los cuervos yendo a la casa de uno, mientras yo me disponía en ir tras el otro.

Una punzada atraveso todo mi ser......era agresivo. Comienzo a agitarme, mi piel comienza a desprender destellos azules fruto de la emocion. Alguien...quiere ser consumido.....si.......lo consumire....

- (mientras expulso humo) lo...sentiiiis.......

Me pongo en la puerta para poder sentir mejor el aura que desprendian.

-quieren jugar......(risa)......dejame ir a saludarles.....(risa)

Con Hotaru podia intentar mantener la cordura...para cualquiera que amenaze este lugar.....no

La cafetera estaba silbando para declarar que el café esta listo, pero entonces algo en la atmósfera cambió y su rostro se tensó. Estaba más que acostumbrado a aquella sensación y se levantó de la silla con rapidez, cerrando el libro de repente y dejándolo sobre la mesa. Aquella era una oportunidad: si no usaba a uno de esos espíritus para alimentar a Yuuki podría someterlo.

Hubo algo que le preocupó, sin embargo. ¿Quiénes eran? ¿A quién estaban vinculados para tener el poder de estar provocando cambios fuera de su lugar? Ya tendría tiempo de pensar cuando se encontrara allí. - Aparta la cafetera del fuego, Yuuki, salimos ya. -

Su chaqueta, unos zapatos y ya estaba listo para salir. Antes de cruzar la puerta de casa cogió la mano de Yuuki y la miró con preocupación. - Necesito que te ocultes, mi amor. Acompáñame, pero intenta que nadie te vea. No quiero que nadie ponga en peligro lo nuestro, interven sólo si lo ves necesario... - levantó la mano para acariciar su rostro. Siempre le pedía a Yuuki que se mantuviera todo lo oculta posible a ojos de los demás. Quería que ella fuese durante todo el tiempo posible el Joker en su baraja de poker, un comodín que nadie se espere. Además, si la mantenía alejada de las demás invocadoras, como Hotaru, quizás evitaría que descubrieran sus relaciones paralelas. Quizás con las palabras adecuadas podría convencer a la youkai de que sólo la amaba a ella, pero lo que estaba consiguiendo con Hotaru o Miu se perdería para siempre.

Así que siempre le decía que nadie debería verles juntos. ¿La excusa? Que podrían volver a intentar separarles, que como en el pasado, aquellos celosos de su amor intentarían volver a romper aquello. Sólo si se encontraba en verdadero peligro quería revelar la existencia de Yuuki al resto de la ciudad.

- Espero que lo entiendas. - le dió un fugaz beso antes de sonreirle y dirigirse con ella hacia el este. Lamentaba no poder estar en ambos sitios a la vez.

Las orejas de la kitsune se ponen de punta y su nuca se eriza. Se levanta y olisquea el aire. Sentía las dos presencias tan nítidamente como sentía a su amante junto a ella. Sus pupilas se tornar rasgadas y una sensación surge de su interior, algo que no había sentido en años: la necesidad de cazar, no tanto para su satisfacción, sino para proteger a la mujer que amaba. No permitiría que nadie le hiciera daño, ni a ella ni a su hogar.

El recuerdo de alguien tan amado como Sakura apareció en su mente. Alguien a quien no había visto desde que la muchacha la invocó. Sonrío suave y dulcemente, feliz de saber que contaba con dos personas a quien amaría para siempre incondicionalmente

- Sakura-chan... ¿Las sientes?- sabía que sí, pero quería confirmarlo con su querida compañera.

Estaba terminando de lavar los vasos en el fregadero cuando aquella sensación atravesó su pecho, de adelante hacia atrás, soltó el vaso que cayó haciendo bastante ruido, y quedó mirando hacia la salida, como si estuviera viendo algo, como si sintiera algo. La joven entornó los ojos, y observó a Ogami que pareció entuciasmarse, "pensé que estaba saciado", se dijo, y cerró  la llave del agua,  secando sus manos.

- Ogami, ve con Yami, yo estaré con ustedes en breve - dijo simplemente y fue hacia su cuarto a un paso de prisa, pero sin correr, cerrando la puerta de corredera rápidamente y volando a su armario, de ahí sacó sus ropas,  y se las colocó con facilidad,  y cogió su katana, colocándosela en la espalda. El momento había llegado, por el que tanto había entrenado. Se mordió el labio inferior, esos espíritus estaban perturbando el espaciotiempo, y ella debía detenerlos, ató a su muñeca un  rosario de cuencas negras, que se enrollaba en su mueca y pasaba por sus dedos, en este pendía un péndulo de cristal negro.

Volvería a la cocina, más bien pasó de largo sus Onis reaccionarían a su presencia, y sabrían a donde iba, hacia donde estaba la moto que se había comprado hacia muy poco, había cambiado la que tenía y se había comprado una de una cilindrada mayor y la había bautizado con el nombre de Shindshu. La montó e hizo rugir el motor, y esperó a que sus amigos y Lucius  le siguieran. Se colocó un casco amarillo, así nadie sabría quién era...

Aceleró un poco más, y giró sobre su propio pie, para ir en director Norte.

Observó lo que quedaba de los camarones fritos sobre la mesa con algo de angustia en los ojos. ¿Justo a la hora de la cena? Agachó la cabeza con un suspiro de decepción. Llevaban ya un tiempo de paz y lo que menos esperaba es que hubiera disturbios en la misma noche que Siro llegaba a su casa. Debemos prepararnos, Natsuki. De pronto, un recuerdo fugaz pasó por su mente y sus ojos se iluminaron. Tomó las manos de la Kitsune y con emoción menciono. ¡Es la oportunidad que estaba esperando! ¡Voy a poder usar el traje de batalla que confeccionamos! Los ojos le brillaban ante la idea de poder vestirse, tanto como deseaba, como una Mahou Shoujo. Luego se giró para mirar a Siro. Si era capaz de observar a Natsuki, probablemente él también hubiera sentido la presencia de los otros dos Youkais.

Siro-kun, ¿Has sentido esas presencias? Son espíritus poderosos que están causando inconvenientes. Natsuki y yo, junto a otras personas de la ciudad, nos hacemos cargo de esos espíritus, ya que somos muy pocos los que somos capaces de interactuar con ellos y mantenerlos a raya. Puede que sea peligroso, entenderé si quieres quedarte en casa a salvo, pero tal vez pueda resultarte interesante ver lo que sucede. Sakura estaba segura de que Shion, Hotaru, Miu y Edward aparecerían, por lo que sabía que Siro-kun estaría protegido si se mantenía a resguardo.

Se levantó de la mesa y tomó su teléfono celular, buscó el contacto de Shion y rápidamente le escribió un mensaje de texto.

Natsuki, Siro, apresurémonos y vayamos a por el espíritu que esta en el Norte, debemos atacarlos por separado, si se llegan a encontrar entre si quizá la pelea se vuelva mas difícil.

"¿Sentiste eso? Estamos en camino hacia el norte."
 

Un escalofrió que recorre mi alma me hace apartar la mirada del techo y dirigirla primero en una dirección y luego en la otra. Dos presencias, ambas poderosas, ambas libres al parecer para propagar el caos en la ciudad. Cabrones con suerte...mascullo odiandoles por lo que ellas podían hacer y yo no. Solo por eso os voy a matar...

Floto hasta el suelo y me pongo en pie mientras escucho a Ogami, el chaval tiene lo que hace falta en su interior. Es una lastima que se deje frenar tanto por la jefa. Habría sido un placer y un privilegio ver sembrar la destrucción de forma indiscriminada.

Siento a la jefa corretear por media casa mientras se prepara y da una orden simple a Ogami. Ogami, ve con Yami...corre bonito... Patético. Lloraría si de verdad me importase algo. La jefa pasa a mi lado sin mirarme y corre hasta su moto, saliendo a toda velocidad hacia el norte, hacia una de las presencias que se ha manifestado allí. Sin demasiada prisa floto y sigo a la jefa a unos metros por encima de ella, atento a lo que pasa alrededor.

Miu que estaba leyendo tranquila en su cama, de repente siente una sensación extraña. Ese tipo de sensaciones que solo había sentido cuando entrenaba con Edward. Escabullendose de su casa como pudo sin ser vista, se dirigió corriendo a la librería de su maestro. Sólo él podría responderle a las preguntas. También fue él en la primera persona que pensó.

Percibo la energía de dos espíritus interfiriendo con el mundo. El instinto territorial me reclama acciones contundentes contra estos dos intrusos. Resoplo y dejo la discusión con Lucius para otro momento. Ogami da muestras de haber sentido también esas presencias y su naturaleza le exige consumir esas fuentes de esencia. Hotaru da las instrucciones a seguir, asi que calmado me levanto para dirigirme afuera.

-Vamos.- Le digo a mi ansioso compañero.- Les seguiremos de cerca.- Adopto la forma de un cuervo negro y aleteo. Hotaru toma la moto de gran cilindrada para desplazarse. Nuestro objetivo parece ser el norte. Recuerda chico, contrólate para dar lo mejor de ti mismo.- Le aconsejo a Ogami al comenzar a volar.

"Ten cuidado."

Cuando Miu llegó a la librería, se encontró con las luces apagadas. En caso de llamar a la puerta, nadie responde. El lugar esta cerrado. Claramente, Edward decidió ir a alguno de los dos lugares de los espíritus...¿Pero a cual?

La esencia parecía moverse rápidamente. Era como si saltara de un edificio a otro. Sin embargo, a medida que uno estaba más cerca podía notar que la criatura había tomado una zona como propia. Allí, su presencia se sentía más fuerte y la realidad se notaba quebrada, distorsionada...Era como si tuvieran que cruzar una cúpula invisible, pero perfectamente perceptible por invocadores y Youkais...

Por suerte, la zona céntrica no estaba tan llena de gente aun, debido a ser la hora de cenar.

El espíritu saltaba ahora entre edificios altos, y debajo, en una calle vacía, un grupo amplio de jóvenes con sus Youkai se encontraron...

Hotaru estaba con Ogami, Yami y Lucius, y al llegar, vieron en escena a Karasu, quien había llegado primero. El aire pareció tensarse cuando Karasu y Lucius se miraron...Eso podía llegar a ser un problema.

Sakura llego por el lado opuesto, solo para ver a Hotaru llegar. La tención se hizo más grande (aunque esta, por más fuerte que fuera, no era tan peligrosa como la de los otros dos) y fue peor seguramente, cuando Hotaru y Riki se vieron.

Natsuki pudo ver a al odioso Lucius, quien portaba en sus cinturón, como trofeo, la punta de la cola que le había quitado. Con el también se encontraba Yami.

Antes de que cualquier discusión pudiera darse, una explosión se sintió sobre uno de los edificios. Nadie más parecía notarlo, pues nadie se acerco. Claramente, era algo sobrenatural.....De un edificio a otro, el Youkai dio un salto y pudieron divisarlo...

La esencia parecía moverse rápidamente. Era como si saltara de un edificio a otro. Sin embargo, a medida que uno estaba más cerca podía notar que la criatura había tomado una zona como propia. Allí, su presencia se sentía más fuerte y la realidad se notaba quebrada, distorsionada...Era como si tuvieran que cruzar una cúpula invisible, pero perfectamente perceptible por invocadores y Youkais...

Por suerte, la zona céntrica no estaba tan llena de gente aun, debido a ser la hora de cenar.

El espíritu saltaba ahora entre edificios altos, y debajo, en una calle vacía, un grupo amplio de jóvenes con sus Youkai se encontraron...

Edward llegó y se cruzó con un espíritu que se notaba a distancia era muy poderoso..demasiado. Cuando Shion llegó, pudo reconocer al espíritu, lo había visto antes, en la montaña. Era nada más ni nada menos que Karasu....

De un edificio a otro, el Youkai dio un salto y pudieron divisarlo...

El primero en llegar pudo escuchar la cercanía de una motocicleta, que apreció de la nada, entrando en medio de la calle,  saltando una baranda para poder quedar casi en el centro del escenario, la conductora bajó su pie, y la moto giró sobre su eje y deteniéndose. La figura era alta, vestida de negro cuero, apretado a su cuerpo, y un casco amarillo reluciente, que aprecia tener las orejas de un gato. La chica puso el tope de su moto y se bajó buscando al causante de esas fluctuaciones en la energía, y se sacó el casco, moviendo la cabeza de lado a lado  y soltar el cabello.

Los ojos de Hotaru se pusieron sobre los de  Karusu, vagamente reconociéndolo, era muy pequeña cuando lo vio por última vez, pero esa presencia se hizo más y más fuerte y ella desvió su mirada buscándolo, sus aliados estaban ya a su alrededor, y podían sentirlo.

Otras presencias se manifestaron, pero estas eran conocidas, Sakura y Rei... los labios de Hotaru se cerraron de pronto, él, estaba ahí, pero, no, no debía pensar en aquello, aunque le dio una mirada fría a Sakura, ¿que hacía ella realmente ahí?. La explosión la hizo volver a la situación.

- Yami ¿sabes quién es? - le preguntó a su amigo más cercano, en la idea de que supiera realmente quién era ese ser. Antes de atacar, era mejor tener la mayor información posible.

Miré de reojo a Lucius apenas este llegó y fue como si un rayo y un corte atravesaran el ambiente.

Sonreí, pero solo el pudo verlo, demasiado imperceptible el gesto en mis labios, pero otra fue la sensación que tuve al ver a aquella figura ceñida de cuero, su figura llamó mi atención pero fue cuándo se quitó el casco que mis ojos se clavaron en los de ella, sin inmutar palabra y generando miles de sensaciones, las cuales desaparecieron al notar su color, justo en el momento en el cual aquel Youkai daba un salto y se dejaba ver.

Observándolo desaparecí, el aire se contrajo hacía dentro y donde yo estaba no había nada, esta vez el aire se volvió a contraer pero hacía afuera y aparecí de cabeza, para girar sobre mi mismo con una patada directa a su columna, buscando tirarla con fuerza contra el suelo o edificio más cercano.

Llegué al lugar y note la energía del youkai, corría para todos lados, saltaba, era algo que no parecía estar en control, como si algo lo obligara a hacer eso.

Apenas vi que los humanos llegaron observé al joven rubio, por alguna razón no me inspiró demasiado confianza, quizás por su cabello y notar que era un gaijin.

Miré a Shión y sonreí levemente, sabía que alguien como ella terminaría involucrada en esta clase de cosas.

 Aquel Youkai daba un salto y  por fin se dejaba ver.

Observándolo desaparecí, el aire se contrajo hacía dentro y donde yo estaba no había nada, esta vez el aire se volvió a contraer pero hacía afuera y aparecí de cabeza detrás del youkai, para girar sobre mi mismo con una patada directa a su columna, buscando tirarla con fuerza contra el suelo o edificio más cercano.

Llegué cansada de tanto correr, el abrigo había sido mala idea para la carrera. Me incliné sobre mis rodillas y tomé aliento, mirando alrededor y recuperando pronto la compostura. Vi a una persona mayor y de cabello rubio cerca, demasiado familiar, pero no terminaba de estar segura de si realmente no eran imaginaciones mías. El movimiento de Youkai acaparó mi atención.

-¿Uh? ¿¡Karasu-sama!? -me tomó por sorpresa su presencia tan lejos de su ambiente. ¡Realmente estaba fuera de la montaña! No pude evitar sentirme contenta por eso, pero me centré en el Youkai que estaba causando problemas. Antes de poder preguntarle nada habría que bajarlo de allí y restringirlo, y de lo primero parecía que Karasu estaba mas que dispuesto a encargarse, o eso intuía, por lo cual di un paso delante con decisión.

-¡Quieto ahí! -ordené extendiendo una mano hacia él y canalizando la energía entorno a este. Anillos de energía azul comenzaron a materializarse de la nada entorno al cuerpo del transgresor, aprisionandolo fuerte y precisamente en las articulaciones.