Partida Rol por web

El rubio torció el gesto al ver al espíritu huir hacia el norte y pensó que debía seguirle con rapidez o corría el riesgo de perderle de vista. Estaba claro que iría a reunirse con su compañero... no había tiempo que perder. Ed se acercó más al grupo, observando como Shion hablaba con el espíritu al cual no conocía. Éste parecía realmente poderoso y no sabía cuánto le agradaba eso, pero realmente era bien poco.

Entonces la miró a ella. Su pelo negro, sus ojos claros... y aquellos anillos azules aparecieron de nuevo en su mente. ¿Podría ser realmente...?

No pudo evitar una sonrisa agradable, invadido por los agradables recuerdos de hacía años. Hizo una leve reverencia colocando una mano a la altura de su estómago y otra en su espalda. - Es todo un placer... yo soy Edward. Hacía ya tantos años... veo que no has perdido el tiempo. - no le había costado reconocerla. Quizás no fuese ella, ¿pero cuántas invocadoras podría haber con aquella descripción y que además le recordaran algo? - Debemos ir al norte, pronto. Ya habrá tiempo para los reencuentros más tarde. Si los dos youkai se unen de algún modo quizás estemos en un aprieto. -

Caí sin hacer ruido sobre una luz de la calle mirando como el espíritu se alejaba.

-Eso no ocurrirá así- dije al rubio- el otro espíritu fue capturado y esta a punto de desaparecer- comenté con seguridad.

Miré a Shion y mi mirada fue menos dura de lo habitual.

-También me alegra ver que estas haciendo las cosas bien, hay que seguir a ese espíritu y no dejarlo escapar- miré de reojo al joven de cabello rubio- por tu nivel de magia supongo que tendrás tus formas de ir rápido, no te quedes atrás- tras decir eso desaparecí y aparecí delante de Shion, tomándola de la cintura* y dando un salto para seguir al espíritu a toda velocidad.

-!¡ -Aquello me tomó por sorpresa, pero todo fue muy rápido y apenas pudo ver mi expresión sorprendida antes de salir a toda velocidad hacia el norte.

Aquello me tomó por sorpresa y prolongo el rubor, pero tampoco iba a objetar, sin duda era mucho mejor que ir a pie. Intenté centrarme en la situación actual.

-Gracias...

Me aferré de su cintura de forma idéntica para estar mas firme durante el trayecto, la velocidad y el viento en el rostro me levantaban los ánimos. Suponía que íbamos a llegar muy pronto a este ritmo, pero aproveché a preguntar:

-¿Porque estas en la ciudad? Creí que los asuntos de aquí no eran de tu interés.

El humo que rodeaba al Youkai después del ataque de Ogami se disperso lentamente, solo para mostrar al youkai...¡Intacto!

Ante la mirada atónita de todos los presentes, este rió, como si de alguna clase de juguete para niños se tratara, y con un rápido movimiento atravesó el bloqueo que lo tenía preso, como si hubiera sido todo un juego de niños y lo que lo rodeaba no fuera más que algún imaginario de los chicos, que jugaban con el.

Rápidamente, salió disparado hacia otro punto de la ciudad, dando algunas vueltas. Detrás de el, siguiéndolo por segundos, su compañero apareció, moviéndose rápido como una saeta y empezando a dar vueltas en contrario a su compañero, como si uno fuera el reflejo del otro.

Sonrio con un hilillo de llamas saliendo de mis fauces incorporeas.

se ha reido de mi.......una simple presencia de tres al cuartos...

Mis llamas que estaba por extinguirse se avivan con un azul intenso mientras poco a poco mi ira va en aumento en mi interior. Una voz me dice que me tranquilize, pero la ignoro completamente.

-estupidas criaturas...como os atreceis a no arder ante mi!! La voz es mas grave y parece sacada  de una pesadilla. -Yo os mostrare un infierno en vida!!

Ya no tengo forma definida, solo un amasijo de fuego azul que no les quita la mirada a aquellos yokais que parecen burlarse de el. Al comenzar a moverme el edificio que se encontraba a poca distancia arde con llamas azules. Si en algun momento unas voces le llamaban, el ya no las escuchaba. Solo el tintineo del metal  recordandole lo unico que no podia quemar. Como un cometa en el cielo me dirijo a los dos Yokais quemando lo que encuentro a mi paso ( generalmente los tejados ya que estoy volando)

Todos pueden sentir como el Youkai que seguían se a ido con su compañero y ahora zigzaguean por la ciudad como si uno fuera el reflejo del otro...

Miré como se daba la cosa, las jóvenes usaron magia, Lucius había atacado rápidamente como hacía siempre, sin pensar y sus compañeros hacían lo mismo, salvo aquel que parecía más sombrío, fiel al lado de su ama...

Todos domesticados

La criatura fue sellada, mientras la pelinaranja increpaba a los espíritus sobre la destrucción que estaba causando, esperaba que cuándo dijo "Lo mismo va para ti" esperaba que no tuviera la impertinencia de dirigirse a mi de esa manera.

En ese momento reparé en un jovencito tímido y en otra chica que había llegado solo para quedarse callado.

Demasiados humanos...tsk

La criatura se liberó como si nada, algo que era de esperarse frente a un nivel de magia así y la forma provocativa de como le sonrió al azulcito hasta me dio gracia.

Había bajado sobre un auto tras dar la patada y al ver el movimiento de aquel demonio de fuego reparé en que era verdad que necesitaba una correa.

Me impulsé nuevamente dando un salto hacía uno de los edificios y corriendo en horizontal sobre sus ventanas, mientras mi mano derecha formó un sello, cerrando el puño con los dedos indice y mayor extendidos hacía arriba y el pulgar doblado hacía dentro, susurrando algo para mi mismo.

En ese instante varias plumas negras salieron de mi espalda y con un gesto de mi mano se convirtieron en 8 kunais de acero negro, con el filo rojo sangre, los tomé entre mis dedos para luego lanzarlos directamente contra aquel espíritu, trazando una comba y abriéndose antes de ir todos juntos contra el, rodeándolo por completo.

-Estas?- dije mirándola de reojo- veo que tus modales no han cambiado jovencita, aunque al menos no se te olvidó el "sama"-

Bajé al suelo y volví a pisar para dar otro salto, dirigiéndome justo detrás del espíritu, el otro se había liberado, pero esperaba encargarme de ello a tiempo.

Miré a Shion para ver si se había percatado de eso.

-Que los espíritus ataquen de la nada la ciudad no es algo normal, además algo me trajo desde la montaña, sentí que algo importante acontecería hoy y se ve que no me equivoqué, el otro espíritu se ha liberado de la prisión de una muchacha de pelo naranja y esta viniendo hacía aquí, moviendose al unísono con el otro, que curiosamente tiene la misma forma con los colores invertidos.-

Sobrevolando la ciudad me puse sobre el espíritu tomando con más fuerza a Shion.

-Puedes atacarlo desde aquí? De todos modos en breve comenzaremos a acercarnos- dije mientras lentamente comenzábamos a descender por la obvia ley de gravedad.

-Perdón... -bajé un poco la cabeza. En ese momento vi la andanada de fuego me aferré mas a él. No importaba que color tuviera, odiaba el fuego, y notarlo era muy fácil.

-Puedo, pero quizá moleste a ese Youkai de fuego...-Fruncí el ceño- No lo tocaré, pero no se como se lo tome. La única técnica que conozco es con agua...pero si se molesta por la ayuda será su problema.

No iba a haber tiempo para deliberar de todas formas, la caída no iba a perdonar. Levanté una mano con suavidad, y a nuestro alrededor comenzaron a danzar lo que parecían ser pétalos cristalinos. Estaban hechos de agua, pero a la vez parecían afilados como navajas. Mi muñeca giró levemente dirigiendo el desfile hacia los enemigos.

Ed torció el gesto cuando Jaras se llevó así a Shion, asqueado. - Maleducado. - bufó mirando hacia arriba - ¡Yuuki!

Aprovechando que no había nadie llamó a su youkai, esperando que acudiese a su lado. Su expresión cambió radicalmente, volviéndose dulce. Acarició su mejilla con cariño. - Transfórmate y sigue a los dos espíritus, amor mío. Si puedes retener a alguno sería perfecto, o al menos retrasarles, yo te seguiré y cuando les tengamos disfrutarás de ellos...

Agarró la mano de Yuuki y lanzó un conjuro de rastrear espíritu sobre ella. Le permitiría saber dónde se encontraba en todo momento. Así podría llegar de nuevo hasta aquellos espíritus y tomar una iniciativa más fuerte con ellos.

Esa noche estaban saliendo las cosas mal, muy mal.

Número uno, Sakura era una idiota, bueno, eso ya lo sabía, pero ponerse a dialogar contra una criatura que estaba atacando sin más, ameritaba golpear y luego preguntar, pero bueno, era sor Sakura de calcuta, demasiada azúcar  para Hotaru que chasqueo la lengua, y observó los movimientos de esa criatura, y más ahora que se juntaba con la otra.

Número dos, Ogami estaba fuera de control, y estaba quemando las cosas, eso si que no podía tolerarlo, y menos cuando Sakura era la que la estaba reprendiendo, tenía razón, pero eso no quitó que la rabia tensara la mándibula de la sacerdotisa.

- métete en tus asuntos Ishida -  rugió como respuesta a la arenga de Sakura.

Número tres, esa criatura parecía, o mejor dicho las dos, que se movían como uno solo, ¿podría ser que fuese un mismo ser?. Rodó los ojos.

- Yami, ve a detener a Ogami - le dice a su amigo, y se coloca su casco, encendiendo la moto, y haciéndola girar sobre su eje - Lucius, se mueve como uno solo ese ser, es posible que debamos atacarlos al mismo tiempo, ten en cuenta eso - dicho eso, sale en dirección a las criaturas, a toda velocidad.

Vaya, vaya...que decepción. La comida se escapa. Bueno, en realidad siempre era mejor que la caza tuviera una cierta emoción. Así el sabor era mas fuerte al comerlo. De todas formas, parece que ni la magia de las invocadoras ni los ataques mitad físicos mitad espirituales de los oni le habían causado mella alguna. Lo mas que logramos fue que reculara un par de pasos. Ahora rehuía el combate y se reunía con su compañera, pareciendo que se burlasen de nosotros.

Cuando la jefa le grita la Ishida me rio por lo bajo. Tal vez no se disguste si me tomo mas libertades con ella después de todo. Hago un gesto burlón hacia ella, un saludo militar perfectamente realizado, solo que flotando boca abajo en el aire. Tras lo cual no puedo contener una risotada al ver como el bueno de Rei se abalanza sobre los dos Youkai, incendiándolo todo a su paso. Vaya, vaya...y a mi me amenazan con el olvido por comentar que me apetece ver a una vieja conocida por la noche. Supongo que hay oni de primera y de segunda en el corazoncito de la jefa después de todo.

Tarareando una vieja cancion marinera, acelero en pos de los dos Youkai, sobrevolando las llamas a baja altura y haciendo que el viento las avive y las esparza. Entonces me rio mucho mas fuerte. Caos, divino y divertido caos.

Ni un solo rasguño ¿Que sera este espíritu? y ¿Porque no se veía afectado por los ataque? Se aleja juntándose con el otro que previamente habíamos detectado. Se mueven de manera extraña. Tal vez debamos golpearles a la vez. Es una opción, pero su poder es grande estando separados ¿crecerá estando juntos?

Ogami termina de descontrolarse y se mueve incendiando los edificios colindantes. Estúpido e irascible espíritu de fuego. Ahora me toca a mí contenerlo. Hotaru trata de coordinarnos pero resulta difícil cuando tan solo yo coopero con ella. Habrá que castigar a ambos, pero ahora no es el momento.

Deslizándome por las sombras comienzo a canalizar energía a través de ellas, dominándolas y dándoles la forma que deseo. Varios tentáculos gruesos aparecen para envolver y doblegar al descontrolado Ogami, noto el dolor por tocarle, aplacado al no ser mi propio cuerpo; pero aun así, duele. Le bajare y calmare, si no es con la palabra… tendré que mostrarle porque la oscuridad es temible.

Contempla al enloquecido espíritu de fuego. Parece ser uno de los acompañantes de Hotaru-san. Entonces, observa como Yami intenta mantenerlo a raya, sufriendo en el proceso. Ya estaba harta de tanta rebeldía.
- Sakura, ve con Riki-san tras los enemigos, yo ayudaré a Yami. No te preocupes por mí, os alcanzaré a tiempo- y se dirige junto a la Oscuridad viviente. Coloca su mano con delicadeza sobre su hombro.
- Yami... Déjame a mi. Su fuego no me hará daño. Es lo bueno de ser un kyubi- y le sonríe, alegre. Se acerca al atrapado espíritu, y le mira, seriamente y con tranquilidad.
- ¿Qué te crees que estás haciendo? Vas a terminar incendiado toda la ciudad. No te voy a permitir, Hi-san- alza su mano y la coloca as en lo que era la cabeza de la bola de fuego. Se concentra y usa su ki para aplacar su poder.
- Lucharás, pero no a este precio- espera poder calmarlo pronto, o agotaría todas sus fuerzas en aquel espíritu rebelde.

Mi rabia iba en aumento mientras sobrevolaba los tejados. Un contacto frio hizo darme la vuelta mientras mi cuerpo era aprisionado por una decena de tentaculos negros.

-Yami......no deberias haberlo hecho..... Poco a poco mis llamas queman los tentaculos negros del Oni oscuro sin contemplaciones. La unica sensacion que odiaba en este mundo aparte del liquido elemento...era estar aprisionado. Me disponia a insuflarle una bocanada de fuego a mi prision helada cuando una figura se me acerca sin miedo, no podia llegar a verla bien, solo unas orejas que le sobresalian de la cabeza y un abanico de siete colas. Me reia por dentro. Otra que quiere arder ante mi...bien...acercate y consumete.

Su mano paso limpiamente atraves del halo de fuego que era mi cuerpo llegando al nucleo de llamas que formaba mi cabeza. Una energia limpia recorre mi cuerpo devolviendome el control de mis emociones. Llega hasta el punto de ya no sentir rabia por el enemigo. Al ver que estaba haciendo daño a Yami mi cuerpo se desliza a traves de los tentaculos, una vez fuera, con una "mano" extendida, todo el fuego disperso que formaba mi cuerpo se va reagrupando en mi tomando de nuevo mi forma humana.

Calmado busco de nuevo el foco enemigo que ya no se encontraba a mucha distancia.

-Tu nombre......... veo a Hotaru diriguiendose hacia alli y no me doy tiempo a pararme a hablar.......dimelo despues....

Salto por los tejados diriguiendome al enemigo.

El calor, el dolor son casi insoportables. Trato de retener a Ogami tanto como puedo. Pero Natsuki se acerca para ayudarme. Es cierto, ella tiene relación con el fuego. Relajo la presa, sin llegar a completar el conjuro en su totalidad. Al dejar de ejercer presión, una oleada de daño me alcanza haciéndome tambalear. El maldito fuego y su luz.

Al menos la kitsune consigue calmar el incendiado ánimo de Ogami. Ella tiene esa capacidad. Ahora tengo que hacer algo con las llamas, y ya me he quemado. Tiemblo, sabiendo que me arrepentiré de lo que voy a hacer. Empiezo a canalizar poder, extendiendo las sombras y realizando el mismo movimiento, pero esta vez, envolviendo las llamas de los tejados.

Ahogo un grito, y caigo sobre mis manos en uno de los tejados más altos. El sufrimiento es indescriptible. Siento todo mi cuerpo ser consumido y abrasado por mil lenguas de fuego. Cuando ya tengo los fuegos envueltos, me concentro en transmitir frío y en consumir la energía espiritual ígnea de Ogami. Arde… todo mi ser arde. En mi oscura silueta se abre una boca que exhala una bocanada flamígera leve; mis ojos titilan entre el azul y el naranja; mientras el fuego es consumido y el sufrimiento recorre todo mi ser. Cuando acabo, me desplomo en la azotea. Dejando que el frescor de la piedra me consuele un poco.

La kitsune busca la esencia de su amigo mientras observa como se aleja el oni flamígero. Siente a Yami en lo alto de un edificio, y se lleva la mano al pecho. Está sufriendo... Ya alcanzaría a Sakura, sabía que lo haría, pero por si acaso, le habla a la mente:
Voy enseguida, Sakura. No temas
Usando su poder de intangibilidad, salta de una planta a otra hasta llegar a lo más alto y ve a Yami, tendido en el suelo, retorcido de dolor.
- ¡¡¡Yami!!!- se arrodilla junto a él y le acaricia la frente, con suavidad. - Chsssst, relájate. Ya está, no pienses en el dolor. Mirame a mí- y le sonríe con ternura.
Frío, estás frío. Frío y tranquilo, como las sombras de las que vienes...

Saltando por entre las vermas, y las distintas calles con una frialdad pasmosa, esquivando los autos, sólo estaba atenta al recorrido de los espíritus, se mordió el labio inferior, y de pronto detuvo su carrera, su corazón le dijo que Yami estaba sufriendo, la moto dio un giro, cuando ella bajó el pie  y buscó a Yami entre las sombras, encontrándolo no lejos, controlando a Ogami. La mandíbula  de la chica se tensó, y Ogami podría sentir la rabia de su invocadora por la conexión que ambos tenían.

- Yami! - gritó, pero lo vio caer sobre el tejado de una de las casas, la chica sintió que el corazón se le helaba, su amigo, su amigo estaba lastimado, y por Ogami, la sacerdotisa se sintió culpable, pensó que Yami sabía controlarlo dado que ambos salían juntos a cazar, pero no, Ogami era un peligro. 

La motocicleta rugió y se devolvió, incluso yendo en contra del sentido de el tránsito, yendo hacia Yami, hasta llegar a las afueras del edificio en donde había caído y entrando en este con moto y todo, subiendo por las escaleras de servicio hasta la azotea. Ahi estaba Yami, herido, con la oni de Ishiha.

- amigo mío - se bajó de la moto, y corrió hacia él, sacándose el caso, casi tenía lágrimas en los ojos, y tomó la mano de Yami. La Sacerdotisa cerró los ojos    envolvió el agarre de la mano del oni con su rosario negro, y comenzó a orar. Su aura blanca comenzó a brillar más y más,  envolviendo al oni y curando sus heridas. Su aura era fría, casi como la presencia de Yami, pero resplandecía en  tono blanco brillante, como una estrella. Las cuencas del rosario brillaron y parecían estar quemándose, y su mano se colocó por uno segundos  negra,  pero luego aquello se disipó. Hotaru le sonrió a Yami.

- no te mides...¿no? - le dice a modo de reprimenda y levantó su mirada violeta hacia Natsuki.

- escucha, dile a tu invocadora que es posible que ambos seres haya que atacarlos al mismo tiempo, sincronizados, como ellos se mueven, Hayashi-sempai debe estar cerca, puedo casi sentirlo, yo me encargo de Yami, pero Ishiha-san debe saber esto, quizás si los sellan a los dos al mismo tiempo, por un segundo, y los onis los atacan, los podrán detener -  sus labios se aprietan -  ve, corre - le dice mientras intenta hacer levantarse a Yami.

Otra cosa sucedió en ese momento, Hotaru, llevó su mano a su pecho, y una cadena se hizo más visible, incluso para Natsuki, la chica, puso la mano en esta y la jaló, era evidente que llamaba a Ogami, y era recurría a eso.

Miró con expresión vacía a la joven sacerdotisa. Sabía que ella podría cuidar de Yami...

- Está bien, Fukuhoshi-san- se inclina respetuosa y vuelve a hacerse intangible para bajar a nivel de calle, y corre atravesando los edificios en dirección a Sakura.