Partida Rol por web

Jefferson Boulevard, paralela a la interestatal 95.

17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

Un viejo Pontiac rojo entró en la estación de servicio Maw´s y se detuvo en la parte trasera del establecimiento. El coche tenía aspecto de anticuado y a veces daba problemas, pero Curtis Johnson lo quería como un hijo y sabía que algún día lograría restaurarlo. Ya llegaba cinco minutos tarde al trabajo y aunque sabía que Lenny no le diría nada, odiaba no llegar puntual. Pero el tráfico en la autopista estaba excesivamente saturado para ser agosto y se había cruzado con varios coches de bomberos y de policía que se dirigían al centro. Sintonizando la radio había escuchado en la emisora que se había producido algún tipo de accidente y que podían haber muertos. El locutor no tenía muy claro qué había ocurrido y Curtis esperaba que no fuera otro ataque terrorista como el de las torres gemelas.

Curtis se dirigió al pequeño supermercado para saludar a Lenny cuando vio llegar a los primeros clientes de la mañana. Casi al mismo tiempo entraron en la zona de surtidores dos vehículos. Uno era una enorme moto de esas que llevaban los miembros de las bandas conducido por un tipo que daba el pego para ser uno de ellos y el otro una vieja camioneta Ford con la parte de carga abierta, conducida por un anciano con gafas y bigote. Las dos personas detuvieron los motores cerca de las mangueras y se encaminaron hacia el pequeño establecimiento. Curtis los siguió y los tres entraron por las puertas automáticas para descubrir a Lenny en el mostrador viendo el canal de las noticias.

Primera Iglesia Baptista de América, Waterman Street.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

El pastor Derleth se despertó como cada mañana con el sonido del despertador. Metódicamente se duchó, se aseó y se vistió con las ropas limpias de sacerdote antes de dirigirse, como hacía todos los días, a su iglesia para recibir a sus fieles. Su pequeña vivienda se encontraba anexa a una iglesia que, con el paso del tiempo, congrebaba a más y más feligreses. August estaba orgulloso y sabía que Dios también lo estaba, de su magnífico trabajo para llevar su obra a la tierra.

En la iglesia todo estaba tranquilo y August se dirigió a la sacristía después de destrabar los cerrojos de las puertas para que los fieles pudiesen entrar en el momento que quisieran. Se encontraba preparando el sermón de la mañana en su despacho cuando oyó que la puerta principal se abría con fuerza provocando un sordo estampido al chocar contra el muro.

Abe bajó de la camioneta canturreando una canción de Hank Williams a pesar de que la radio estuviera ya apagada. Se quitó el sombrero y se enjuagó la frente llena de sudor. Jesús, este verano el sol apretaba como un verdadero cabrón.

Se dirigió a la tienda con la intención de comprarse una soda para calmar la sed, que arrastraba desde que el aire acondicionado de su vieja camioneta había decidido dejar de funcionar. Tras coger la lata de una de las neveras, se hurgó en los pantalones en busca de su cartera -no sin antes dirigir una mirada desconfiada al negro de la chupa- y puso un par de pavos en el mostrador.

-Aquí tiene. -Echó un vistazo a las noticias-. Jesús, ¿qué ha pasado?

193 y 192 de Cushman Avenue.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

David Vance salió de su sueño de forma repentina. Como si algo le hubiera asustado. Miró a su alrededor por la habitación pero no encontró nada inusual en el habitual desorden que reinaba siempre allí. Por un momento creyó que su padre se había vuelto a caer borracho por las escaleras y, preocupado, se sentó en el borde de la cama mientras se restregaba los ojos, medio dormido.

Era un tórrido lunes de agosto y normalmente solía dormir mucho más. Pensó en llamar a Tae, que vivía en la casa de enfrente, pero recordó que estaba trabajando de madrugada en la tienda de sus padres y que ahora estaría a punto de irse a dormir. Se levanto y se acercó a la ventana para abrirla. Desde allí tenía una visión perfecta de la casa unifamiliar de su mejor amigo.

Entonces algo le llamó la atención de forma insólita y le hizo abrir los ojos como platos. Allí, tendido en el césped del jardín de Tae, había un cuerpo humano boca abajo. Desde allí podía verle las ropas blancas y la gorra azul del servicio de correos. Pero, ¿qué le había pasado? ¿un accidente? ¿sería eso lo que le había despertado? Sin dudarlo, cogió el móvil y marcó el número de Tae.

Su amigo le respondió despues de seis tonos con voz somnolienta.

Carnicería Mallone, Cushing Street.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

Como todos los días, acudes en tu cada vez más oxidado coche al trabajo en tu carnicería. Hoy en concreto has llegado un poco tarde ya que te has encontrado con varios atascos inoportunos de camino y el sonido de las sirenas de la policía, los bomberos y las ambulancias te ha acompañado durante todo el trayecto. Esperas que tus empleados no hayan tenido el mismo problema y te preguntas qué estará pasando ya que en todos tus años en Providence nunca te habías encontrado con esto.

Cuando llegas a la carnicería descubres con enfado que las persianas están echadas y que no hay nadie en la puerta. Después de aparcar donde puedes, abres tu mismo tu negocio mientras maldices en italiano y te preguntas donde diablos están tus peones. Después de media hora te empiezas a preocupar ya que siguen sin aparecer ninguno de los dos y ni siquiera han llamado.

¡Joder que resacón! - Pensaba JD mientras retiraba la llave de su moto – Apenas me acuerdo de que pasó anoche, y estos cabrones me han vuelto a dejar tirado, ¿Dónde coño se habrán metido?.

Se echó la mano a los bolsillos en busca de algo – 20 pavos, genial, al menos tengo para gasofa –

JD entra a la tienda y se pone a mirar por si hay algo que le llama la atención, coge una chocolatina y se acerca al mostrador mientras abre “su desayuno”, antes de hablar las noticias captan su atención se queda parado mirando la tele y masticando con la boca abierta mientras las migas se van pegando a la barba.

Supermercado HappyTrade, Bowen Street.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

Joy Clide entró con rapidez en el establecimiento y cogió una cesta del montón sin apenas mirar. Llegaba tarde al gimnasio de su padre y tenía que comprar primero algunas cosas que necesitaba. Con la práctica que hacía la costumbre, Joy llenó la cesta a toda velocidad, esquivando a los primeros clientes que caminaban con parsimonia por los pasillos del local.

Cuando llegó a la altura del "Hogar del Friki" un pequeño departamento que se ocupaba de problemas informáticos, un joven salió de uno de los pasillos y chocó contra ella haciéndole soltar la cesta, que rodó por el suelo, mientras su contenido se esparcía por todas partes.

En cuanto escucho la voz somnolienta de Tae hablo con rapidez abriedo la ventana de par en par y apoyando una de mis manos en el marco inferior de la vetana para ver mejor

-!Tio!!Tienes un puto cuerpo en el jardín de tu casa!,!asomate a la ventana deprisa!

Aún no me puedo creer lo que ven mis ojos que demonios pintaba el cuerpo del cartero en el jardín de Tae sin duda una mañana extraña. la mas extraña qué recuerdo,y eso qué había tenido mañana singulares pero esta las superaba con creces.

Callejón, Cushing Street.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

Despiertas sobresaltado cuando las sirenas de la policía pasando por la calle cerca tuyo hacen un ruido atronador. Recuerdas que la otra noche llegaste hasta aquí después de escapar del vehículo presidiario siniestrado. En el callejón encontraste unos pantalones viejos y una camisa andrajosa en un basurero y pudiste deshacerte del mono naranja de preso. Después caíste dormido entre la basura, agotado como estabas. Afortunadamente no sufriste ninguna herida durante el accidente.

Está amaneciendo en Providence y tus intenciones son conseguir algo de dinero como sea y salir de la ciudad rumbo a la frontera del estado y la clandestinidad. Te sacudes las últimas trazas de basura mientras sigues oyendo sirenas y más sirenas.

¿Qué diablos ocurre? te preguntas. Entonces ves entrar a una mujer en el callejón. Está a unos 15 metros y puedes ver que su vestido azul claro está manchado de sangre y que una de sus piernas la arrastra dolorosamente.

Me sobresalto en mi despacho por el estruendo y me apresuro a salir del despacho recuperando un poco la tranquilidad.

Al atravesar el umbral que separa la sacristía de la nave central de la iglesia dirijo mi mirada y mis palabras de desaprobación hacia la puerta principal, sin percatarme aún de quién ha sido el responsable del ruido:

Hijo, no estás abriendo las puertas de un prostíbulo, esto es una iglesia, así que muestra más respeto.

395 de Burlington Street.

Lunes 17 de agosto de 2009, 7:05 hrs.

El teléfono sonando te despierta de tu tranquilo sueño. Miras el despertador gruñendo y compruebas que apenas has dormido cuatro horas. Anoche tuviste una urgencia en el Miriam Hospital donde trabajas. Un accidente de coche con cuatro muertes y todas las autopsias te cayeron a ti. Y ahora tu teléfono de casa y tu busca están pitando insistentemente.

Descuelgas el teléfono entre las brumas del sueño y oyes la voz de Rose Cullingham, la enfermera jefe del Miriam Hospital.

-¿Doctor? ¡Doctor, le necesitamos rápido! -la mujer habla de forma un tanto histérica-. ¡Han estado ocurriendo unas extrañas muertes por toda la ciudad y necesitan de su consejo!

El responsable ha sido un hombre de mediana edad que atraviesa corriendo la nave central de la iglesia.

-¡Padre, padre! ¡Corra, por el amor de Dios! ¡Nos matarán a todos!

Detrás de él ves entrar a dos personas más. Pero estas hacen que la sangre se te congele en las venas. Son dos hombres también, pero sus cuerpos están putrefactos, como los muertos vivientes de las películas, y uno de ellos tiene el brazo roto y retorcido por varios sitios. Sus caras os miran con odio y de las mandíbulas les gotea brillante sangre que les empapa las ropas. Se mueven con relativa rapidez tras el hombre que corre mientras gruñen y gritan.

Era uno de esos días en los que desde que te levantas estás corriendo, de esos en lo que aabas cayendo a plomo en la cama totalmente agotada por haber estadotodo el día sin parar. Tenía que pararme en el supermercado antes de pasar por el gimnasio, sino, ya no tendría tiempo en todo el día, ya que andaba bastante liada.

Recorrí a bastante velocidad los pasillos, cogiendo las cosas que conseguía recordar de memoria, que la verdad es que no eran demasiadas, ya que nunca prestaba demasiada atención a estos menesteres. Una vez tenía la cesta llena, esperando que lo que quiera que me faltase no fuera imprescindible, cambié de pasillo para ir a caja, aunque a toda prisa y sin mirar. No tuve demasiado claro si fue mi culpa o fue la de la persona con la que choqué, pero todo mi cesta cayó al suelo y todo lo que había en ella se esparció por el pasillo.

- Joder!! - fue todo lo que dije mientras veía cómo rodaban mis cosas. En ese momento levanté la vista para ver a un chico, que por la pinta, parecía que trabajaba en este lugar. No sabía seguro si yo me había cruzado con él o él conmigo, pero tenía que recoger esto cuanto antes, ya que no disponía de demasiado tiempo, así que mi reacción fue la más rápida, que era pedirle disculpas yo. - Perdona, no te había visto. - Dije mientras cogía mi cesta del suelo y comenzaba a volver a meter las cosas en ella.

Al despertarme por el sonido del Telèfono miro el despertador y suspiro.-Que lata el no poder dormir tranquilo un rato,digo descolgando el telèfono.Al escuchar la voz de la enfermera q me habla con un tono acelerado le digo:

-Calma enfermera q pasa-al oir lo q me dice le pregunto-¿Como q extrañas,la muerte no es extraña solo las causas?-le digo en un tono bromista.Al darme cuenta q su tono de voz demuestra preocupacion y seriedad le digo:

-OK en 15 minutos mas estoy en el hospital,tengan todo listo a mi llegada.

Cuelgo el telèfono y me levanto,me visto y salgo en direccion a mi auto con rumbo al hospital.

"-Maldito tráfico...-" Miro el reloj y descubro que llego tarde. Sé que Lenny es buen tipo y que no me lo tendrá en cuenta, pero siempre he intentado asumir mis compromisos en aquello que hago, y particularmente en mi trabajo. El ronroneo del ralentí del motor del Pontiac se entrecruza con la voz del locutor que a través de las ondas relata alguna clase de incidente en el centro de la ciudad. Quizá por eso el tráfico estaba particularmente colapsado y se veían vehículos de emergencias dirigirse hacia la urbe.

"-Tanta palabrería para no decir nada....este tío no tiene ni idea...no diferenciaría una noticia de la teta de su hermana. ¿Ha sido un jodido atentado o no?"

Me bajo del coche pensando que tengo que echarle una ojeada al compresor del aire acondicionado. Cada puñetero día de este verano me he repetido lo mismo, pero esa es otra cuenta pendiente que tengo con mi Pontiac. No presto mucha atención al anciano de la camioneta estacionada ni al tipo con pinta de Ángel del Infierno y me dirijo, apresurado, al interior de la tienda tras sus pasos.

"-Lenny...lo siento....el tráfico estaba imposible... No sé qué diablos ha pasado, pero la autopista parecía un puñetero bar ofreciendo bebida gratis..."

Justo acabar con mi disculpa, observo que Lenny parece más interesado en el canal de noticias que en mi retraso y en mis explicaciones. Los dos clientes también parecen prestar atención al pequeño aparato de televisión, así que movido por la curiosidad, me acerco al mostrador y presto atención, fundamentalmente para averiguar si lo ocurrido ha sido algo grave. El recuerdo de los atentados del 11-S y la camapaña posterior en Oriente Medio tiene un significado demasiado doloroso para un Ranger herido en combate, y cualquier desastre suelo relacionarlo con aquellos hechos. Aunque la guerra queda lejos, sé que muchos como yo sirvieron fielmente al país y algunos no regresaron a casa. Para mi fue Somalia. Para otros Afganistán. Todos hemos perdido algo.

¡¡Mierda!! Quien sera ha estas horas...

Es David, Tras un bostezo de al menos treinta segundos... me esfuerzo por no caer de camino a casa el sol empezaba a azotar y para una persona que llevaba ocho horas vendiendo cerveza a camioneros y pandilleros aquello era dolor en estado puro.

Buenos dias David, ¿Que ocurre?
...

¿Que dices de un cuerpo? Tío estoy volviendo del curro, no me ralles porque un borracho haya caído to' bolinga en mi patio... ya se ira cuando le de el sol

Mientras hablas con Tae, ves que el cuerpo tendido en el jardín se convulsiona de pronto y se mueve. Ante tus atónitos ojos, el tipo empieza a arrastrase ayudándose con las manos y acercándose a la puerta de la casa de tu amigo. Con horror descubres el césped donde ha estado tendido está cubierto de sangre y que va dejando un rastro a medida que se desplaza.

Abro mas los ojos como platos y me subo sobre el marco inferior de la ventana de cuclillas

-Tio no te lo vas a creer,pero el cuerpo que estaba sobre tu jardin es el cartero,esta perdiendo sangre a chorros !Y se mueve!,! se dirige a la puerta de tu casa!

Mi corazón va amil por hora nunca había visto algo asi, si el tipo parecia muerto y de pronto se mueve ¿Que coño le pasa a aquel tipo?

-!Rapido tio, si estas cerca de casa corre vas a flipar!

Veis por la televisión que la CNN está retransmitiendo desde el centro de Providence. El periodista está hablando fuera de la cámara mientras veis lo que es la zona centro. Hay coches estrellados unos contra otros y veis que uno de los edificios está ardiendo. La policía está intentando acordonar la zona y los bomberos tratan de llegar a la casa. El locutor habla.

-Al parecer una serie de extraños incidentes se están produciendo por todo Providence. Se cree que pueden haber decenas de víctimas mortales por toda la ciudad. La policía se halla desbordada ante la oleada de incidentes y el alcalde ha pedido ayuda a la guardia nacional. Aún no se sabe con exactitud qué ocurre y las autoridades no han hecho aún ninguna declaración ¡Un momento, parece que tenemos algo!

Del interior de la casa en llamas salen corriendo cuatro personas. Una de ellas está ardiendo y los bomberos tratan de ir a ayudarle. Entonces ocurre algo asombroso. La persona ardiendo se abalanza sobre el bombero y empieza a morderle el cuello. Los otros tres corren gritando hacia la cámara. La imagen se tambalea cuando el cámara suelta el aparato y todo se queda en negro.

Estaba mirando la información sobre los problemas de un ordenador doméstico. El jefe me había mandado una reparación de lo mas sencilla y por tanto, aburrida.

Terminaba de leer los problemas presentados mientras me dirigía a la trastienda donde estaba dicho ordenador cuando me estampé contra algo. Mierda, pensé, ya he tirado otro estante. Hoy un "joder" de queja, fue cuando me di cuenta de que no había chocado contra un estante, si no contra una chica de unos 20 y pocos años, muy guapa, por cierto. Vi su cesta tirada por el suelo y oí cómo me pedía perdón.

- No perdona, la culpa a sido mía, lo siento mucho - dije mientras me agachaba a recoger el contenido vertido de la cesta-. Debería tener más cuidado, iva distraido con los papeles y no te he visto, lo siento de veras.

A la pobre chica se la veía con prisas, asique me apresuré en recoger las cosas y entregarle la cesta. Recogí mis papeles del suelo y me dispuse a ordenarlos. Vaya suerte, se han desordenado todos.

- Si puedo ayudarte en algo, en lo que sea...