Partida Rol por web

Antes de que salga le bloqueo el paso con el cuerpo mientras la miro fijamente. Es posible que no lo sepa o que si se lo imagine, pero en los próximos segundos se decide si ella muero o vive.

Te dieron algún nombre o algo?.

-¿Algún nombre? No, no me dijeron nada -contesta.

No se si creerla, pero tampoco quiero iniciar violencia alguna ahora mismo.

Tomo el micro y aprieto el botón.

A quienes han hablado hace unos minutos con una joven por esta frecuencia...respondan por favor.

-¿Y qué hay del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta? -sugirió un hombre de los que formaban el grupo del ferry-. Ahí podrían ayudarnos y quizás tengan respuestas sobre lo que está pasando.

Al instante un coro de murmullos se elevó entre la gente. Unos daban la razón al tipo y otros le contradecían diciendo que el lugar estaba muy lejos, que no era la solución o que tal vez Atlanta se hubiera ido al infierno también.

Negué con la cabeza, viajar hasta Atlanta sería un suicidio colectivo, habíamos sudado la gota gorda para cubrir escasos kilómetros y querían recorrer el largo camino hacia la ciudad.

-Ir a Atlanta es una locura, una ciudad enorme, estarán por todas las calles en millares. Sin contar todos los que habrán ido y se habrán infectado también. La única fuente de información a parte del boca a boca es la radio. ¿Localizáis alguna frecuencia?-Pregunté mirando al Sheriff

La respuesta no tarda en llegar:

-Hola, me llamo Joy. Joy Clide. Os recibimos con dificultad, pero os recibimos -ríe moderadamente-. Y yo que pensaba que este trasto no nos iba a servir de mucho, y parece hay bastante gente que no se ha infectado todavía ¿Con quién hablo?
 

Que no hay tanta gente?. No se si la pava me toma el pelo o es que no ha salido de casa últimamente. La proporción ya es lo bastante mala y no mejora con el tiempo precisamente.

Me llamo Batista, aunque mis amigos me llaman Bat. La cosa esta mal ahí afuera. Si no te atacan los infectados lo hacen los que aun no lo están y quieren quitarte las cosas. Hemos perdido dos compañeros viajando hasta aquí.Estáis a salvo ahí?.

Trato de recordar si la voz es de alguien conocido. Quizás de alguna persona que me ha visto luchar.

Un susto?...lo siento pero no lo entiendo. Porque se asustaron por nosotros?.

Miro a Alice de forma severa, pensando en lo que habrá podido contarles la muchacha.

La gente se mira entre sí, aturdida. La idea de que todo el país hubiera caído presa de esas cosas era algo que no podían asimilar. El sheriff se acercó junto a ti llevando un pequeño megáfono.

-Es mejor que regresen a sus alojamientos mientras intentámos averiguar qué está pasando exactamente. Les prometo que les informaremos en cuanto podamos.

Las personas empiezan a regresar a sus bungalows en pequeños grupos junto con el grupo de ejecutivos que te mira con frialdad e ira.

-Parece que ya está haciendo nuevos amigos, ¿eh? -bromea el policía-. Tiene usted razón, deberíamos hacer un barrido completo de frecuencias a ver qué podemos localizar ¿Alguna otra idea?

Frunzo el ceño al oír lo del tirador. No es que me muera de ganas de tener que ver con gente armada ahora mismo.

Salimos de la ciudad como pudimos. Mezcla de suerte y determinación. Después de abandonarla tuvimos problemas con seres humanos...querían, querían nuestras cosas y a Alice. Mataron a uno de los nuestros antes de que pudiéramos dejarles atrás. Nuestro otro amigo nos dejo para examinar una ciudad, en busca de ayuda, pero no logro salir de ella. Luego nos limitamos a pensar un llegar lejano y aislado y tratar de llegar hasta allí. También hay infectados por aquí, aunque no muchos.

-No, ninguna idea por el momento. Si han caído todos los sistemas... ¿creéis que en algún sitio habrá aún Internet?.-Respondí cansado de la situación.-La única salida es la radio, y bueno, deberíamos probar si aún funcionan los teléfonos quizás haya linea siempre y cuando no se hayan incendiado las centrales telefónicas, ¿no creen?.

Me dispuse a buscar algún teléfono para ver si tenía linea y de ser posible llamar a centros de emergencias, o incluso intentar contactar con las fuerzas armadas.

La idea del teléfono no es tan descabellada como crees. Entras en el edificio principal del club, lujosamente amueblado, y te diriges a uno de los teléfonos de recepción. Cual es tu sorpresa al descubrir que vuelve a haber línea.

-Es extraño -dice el sheriff confuso-. Ayer no funcionaba nada ¿Será que la crisis ha terminado? Tal vez no era tan grave como creíamos.

Te encoges de hombros extrañado mientras marcas el número de emergencias. Te contesta un mensaje pregrabado.

-Su zona ha sido declarada en cuarentena por alerta de peligro biológico -proclama la voz robótica-. Diríjase, por favor, a los centros de asistencia situados en su frontera estatal. Lleve en todo momento consigo su tarjeta sanitaria -después de una pausa el mensaje vuelve a oírse en un bucle.

Sorprendido pongo el altavoz para que todos los presentes escuchen el mensaje pre-grabado en caso de que no tenga altavoz paso el teléfono para que todos lo oigan.

-¿Que nos dirijamos a la frontera estatal?,¡es una locura!-Dije en contestación al mensaje que acababa de escuchar -Dudo mucho que hayan podido contener el virus en la frontera del estado y si es así, ¿por que estamos incomunicados?.

"Ahora mas de uno querrá ir a la frontera, como si fuera un camino de rosas. No he visto un solo avión sobrevolar estos días el aire y si la zona estuviese controlada lo lógico es que hubiesen hecho batidas aéreas para hacer una valoración visual de la magnitud de la catástrofe.-Pensé.

-No me parece buena idea hacer caso al mensaje, al menos de momento. Deberíamos intentar corroborar la información, pongamos la televisión y sigamos buscando frecuencias de radio, debe haber alguien que nos pueda indicar lo que hay que hacer y no un mensaje estándar.-Busqué una televisión e intenté sintonizar los canales por si captase alguna señal.

-Sí, algo así hicimos nosotros al principio... Escucha, unos de nuestros chicos han salido ahora a dar una vuelta por el perímetro, y tratarán de encontraros y ver si estáis bien, y si podemos ayudarnos mutuamente. Id con cuidado, no les peguéis un tiro por equivocación. Ya sabéis, mejor estar unidos.

Alice cuando escucha este último mensaje regresa al salón para espiar por las ventanas atrincheradas.

Encuentras una televisión en el salón contiguo a la recepción que está habilitado como comedor y zona de estar. Elegantes mesas redondas con sillas de madera adornan la estancia. Todas las mesas tienen el servicio puesto con bonitos manteles blancos y cubertería fina. Una larga barra de bar decora una de las esquinas y un par de puertas dobles llevan hasta la cocina. El aparato es un moderno televisor de pantalla plana de cuarenta pulgadas colocado en un alto soporte en la pared. Encuentras el mando detrás de la barra pero lo único que logras encontrar son cartas de ajuste y el logotipo de la casa blanca. La televisión también está muerta.

-Sólo han pasado tres días desde que estalló la crisis -objetó Mark-. Es imposible que la infección se haya extendido por todo el país tan rápido. Si así fuera no habría luz eléctrica ni líneas telefónicas ni nada. Creo que lo que nos han hecho es poner el territorio en cuarentena con la interrupción de las comunicaciones. Tal vez quieran que no se extienda el pánico.

-Pues lo pones aún más fácil -gruñó Andrew-. Sólo tendríamos que atravesar una barrera militar que probablemente esté nerviosa y nos acribille a balazos y rezar porque detrás haya gente viva.

Jebediah había escuchado la conversación en silencio hasta que se decidió a hablar.

-Si es cierto de que el país se ha venido abajo ¿Cuánto tiempo pasará hasta que las centrales nuclearse se colapsen y estallen? No se vosotros, pero bastante jodidos estamos como para que encima se nos derrita la picha al pasar por algún sitio que no debieramos.

Al oír aquello frunzo mas aun el ceño. Esta bien claro que la pobre Alice ya no quiere estar mas junto a mi y que piensa que le ira mejor con otro grupo de humanos, sobre todo si hay mujeres entre ellos. Que bonito que aun crea en las bondades humanas, pero que estúpido. Yo no creía en ellas ni antes de que todo esto pasara.

No se que decirte sobre eso ultimo. No os conocemos y en el bosque hay gente que no duda en apretar el gatillo. No puedo prometer que no disparare si veo algo extraño, sobre todo cuando hace poco que tres desconocidos han estado tiroteándose frente al lago. Seria imprudente por mi parte poner en riesgo a los que estamos aquí.

Sigo con la mirada a Alice, pensando en que tal vez lo mejor seria disfrutar de ella una ultima vez y luego buscar a mi nueva amiga y los suyos.

Sonreí ante el comentario de Jebediah, pero era una situación complicada. Estabamos en una isla, recibiendo unas órdenes grabadas que nos mandaban a cruzar el estado para ir a parar a la frontera. No sonaba bien, no había forma de saber que la infección se había quedado en el estado, seguramente habría infectado a todo el país. Lo que no cabía duda era que sería una locura seguir las órdenes, pero quizás no habría otra opción.

-Deberíamos comunicárselo a los demás, aunque antes pienso que deberíamos intentar rescatar al grupo con el que contactamos hace poco, ¿no os parece?.-Tomé la radio e intenté contactar nuevamente con ellos.

-Han venido otra vez -informa tranquilamente Alice desde su posición en la ventana-. Son tres.

Nada más decir esto, suena unos golpes en la puerta.