Partida Rol por web

Lanzar un conjuro nada más encontrarte con un grupo de extraños no solo era de mala educación, sino que podía ser considerado como una grave amenaza y lo normal era atacar a su lanzador antes de esperar siquiera a ver sus efectos. Incluso un conjuro de comprensión idiomática requería de un intento previo de comunicación.

Aquél había sido un conjuro defensivo, él lo sabía, no era un ataque directo pero nada les garantizaba que tras su protección personal a continuación no fuera a lanzar un conjuro ofensivo y así actuaban muchos magos cuando eran conscientes de que un solo conjuro no era suficiente para acabar con la amenaza que tenían delante.

De todos modos serían sus compañeros los que juzgasen, a él solo le correspondía apoyar sus acciones y si a Thognar le daba por intentar cortarle la cabeza aquél, cuanto menos grosero y embustero, personaje, a él le correspondía ponérselo en bandeja de plata. 

Gerald intentó mantener la cabeza fría: no habían intentado atacarles, o sea que quizás no eran de los malos.

La Vanguardia de Sertrous es una banda de gente despreciable a la que estamos intentando dar caza; parece que no tenéis nada que ver con ellos, lo que me parece bien. -Gerald envainó su espada- Perseguimos a un tal Xeron, también. Es una larga historia, pero debemos hacerlo para terminar con un Mal Antiguo.

Al menos los dos pintorescos personajes habían respondido una de las preguntas del clérigo: estaban allí abajo buscando setas. Era una mentira, vale, pero también era una respuesta.

Venimos de unas catacumbas olvidadas donde reposan los restos de un rey. -mientras se escuchaba, Gerald tenía la impresión de que todo aquello resultaba difícil de creer, también- No sé si esa es vuestra dirección, pero poco encontraréis de valor allí.

Gerald envainó su espada

El mago emitió un suspiro ampliamente audible. Puuuf parece que no vamos a morir hoy, pensó mientras se rascaba la  brillante cabeza.

Es una larga historia, pero debemos hacerlo para terminar con un Mal Antiguo.

-Perfecto!,  me encantan las historias!!!!, dijo dando palmas y con una enorme sonrisa en la boca. Hizo un amago de dar saltos, pero las caras adustas de sus compañeros le disuadieron. Se sentó en el suelo y sacando un poco de comida, y partiendo un trzo de pan, le dio unas migas a una cabeza de reptil que asomaba entre sus ropajes. 

-Toma pequeñin, que nos van a costar un cuento. Ah, mi nombre es Guybrush, ¿y el tuyo cuentacuentos?

No sé si esa es vuestra dirección, pero poco encontraréis de valor allí.

- Vaya lo siento- dijo mirando  a Jack- , parece que no vas a encontrar el tesoro que tanta ilusión te hacía. El mago ya se había olvidado por completo de que estaban aquí para buscar un tesoro y que le había dicho a estos desconocidos que estaban buscando setas

Bueno -dijo Gerald rascándose la cabeza- la verdad es que ni siquiera yo estoy muy seguro de cómo empezó todo esto. Mejor os lo cuenta Wistle, que es mucho mejor que yo explicando historias.

El clérigo decide ceder la voz cantante al bardo; al fin y al cabo, los cuentos épicos son cosa suya.

- Brr - gruño Thognar. No le gustaba contar todo aquello que les habia pasado a unos desconocidos, pero un poco de auto-satisfacción tampoco venia mal, y además así se quitaría a unos asaltatumbas de en medio - Los únicos que hemos estado desde el prrrincipio somos tu y yo Gerrrald. - dijo el enano mirando a los demás. - Rrresumiré parrra no eterrnizarrrrnos que tenemos que continuarrr el camino. Nos encarrrgarron limpiarrr un cementerrrio de un pueblo pues al parrrecerrr habian desaparrrecido varrrias perrrsonas y después los guarrrdias encarrrgados de darrr con dichas perrrsonas. Cuando llegamos alli nos dimos cuenta de que todo habia sido prrrrrofanado, los muerrtos rrresucitados y una pobrrre niña encerrrrada en una crrripta. La sacamos de alli y nos contó que habia sido encerrrrada por un clerigo osgo y sus ayudantes, unos bichos con forma perrrruna que acabarrrian siendo varrrags o algo asi. Conseguimos pasarrr una puerrta que jamás habia sido abierrrta, crreian que era una crrripta, perrro con un acertijo accedimos a un lugar subterrrraneo, una antigua tumba de un rrrey que hace mucho tiempo quedo olvidado de los librrros y que estaba "afestada" de monstrrruos. La mayorrria eran muerrrtos levantados porr los clerrigos malignos, supongo que perrseguian el tesorrro como vosotrros, perro despues nos enteramos de más. Habia una historrria parralela de una trrraición efectuada por uno de los caballerrros al rrey, y habia usurrrpado el trrrono, tambien tuvimos que acabarrr con él antes de poderr darr con el liderrr de los bandidos, magos-clerrrigos levanta zombies que errra parrte de la secta esa que ha dicho Gerrrald. Nos han pedido que detengamos a la secta, y que jurrremos defenderrr el bien contrra el mal. Todo es muy bonito, y muy alegrrre... brrrr--- lo único que me trrrranquiliza es que parece que hay bastantes tesorrros que han rrrobado y crreo rrrecordarr que dijo que podiamos usarrrlos si los encontrrrabamos, la espada del clerrrigo este es parrrte de ello. Mirrra como brrrilla, se nota que es acerrro enano. Nos podemos quedarr todas las demas cosas que encontrremos clarro... eso son... muchos bidones de cerrrveza enana parra mii  - concluyó.

La situación pareció calmarse al menos un instante, lo que dio tiempo al tipo de la armadura a explicar un poco más la situación.

Ya. Claro. No hay tesoros. Seguro. Bueno, no tienen pinta de que sean buenos buscando, lo mismo todavía queda algo. Mientras no se enteren de que queremos saquear las tumbas.

- Vaya lo siento- dijo mirando  a Jack- , parece que no vas a encontrar el tesoro que tanta ilusión te hacía.

El rostro de Jack era petro, no dejó entrever nada de lo que pasaba por su mente.
Por fortuna aquellos extraños no le dieron más importancia y el enano contó qué hacían allí.

Mierda. Eso sí que parece dejar listo el tema de los tesoros abandonados. Esa secta seguramente lo dejó todo limpio.

Bueno. Así que sois aventureros con una misión. Y decidme. Aparte de los objetos que encontréis, ¿os pagan algo más por ella?

Ya que se habían quedado sin tesoro lo mismo podían sacar algo más.

El gnomo, que se estaba aclarando la voz para hacer una bonita narración, quedó tan sorprendido por la larga respuesta de Thognar que olvidó por un momento la situación de tensión vivida hasta el momento. - No sabía que fueras capaz de hilar más de dos frases seguidas - le dijo en un susurrante tono jocoso. - Un guerrero enano con alma de bardo, quién lo iba a decir -.

- Aventureros no, otrora quizás - puntualizó al humano - Ahora somos adalides de la cruzada Rey Therom y nuestra recompensa es llevar a buen término nuestra tarea, que básicamente consiste en evitar que la secta de un príncipe demonio, Sertrous, lo traiga de vuelta a este plano con sus huestes de sierpes y se haga con el control de lo que ahora conocemos como vida. - explicó ampliando la información dada por sus compañeros.

- A nuestra misión solo le veo una serie de pegas,- añadió mirando esta vez a Gerald y al enano - la primera que solo somos tres y que yo soy más republicano que monárquico, pero bueno todo sea por no convertirme en esclavo de una serpiente. La segunda, y ahí te respondo, que no hay paga, pero se decía que Therom regentaba un próspero reino y que sus riquezas eran inigualables, y vamos detrás de los que han vaciado sus arcas. Y la tercera, y no por ello menos importante, que mis compañeros han obviado decir, o quizá ni siquiera se han parado a pensar en ello, que realmente servimos a un rey fantasma. -

Gerald no se había detenido a analizar cuál era el orden de servitudes que seguía en aquel momento. Dedicó un momento a aquel espinoso asunto.

Yo primero soy un servidor del Bien, claro. Lo he jurado hace poco.

Justo por debajo sirvo a Heironeous Iomedae, la encarnación de este ideal en la tierra.

Y después sirvo al Rey Fantasma en su misión de acabar con la secta esa. 

Sí, aquel parecía el orden correcto. Ponía por encima la Idea del Bien a su Personificación en la Tierra, y quizás aquello era un poco embarullado, porque ¿para qué iba a servir a una idea cuando podía servir directamente a la idea hecha carne, por decirlo de algún modo?

Pero todo aquello era demasiado complicado para Gerald; que sean los filósofos quienes se enfrenten a estos problemas. Él ya tenía su solución. Vertical y ordenadita, como tenía que ser.

Acabaramos. Aventureros y encima currando por amor al arte. Si es queee. Ni por esas nos favorecen los dioses.

Pero entre sus penas Jack pareció entender algo que le puso un poco inquieto.

Perdón. ¿Pero dices que estáis sirviendo a un Rey Fantasma? Un Rey Fantasma cabreado porque le han robado y que quiere que le devuelvan sus cosas. ¿Es eso?

Lo de servidor del bien y el tal Iomeralgo, que le sonaba a algún dios no maligno, lo podía entender, pero aquello de servir a un no muerto no lo acababa de ver.
Sí, cierto era que también habían hablado de una secta maligna, al parecer aun más que un rey fantasma, que quiere traer de vuelta a algún tipo de demonio. Pero quería aclarar antes un par de puntos.

Bueno, es... complicado -dijo Gerald dándole un par de vueltas a su nuevo y pesado casco. La verdad es que ni siquiera él estaba muy seguro de cómo iba toda la historia.

El rey era Bueno, y fue traicionado por un supuesto amigo. Ahora pide justicia y venganza -todo a la vez- y nos ha pedido que cacemos el mal que se engendró en aquellos tiempos; que persigamos a los seguidores de aquel que le traicionó. Parece que se han llevado grandes tesoros y riquezas, además de poderosas armas. Tenemos que dar con estos tipos, vaya.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que mientras hablaban, sus enemigos estaban cada vez más lejos. No había tiempo que perder. Gerald volvió a ajustarse el casco.

Bueno, ha sido un placer encontraros aquí. Nosotros vamos a seguir con la persecución.

Gerald dio un par de pasos hacia adelante, antes de volverse hacia aquellos curiosos visitantes. 

Si queréis, podéis uniros a nosotros. Os prometo grandes dosis de Honor, Gloria y Sabiduría al final de esta aventura.

Y Oro -añadió rápidamente, al notar la mirada algo decepcionada de Jack.- Estoy razonablemente seguro de que también habrá oro. Y joyas -añadió porque, ya total, de perdidos al río.

Rey bueno. Vale, típico.
Traicionado por un amigo. Vale, lo normal vamos.
Justicia y venganza. Vale, lo segundo es normal.
Grandes tesoros y riquezas. Vale, muy interesante.
Poderosas armas. Vale, ya no tan interesante que las pueden usar contra nosotros.

Cuando quedó claro que el trio se iba a marchar a seguir con su misión divina, o fantasmal, Jack pensaba desearles suerte y hasta otra. Pero entonces el clérigo, o paladin pues no estaba seguro, preguntó si les querían acompañar para conseguir la gloria y demás memeces. El Picaro iba a decirle algo pintoresco, pero calló enseguida al escuchar la última parte.

¿Has dicho ORO y JOYAS? Admito que has conseguido mi atención. Cuéntame más.

Miró al viejo mago.

¿Qué me dices viejo? ¿Acompañamos a esta gente un rato? ¿Al menos hasta ver a ese grupo o culto maligno?

Parecía que poco más había que añadir a aquel encuentro, así que se dirigiéndose al enano le dijo - Vamos Thognar, haz los honores y encabeza la expedición. - 

Creyó que no era menester decirle hacia dónde, pues si los recién llegados venían de la derecha, la única ruta posible era la izquierda, en dirección descendente. - Y ten cuidado que el suelo puede estar resbaladizo. - agregó.

Thognar asintío con la cabeza, y sin mediar más palabras, comenzo a descender por el pasillo, a paso lento pero seguro.

El esperaba que no se tubieran que repentir de agregar a dos desconocidos al grupo, pero por otro lado, y aunque no dudaba de su capacidad y la de sus compañeros Gerald y Mali, una ayuda nunca viene mal, aunque .solo sea para chupar ataques, una leve sonrisa se dibujo en el rostro del enano, al pensar en la última frase.

Guybrush aplaudió como…¿un loco?. ¡Me encanta la historia!, mi madre siempre decía que los bardos más feos cuentan las mejores historias, ja ja ja . Los ojos le brillaban como a un niño, se levando y dando unos saltitos se acercó al enano y le dio 10 monedas de oro. ¡Toma te los has ganado!

¿Qué me dices viejo? ¿Acompañamos a esta gente un rato? ¿Al menos hasta ver a ese grupo o culto maligno?

-Síiiii, Síiii, chilló, siempre he querido conocer a un Fantasma dicharachero. Y rey, además. Puede ser muy divertido. Tras un rato pensando continuó, aunque claro no sé si voy vestido para la ocasión, ¿tú qué crees? Pequeñín?, dijo dirigiéndose a la cabeza de reptil que asomaba entre sus ropajes. Si estoy de acuerdo, habría que pasarse por una sastrería. Bueno no te preocupes, quizás encontremos una de camino, dijo mientras echaba a andar detrás del enano

Thognar miró hacia atrás. Estaba claro que aquel tunel, por donde estaban andando ahora, lo habian excavado recientemente y de manera algo abrupta, quizás con una mezcla de picas y de magia. ¿Queria eso decia que habia otro mago a parte de Xeron en el grupo? Aunque, por otro lado, tenia el aspecto de un túnel que alguien hace cuando está buscando minerales o piedras preciosas.

Continuaron andando durante mucho tiempo. Quizás la luz del mago y del clérigo eran lo único que les salvaba el abismo entre la normalidad y la absoluta clautrofobia. El aire era denso y cargado y se notaba la falta de oxigeno. Y de pronto, pareció cambiar. El aire que venia del interior del tunel parecía venir vibrante desde dentro, traía consigo el olor del aire cuando va a haber una tormenta.*

Las últimas palabras del mago le dejaron bastante inquieto sobre todo porque carecían de sentido lógico. Además le preocupaba que en el momento menos pensado se pudiera poner a hablar en voz alta y pudieran descubrirles por ello y hacerles perder el factor sorpresa, por ello, le instó a mantener silencio durante la travesía. 

- Disculpe, de aquí en adelante conviene avanzar en el mayor de los silencios posibles, es peligroso y que nos descubran puede ser fatal. -

La bajada por el pasillo se prolongó en el tiempo y siempre en dirección descendente lo que tornó el ambiente enrarecido, agobiante y opresivo, incluso para él, que se había criado entre túneles. 

¡De pronto!, el aire pareció cambiar y el gnomo se detuvo un instante pues algo en él le resultó familiar.

Notas una gran concentración de poder mágico de "Tierra" un poco más adelante.

- Quieto Thognar - susurró a su compañero que iba en cabeza confiando en que el resto también se detendría - percibo una gran concentración de magia elemental más adelante. Siento no poder ser más preciso por el momento, pero como me temo lo peor dadme un momento a ver si soy capaz de detectar algo más. Estad alerta porque puede que lo que voy a hacer revele nuestra posición.-

Rompiendo el silencio en el que se habían mantenido hasta el momento alzó la voz mientras sus manos tocaban los hilos de la magia que le rodeaban para comprenderla mejor - magicae deprehendere¹ - 

Malickud usó el detectar magia, pero lo que esperaba averiguar seguro que no se parecía en nada al resultado que tuvo. Cierto es que descubrió que se trataba de alguna magia de la escuela de conjuración, pero su poder era tan grande que casi le dejó ciego.

Aturdido, deslumbrado y algo mareado, el gnomo cayó al suelo. Una cosa estaba clara, cualquier fuente magica con ese poder, no parecía ejecutado por un mago, por fuerte que fuera.