Partida Rol por web

¿Dónde narices estamos? ¿Qué es eso exactamente? -dijo Gerald, señalando a los agujeros.

El polvo empezaba a acumularse alrededor de los pequeños túneles. Suponía que, arrastrándose a gatas, serían capaces de meterse por allí. Pero, ¿por cuál se habrían escapado los tipos esos?

Gerald agarró la antorcha del bardo y empezó a investigar los túneles. 

Probablemente se habrán ido por el que tenga menos polvo acumulado... Mientras llegan esos dos, intentemos averiguar si hay algún rastro que podamos seguir, ¿de acuerdo?

Comenzaron a descender y de pronto,... *crack*. Una de las piedras donde Thognar estaba agarrado se soltó y el enano comezó a caer. Jack, un poco más abajo, vio pasar el cuerpo del enano y perdió la concentración el tiempo suficiente como para perder el apoyo que tenía. Los dos cayeron al abismo a una gran velocidad... el suelo estaba cada segundo más cerca...
 

Malickud, entre la densa oscuridad vio aparecer al enano y metros después al joven Jack, no estaba seguro de haber escuchado sus voces al caer, pero estaba preparado para ello, no es que lo desease ni mucho menos, le fastidiaba tener razón en situaciones así, pero no podía dejar morir a aquellos dos, sin embargo las particularidades del nodo podía jugarles una mala pasada y no dejarle conjurar adecuadamente.

- NE CADAT - dijo alzando la voz recordando la forma en la que un rato antes había lanzado el conjuro. 

Contuvo un momento la respiración y al ver que ambas figuras reducía su velocidad de caída suspiro aliviado. 

- Ya estamos todos - dijo una vez se posaron en el suelo. - Aunque creo que tendremos que esperar unas horas hasta que la energía transportadora del nodo nos envíe a otro lado. Podemos echar un rápido vistazo por la zona y luego descansar para prepararnos para el salto. Es una teleportación así que cuando llegue recomiendo estar con las manos unidas para maximizar las posibilidades de que el punto de destino sea el mismo para todos. - 

El suelo liso de la hondonada era aproximadamente circular. El aire allá abajo estaba cargado con energía y el abundante olor que acompañaba a las tormentas. Pequeños agujeros, ahora distinguibles con la luz, perforaban las paredes cerca del suelo, abriendose como docenas de pequeños túneles que se internaban de nuevo en la oscuridad (apenas dos pies de alto). El polvo, opaco, estaba amontonado alrededor de los bordes del círculo, más abundante cuanto más cerca estaba de los agujeros.

En la cabeza de Thorgnar, solo resonaban unas palabras, mientras descendia....

- Tampoco pasa nada,- añadió en tono conciliador y condescendiente mirando a Thognar - hay determinados caminos que no están pensados para que todo el mundo pueda recorrerlos, arriba tenéis un mundo ignorante y lleno de tabernas con cerveza, volved a él. - 

- Espero que no tengas que lamentar tu falta de valor.

Esta falta de concentración, junto con la mala suerte, hizo que no se fijara en la piedra suelta a la que se estaba aferrando, y cayera al vacio. Thorgnar y su compañero Jack, estaban en un buen aprieto...

Cuando el choque era inminente, apreto los dientes, por que sabía que aquello iba a doler, y aunque era duro de pelar, no las tenía todas.

Pero de repente, perdio velocidad de golpe y comenzo a descender los últimos metros, como si fuera una pluma de un pájaro.

Al llegar al suelo, hecho fijo su mirada en Malickud y no parecia muy amistosa... ¿?Mundo ignorante¿?, ¿?falta de valor?¿ Alguien se va a comer unos cuantos dientes Comento Thognar, mientras se dirigia hacia Malickud, apretando el puño derecho, contra la palma de su mano izquierda.

Jack vio caer al enano, no podía hacer nada por él pues si intentaba agarrarlo seguramente caerían los dos hacia abajo. Aun así trató de hacer algo, lo cual demostró que era una estupidez pues al intentarlo perdió apoyo y cayó al vacio junto a él.

Menuda manera más estupida de morir. Por una caida.

A pesar de sus pensamientos negativos, parecia que aún no había llegado su hora. Pues en el último momento su descensó se ralentizó lo suficiente como para ser un simple encontronazo en lugar de chafarse contra el duro suelo.

Vaya. Gracias viejo. Ya pensaba que no lo contabamos.

En un principio creía que había sido cosa de Gaybrush, pues a pesar de su estado mental cuando estaba lúcido era un mago competente. Pero resultó que no, que era cosa del bardo.

Oh. Perdona. Creía que...No importa. Muchas gracias por salvarnos la vida. Te debo una.

¿Pasar al otro lado? ¿A qué se refería el bardo?  Gerald no entendía nada...

Pues yo creía que ya habíamos llegado hasta donde teníamos que llegar. Y si tenemos que cogernos las manos para ir a parar al mismo sitio... ¿Significa eso que quizás el nodo tenga distintos puntos de llegada? Entonces, ¿cómo vamos a encontrar a los tipos a los que perseguimos? A saber dónde habrán ido a parar.

Un grito rompió las reflexiones de Gerald; Thognar y Jack estaban cayendo al vacío, y poco podían hacer para evitarlo. Al menos hasta que Malickud reaccionó con rapidez y detuvo su caída. Al ver que, pese a seguir vivo, el enano seguía cabreado, Gerald intentó poner algo de paz.

Bueno, por un lado te ha dicho no sé qué, y por el otro te ha salvado de darte contra el suelo. Yo diría que estáis en paz, ¿de acuerdo? La próxima vez, tú le insultas a él y después le salvas la vida pegándole un hachazo a algún capullo con malas pulgas que venga a por nosotros, ¿estamos? A mí me parece un trato justo.

El gnomo, tras obrar su magia, no esperaba una reacción así del enano, de hecho, había evitado hacer comentario alguno del estilo - Ya lo avisé - o algo por el estilo, para no provocarla, pero al verla trató de emplear a Gerad como escudo interponiendo el cuerpo del clérigo entre Thognar y él.

Aprovechó la irrupción de Gerald para añadir, - Mira Thognar, que no has tenido el valor de saltar con nosotros es un hecho, lo han visto todos. Que no eres un buen escalador también ha quedado patente. Si no tienes intención de fiarte de tus compañeros mas te valdría haberte quedado tomando cervezas en el último bar y no responsabilizarme a mi por tus malas decisiones que además me han obligado a emplear un conjuro que de otra manera me habría ahorrado. Dame las gracias por no haberte dejado estrellarte contra el suelo en vez de intentar romperme la cara. -

Las palabras de Gerald, dieron que pensar al enano, pero entonces Malickud volvió a entrar en acción, y no solo se oculto detrás del clérigo, el valiente bardo, si no que le volvió a repetir que no tenía valor, que se fuera a su casa, que era un patoso escalando y que solo hacía que gastar recursos al grupo. Seguramente, si hubiera tenido su hacha a mano, la hubiera sacado y se la habría clavado en la cabeza, pero al no tenerla, se contentaba con darle unos cuantos puñetazos.

Gerald había intentado que la paz y la concordia reinaran en el grupo, pero no había habido suerte y el bardo había abierto su bocaza más de la cuenta. Ante aquella sarta de mofas y afrentas, el clérigo no pudo hacer más que apartarse y dejar que el enano y el bárbaro resolvieran sus diferencias como buenamente (o malamente) pudieran.

Yo he hecho lo que he podido -dijo acercándose hacia Jack y Guybrush-. Dejadme que os diga que esto no es habitual, pero bueno, a veces, cuando no tienen enemigos a los que insultar o machacar, pues... ya se sabe lo que pasa.

El gnomo ante la insistencia del enano en golpearle y ante la burda escusa de Gerald para no tomar partido, viendo que realmente Thognar iba en serio, se separó del sacerdote, dio un paso al frente para encararle con las manos en alto y le dijo - Venga que todos vean lo valiente que eres golpeando a una criatura indefensa. - 

Thognar intentó agarrar al gnomo, que no se planteaba ni esquivar el ataque, sin embargo calculó mal la distancia y se le resbaló. Se quedaron frente a frente, aunque bien era cierto que el gnomo no estaba plantando cara. ¿Serian suficientes sus palabras para calar en la cabeza dura del enano? Al fin y al cabo ya llevaban un tiempo juntos y se conocían de sobra.

Aquel no era ni mucho menos el día del enano, y aquel resbalón no podía ser sino la puntilla a un cúmulo de despropósitos. 

El gnomo evitó cualquier comentario ante la calamitosa intentona de Thognar por golpearle, y simplemente le tendió la mano para ayudarle a que se levantara.

Jack se había apartado un poco al ver al enano tan enfadado. No estaba seguro de por qué venía aquello, pero claro. Tampoco los conocía lo suficiente. De hecho no los conocía nada. Lo mismo era hasta normal.

Y yo quejandome del viejo.

El clérigo vino a decir que no era lo normal. Pero tampoco se le veía muy seguro.

Ya. Bueno. Yo no suelo soliviantar a ningún enano. Pero aun así parece que se toma las cosas muy a pecho este. ¿Habéis tenido alguna baja en vuestro grupo?

Thognar cogió la mano de Malickud y sonrió,  pero sin soltarlo, le dio una colleja amistosa con la mano abierta.

El bardo siempre le gustaba increparle  y el siempre respondía de manera enanil, dándole una colleja. Era un juego que tenían entre ellos y a veces la situación parecía muy dura, sobre todo para los que no los conocían.

La cabeza del mediano desapareció bajo la manaza del enano, la fuerza del golpe, suficiente para dejar inconsciente a más de uno, dejó una gran rojez en la zona en la que había golpeado.

Retiró la mano que le había tendido a Thognar, escupió al suelo, y se giró apartándose en silencio del grupo, mientras con su mano frotaba la zona dolorida.

Luego miró alrededor buscando lo que le podía parecer un buen lugar, extrajo su saco de dormir, lo extendió y se acostó allí mismo.

Guybrush se había pasado la escena observando el polvo y los agujeros. Era muy curioso que se amontonaran cerca de ellos y no en el centro. Además, quizás eran unos agujeros pequeños para ir por ahí…

Vosotros que sabéis lo que hacemos aquí, dijo dirigiendose a nadie en particular. Si estamos siguiendo a alguien, ¿por donde se han escapado? O son muy chiquitines… ¿Perseguimos a unos muñecos de juguete? Dijo mesándose la barba que no tenía.

Al oír la bofetada se dio media vuelta. La verdad no comprendía a estos juglares. Si al le saludaran con la misma fuerza que al gnomo, pues le habrían desmontado. Menos mal que Jack era más sensible para con las personas mayores.

Yo he hecho lo que he podido -dijo acercándose hacia Jack y Guybrush-. Dejadme que os diga que esto no es habitual, pero bueno, a veces, cuando no tienen enemigos a los que insultar o machacar, pues... ya se sabe lo que pasa.

-Bueno, tengo entendido que las discusiones entre juglares son frecuentes. Y la verdad el juglar feo, lo ha hecho muy bien antes. Supongo que será un tema de quien va a contar la próxima historia. Espero que sea igual de buena que la ultima….

-En cualquier caso, creo que iré a por las cuerdas. Dijo mirando hacia arriba. Que la juventud ya no le dais valor a nada. Y cuesta mucho ganar el dinero. Dicho lo cual se alejo volando a recoger las dichosas cuerdas.

El mago se acercó al borde para ver bien los agujeros, y se dió cuenta de que en los montones de polvo había algo más que polvo. Estaba formado por cientos de caparazones de insectos medio desintegrados que se apliaban formando los montones. Seguramente fueran, por la forma que tenian, caparazones de cucarachas.