Partida Rol por web

30 de julio de 1918 14:10 hs, Universidad de la Sorbona, París

Guiados por los pasos presurosos de la señorita Floret, caminando entre la gente que pulula por las calles, se adentran en el principal centro educativo de Francia. La universidad de La Sorbona ha sido durante mucho tiempo el sitio dónde tanto las ciencias como las diferentes disciplinas filosóficas, humanísticas y profesionales se han desarrollado y perfecccionado. Actualmente la universidad es pública y permite a muchos franceses (y extranjeros) acceder a los servicios y contenidos que ofrece.

También cabe destacar la biblioteca que se guarda tras sus muros, que es el lugar a dónde se dirigen. Miles de tomos reposan allí; tanto de noveles escritores e investigadores como antiguos y casi olvidados. Como si estuviesen esperando en grave silencio ser leídos, repartir su conocimiento en el mundo.

30 de julio de 1918 15:15 hs, Montmartre, París

En una colina a la derecha del río Sena se encuentra el distrito de París considerado el lugar de artistas por excelencia. Montmartre, con sus peculiares callejuelas, pequeñas, torcidas y empinadas, es el hogar de muchos compositores, músicos, bailarines y pintores; así como también alberga la histórica Basílica del Sagrado Corazón, cuya cúpula corona la cima, numerosos restaurantes, bares y sobre todo burdeles y casas de cabaret. La zona es conocida por ser el sitio ideal para buscar diversión nocturna de la calidad y el precio que alcance el bolsillo, pues hay para todos los estratos sociales.

La joven bibliotecaria los recibe amablemente, aunque algo carente de simpatía. Anota rápidamente sus nombres en el registro de asistencia del lugar y pasa a informarles de manera breve sobre las reglas respecto a cómo tratar los libros allí y la conducta esperada. Les pide que seais silenciosos y que tengais cuidados con los viejos tomos.

Si necesitan ayuda podrá prestarles una mano si tiene un rato libre.

Tras preguntas y consultas, a algún distraído transeunte o en un pequeño bar, Marjorie utiliza sus rudimentarios conocimientos de francés para encontrar al artista conocido como Sylvain D'Agre en el café Les Deux Moulins. Según les han comentado, Sylvain es dibujante y pintor, pero con tendencia a querer plasmar algunas de sus obras en pieles de jóvenes bonitas y con suficiente necesidad como para tatuar por dinero para subsistir.

En el momento en que entran al pequeño bar, pueden ver sin muchos problemas al hombre que les han descrito con detalle, sentado en la mesa, bebiendo cognac y riendo con dos amigos.

Pese a lo que pudiera parecer Brick, con su constitución de toro y su expresión de maleante, no era un completo zopenco y menos aún un ignorante. Su padre, que habría preferido que tomase las riendas de la empresa familiar en lugar de ver partir a su hijo con el ejército, lo había instruido bien procurándole siempre los mejores profesores y estimulandole lo mejor que pudo. Gracias a él no era un necio, poseía amplios conocimientos y estudios y, si bien los tenía algo oxidados y no eran su fuerte, no se desenvolvería del todo mal en la Soborna.
Aquel sitio era fantástico, toda una oda, desde sus cimientos hasta su tejado, a la cultura, a la historia, a la información. Sabia que su desconocimiento del idioma frenaría su búsqueda pero no podía dejar sola a la señorita Floret, además, prefería vérselas con eruditos que con artistas. Los artistas tenían un concepto muy elevados de si mismos y no solían tolerar bien a los soldados. Que sus compañeros más diplomáticos tratasen con ellos, él podría entenderse con los libros.
Tras conseguir una pluma y una hoja en blanco se la tendió a su compañera.
—Puede que no sepa francés, pero si escribe las palabras de aquello que vamos a buscar en la lengua del amor creo que podré ir trayéndola los libros que tengan esa palabra en su lomo.

- Pardon, ¿Monsieur D'agre? - preguntó con fuerte acento norteamericano, esperando a que confirmase sus sospechas.

Con intenciones de evitar algún que otro conflicto me siento en la mesa donde se encontraba la persona en cuestión y le permito hablar a Rob, parecía que algo sabía de francés por lo tanto no debía esforzarme en tomar la iniciativa.

Indicándole con la mirada a Johan para que tome asiento del otro lado, le dedico una sonrisa al tatuador a modo de cordialidad para fingir delante de los presentes que conocíamos a este sujeto y no levantar sospechas de las cuales no saldrían muy caras. 

Tomé una silla y me quedé mirando el papel que me acercaban. Me quedé unos segundos meditando cómo seguir, quizá parecieron minutos eternos a mi acompañante. 

Junto a "Rob" y la dulce enfermera Marjorie salimos del bar y nos encaminos en busca de respuestas. Me mantengo en total silencio mientras andamos, estaba demasiado metido en mis pensamientos como para prestar atención a otras cosas, mi padre aún seguía en el hospital, metido ahí por mi culpa, teníamos tatuajes que no podíamos explicar, todo lo que estaba pasando era simplemente agotador en todos los sentidos.

Llegamos a un bar y sin dificultad encuentran al hombre en cuestión, la enfermera se sienta y  me indica que haga lo mismo, no me lo pienso dos veces y me siento a su lado, saludo al hombre con un movimiento de cabeza y dejo que Rob, quien toma la iniciativa prosiga.

A ver, veamos, primero necesitaríamos consultar algo general con la palabra symbole símbolo. Algo muy general, lo sé, pero para ver si encontramos un dibujo parecido al que tienes en el brazo. También estoy pensando quizá consultar Bestiaire porque en las listas de bestiarios de los pueblos y épocas diversas se pueden encontrar cosas interesantes. De momento comenzaremos nuestra búsqueda con esto. Me ayudas entonces a identificar estas palabras en aquellos libros grandotes? 

Tras dos horas de arduo trabajo, entre ambos investigadores logran reunir pilas de libros. Cientos, demasiados. La verdad es que dejaron de llevar libros a la sala de lectura debido al volumen que no dejaba de crecer.

Aparentemente las palabras buscadas eran algo demasiado general, por lo cual Charles terminó incluyendo demasiados volúmenes, algunos totalmente fuera de tema pero que tenían términos aparentemente relacionados, otros que estaban repetidos o eran reimpresiones de los que ya estaba intentando hojear la joven profesora.

Los pocos aciertos correspondieron a bestiarios medievales ya conocidos por Virginia, con criaturas tan populares como el grifo o el dragón.

La verdad es que nada de esto aportó nada nuevo y les dejó con la sensación de haber perdido tiempo. Revisar todos esos volúmenes les podría llevar días, incluso semanas teniendo en cuenta que solamente uno de ellos podía entenderlos.

Ante el áspero francés de Rob, el artista le devuelve el saludo de manera jocosa, pero sin hacer el más mínimo esfuerzo por hacer que el psicólogo lo entienda.

-Saludos, amigo americano. Ante...- aquí las palabras parecieron salir muy atropelladas y enredadas debido al alegre estado del hombre, muy probablemente debido al alcohol -...un buen vino, usted también señorita-

Terminó la frase levantando el vaso y sonriéndote. El semblante del hombre se muestra amistoso y es evidente por las caras de Johan y Rob que ninguno de ellos ha logrado pescar nada de o que dice. Parece que Marjorie estará sola al parlamentar con los artistas locales.

Vueltas y más vueltas, el susurrante pasar de las hojas, la cabeza llena de letras, francés concretamente, formando palabras que no entendía, apabullámdole, superándole. La mesa llena de libros, cargada hasta arriba. La expresión de Floret, cansada.
—Diablos, buscamos una aguja en un pajar —masculló, dándose cuenta de su pequeña blasfemia—. Perdón, señorita, a veces me olvido de que no me encuentro en el frente, rodeado de mis rudos compañeros. Supongo que no estoy hecho para permanecer mucho tiempo en tierra civilizada.—Ni en zonas tan eruditas, pensó.
Cargaba todo el peso de la investigación sobre los hombros de la entregada mujer. La joven profesora conocía el idioma pero, como él, daba palos de ciego. Era imposible encontrar el dibujo en uno de aquellos manuales. Eran demasiados libros. Él no tendría la paciencia suficiente.
Se levantó, paseó sonoramente de un lado a otro hasta que le llamaron la atención. Pidió disculpas. Se volvió a sentar, en silencio, muy serio, y entonces, una idea, o un atisbo. ¿Y si...? Bueno, había abordado el tema desde hipótesis, supuestos y temas abiertos. ¿Y si se concentraban en datos concretos que ya conocían?
—Espero que haya periódicos en esta biblioteca—dijo a su compañera mientras se ponía en pie tras garabatear tres líneas en un papel.
Se acercó a la bibliotecaria, esta vez no la pediría una búsqueda muy exahustiva. Solo tres nombres.

"Peter Stres
Seizassons
Capitán Lombard, fallecido (Periódico)"

Es una muy buena idea la de fijarnos en periódicos. Con respecto a la imagen que quiero encontrar en estos libros no está, o deberíamos volver y saber si alguien pudo dar con algún tatuador y que nos asevere al menos haber visto antes ese dibujo o forma y que nos diga si tiene un nombre en especial, y de ahí volver a buscar si es que eso que buscamos está en libros. No sería mejor así? 

Con respecto a los diarios, qué encontraremos?

—Mi orgullo me impide volver con los demás sin haber incontrado si quiera el indicio de una pista, señorita Floret —dijo Brick, algo serio.—Dejemos que sean nuestros compañeros quienes descubran algo sobre el tatuaje. Si lo hacen, volveremos aquí en busca de más información. El tatuaje no es cosa nuestra, no hasta que tengamos un nombre o algo con lo que relacionarlo. —Esperaba que sus compañeros estuvieran teniendo mejor suerte —.Quiero ver que dicen los periódicos sobre la muerte del capitán Lombard, tanto los más serios como los más sensacionalistas, tal vez algún periodista chupatintas ya haya hecho la investigaciones que estamos haciendo.—Indicó, al menos sabrían como el mundo había recibido aquella extraña noticia—.Seizassons es la zona donde sucedió nuestro...desvanecimiento. ¿Habrá historias sobre el lugar? ¿Petenecen las tierras a algún noble? Y luego está Peter Stres, un nombre envuelto en un misterio. Cualquier indicación que encontremos sobre él será de gran utilidad...

La señorita Merle los oye de pasada y se acerca mirando con ojos abiertos mostrando una tibia sorpresa, aparentemente desaprobando la cantidad de libros que han sacado.

-Digsculpe, monsieur Congroy, no egxiste hemegroteca en La Sorbona. Pegro sobgre Seizassons, segugro podrá encontrar Virginia, oui?- Habló en un inglés muy básico, haciéndole aun señal con la cabeza a la joven francesa.

Las palabras de la bibliotecaria parecen despertar ciertas ideas en la señorita Floret, quien luego de unos minutos de sileciosa meditación se pone a buscar datos sobre la región francesa de Seizassons.
Con la ayuda del enérgico Brick, rápidamente se hacen con un libro que habla de los distintos parajes de aquella comarca, especialmente del único castillo presente. Una antigua construcción denominada "Tournoir" del cual se dice que fue construido sobre un antiguo asentamiento celta.

No es mucho, pero es un nombre para seguir averiguando.

El reloj de la bilioteca marca las 16 horas.