Partida Rol por web

Mientras se encamina hacia el muro, el cual saltará, piensa que lo fácil seria abrir un portal y aparecer a la espalda de la mujer, pero haciéndolo de esta manera, podrá observar a la mujer y estar preparada para abrir un portal si la ataca y sorprenderla, según sae sus intenciones. Además así es mas divertido y el gordo sudara mas , que si lo hace rápido.

Laura camina entre la maleza, observando un punto indeterminado del bosque circundante a la casa, cuando una figura aparece en lo alto del muro. Una chica de pelo rubio, largo y liso, se encarama al tabique de piedra y salta al exterior, directamente ante la joven intrusa de cabello negro. Parece mostrar una actitud agresiva, desafiante, como si su mera aparición fuera un buen motivo para empezar a dar explicaciones.

La intrusa desvía un instante la mirada, y comprueba que aquello que había atraído su atención en el bosque, ha desaparecido.

Un poco más allá, entre la espesura, alguien más las observa, sin ser vista. La aparición de Katia hace que la reconozca como aquella a quien andaba buscando.

Te desplazas a través de las sombras comunes del exterior y el interior de la sala, adentrándote en su negrura para brotar de ella como un oscuro hijo tenebroso. Los internos dan un respingo al verte aparecer, no en vano eres el objeto de sus pesadillas encarnado, pero no tienen espacio para más miedo del que ya están pasando. Es el negro desconocido el que reacciona a tu presencia.

Tú no has sido invocado, oscuro ser de sombra -Dice con una voz reverberante, con el mismo tono sagrado- Signo no tiene planes para ti, que no formas parte de su oscuro designio. Vete ahora, y no entorpezcas la gran obra.

Enrique, TU Enrique, comienza a agitarse sin control. Como si miles de heridas le estuvieran perforando desde el interior, grita desconsolado y furioso, grita de rabia y dolor, hasta que su cuerpo comienza a llenar sus ropas y destrozarlas, creciendo desmesuradamente. Su piel comienza a perder bello corporal y cubrirse por una especie de dura piel escamosa, y de sus manos y pies surgen grandes garras. De su espalda brota de repente una larga cola de reptil, y al alzarse, su rostro se ha descompuesto en la cabeza de un lagarto.

- Vaya,mira lo que tenemos ,aquí. Si vienes a cargarte al seboso, deberías ser mas cuidadosa con tus movimientos, sin contar que ddeberías estudiar la zona y saber si tiene vigilancia.

Sus ojos brillan de una manera inusitada,como si por instantes su verdoso color se convirtiera en rojo fuego.

-El gordito me paga una buena pasta por protegerlo, y me encanta el olor del dinero. Así que dime, ¿ me lo vas a poner fácil y largarte o quieres hacerme pasar un buen rato jugando contigo?

Sonriendo,maliciosamente. 

Laura observa a la chica rubia que aparece y la mira de arriba abajo, no sabe a lo que se refiere con el gordo, asi que pone cara de sorpresa, entonces dice:

- Espera, estas diciendo que ahi vive un gordo ceboso que te paga a ti para que le protejas

Lo dice mientras sonrie levemente, tras lo cual suspira y dice:

- A mi ese gordo ceboso que dices me da igual, no es algo que me interese, solo caminaba por aqui para ver, como decirlo...como era esta casa, pero veo que no es demasiado interesante

Camina hacia la chica para acercarse un poco, sonrie picaramente mientras le mira descaradamente y dice:

- Lo siento pero no me apetece bailar con nadie, asi que adios

Dice mientras hace un gesto de despedirse con la mano y usa sus habilidades para marcharse de alli 

Kassandra estaba escondida, esperando a que todo ocurriera, y cuando escuchó la brusquedad con la que la mujer rubia habló, no pudo evitar sonreír.

Esa es la mujer que busco -pensó mientras escuchaba la conversación, parecía más un perro guardián que una mujer, y amenazaba mucho en vez de actuar, eso era un fallo, en su cultura se le dejaba hablar y amenazar, pero cuando se iba a ir se encontraba con un puñal clavado o algo así, no se habla, se actúa.

Estuvo tentada de salir y decir algo, pero era algo prematuro, se iba a esperar a ver a la mujer que presumía de vigilancia y parecía que a ella no la habían detectado.

O eso creía.

Cuando entro en la sala, no presto ninguna atención a los internos, no son ellos quienes me preocupan.

Y cuando el extraño se dirige a mi con sus presuntuosas palabras mi indignación llega a su punto álgido. Las sombras se arremolinan a mi alrededor lanzando pequeños zarcillos a un lado y a otro, pero las sujeto a mi lado como quien contiene a unos sabuesos hambrientos.

Puedo prometerte que esto será doloroso, y no será rápido.

- No tienes poder para invocarme, y no has sido invitado. Aprieto los dientes con fuerza y las sombras comienzan a extenderse por el suelo en dirección al extraño, pero cuando Enrique grita las sombras se detienen dubitativas, esperando...

- No lo entiendes, pero te haré entender que Enrique es mio, MIO.

Antes de que pueda actuar Enrique comienza a cambiar y cuando observo como sus brazos comienzan a adquirir un tono verdoso, el pelo comienza a desaparecer de su cuerpo, para terminar convertido en un extraño reptil, ladeo la cabeza observando con curiosidad.

¿Has estado siempre ahí dentro esperando?

Y entonces desato las sombras, sobre Enrique y el extraño.

La desconocida del pelo oscuro, tras poner unas disculpas y hacer que no sabe de qué va el tema, algo que bien podría ser verdad o no, desaparece sin más. En un simple parpadeo, su figura se vuelve intangible, rodeada de un brillo similar al flash de una cámara de fotos, y al instante siguiente deja de estar ahí.

Katia mira en todas direcciones, buscándola. Es consciente de que algunos de esos tipos capaces de teletransportarse están limitados a una distancia concreta, o al menos es lo que ella sabe acerca de la magia de portales. Aún es posible que esa misteriosa mujer ande cerca. Sin embargo, no es a ella a quien ve entre la vegetación circundante, sino a otra mujer, rubia y bastante hermosa, que se encuentra oculta tras unos matorrales.

En ese momento, se oyen unos disparos en el interior de la casa.

Haciendo uso de tu poder, el mundo se doblega a tu alrededor para desplazarte por la única vía que es más corta que la línea recta. Una vez lo hiciste con un trozo de papel. Dibujaste dos puntos, cada uno en un extremo, y pensaste en esa teoría de la línea recta, así que la trazaste entre ambos puntos. Entonces, cogiste la hoja y la doblaste hasta hacer coincidir los dos puntos en el mismo lugar. Fue una manera de comprender cómo funciona tu poder.

Y ese poder te lleva al tejado de la casa. Desde allí ves el muro exterior, al otro lado del cual te encontrabas hace un instante, con esa molesta mujer. Ahora, desde tu posición, no logras verla, pero supones que se encuentra al otro lado de ese mismo muro.

De repente, del interior de la casa te llegan sonidos de disparos.

Concentras toda tu esencia, haciendo supurar el terror por los poros de tu tenebrosa piel. La satisfacción te invade cuando notas a esa cosa en que se ha convertido Enrique dar un paso atrás, amedrantada. Sin embargo, el otro desconocido no parece verse afectado. Al contrario, se sitúa junto al hombre reptil y acaricia tranquilamente su cabeza escamosa, haciendo que recupere la compostura y despierte en él una cierta fiereza.

Hijo de la sombra, no eres más que una pequeña piedra en el sendero de nuestro destino. El oscuro designio no puede ser refrenado por una mera sombra.

Las ropas negras del desconocido comienzan a agitarse, envolviéndose en sí mismas y encogiéndose en una sombra menguante, que finalmente, desaparece del todo.

Te quedas solo, con Enrique, quien parece dispuesto a convertirte en la primera víctima de su nueva condición.

Se habia transportado al tejado, alli tenia una mejor perspectiva de la casa, al menos de su patio interior y sobretodo not enia a esa tipa al lado que se creia algun tipo de maton chulesco. Mira hacia la casa cuando escucha varios disparos:

- Vaya, parece que dentro esta la cosa bastante animada, bueno mejor asi si se distraen podre estar en otras zonas mas tranquila, bueno, vamos a pillar algo, que si ese gordito tiene una securata que esta fuera protegiendole mientras dentro le disparan quien sabe a lo mejor es porque tiene cosas interesantes

Comienza a caminar hacia la puerta que da acceso a la terraza para entrar en el interior de la casa, camina con tranquilidad pero tratando de escuchar que es lo que sucede con los disparos, no quiere acercarse a la zona de los disparos, por el momento es mejor estar en una zona mas tranquila, donde la gente de la casa no este tan presente

Kassandra se vio descubierta por la mujer, por lo que optó por salir de su escondite para hablar con esa mujer, preguntarla si era quien ella creía y, si era así, que la ayudara en su búsqueda pero en ese momento se escucharon los disparos.

Maldijo por lo bajo y, antes de que hubiera problemas alzó sus manos con su arma favorita- No tengo nada que ver, solo quiero hablar contigo. Si quieres te ayudo para que podamos hablar antes.

Ayudar a un vulgar humano, quien la iba a decir eso a ella en su día.

Me siento desconcertado cuando el extraño no muestra temor alguno, y entorno entonces los ojos observándole con atención, pero sin llegar a perder de vista a Enrique.

¿Quien eres?

Me siento realmente furioso, con que derecho me arrebata lo que es mio.

- La noche puede llegar a envolverlo todo. Cubriré tus sueños de sombras hasta que no puedas ver ni un ápice de luz, verás como esta piedra puede hacerte tropezar.

Mientras estoy hablando veo como desaparece.

Te encontraré, estés donde estés. Pero ahora debo resolver lo de Enrique.

Centro mi atención de nuevo en Enrique. - Hemos pasado muy buenos momentos Enrique, comento con fingido pesar, - pero entiende que no puedo consentir esto.

Mi error, subestimar la nueva condición de Enrique, no espero que actúe primero, y me recreo en el momento.

La bestia que antes era Enrique se apresura a actuar. Apenas si tienes tiempo de reaccionar, cuando despliega una vertiginosa velocidad y ya lo tienes encima. Ni siquiera ves sus zarpas moverse ante ti, tan sólo sientes un impacto en tu costado, y parte de la esencia oscura que te constituye desprendiéndose de tu cuerpo físico, mientras el reptil pasa de largo después de golpearte. Miras tu costado, y ves la herida, manando esencia de sombra que se descompone en el aire.

Te giras, dispuesto a plantar cara a la bestia antes de que te vuelva a embestir, pero la ves levantando un pesado mueble que ejerce de surtidor de agua. Temes que lo emplee para arrojarlo contra ti, pero te sorprende ver que lo estrella contra una de las ventanas. El cristal, pese a ser de seguridad, se resquebraja y descompone al paso del mueble, y Enrique se abalanza hacia la ventana, dispuesto a escapar, saltando al exterior sin miedo alguno.

Enrique ha huido.

Ese rival de sombras te lo ha arrebatado.

Continuo en el suelo cuando Enrique atraviesa la ventana. Entorno mis ojos al mirar al exterior, demasiada luz.

Intrigado y sorprendido por el comportamiento de Enrique, ¿cómo ha vencido su miedo al exterior? si hasta se asustaba al mirar por la ventana.

Siento el deseo de seguir a mi presa, de comprobar si el miedo que puede sentir esa criatura es capaz de saciar mi hambre, pero no es el mejor momento para hacerlo, demasiada luz. Puedo esperar...Con los años he aprendido a cultivar la paciencia. Miro hacia atrás, al resto de los enfermos y poniendo el indice sobre mi boca, les conmino a guardar nuestro secreto.

Ahora debo esconderme, pero esta noche, si, esta noche te buscaré fuera.

Paseo la mirada por la estancia, fijándome primero en la ventana. ¿Escondías algo mas Enrique? para centrarme después en la puerta, quizás en tu habitación...

Me acerco suavemente hacia la puerta, como lo hacen las sombras cuando poco a poco se retira la luz del sol, buscando de nuevo los resquicios que me permitan abandonar la estancia para dirigirme a la habitación de Enrique, no me cuesta escabullirme, pues tras décadas habitando estos muros, conozco donde se proyectan todas las sombras en este lugar.

Y mientras avanzo, un único pensamiento va llenando mi cabeza, las horas de terror que sufrirá Signo bajo mi mano.

A través de tus sombras de nacimiento, abandonas la escena que causa un caos tal en el edificio que se ha convertido en tu hogar, que te es casi imposible pasar de una sombra a otra sin oír gritos, carreras y llantos. El personal está desquiciado, y los internos están más que nerviosos, todo el mundo habla, o pierde el control.

Pero finalmente encuentras un poco de paz, en la habitación de Enrique. Allí comienzas a rebuscar entre sus cosas, entre su ropa, entre sus objetos personales, incluso vuelcas el colchón de su camastro. Es ahí donde aparece una pequeña libreta, que tomas en tus manos con curiosidad insana.

Al abrir, descubres que cada una de las hojas está cubierta de garabatos, dibujos casi incomprensibles de trazos nerviosos, algunos con formas horripilantes y otros sin forma definida alguna. Pero también hay palabras, algunas parecen direcciones, otras son frases incomprensibles. En una de las hojas ves repetida la palabra Signo, una y otra vez. Hacia el final de la libreta, las últimas hojas muestran repetido siempre lo mismo: El Primero. Y acompañado por garabatos que parecen fuego, y unos enormes ojos.