Partida Rol por web

El viaje fue silencioso, al menos Laura no hablaba, aprovecho para mirar el paisaje e incluso durmió un poco, en sitios peores había dormido y si aquel tipo quería hacerle algo, simplemente tenía que desvanecerse como había hecho en otras ocasiones y marcharse. Tras un buen rato con el sol ya cayendo llegaron a un lugar que tenía un cartel de prohibido el paso.

Laura mira al conductor y dice:

- Parece que hemos llegado al sitio correcto... bueno, si no quieres seguir seguiré a pie

Mira de reojo al hombre de sombra y añade:

- Así que, seguimos en coche o sigo a pie?

Sigo las escuetas indicaciones de la muchacha, sin tratar de tener mas trato con ella. Recuerdo las direcciones que oculté en la clínica, ¿seguirán donde las dejé, servirán de algo?

Durante el viaje siento el impulso de preguntarle a la joven por su mano, pero no encuentro el momento adecuado para hacerlo.

Cuando por fin comienza a ocultarse el sol, empiezo a sentirme mas cómodo y me decido a bajar la ventanilla del coche. Hasta que finalmente, tras un viaje aburrido, llegamos a nuestro destino. Al detener el coche frente al cartel, la muchacha me dirige la palabra de nuevo, aguardo un instante observando el camino antes de responder.

- No he venido hasta aquí, haciendo este viaje de mierda, - para dar la vuelta en el último momento, sigamos con el coche mientras el camino lo permita.

Miro a la muchacha y le pregunto sin mucho interés - ¿cómo anda la mano?

Laura sonríe cuando Nicte dice aquello y añade:

- Claro, para que viajar por viajar, seguro que también tienes curiosidad, aunque también querías encontrar a alguien no?

Entonces le pregunto por la mano y dice en una más que evidente mentira:

- Bien, ya no noto nada más que un pequeño cosquilleo, no es nada de importancia

Su sonrisa me pilla desprevenido, pues no estoy acostumbrado a causar ese tipo de emociones en los humanos, y en cierto modo, me resulta atrayente este tipo de emoción, una atracción causada mas por la curiosidad, como la polilla cuando se acerca a la luz, resulta...hasta agradable, poder estar al lado de alguien sin causarle temor. Curiosidad si, pero no por Rasputin, por ti muchacha.

- Si, busco a alguien... el extraño me robo algo, niego con la cabeza mientras hablo, ya carece de importancia recuperarlo, me encuentro entonces sincerandome con la joven, - pero... merece un castigo por ello.

Miente al responderme sobre su mano, pero no soy quien para seguir indagando si ella así lo quiere.

Arranco de nuevo el coche dispuesto a seguir el camino.

Continuáis avanzando por el camino forestal, avanzando con cuidado por los terrenos teóricamente pertenecientes a esa fundación. Todo lo que veis a ambos lados son árboles y espesura, y sobre todo mucha oscuridad. Tan sólo las luces de los focos del coche iluminan el camino, carente de toda iluminación.

Pero de golpe y porrazo, Nicte frena el automóvil en seco, al cruzarse una sombra justo ante el vehículo. Una figura que pasa corriendo ante ellos y desaparece en la noche. Ambos os quedáis observando, esperando que alguien aparezca. No parecía un animal, sino un hombre.

En ese instante, los focos del coche iluminan a una mujer que surge de la oscuridad, presentándose ante vosotros. Es joven, y cubre sus ojos con gafas de sol polarizadas. Muestra con orgullo su cuerpo ligero de ropa, aunque carga con un pesado abrigo que lleva desabrochado. Su piel es tan pálida que parece azulada, de hecho estáis convencidos de que así es su color. En una mano sostiene un arma de fuego automática.

Están ustedes en una propiedad privada, señores... -Dice con voz juguetona- ¿Se han perdido?

Laura escucha a Nicte y dice mientras enseña la mano:

- Si a ti te han quitado algo y a mí me han dado esto

Entonces el vehículo continua el camino hasta que se detienen abruptamente, Laura observa a la mujer, estaba armada y les apuntaba, suspira profundamente, ahora tocaba pelarse con una tipa exhibicionista con gabardina y un arma?, la mira y dice:

- Así que nos encontramos justo donde queríamos... tu... chica de la pistola

Laura sonríe y usa su habilidad de tele portación para aparecer justo detrás de esta mientras dice:

- Buscamos o al jefe de la fundación esta o a Rasputín, puedes ser buena y llevarnos?

Abrió los ojos y la claridad hizo que tuviera que volver a cerrarlos hasta poder acostumbrarse a ella de nuevo. Le dolía todo el cuerpo, como si le hubiera pasado una apisonadora por encima, cosa que casi era lo que había pasado, pues aquel energúmeno repartía ostias como panes.

Aun estaba intentando ubicarse cuando escuchó pasos, su mente iba bastante más rápido que su cuerpo, el cual apenas le obedecía, así que se limitó a esperar y que fuera lo que Dios quisiera que fuera. Por suerte para ella, la cara de la mujer del bikini apareció frente a ella. – Me duele todo lo que se llama Katia… Joder!!! Esa mole pega con ganas… - nunca admitiría que se equivocó en la estrategia y que nunca debió enfrentarse a caliza ella sola, era demasiado orgullosa como para hacerlo. – Pero hace falta más que ese amasijo de piedras para acabar conmigo. – esbozó una leve sonrisa.

Sonrío ante el comentario de Laura, tiene sentido del humor.

Cuando una sombra se cruza en nuestro camino freno de manera brusca. Luego aparece una mujer de aspecto extraño, armada, el arma no me preocupa, no a mi, pero miro de soslayo a Laura, algo ¡¿preocupado?! por ella. Valoro la posibilidad de desvanecerme en las sombras, pero ¿qué sería de Laura? Miro un instante a los lados, quizás no este sola.

Entonces fijo mis ojos sobre las gafas de la mujer de piel azulada, tratando de hallar sus miedos, cuando Laura aparece junto a ella, ha vuelto a hacerlo, y desconcertado miro a mi lado, sin encontrarla ahí sentada. Y aprovecho el segundo de duda, en que la mujer de piel azulada escucha la voz de Laura, para desvanecerme en las sombras, por si necesitamos aún mas ventaja. Si la mujer accede a la petición de Laura, volveré a hacerme visible.

La mujer se sobresalta al ver desaparecer a Laura. No se lo esperaba, y su imagen de confianza se desvanece cuando ésta reaparece a su espalda, levantando el arma de su mano y mostrando al girarse bruscamente otro arma que oculta colgando entre sus ropas, bajo el abrigo.

¿Pero qué coño...? -Exclama, aunque con dudas en su mirada. Realmente no sabe bien cómo tratar este asunto, no parece tener las ideas claras. Sin embargo, se puede ver en sus ojos que trata de calmarse y controlar la situación, especialmente cuando se percata, al igual que lo hace Laura, de que un punto luminoso de color rojo aparece inmediatamente en el pecho de la intrusa- Vale, vale, vamos a calmarnos... -Dice, sin que quede claro si le habla a Laura, al conductor del coche, el cual ha desaparecido para su desconcierto absoluto, o a alguien más- Al director o a Rasputín, ¿no? -Repite sin mucho convencimiento, mordiéndose el labio inferior mientras medita el siguiente paso. Se toca el oído y habla como si se comunicara con otra persona, ladeando la cabeza- Control, ponme con Panzer. Tenemos un problema en el sector tres. ¡Ya, hostias! -La mujer mira a un punto indeterminado del bosque, hacia la oscuridad, donde detectáis dos puntos luminosos verdes que os observan- ¿Y qué queréis exactamente del mago? No acostumbra a recibir visitas, y el estirado de él me pedirá un buen motivo para que le molestemos a estas horas...

Mientras observáis la oscuridad del bosque, tras esos dos puntos luminosos, mucho más allá, percibís el movimiento de una sombra que acelera rápidamente, corriendo en silencio y alejándose de vosotros.

Laura observa a la mujer de piel azul y escucha lo que dice, entonces se da cuenta que un punto rojo aparece sobre su pecho, realmente no le preocupa, eso suele usarse para amedrentar y hacer que la gente no se mueva, con eso ella no tiene ningún problema ya que simplemente se desvanece. La mujer de azul parece querer comprobar lo que dice y ella habla:

• Si, de hecho con Rasputin hable hace tiempo y me dijo que viniera aquí…

Mira de reojo los movimientos que se producen a su alrededor y dice mientras muestra la mano:

• El es el único que puede ayudarme con esto… así que si no so ponéis tontos con las armas nosotros no nos pondremos tontos tampoco

Sonrie tratando de poner una mirada inocente y añade en un tono bromista:

• Tú decides como nos ponemos pitufina armada

El sobresalto de la mujer azul, su duda...esconde una pizca de miedo, trata de controlar la situación, de reponerse, pero llevo ya demasiadas horas sin alimentarme, y algo en mi interior ruge y se relame. El punto rojo que surge en el pecho de Laura, parece tranquilizarla, pero ya es tarde.

Sus palabras carecen de sentido para mi, control, Panzer, el mago... solo unas significan algo para mi, "tenemos un problema", si, lo tenéis.

Y en medio de la conversación, surge el detonante, alguien que corre, escapa o pretende llamar refuerzos, poco importa, es una presa, alguien que puede proporcionarme alimento en medio de la noche, si escapa, tiene miedo, si espera conseguir ayuda, el miedo puede anidar en su corazón igual de fácilmente, miedo por que sucederá a quienes han quedado atrás, temor por si su aviso llegaba tarde, o por las represalias si el tal mago, consideraba que no eramos una buena escusa por interrumpir su sueño.

Me deslizo por la ventana abierta del coche y comienzo a correr detrás de mi presa.

Apenas me alejo unos metros del coche, me veo perdido, desorientado, sin saber por donde continuar mi carrera, y la única referencia que tengo son las luces del coche, frustrado y cabreado, me veo obligado a volver para no perderme completamente. Siempre puedo alimentarme de alguno de los que quedó aquí, solo tengo que encontrar el origen del punto rojo. No puedo permitir que la dañen.

La chica de piel azulada permanece en silencio, visiblemente molesta, hasta que parta un poco la mirada, como si estuviera escuchando algo. Se acerca la mano al oído hasta que finalmente comienza a hablar.

Intrusos en el sector tres, señor. Dos. Dicen que vienen a ver al director o a Rasputín, que este les invitó a venir hace tiempo. Uno de ellos tiene... -La mujer echa un nuevo vistazo a la mano de Laura, torciendo el gesto- ...algo raro en la mano. Puede ser místico. Parece que buscan ayuda para eliminarlo. -Se hace un nuevo silencio- Roger.

La mujer baja el arma, dando un paso atrás para mantener una prudencial distancia que se había perdido tras el salto de Laura. La sonrisa vuelve a su rostro.

En seguida sabremos algo, habrá que ponerse cómodos... -Levanta una mano, con el puño cerrado, y el punto rojo del pecho de Laura desaparece- Por cierto, ¿a donde ha ido tu amigo? Todos nos sentiremos más cómodos a la luz, ¿no crees?

En ese momento, de la espesura surge un hombre con uniforme táctico, cargado de armamento ligero y pesado, y con el rostro cubierto por una máscara de color rojo, una simple tela, como un pañuelo sobre el que descansan unas gafas de visión nocturna.

Y todo esto es observado por un ser de oscuridad y miedo, que ha perdido a su presa en el bosque, una sensación de derrota que comienza a convertirse en costumbre...

Laura escucha como habla por el comunicador y como la mujer azul baja el arma, para dar un paso para alejarse un poco de ella, Laura sonríe mientras piensa:

- Ni que ese pasito la haga alejarse de mi... que graciosa es pitufina Gi.Joe

Entonces esta levanta el puño y lo cierra y el punto rojo desaparece del pecho de Laura, esta mira hacia la mujer azul cuando le pregunta por Nicte a lo que en un tono neutral responde:

- No lo sé, de momento no es que seamos amigos, somos compañeros de viaje... y como digamos que soy algo liberal le dejo ir por donde quiere

Mira a la mujer y al hombre que aparece con el pañuelo rojo y el visor de visión nocturna, se queda unos segundos mirando mientras piensa:

- Esto es coña no? que estamos en un parchís viviente, entre pitufina y tomatito... ahora nos falta un tío verde y una tía amarilla, oye mira si también hay uno negro que es negro y la amarilla es china he descubierto la guarida de los Power Ranger

No puede evitar sonreír ante el pensamiento y dice:

- Esperamos aquí o en algún otro lado?

Él conoce este lugar, en cambio yo no, ha sido una necedad por mi parte tratar de alcanzarlo.

Cuando regreso, la situación ha cambiado, pequeños zarzillos de oscuridad comienzan a moverse a mi lado* al observar a la mujer azul mas relajada y a un hombre de rojo fuertemente armado... a pesar de mi fracaso, no soy ningún idiota, y aunque me encuentre cabreado, soy capaz de sobreponerme. Aprieto mis puños con fuerza y descargo mi ira sobre un árbol cercano, golpeándolo con el puño cerrado, quedando mis nudillos marcados, unas pocas hojas caen del árbol, desvelando mi posición antes de que me decida realmente a revelarla.

¿Mas cómodos a la luz? - No creo, respondo a su afirmación antes de abandonar la seguridad de las sombras**, si, eso somos, compañeros de viaje.

Me mantengo alejado de las luces del coche, - Voy a apagar las luces, no quiero quedarme sin batería... de momento es mi único refugio cuando amanezca. Me dirijo al coche decidido a apagar las luces.

Cuanto mas sepa de ellos, mejor podré manejar su miedo. - Creí que el director era ese tal Rasputin...

¿Rasputín, el director? -Se sorprende el tipo de la máscara, al oírlo, mientras carga sobre su hombro un enorme fusil de asalto. Su voz es grave y tosca, pero parece la de alguien relativamente joven- Por dios, no. Empezaría a buscar otro empleo si mi jefe fuera él...

La mujer de piel azulada se echa a reír, aunque no pierde la tensión en su postura. Y es que no parece para nada relajada. Al contrario, la situación actual parece incomodarla bastante.

Jajaja, el director es el señor García. Rasputín es el maestro de teoría mágica, una especie de maestro para todos esos frikis de la hechicería que vienen por aquí. Pero no es el que manda.

De repente, el lugar se ilumina antinaturalmente. La oscuridad en que había quedado sumido todo tras apagar Nicte las luces del coche se ve reemplazada por una fuerte luz, procedente de un círculo vertical de pura luz que aparece frente a vosotros. Laura tiene que entrecerrar los ojos para mirar directamente al foco de luz, igual que los dos "guardias". Nicte, en cambio, se ve forzado a cubrir su rostro y cerrar los ojos, cegado y molesto por la luz.

¿Quién osa importunarme a horas tan intempestivas? -Dice una voz agradable y elegante, con cierto acento de Europa del Este. Una sombra aparece en medio del círculo luminoso, surgiendo de él. A cada paso, la figura se ve más y más clara y definida, hasta formarse un hombre de rasgos afilados y mirada penetrante, con un corte de pelo y un bigote impropios de esta época y un carísimo traje de corte antiguo con pañuelo al cuello. Echa un breve vistazo a Laura, y seguidamente se fija en Nicte y su mirada se acentúa, atusándose el bigote, curioso- ¿Y bien? ¿Quienes son ustedes y qué desean de mí?