Partida Rol por web

«Mírala, pobre criatura. Apuesto a que le encantaría contártelo y no puede» se lamentó teatralmente Allure. Aunque enseguida añadió como si se acabase de dar cuenta de algo: «¡Oh! Pero a mí sí puede contármelo, ¿cierto? Yo no soy una maga»

Soltó una de aquellas adorables risitas entre dientes.

«Ese colgante tiene dos mitades para ser una sola filacteria... ¿No tienes ni un poquito de curiosidad por averiguar por qué?» ronroneó «Vamos. Te prometo que no le haré daño, no puedo hacérselo si tú eres el dueño de mi gema, ¿verdad?»

De algún modo podías sentir que, en honor a la verdad, ella también tenía franca curiosidad por todo aquello.

«Tú te enteras de qué rayos planea ese vejestorio con tanta cortina de humo y ella no rompe ningún tabú. Todos salís ganando»

El guardia se quedó mirando un instante a Sion pero entonces el campesino intervino:

—¡Me robó mi bolsa!—protestó agitando el saquillo—. Este hombre y esta chica me han ayudado a recuperarla.

El guardia resopló, desenvainó su espada y agarró al ladrón por el pescuezo haciéndolo soltar un grito de protesta al levantarse.

—Disculpen las molestias que haya podido causarles este mequetrefe—dijo—. Y gracias por su colaboración. Si tienen un momento para pasarse por el puesto de guardia les recompensaremos por las molestias. Yo me encargo del resto, ¡andando, carroña!

Le dió al maleante un tirón que lo obligó a caminar todavía encorvado mientras lo "vigilaba" con el arma.

Como ya no había gran cosa que ver, la gente comenzaba a dispersarse poco a poco, de entre ellos apareció la peqeuña pero robusta figura de Belgar que os miraba como quien observa las nubes pasar con los brazos cruzados. No teníais ni idea de cómo el enano había sido capaz de pasar tan desapercibido.

—Veo que con vosotros va a ser imposible aburrirse, ¿eh?—dijo mesándose la barba ociosamente—. ¿Por dónde íbamos? Oh, y hola de nuevo.

La paciencia es el escudo de los sabios.

Ahora ya sabemos algo más, podremos buscar con la seguridad de que nuestros pasos van por el sendero correcto.

Pero aún es pronto para revelarte ante nadie. Incluso ante ella.

 Sentenció Dreren que no dio muestras de querer acaparar el privilegio de tener aquella gema y la inestimable ayuda de aquel demonio que parecía tan colaborador.

 - No es necesario que digas nada. - trató de hace rque se quedase tranquila - prefiero no saber como funciona.

 Era un método para atar al mago, una correa, una coacción ante la posibilidad de libertad. Dreren no necesitaba información sobre como funcionaban, no por el momento...aunque esa humildad sólo le servía para su verdadero propósito:

 - Pero...si podrás decirme algo. ¿Es a Ayla a la única que puedes encontrar? - Dreren no era estúpido...

 pero le extrañaba que Irving le hubiese puesto las cosas tan fáciles.

 - Supongo que el resto no están tampoco al tanto de esto. - tentó en busca de información, tal vez ella les hubiese comentado algo.

 Sion no sabría nada, era un necio con bastantes problemas en el pasado que arrastraba como una mula. Derek era como un león, gritaba y rugia, pero luego no hacía absolutamente nada. La única que podía ser un problema era Gabrielle...ella era como el dragón, era el deber y la responsabilidad, era una carcelera convencida.

¿Cómo había logrado pasar desapercibido entre la multitud? Y lo más raro es por qué se había mantenido al margen ante lo que podía haber sido una pelea. Tal vez el enano acababa de llegar justo y apenas conocería los detalles de todo lo ocurrido.

De cualquier manera; todo había acabado bien, todo lo bien para algunos, no dudaba de que pasaría una temporada encerrado que le haría reflexionar, pero algunas personas no aprenden y están mejor bajo tierra sin molestar ni hacer ruido.

El viejo parecía en buen estado, solamente con algo de fatiga por la carrera, el robo no tenía pinta de haber sido por la fuerza, sino el típico tirón o despiste que muchos granujas aprovechan, pero no pasaba nada por preguntar.

- Buscaba un buen sitio donde refrescar la garganta, hasta que todo este drama se desencadenó de golpe, ¿se encuentra bien buen hombre? No se si esa rata usaría la fuerza para robarle. -

—Ha sido un placer ayudar —le dijo Gabby al guardia, aunque lo cierto es que Sion y Kando lo habían hecho todo.

La maga bisoña le dedicó una sonrisa a Belgar.

—Podrías haber ayudado, oh doble campeón de los Juegos de Orzammar —le dijo, guiñándole un ojo mientras aguardaba la respuesta del anciano.

Si estaba herido, ella lo ayudaría.

A Lynn no se la veía muy satisfecha con el hecho de tener que negarte temas de conversación pero era lo que había. Sin embargo, pareció confundida ante la pregunta.

—Sí, claro, ¿a quién más?—respondió—. Sólo la estamos buscando a ella.

Carraspeó como si le diese vergüenza admitir la respuesta a tu suposición sobre quién estaba al tanto.

—No, quiero decir... no todos. Sólo los que salimos del Circulo.

Allure por su parte torció el gesto con desilusión. Continuabas sin saber cómo diablos eras capaz de saber qué gestos hacía, simplemente lo sabías y punto.

«Oh, por todos los lúcilos del Velo... ¿tan chapuzas me crees?» dijo con el tono amohinado de una niña a quien le hubiesen quitado su piruleta «¡No pretendía mostrarme delante de ella sin más para provocarle un infarto!»

La voz de la demonesa se volvió aterciopelada, agradable y suave como la piel de armiño.

«Para eso está esa magia que tanto te interesa conocer, querido. Sabes a qué me refiero, ¿verdad?» añadió «Yo puedo ser invisible a vuestros ojos. Sólo hace falta un simple toquecito, una caricia... y te dirá cualquier cosa que desees saber sin ni si quiera recordar luego que lo ha hecho»

Soltó una risita.

«A mí no me engañas, Dreren. Odias estos grilletes que te ha puesto la sociedad. ¿Y si esta fuera tu única oportunidad de romperlos sin que nadie se percatase? Puede que no tengas otra porque apuesto uno de mis cuernos y no lo pierdo a que la clave está en ese colgante» recordó «Además, ¿no crees que tienes más oportunidades de acercarte a hablar con Ayla libre de toda representación del Círculo que en compañía de un templario chillón y una maga tan fiel a la Torre?»

—Estoy bien, estoy bien... —respondió el campesino de nuevo poniéndose el sombrero—. Me cortó la bolsa y me di cuenta demasiado tarde. Mis piernas ya no son las que eran. Ojalá pudiera agradecérselo de algún modo.

—¿Ayudado?—repitió Belgar a Gabrielle—. ¡Por los traseros enlatados de mis ancestros! ¿En serio me estás diciendo que necesitabais ayuda con ese pelele? Si no llegáis a ser capaces de detenerlo desde luego iba a ser a vosotros a quien os daría una paliza.

Sacudió las manos como quien espanta las moscas.

—¡Me niego en rotundo a cruzar puños con alguien que no le aguanta un asalto ni a mi abuela!

—A mi me suena a excusa —se burló Gabby—. A ver si va a tener que llegar un Archidemonio para que sea un rival "digno".

Le sacó la lengua.

—Bueno, ¿vamos a la casa donde vieron a Ayla?

Esa es mi intención desde el principio. zanjó. Dreren ya contaba con que se acercaría solo a Ayla. No le gustaba nada la idea de hacerlo acompañado, era su propio maldito asunto, no era una brigada templaria para detener a una apóstata, eso excluía a Derek, una persona a la que desconocía por completo y no tenía mucha intención de conocer mejor. Ya no decir a los que se habían unido posteriormente al grupo como Nolan o Sion. Gabrielle estaba involucrada sólo para alentar a su hermano y vigilar a Dreren, estaba claro que Lynn era supuestamente influenciable a ojos de Irving o el caballero comandante.

Y quiero aclarar esto. Está claro. Pero, ¿a qué precio? ¿Cambiando unos grilletes por otros? Quiero mantener el control.

 Si es tan sencillo podrías enseñarme como hacerlo. Le propuso, pero no parecía dispuesto en absoluto a concederle la oportunidad de hacer quien sabe que con Lynn. ¿Era una forma de protegerla?

 - Supongo que es mejor así. - le dijo amablemente a Lynn - es bastante responsabilidad. Eso es que confían en ti, casi tanto como yo lo hago.

 Es algo bueno. ¿No?

 trató de alentarla, como si llevar aquel amuleto fuese un éxito después de haber sufrido ciertas amonestaciones por ayudar al propio Dreren, o al menos miradas suspicaces.

 - Simplemente quería saber si permitía encontrar a otro mago si nuestras intenciones cambiasen. Quien sabe, por ejemplo a Cole.

 Aquella última suposición era un ejemplo poco rebuscado. Era una forma de alimentar la posible culpabilidad de Lynn si sabía algo que no quería contar.

 - Guardaré el secreto. - le dijo respecto al amuleto. Pero bien podía entenderse como una forma de establecer la seguridad de que le dijese lo que le dijese Dreren no la metería en lios. Podía confiar en él.

 ¿Podía? Tal vez no lo suficiente. ¿eso le llevaría a tener que utilizar las herramientas que Allure ponía a su disposición?

 Era traicionar a Lynn.

Lynn sonrió sin mucho convencimiento.

—Sí, supongo que es bueno que confíen... tanto en mí.

Negó con la cabeza cuando le preguntaste por Cole aunque no te quedó muy claro si era una negativa a que no podía decírtelo o a que no podía buscarle. Aunque pareció más extrañada aún.

—Cada filacteria sólo encuentra a "su" mago, Dreren. Lo sabes. No entiendo por qué me preguntas eso ahora.

«Y yo que creía que no eras como el resto... » resopló Allure «Dos cuernos,  una cola, y automáticamente todo lo que haces tiene que ser necesariamente destructivo. Por un momento llegué a pensar que eras capaz de ver más allá de tus narices»

El tono de fastidio se te antojaba esta vez sorprendentemente auténtico. Es más, ¿qué hacía un demonio desilusionándose por algo tan aparentemente absurdo como aquello? Y sin embargo lo hacía. Volviste a preguntarte qué era exactamente aquella entidad que te acompañaba.

«Osea, te "fías" de mí para que te enseñe algo pero no para que haga algo» refunfuñó. Aunque tras una breve pausa pareció pensarlo mejor «Bien... quieres esa prueba de que te puedes fiar de mí, ¿verdad? Pues está bien. Hay una forma de que puedas hacerlo tú: Yo creo el conjuro y tú lo canalizas»

De algún modo supiste que se había cruzado de brazos, como alguien que acepta a regañadientes las reglas de un juego pese a que las encuentra aburridas.

«Digamos que es como lanzarlo "desde un pergamino" ¿Te parece?» suspiró «Así tendrás pleno y absoluto control sobre el conjuro y la total certeza de que no voy a... prenderle fuego a tu amiga o a saber los diablos qué»

«Lo único que tendrías que hacer es tocarla y te dirá cualquier cosa que le preguntes mientras no la sueltes. Ah, y si es en alguna parte de la cabeza te será más fácil»

Quizás la maga no se había dado cuenta que él también estaba presente en esa conversación, y que no conocía de nada a esa tal Ayla. No podía omitir tener cierta curiosidad, pero tenía su propia política acerca de meterse en los asuntos de otros. Era evidente que cada uno tenía sus motivos para ir a la capital y evidentemente la maga estaba aprovechando lo mucho que aun quedaba de día.

- No es necesario agradecer nada. -

Acarició la cabeza al perro y le froto la papada unos instantes. Era increíble la cantidad de baba que podía segregar, parecía una fuente inagotable. 

Se limitó a encogerse de hombros.

- No os metáis en líos. -

Gabby se encogió de hombros.

—Eso hago, pero aparentemente los líos de los demás acaban llegando hasta a mi como por ensalmo. ¡Hasta luego!

Kando ladeó la cabeza y emitió un sonido interrogante, luego simplemente volvió a mirar a Sion, pidiendo más caricias.

—Florecita—respondió el enano dignamente—. Te recordaré eso cuando os enfrentéis a un rival digno.

Deambulaste junto a Belgar en busca de la dichosa Calle de Peleteros. Os llevo cosa de quince minutos pero lográsteis encontrarla y, gracias a un par de señalizaciones de los ciudadanos locales, hallásteis también la casa en la que se había visto a Ayla por última vez.

El edificio en cuestión tenía el inequívoco aspecto de haber ardido, la madera crujía de vez en cuando pero parecía razonablemente sólido todavía aunque seguramente el hecho de que nadie trabajase en las inmediaciones se debía a que pronto lo derrumbarían.

Si te asomabas al interior, el olor a madera quemada te saturaba las fosas nasales aunque lo que llamó tu atención estaba en el suelo: una marca circular de carbonilla en el que parecía haber "estallado" el fuego y que por algún motivo te recordaba a la que habías visto en el desván de la granja de los Grawpe