Partida Rol por web

«Ya te he dicho que no le va a pasar nada malo» contestó Allure a tu petición «Por poder puedes hasta pedirle que se tumbe a tomar el sol sobre esa pila de costales de arpillera de ahí y lo hará»

Hizo una pausa anecdótica, como si acabase de darse cuenta ella misma de lo que acababa de decir. Es más, casi te la pudiste imaginar parpadeando cómicamente.

«De hecho, mira, no sería mala idea. Por aquello de que tengas tiempo para irte sin que te vea»

Una vez cogiste el colgante, Lynn se llevó una mano al cinturón y agarró un saquillo que tenía allí colgado. Viste que, de hecho, en el cuero tenía grabado el emblema de los templarios: la Espada de la Misericordia envuelta en llamas.

—Es polvo de lirio. Pero está imbuido de forma... especial, con lúcilos del propio Velo—dijo tendiéndotelo también—. El cristal de la filacteria tiene una runa de búsqueda grabada; si espolvoreas sólo una pizca del saquillo encima, brillará cuanto más cerca esté el mago del que sea la sangre que tiene dentro.

De algún modo fuiste capaz de percibir que a Allure la idea le parecía sorprendentemente inteligente... "para venir de un templario". No obstante, no dijo nada en voz alta sobre el tema.

«¡Está bien, está bien! Reemplazar las dos filacterias y desaparecer... » suspiró de nuevo con aquel tono de aburrimiento «Eso sí, si quieres que te cree el amuleto, necesito salir un momento. Tengo que usar las manos»

Antes de que pudieras contestar, añadió con fastidio:

«Y antes de que empieces a pensar cosas raras... en esta callejuela no hay nadie, tardaré como mucho diez segundos y luego volveré a mi chistera.  Señor mago»

Lo último lo añadió con un suave deje sarcástico, propio de alguien que sabe que no le queda otra que hacer lo que le han dicho.

Comprobemoslo. Puedes salir.

 Dreren también fue escueto. Antes comprobaría que no había nadie observando, tanto en ventanas como en esquinas, tenía que analizar bien aquella situación si no quería verse envuelto en verdaderos problemas. Que Allure saliera no pareció algo que le preocupase en absoluto, era algo temerario incluso, como si realmente confiase en el trato que habían hecho cuando se conocieron y lo respetase por encima de cualquier cosa.

 - Necesitaré un poco de ese lirio. - Lo suficiente como para asegurarse de que podía seguir a Ayla y también suficientemente poco como para no levantar sospechas.

 Controlando de aquella forma a Lynn, todo era demasiado sencillo.

 Cuando esto acabe le pediré cordialmente que se gire y espere unos segundos. La ciudad ya puede ser suficientemente peligrosa como para dejarla aquí tirada.

 Aún así, después de tus reproches era cierto que tenías algo de idea sobre esto de las filacterias. - dijo mordad Dreren sabiendo que ella misma había dicho que no sabía mucho sobre eso, aunque era capaz de replicarlas. Era magia muy diferente, pero estaba intimamente ligado. - Eres una caja de sorpresas.

 Creo que fue una buena decisión dejar que me acompañases.

 Eso suponía que la trataba como a un igual, que la acompañaba, no que estuviese retenida. Aún no conocía lo suficiente a Dreren, tal vez, si lo hiciese, se atrevería a hacer peticiones más allá de salir para ayudarle, aunque aquello contaba muy a su favor.

No descubriste nada ni a nadie. Estábais en una callecita pequeña pero razonablemente ancha, también iluminada por lo que no se convertía en un callejón de mala muerte. Debía ser una calle menor que conectaba dos grandes entre sí por lo que nadie debía pasar por allí nada más que para recoger materiales de construcción, o así lo dedujiste por la presencia de pequeños montones de tablas de madera y costales de arena apilados.

«Je, como veas... aunque la verdad es que esta ciudad más bien está paranoica: Hay una pareja de guardias cada dos calles» respondió Allure con indiferencia « ...tan insensible para unas cosas y tan atento para otras. Eres todo un personaje, Dreren»

Se rió un poco entre dientes y al segundo siguiente viste que una sinuosa y zigzagueante llama violácea salía del granate que guardabas en tu bolsillo. Empezó a trazar espirales al ras del suelo mientras ascendía lentamente y, conforme lo hacía, iba tomando forma. A los pocos segundos se disipó con el mismo sonido que haría una antorcha al apagarse.

—Aaaah... al fin, aire—suspiró aliviada estirándose como un gato. Escuchaste un ligero "crack"—. ¡Ow!

Sacudió la cola mirándola con el ceño fruncido, como si le hubiese dado un calambre o algo así. De hecho, se le había quedado doblada en un extraño ángulo similar a una Z pero con el movimiento volvió a su aspecto normal.

—Fenomenales poderes cósmicos... y un espacio chiquitín para vivir, ¿no es genial?—resopló poniendo los ojos en blanco—. Veamos, ¿por dónde iba? Ah, sí. Ahora se supone que debía prenderle fuego a esta casa de aquí al lado para atraer a toda la ciudad y que te pillasen con las manos en la masa, ¿no?

Lo dijo como quien habla del tiempo. De hecho, viste que mientras se llevaba un índice a la barbilla con aire inocente, ahuecaba la otra mano y creaba en ella una esfera de llamas. Como si estuviese eligiendo a dónde la iba a lanzar. Con un escalofrío, recordaste algo que te había dicho en un principio: Ella no podía hacerte daño, pero tú no podías dominarla.

Y de pronto apagó el fuego y te miró arqueando ambas cejas.

—Era broma

Se encogió de hombros mientras contenía un acceso de risa.

Si captas la frikada, te doy un sugus xD

Lynn vació un poco del lirio en un saquillo vacío que llevaba también pendiendo del cinturón. Tal vez fuese el que le habías comprado para las runas puesto que no había tenido más remedio que arrojárselo a Derek para que lo utilizase en su espada y así pudiera combatir a Schaudaron.

Volvió a atarse el saquillo templario al cinturón y te dió el otro.

—No te confundas, Dreren. No tengo ni idea de filacterias—dijo Allure mientras levantaba las dos manos delante de sí como quien está resolviendo un puzzle con forma de cubo o algo similar—. Pero puedo crear cosas. Simplemente voy a crear un amuleto que tiene el mismo aspecto que ese... lo de que el original sea una filacteria es indiferente. Este no lo va a ser.

Una serie de luces violetas flamearon entre sus dedos y viste que justo en la palma de una de sus manos aparecía un colgante idéntico al de Lynn. Te lo tendió como si fuese un mayordomo.

—¿Se lo quieres poner tú?—dijo con una sonrisa repleta de pillería—. ¿Antes o después de decirle que se dé la vuelta?

 
- Mira el lado bueno. Hoy hemos aprendido mucho sobre eso. -
No creyó que Allure se lamentase por no saber nada de filacterias, pero aún así Dreren trató de ver el lado bueno de las cosas...era dificil no poder explicarle a nadie lo que sentía al hacerle aquello a Lynn, pero visto así, desde la posición de aquel genio de la gema, es posible que se viese como las acciones de alguien dispuesto a todo, que no se preocupa por nadie más allá del valor que tiene una vida, la dignidad y la libertad. Parecía la neutralidad...y por otro lado, una maldad legal, aprovechando lo que estaba a su mano para beneficio propio, pero sin trasgredir abiertamente ninguna norma. Parecía que la amistad no era más que un instrumento.

 - Yo se lo colocaré. - De hecho, Dreren se dispuso a hacerlo entonces.

 No estaba pendiente de los movimientos de Allure, pero aquella broma sobre el fuego le había hecho plantearse su relación. Allí no había correas que le asegurasen a alguno de ellos que todo fuese a salir bien. Su relación no era de poder, era simbiótica, de colaboración, pero aún no era suficientemente fuerte. Ella tenía secretos, y Dreren también...pero el mago, seguramente, no podría hacer nada con ellos para parar a Allure. Ella se le antojaba como algo milagroso, como una magia incomprensible a la que tenía acceso veladamente, de la que apenas conocía nada y que podía explotarle en las manos con catastróficas consecuencias.

 - Lynn, debes olvidar todo cuanto ha sucedido desde que nos separamos de Gabrielle.

 Bloquearás estos recuerdos pero sabrás que me despedí de ti. Que me dejaste marchar porque no tuviste otra opción, aunque intentaste detenerme por todos los medios.

 Pero no se lo dirás a los demás hasta haberme dado tiempo. Porque sabes que si me voy y no me detienen volveré a buscarte.

 Dreren deslizaría entonces el colgante, el otro tendría que permanecer a buen recaudo, junto con el contenido de la bolsita.

 - Conviertete en una gran encantadora.

 Le deseó.

 Le hubiese pedido que fuese libre, pero sabía que la libertad no podía conseguirse a través de cadenas como aquellas.

A Lynn se le puso la piel del cuello de gallina cuando le colocaste el colgante pero no dijo nada y simplemente asintió cuando le ordenaste que olvidara aquello. Se limitaba a mantener la mirada baja en algún punto indefinido del suelo hasta que le "narraste" la parte en la que tuvo que dejarte ir que fué cuando tembló de forma imperceptible. Curiosamente, la expresión de su cara seguía sin alterarse para nada.

Por lo visto, en cuanto mencionabas algo, ese algo pasaba a ser parte de la realidad en su cabeza gracias al hechizo, y aquella realidad había provocado el escalofrío. Lo único que la hizo levantar la vista y mirarte fué que mencionaras volverías a buscarla si no te detenían.

—¿De verdad?

—¡Por todas las volutas del Velo Profundo!—rio Allure—. ¿No me digas que no dan ganas de estrecharle un carillo? Es tan mona como un gatito.

Dio un par de pasos distraídos trazando un semicírculo hacia ti, mientras se sujetaba ambas manos a la espalda.

—Y aún piensas decirle que te dé la espalda mientras te vas—añadió asomándose por detrás de ti. Luego te susurró al oído—. Eres un chico malo, Drrrreren.

La verdad es que no sabrías decir si se estaba regodeando en lo "cruel" de la petición o si por el contrario le encantaba. Continuaba siendo imposible entender en qué sentido decía las cosas, si tenía realmente motivos para hacerlo, si no los tenía... Era la criatura mas incomprensiblemente voluble que habías conocido hasta la fecha.

—Pero eso es lo que te hace interesante, supongo—añadió repentinamente con tono jovial—. Reemplazar la filacteria y desaparecer, ¿no? Decide y ponte en marcha, querido.

Se recubrió completamente de llamas violetas de nuevo que trazaron un círculo en torno a ti para terminar descendiendo en espiral hasta el interior de tu bolsillo, de vuelta al granate.

Llevabas como unos diez minutos esperando en El Noble Roído, la posada estaba a medio construir pero lo suficiente como para que al menos el servicio de bar y habitaciones estuviera operativo. En aquel momento no había muchos parroquianos así que el ambiente estaba bastante tranquilo.

Fué entonces cuando se abrió la puerta y viste caras conocidas. Lynn entró junto a un tipo que no habías visto en tu vida: tenía el pelo largo, rubio, vestía una sencilla cota y portaba un enorme alfanjón a la espalda. Detrás venían Gabrielle y Belgar.

Lynn no tenía muy buena cara, de hecho, era como si cada vez que daba un paso necesitase apoyarse en algo aunque cuando te vio, hizo un pequeño esfuerzo y caminó directamente hasta tu mesa.

—Hola, Sion. Espero que no lleves esperando mucho tiempo—te saludó con un suspiro. Pero entonces miró a ambos lados y la inquietud le asomó a los ojos—. ¿No... No está Dreren contigo?

A partir de aquí, marca a Alexei y a Gabrielle en tus posts.

Recorristeis el camino hacia El Noble Roído que se encontraba en uno de los extremos de la enorme plaza del Distrito Mercantil.

Antes de que la ciudad fuese vapuleada por la ruina, la posada era sin duda la más agradable de todo Denerim. Ahora, estaba a medio construir pero lo suficiente como para que al menos el servicio de bar y habitaciones estuviera operativo. El camino no os llevó más de quince minutos y cuando entrasteis, comprobasteis que en aquel momento no había muchos parroquianos así que el ambiente estaba bastante tranquilo. Lynn pareció reconocer una cara amiga.

La muchacha dejó de apoyarse sobre Alexei como si todo el mareo se le hubiese pasado de golpe y se dirigió directamente a una de las mesas del fondo ocupada por una sola persona.

—Hola, Sion. Espero que no lleves esperando mucho tiempo—saludó con un suspiro. Luego miró a ambos lados con inquietud—. No... ¿no está Dreren contigo?

A partir de ahora marcad a Sion en vuestros posts.

- De verdad. Pero ese será nuestro secreto. - le dijo Dreren con la sangre fría de alguien muy acostumbrado a mentir o a ocultar sus intenciones al menos. No mentía en la decisión de regresar, pero que quisiera ver a Lynn más adelante, hablar con ella, no quería decir que desease desperdiciar su vida con Gabrielle y Derek. Aquellos hermanos podían hacer lo que quisieras siempre que no le involucrasen a él o a sus intereses.

 - Ahora aguarda aquí durante dos minutos con normalidad observando como me voy sabiendo que has hecho todo lo que pudiste con la seguridad de que regresaré porque cumplo mi palabra.

 Es menos emotivo de lo que quieres hacer que parezca. Ella estará mejor sin mi.

 Allí había mucho más que lo que era bueno para Lynn y dreren lo sabía. Había algunas decisiones que si Lynn tomaba podrían hacer cambiar de opinión al mago sobre ella. No era evidente que la apreciase, pero lo hacía. Lynn tenía un futuro como clériga, como hermana de la capilla, y Dreren no podía ser el que tomase una decisión por ella. Por eso y otros motivos era mejor que tuviese espacio para pensar.

 Hora de irnos.

 Era la hora de desaparecer...de dejarlo todo atrás y convertirse en algo parecido a lo que era Ayla. ¿Había fallado a Irving? Eso daba igual.

 Lo único importante era no fallarse a uno mismo.

 Has hecho un trabajo excelente. Le atribuyó a Allure. Supongo que es parte de lo que a ti te hace interesante.

«Si pensar eso te hace sentir mejor... » respondió Allure sin aclarar a qué se refería cuando hablaste de la emotividad «Pero no es a mí a quien debes convencer»

No obstante, al elogiar su trabajo, soltó una risita complacida.

«Aún no has visto nada»

Allure: Amistad (+2)

Lynn asintió aunque te dio la sensación que le "costaba" hacer algo. La cleriga levantó ligeramente los dos brazos delante de ella, como si le costase atinar a darles órdenes y agarró a una de tus mangas apretando la tela entre los dedos.

Sólo aquello te llevó a pensar que, de no ser por los efectos del hechizo que habías usado, definitivamente no te habría dejado ir de una forma tan mansa.

De hecho, lo más probable era que no hubiese dejado ir.

Lynn emitió un gruñido suave, llevándose entonces una mano a la sien por unos segundos, como si le doliera. Pero entonces te soltó, dió un paso atrás y se quedó allí quieta con normalidad, tal y como le habías dicho.

«Uuh... un síntoma de rebeldía. ¡Me encantan los síntomas de rebeldía!» escuchaste a Allure con la emoción de alguien que está leyendo un libro interesante o algo así «Es muy raro pero aparecen si le has pedido algo muy difícil. Date prisa, querido, sólo tienes los dos minutos que le has dicho para largarte de aquí. Después de eso se terminará el hechizo y más te vale que no te vea por los alrededores»

Diste media vuelta y echaste a correr... por una vez sin saber qué era lo que harías a partir de ese momento.

Dreren: 600 PX (y un sugus) actualiza tú tu ficha.

La ciudad tiene una salida por el norte, otra por el este y otra por el sur: De la del norte nace el Camino de la Costa pero, tras la Ruina, es un camino carente de tráfico o protección abandonado a las bandas de saboteadores, animales salvajes, restos de la horda de engendros y a saber qué más. La del este es la salida al puerto marítimo y en la del sur nace el Camino Imperial.

Hay más lugares la norte/sur de la ciudad, es decir, no tienes que ceñirte a ir solo los caminos.

Técnicamente tus compañeros se iban a reunir en el Noble Roido, en el Distrito Mercantil, de modo que puedes pulular por la ciudad en busca de lo que quieras antes de salir por ninguna parte. Por supuesto también puedes usar la filacteria en las salidas por si brilla. O hablar con Allure de lo que quieras.

Tu dirás lo que quieres hacer.

La cerveza estaba casi terminada, aunque no era precisamente de las mejores sabían servirla bien fría, ayudaba a refrescarse el gaznate. El alcohol a veces ayudaba a olvidar las penas, pero dolían aun más cuando los efectos de la embriaguez se pasaban y te obligaban a lidiar luego con la culpa y la resaca.

No había podido probar la comida. El perro se había apropiado del pastel de carne y de un par de costillas de cerdo. Ahora el mabari dormía plácidamente con los huesos como rehenes y el cubo con agua casi vacío.

- No lo he visto desde que nos separamos en el carromato, no llevaré aquí más de diez minutos. Si quedasteis con él aquí darle algo de tiempo, la mitad de la ciudad esta derruida, la otra mitad en obras, la gente camina como si intentará esquivar cepos de caza. -

Gabby comprobó que la indumentaria de Sion no presentara más manchas de sangre de lo normal.

—No es propio de Dreren dejar a Lynn tirada sin sentido en un callejón —respondió Gabby—, si no fuera por Alexei podrían haberle robado hasta las botas.

La maga bisoña hizo un gesto en dirección al hombre con la espada descomunal a la espalda, pensando de pasada si no tendrían ya demasiadas armas en aquel grupo. Al menos esperaba que el propietario de esta la blandiera con cierta mesura.

—Alexei este es Sion —suspiró—. Viaja con nosotros.