Partida Rol por web

Una vendedora de flores abordó a Gabby por el camino. Tras un par de piropos a su "lozana belleza" y las consecuentes risillas tontas, la maga le compró un par de crisantemos amarillos para prendérselos en el pelo. Al fin y al cabo, la orquídea que le había regalado su hermano ya estaba un poco mustia.

De esa guisa llegó a la casa siniestrada. Se arrodilló junto a la marca circular e instintivamente pasó la mano por la superficie de madera, como si hacerlo la pusiera en mayor sintonía con el mundo espiritual. Lo bien que le vendría tener a Astucia en un momento como este...

—De aquí brotó un demonio de la cólera —murmuró, mas para si misma que para Belgar—. Ven, vamos a investigar en lo profundo de la casa.

La casa había ardido con ganas y era imposible hallar ningún objeto que dejase pistas de nada. No obstante, lo que si estaba claro era que no había ningún cuerpo carbonizado de modo que Ayla tenía que haber salido de allí, ¿probablemente por una ventana? Había dos abiertas.

—¿Un demonio?—repitió Belgar—. ¡Que la Ruina me lleve!, ¿qué tienen que ver los demonios con todo esto?

En ese momento viste otra cosa que era imposible que hubiese borrado las llamas: Un lúcilo flotando erráticamente.

Sólo uno.

Gabby no parecía demasiado intimidada por el asunto del demonio. Apretó la mandíbula en un gesto que era impropio de un rostro tan dulce.

—Alguien ha estado jugando con el Velo —dijo.

Sólo esperaba que no hubiera sido Ayla, pero no había una sola pista por la casa. Gabby tuvo entonces una idea: metió la mano en el saquillo donde guardaba la flor de lirio que le había regalado Astucia.

—Y voy a averiguar qué pasó exactamente —le echó un vistazo a Belgar—. Cuida de mi mientras echo un vistazo, ¿vale? Y despiértame si las cosas se ponen feas.

Se concentró en la flor para viajar al Velo. Le daba en la nariz que allí podría saber qué había sucedido.

No escuchaste la respuesta de Belgar pero seguramente el enano no tuviese ni idea de qué rayos le estabas hablando. Tuviste la sensación de caerte al mismo tiempo que el mundo se desdibujaba a tu alrededor, se oscureció durante un instante, parpadeaste, y enseguida te encontraste... en el mismo lugar en el que estabas.

Pero todo era silencioso, no había nadie a tu alrededor. Reinaba una calma imperturbable y en el ambiente en si había lago onírico. Enseguida empezaste a ver más de un lúcilo aparecer y desaparecer.

De pronto escuchaste una carrera apurada a tu espalda sin previo aviso

Te volviste sobresaltada y un "fantasma" envuelto en una capa te atravesó corriendo como si tuviese prisa por llegar a alguna parte. Aquello casi te dejó sin aliento. El fantasma en cuestión se detuvo en medio de la habitación y alzó los brazos delante de si, entonces... todo explotó en una nube de lúcilos.

La imagen entera se deshizo en medio del eco atronador de un rugido ardiente que se te clavó en el cerebro y te hizo trastabillar hacia atrás, cayéndote sentada de culo. Era como si el mismo aire quemara.

Mientras los lúcilos se desperdigaban, te pareció ver los últimos retazos de éstos formar de nuevo al fantasma correr hacia una de las dos ventanas abiertas antes de desvanecerse por completo en el aire.

Su intuición había sido acertada: ¡acababa de contemplar un eco!

La figura embozada debía ser Ayla, no cabía duda. Y aquella explosión de lúcilos tal vez representara la aparición del demonio. ¿Pero quién lo había traído ahí? No parecía haber sido ella. Gabby se adentró en el Velo, en la dirección en la que había aparecido la apóstata.

Por desgracia, hasta ahí parecía haber llegado tu suerte, o eso, o los ecos no se sucedían así porque sí ni necesariamente de forma completa. Deambulaste por la zona pero no apareció ninguno más.

Gabby echó un vistazo ceñudo en derredor, comprobando que no hubiera ningún demonio al que patear del culo. Después, se concentró sobre su flor de lirio para volver al mundo material.

- Estás algo pálida. - Observó Dreren como si no estuviese, de cualquier forma, demasiado preocupado. Tal vez era una referencia a la conversación, pero pronto quedaría patente que Dreren iba por otro camino...

 El mago se aprovechó de su ya declarada preocupación por Lynn, se detuvo un instante junto a ella, la miró y llevó su mano hasta la frente y la sien de Lynn. - ¿Seguro que estás totalmente recuperada? Espero que no se te haya ocurrido estar vagando por la ciudad con fiebre...

 Le dijo, aunque en aquel tono se dejaba entrever cierta confianza por la fortaleza de Lynn. Él sabía que era una mujer con mucho caracter, con arrojo, determinación. No es que Allure le hubiese convencido demasiado...pero ¿Cómo preveer los acontecimientos? Tenía la información allí y tenía los medios para conseguirla.

 Ese era el trato.

 Tu observas y yo te llevo conmigo.

 No tiene nada que ver con si me fio o no de ti. - le explicó mentalemnte a aquel ente encerrado en la gema - Aunque no descarto que sea una buena opción para ganarte mi confianza.

 Si fuera como los demás... - se defendió para concluir - habría habido muerte. La tuya o la mía. Puede que ambas de forma no inmediata.

 Si Gabrielle llega a encontrarla la habría combatido. Destruyendo la gema o como fuera. Lo mismo ocurría con cualquiera del grupo. Podía tener cuernos o no, pero no era algo propio de este mundo. Dreren era el único que no comenzó por intentar aplastarla, tampoco es alguien que se asustó a la hora de hacer un trato.

 Los comentarios de Allure le parecieron injustos, pero no dijo nada, ella podía reflexionar...si quería, a Dreren sólo le importaba que Lynn no sufriera daños.

 Preferiría que no supiera que he hecho esto.

 De momento.

«Hmp...»

Allure te recordaba ahora a una niña a la que, tras una cachetada, le habían dado un dulce de consolación. Es más, casi podías imaginártela de brazos cruzados mirándote acusadoramente de reojo.

Para según qué aspectos podía ser inexplicablemente inocente y caprichosa mientras que para otros casi daba miedo la inquietante calma con la que se comportaba. No obstante, tu explicación sobre por qué actuabas así pareció valerle ya que dejó de protestar y simplemente permaneció atenta. Aparte, sentiste que el hecho de que aceptaras su propuesta le disipó algo de encima el enfurruñe.

«... eso está por ver» dijo finalmente a tu defensa sobre que no eras como los demás

Allure: Allure recordará eso.

—¿Eh?—Lynn volvió la cabeza hacia ti cuando le preguntaste aquello—. Ah no, no es nada, estoy...

En cuanto la tocaste sin embargo, se detuvo de golpe.

—... b ...bien.

Sentiste una breve pulsación de energía recorrerte el brazo como una corriente de agua. La clériga parpadeó aunque cuando te volvió a mirar tenía la vista algo perdida, como quien tiene la cabeza en otra parte.

«¿Ves? Es tan sencillo como eso» escuchaste decir a Allure que, tras un instante de silencio, soltó una risita. Como alguien que ha visto algo que le resulta simpático «Adelante, querido, le puedes preguntar lo que quieras... y no te preocupes; no sabrá que has hecho esto»

Te adentraste en la callejuela que, aunque no era una oscura ratonera de mala muerte puesto que se encontraba agradablemente iluminada y libre de escombro alguno, sí que no era por las que pasase mucha gente. Estaba desierta.

¿O no tanto?

Habías recorrido unos cuantos metros cuando te fijaste que había algo en el suelo unos pasos más adelante, o mejor dicho, alguien en el suelo unos pasos más adelante. Era una chica que vestía una túnica de color violeta, desde donde estabas tan solo alcanzabas a ver que tenía el cabello castaño y recogido en una larguísima trenza.

Cosa curiosa, no había sangre ni en el suelo ni en su ropa, simplemente estaba allí tirada sobre un costado.

- ¿Estás al corriente de los planes del Caballero comandante? ¿Qué haces aquí realmente? - espetó Dreren sin contenciones. Dreren, no obstante, hablaba con voz suave, desenfadada, con la naturalidad de alguien que ha hecho cosas como aquella, que podrían tachar de inmorales, toda una vida. Tal vez sólo se las había imaginado. no estaba del todo deacuerdo con aquel proceder, sin embargo, era necesario, era por un bien mayor.

 Un bien mayor...¿lo justifica todo?

 - ¿Eso de tu cuello es una filactería? ¿A quiénes pertenecen? - Tenía bastantes preguntas, y no sabía si soltarlas todas de golpe sería lo mejor.

 En ese momento guardó silencio y se concentró en Lynn. Allure sólo era una voz de fondo, algo bien despierto en las profundidades de su mente pero que ahora podía ser ignorado...por el momento. Había respuestas...tenía que haberlas. ¿Las tenía Lynn todo este tiempo?

 En parte, si así era, ¿no era una traición de su confianza?

 Entonces...estarían en paz. ¿O no?

—Irving me dijo que sería yo la encargada de rastrear a Ayla y por eso me dio esta filacteria—respondió Lynn sin sobresaltos o gestos de tensión, como si ni la naturaleza de las preguntas o el tono de estas fuera relevante—. Desde el incidente de las abominaciones, los templarios crearon una segunda filacteria para cada aprendiz que guardan ellos mismos por si las del Círculo se rompen o pasa lo que pasó con la de Ayla. Por eso tenían esta suya.

Aunque tenía la vista puesta en ti, era como si no te viese. Pero desde luego, como te había prometido Allure, no parecía que le estuvieses haciendo daño.

—Greagoir me pidió en la torre que se lo dejase un momento para comprobar que funcionaba aunque me fijé en un descuido que lo que hizo en realidad fue sustituir la segunda gota roja por otra igual.

Recordaste en ese momento que, durante vuestra audiencia con Irving, el Caballero Comandante se había llevado a un aparte a Lynn para luego volver.

—No sé por qué la cambió y no... sé si quiero saberlo.

Te resumo para que te sea más claro:

♦ En el accidente de las Abominaciones, se rompieron todas las filacterias: os volvieron a hacer unas nuevas.

♦ Los templarios hicieron una copia a parte de cada una (esto ningún mago "túnicaamarillo" o aprendiz lo sabe) de modo que el Círculo tiene una y ellos tienen otra de cada aprendiz. Es decir, cada mago tiene una Filacteria Círculo (conocimiento público) y una Filacteria Templaria (secreta)

♦ El collar de Lynn tiene dos gotas rojas de cristal, la primera está llena con la Filacteria Templaria de Ayla (que es la que le quedaba puesto que la maga rompió su Filacteria Círculo)  y se suponía que la segunda gota roja de cristal no era nada más que un adorno pero Lynn pilló a Greagoir cambiándola de strangis por otra gota de cristal.

«Vaya, vaya, que interesante... Los templarios ahora resultan más listos de lo que parecen y todo» escuchaste decir a Allure con tono desdeñoso, aunque la sentiste francamente curiosa por la revelación «Por cómo lo ha dicho yo creo que se hace una idea de quién puede ser la otra gota... »

Se calló enseguida, espectante a que ahondases en el enigma.

Señores VIPs: Supuestamente lo que está viviendo Alexei ocurre después de que Dreren acabe su escena. El jugador que maneja a Dreren la roleará más tarde ya que ahora mismo le es imposible. No se me líen y permanezcan atentos a sus pantallas.

-¡GUARDIA! ¡SOCORRO!-Grito desde mi posición con insistencia y tan fuerte como puedo tres o cuatro veces. miro a todos lados en busca de asaltantes y me resisto a bajar mi arma.

Finalmente, me inclino ligeramente sobre la joven y trato de darle la vuelta agarrándola por una pierna y sin soltar mi alfanjón. ¿Será una trampa?

Mientras lo hago voy mirando a mi alrededor en busca de algún posible asaltante escondido.

-Espero que no intentes robarme.-Digo mirándola.-El único metal que llevo es esta espada y vale más en mis manos que fuera de ellas.

Perdon por no postear, se me pasó que me tocaba.

Lo más probable es que alguien hubiese escuchado tus voces aunque, si era algún guardia, la ausencia de pasos de grebas acercándose delataba que tardarían un poco en llegar.

La muchacha soltó un quejido cuando le tiraste de la pierna para darle la vuelta. Aun en el suelo, se llevó las manos a las sienes con gesto aturdido y parpadeó tratando de enfocar la vista en ti. Lo primero que te llamó la atención fue precisamente eso: tenía los ojos de un increíble color violeta.

—¿Quién... qué... ?—titubeó desorientada—. ¿Dreren?

-No.-Susurro levantándome.-Mi nombre es Alexei. ¿Estás bien?

Miro a mi alrededor. Quien quiera que sea el responsable no debe andar lejos. Me pongo en pié y me separo unos centímetros hasta una distancia prudencial. 

-Deberíamos salir de aquí, quien quiera que le haya atacado... no andará lejos. ¿Qué le ha sucedido?

Perdon, perdon, creí que había posteado.

La chica se las apañó para lograr sentarse mientras se presionaba las sienes con las palmas de las manos como si estuviera mareada o algo así.

—Sí, creo... creo que no estoy herida—apretó ligeramente los dientes como quien hace un esfuerzo por evocar algo—. Pero me duele la cabeza una barbaridad. Por Andraste, no... consigo recordar qué ha pasado.

Se observó las palmas de las manos en un gesto desconcertado y luego miró a ambos lados con nerviosismo creciente. Como si acabase de caer en la cuenta de algo.

—¿No has visto a un mago con una túnica azul?

Un mago. Había dicho un mago, así que o te traicionaban los oídos o puede que tu suerte estuviera comenzando a cambiar.

—Por favor, ayúdame a salir de aquí—la chica hizo un esfuerzo por levantarse pero estaba demasiado mareada por lo visto puesto que volvió a hincar una de las rodillas—. T-Tengo que averiguar qué ha pasado. ¡Tengo que reunirme con los demás!

Pareció caer en ese momento en la cuenta de algo que la hizo ruborizarse un poco.

—Oh, eh, perdón, mi nombre es... —hizo una pequeña pausa otra vez. Aunque ene sa ocasión sí que pareció acordarse de lo que buscaba— ...Lynn. Me llamo Lynn.

Eso dijiste la última vez, alma de cántaro :P estate un poquillo atento atento (o me voy a dedicar a editar el post para que te salga en noticias cada 5 días)