Partida Rol por web

EL BLOQUE III

EL BLOQUE.

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08/02/2015, 12:37
Shan Mei
Sólo para el director

Los dedos empezaban a escurrirse y a soltarse. Mei sabía que no aguantaría mucho más, así que debía pensar y actuar rápido si no quería ser arrastrada por el torrente de agua liberada por Pedro. Casi actuando por instinto, metió a toda velocidad una de las manos, la que menos fuerza hacía al agarrarse, en el mono, del que sacó el destornillador que había cogido ya no recordaba cuando, y casi con el mismo movimiento lo clavó en el cadaver al que estaba sujeta. No pensaba en nada más que en cogerse con todas sus fuerzas, pidiendo ayuda mentalmente a su familia:

"Si estáis ahí, ayudadme a sobrevivir, dadme fuerzas, dadme ánimos. Ahora no puedo morir, más gente depende de mi, y no puedo fallarles de nuevo..."

Cerró los ojos, y se concentró en aguantar...

Notas de juego

Pues eso, Mei ha sacado el destornillador y lo ha clavado en el cadaver al que estaba sujeta. Creo que ya no me quedan bloques, si me quedara uno lo utilizo para que la acción salga bien, si no me quedan... no puedo hacer nada más, claro.

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09/02/2015, 12:52
Pedro Duarte Salinas
Sólo para el director

Sabía que había cometido un error. Quizás el último de su vida y de toda una larga serie de errores que lo habían acabado conduciendo a aquel infierno. Maldijo entre dientes, arrastrado y zarandeado por el agua, intentando clavar el machete en algún punto que le permitiera establecer un ancla, una sujeción. Sintió el mordisco del filo contra su propia carne, el dolor lacerante y por un segundo supo que aquel era el final.

Boqueó en el agua y lanzado hacia arriba tomó un abocanada de aire, más por instinto que por deseo. En aquella fracción de tiempo, breve y larga a un tiempo, marcada por la relatiovidad temporal, por su mente pasaron escenas de su vida. Su madre,e l párroco, Lucía, el taller clandestino, el bloque y al final, las caras de Mei y de Alex.

Un nuevo mordisco, esta vez en su alma, en su corazón asesino y blanco a un tiempo, lo sacó de la desidia, del abandono en el que estaba a punto de sumirse. Él podía morir, pero no aún, no antes de haber logrado que ellas sobrevivieran. Hacía mucho que sabía que él no saldría de allí, pero tenía una misión, un propósito. Salvarlas, lograr que escaparan de aquella madriguera. Eran las hembras de su manada. Él había asumido el papel de macho alfa, no de forma consciente, pero aquello daba igual. Lo importante era que estaba donde estaba y que ellas corrían peligro y ese peligro era consecuencia de su precipitación, de sus propios errores y de un pésima y última decisión.

Debía luchar, debía sobrevivir a aquella marea de agua y muerte, de infortunio y desesperación. Y para ello solo contaba con sus fuerzas, con aquel machete arrancado de las manos del Puño y con su deseo de vivir para redimir sus pecados salvándolas a ellas antes de que todo acabara.

Había intentado hundir el machete en los cuerpos, pero estos no tenían la resistencia necesaria, la densidad imprescindible como para suponer siquiera un esbozo de salvación. Un nuevo golpe, en esta ocasión en el costado herido, le hizo apretar con fuerza los dientes. No sabía cuál sería el alcance de la herida. Confiaba que el uniforme de soldado que llevaba le hubiera protegido lo sufiicente como para no morir desangrado si lograba superar aquella prueba.

Y en medio del remolino, los ojos abiertos de par en par bajo el agua turbia, alcanzó a ver la sombra de una camilla. Pataleó furiosamente, buscando su dirección, empujado a su vez por la catarata de agua. Echó ambos brazos adelante, el machete empuñado con las dos manos, un amago absurdo de sirena carente de elegancia en modo rompehielos.

Fue capaz de escuchar el chirrido del metal contra el metal, un sonido metálico que le erizó el vello bajo el agua, cuando el machete buscaba entrelazarse con aquella estructura de metal, apenas un instante antes de que su mano izquierda tratara de aferrarse desesperada a los correajes envolviendo su muñeca en ellos.

No cerró los ojos, dispuesto a enfrentarse a la muerte cara a cara. Si aquel era su final, no sería un final sin lucha.

-Ahí te me pudras, pinche cadaverizadora -murmuró en un burbujeo.

Notas de juego

Cuatro bloques para la salvación de Duarte.

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09/02/2015, 23:24
Director

Agauntas con todas tus fuerzas, con los músculos tan tensados que crees que se van a romper. El agua llena toda la estancia mientras sigues con los ojos abiertos, mirando de frente aquella corriente que quiere borrarte del mapa, arrancarte de la vida, irónicamente, intentando arrancarte de aquel muerto.

La fuerza de la corriente es tan fuerte que todo el cuerpo te quema cuando ves a algo dirigirse hacia tí, una sombra, no sabes ni tan siquiera que es pero tienes un impulso y coges el fardo al vuelo justo para ver que has cogido de la mano a Shan Mei, te mira a los ojos y durante unos segundos no re reconoce.

En el mismo momento que sabes que te van a fallar la fuerza y que vais a morir ambos la potencia de la corriente comienza a menguar hasta que, un minuto después, caéis ámbos a un suelo mojado pero sólido.

Notas de juego

RESPONDE SOLO PARA EL DIRECTOR

 

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09/02/2015, 23:31
Director

Te aferras a aquel cadáver con toda tu fuerza, metes tan fuerte el destornillador que estás segura que lo has clavado en hueso. Pero en ese instante el caudal de algua crece hasta llenar todo el espacio, quitandote todo el aire, al mismo tiempo que la fuerza de la corriente, del caudal, aumenta y se vuelve más y más brutal.

Aguantas con las manos con fuerza, con toda tu fuerza, notas a todos tus seres queridos ayudándote, dándote serenidad.

Pero no es suficiente y la corriente te arrastra. Vagas mecida por la misma que con su violencia te manda contra cuerpos, golpeándote, alejándote del lugar donde te encontrabas al mismo tiempo que te alejas de la vida.

Y entonces una mano te coge con fuerza, por un momento crees ver el rostro de tu marido, pero al cabo de unos segundos ves que es Duarte. No parece en mejor situación de la que te encontrabas tú, pero aún así suelta una mano para salvarte. Ves su rostro y sabes que no aguantará, que es el final para los dos, tus dedos se sueltan por mucho que el lo intenta y te ves ya muerta cuando la corriente comienza a menguar para, tras unos minutos agónicos, desaparecer junto con el agua dejándoos en el suelo, completamente agotados.

Notas de juego

RESPONDE SOLO PARA EL DIRECTOR

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09/02/2015, 23:31
Alex
Sólo para el director

Sus brazos se movían desesperados buscando un lugar dónde agarrarse. No podía ver nada. La presión del agua era enorme. Y entonces tocó algo, algo duro. Por instinto la mano se cerró sobre aquel objeto. Era uno de los hierros que mantenían colgados los cadáveres, y haciendo acopio de fuerza (una fuerza que no sabía que poseía) consiguió alzarse y colocarse entre dos de esos cuerpos, que actuaron como un escudo frente a la fuerza del agua. Alzó la cabeza por ecima del torrente y tomó aire como si la vida le fuera en ello, por fin tenía unos segundos de respiro. Miró a su alrededor, a un lado, a otro, buscando a Mei y Pedro desesperadamente..

- No no no no no - se repetía...y sus ojos se clavaron en Pedro primero, estaba intentando sujetarse de un cadáver con el machete pero el agua le arrastraba...y en Mei después, que se agarraba sin mucho acierto a otro cadáver con sus manos desnudas...Tenía que hacer algo ¿el qué? no podía ir a por los dos a la vez..Joder, como odiaba tener que elegir. - MALDITO SEAS!!- gritó a nadie en especial ¿Qué podía hacer? si se soltaba sería arrastrada de nuevo, pero tenía que hacer algo por Mei y Pedro, no podía quedarse así...Bueno Alex, ya basta. Tienes que hacer algo ya!! Mei era la que más cerca tenía, quizá entre las dos pudiera llegar a Pedro a tiempo. Todo estaba decidido y la suerte echada.

Se acercó todo lo que pudo hacia Mei, todo lo que los cadáveres le permitían, y miró el camino que la separaba de la joven asiática. No parecía muy largo, podía conseguirlo, podía conseguirlo...se colocó la escopeta a la espalda como pudo y con cuidado y lentamente fue avanzando por la barra de hierro, sorteando como bien podía los cuerpos que las separaban e intentando mantenerlos como escudo para ir amortiguando la presión...un poco más...un poco más...Aguantad, por favor...aguantad.

Notas de juego

Gasto un bloque para llegar hasta Mei, y si lo consigo, gasto el último (si, el último ya....joer que mal) para ponernos a las dos a salvo

doy por hecho que conservamos las armas, por eso me la he puesto a la espalda, y también que dónde cuelgan los cadáveres es todo una barra de metal entera que va de una pared a otra, por eso lo de ir avanzando por ella. si no es así corrígeme y lo cambio o yo que sé

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10/02/2015, 01:11
Director

El agua llena completamente el compartimento y la corriente crece en intensidad y fuerza. Ves que Mei clava un destornillador fuertemente al cadáver y se coge con fuerza, pero la corriente es muy fuerte para la constitución de la asiática, lo sabes.
Tambien sabes que para ir hasta donde esta ella has de soltarte de tu barra y nadar en aquella corriente para llegar hasta ella. Dudas unos segundos, incluso piensas en ir a salvar a Duarte pero sabes que es imposible llegar hasta él, así que con toda tu fuerza te lanzas hacia la barra-camilla vertical donde está Mei amarrada a un cadáver.
Haces acópio de todas tus fuerzas y nadas contra aquella corriente infernal, a mitad del corto trallecto practicametne crees que aquella corriente te arrastrará pero no te rindes y, finalmente, llegas a la camilla donde estaba Mei. Donde Estaba Mei.
Te coges fuertemente a esa camilla, maldiciendo mientras la corriente comienza a decrecer en fuerza y tambien a descender el nivel del agua hasta que te quedas allí, sola, arrodillada frente a el lugar donde hace apenas medio minuto aún estaba Mei.

Notas de juego

RESPONDE SOLO PARA EL DIRECTOR
Has usado un bloque,
El otro se te guarda

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11/02/2015, 08:59
Shan Mei

Aunque estaba sujeta con todas sus fuerzas, Mei no pudo evitar que la corriente acabara arrastrándola. Estaba empezando a pensar que, al menos, se reuniría de nuevo con su familia, cuando algo detuvo su viaje a una muerte segura. Una mano la sujetaba, y el rostro que pudo distinguir entre aquel caos fué el de su marido... hasta que la fantasía dió paso a la realidad y la cara de Duarte substituyó la visión que había tenido. La corriente era demasiado fuerte y el hombre había soltado una de sus manos para cogerla... por lo que no aguantarían mucho más. Duarte se había sacrificado para nada. Iban a morir los dos sin remedio.

Sin embargo, contra todo pronóstico, el agua empezó a darles una tregua, rebajando su terrible avance y disminuyendo, hasta que desapareció por completo y dejó a los dos compañeros rendidos en el suelo, incapaces por el momento de nada más.

Mei estaba agotada, casi incapaz de hablar. Respiraba pesádamente, como intentando capturar con sus pulmones todo el oxígeno que pudiera. Cuando se calmó un poco abrió los ojos y, mientras miraba fijamente el techo, se planteó cual debía ser su siguiente movimiento. Lo primero que pasó por su mente fué levantarse y animar a Duarte para ir a buscar a los otros, pero algo la detuvo. No era la primera vez que aquel sitio les engañaba ¿podria no ser Duarte aquel que estaba a su lado? No había forma de saberlo, así que tendría que confiar en él... pero no bajaría la guardia en ningún momento.

Tras unos segundos, Shan Mei se levantó con dificultad y miró a Pedro, para acto seguido decir:

- Vamos, debemos intentar encontrar a Alex y al viejo.

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11/02/2015, 19:07
Pedro Duarte Salinas

Dolor. Únicamente dolor. En los músculos, tensados como cuerdas a punto de romperse. En el pecho, a punto de abrasarse por la respiración contenida. En el corazón, ante la posible muerte de sus compañeras. Pero el dolor era saberse vivo, y saberse vivo era mantener despierto el deseo de luchar, de seguir adelante, de dar sentido a su lóbrega existencia.

Y en aquel maremoto de aguas turbias y violentas, de sentimientos encontrados y de dolor, una sombra que convergía hacia él, indistinguible en sus perfiles pero que hablaba de un cuerpo, hizo que su mano se extendiera en un acto reflejo y que asiera una de sus extremidades por la fuerza de una presa. Sintió el calor de aquella piel, el pulso bajo la misma, redobles del latir de un corazón vivo. Y lo aferró como se aferraba a la vida, con aquella fuerza telúrica, básica, emanada de la tierra misma y que solo los seres más simples poseen.

Luchó, como un farallón lo hace contra las olas que lo embisten. Y Duarte sintió que algo se resquebrajaba, que sus fuerzas disminuían, que la debilidad hacía mella en él. Expulsó el aire de sus pulmones en un grito final de frustración sin límites y como obedeciendo al mismo, el agua declinó su fuerza y su caudal y se vio a sí mismo de rodillas en el suelo, tosiendo y moqueando, una mano sujeta al machete imbricado en la estructura de metal de la camilla, la otra sujeta a una mujer cuyo rostro no veía pero que reconoció de inmediato. Mei.

-Güera -jadeó-. Estás viva. Estás viva -y una lágrima cayó por aquella mejilla curtida y de piel basta.

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11/02/2015, 22:35
Director

En la lejanía casi infinita escucháis una explosión seca que luego se repite en infinidad de ecos. Miráis hacia cualquier dirección para ver como, a lo lejos, la distancia estalla como si de cristales se tratase. Es como si estuvieseis rodeados de unas paredes lejana que estallasen en miles de cristales, una y otra vez, pero a cada explosión la nueva pared que estalla está más cerca que la anterior: los cristales parecen tragarse los cuerpos repetidos una y otra vez. El suelo bajo vuestros pies vuelve a ser normal, solo un poco mojado, igual que cuando entrásteis. El techo es un enorme "telaraña" de cristal resquebrajado por el disparo de Duarte.
Parece que el fenómeno de las paredes estallando hacia vosotros avanza lejos, pero os dáis cuenta de que el efecto solo lo produce la lejanía casi imposible, casi infinita, de la que comienza. Con unos cálculos mínimos y subconcientes entendéis la rapidez a la que se mueven, estallando, aquellas lejanas cuatro paredes. El resultado no necesita concretarse en ninguna cifra, lo hace en una sensación de vértigo, en un opresivo y ácido dolor de estómago. Aquellas paredes que delimitan una enorme habitación menguante que os va a cercar, y a tragar, con una velocidad inaudita... y nisiquiera sabéis cierto hacia donde tenéis que correr.

Notas de juego

PD: Responded ya "normal", en abierto.
PD2: No, así de primeras no véis ni al viejo ni a Alex, aunque no os habéis centrado en buscarlos visualmente ni en llamarlos, podéis hacerlo, pero eso será retrasar vuestra "huida".
PD3: Equivocaros en la dirección sobre la que huir os complicará mucho la supervivencia, hay una dirección "valida" contenida en forma de pista en el post. Sinó si aún quedan bloques uno puede intentar tirar del otro y confiar en los dados, en la bonificación de los bloques o/y en el propio post.

Suerte!

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11/02/2015, 23:58
Alex
Sólo para el director

Todo había pasado. Alex quedó arrodillada y exhausta, observando el suelo atónita. Todos sus esfuerzos por llegar hasta Mei (que no habían sido pocos) resultaron en vano y ella había desaparecido con la corriente justo antes de que pudiera alcanzarla. No sabía que hacer, estaba sola, sus compañeros e incluso el viejo Aaron habían desaparecido y no tenía ni idea de dónde podrían estar, y ella dudaba mucho de que pudiera continuar sola porque si había llegado hasta allí era por tener a su lado a Steven, Mei y Pedro...y ahora ya no estaban ninguno de ellos....se miró las manos que no habían podido rescatar a ninguno de sus amigos y las maldijo en silencio.

"¡¡NO!!" Una voz tronó en su cabeza, "Ahora no puedes rendirte". Qué fácil era decirlo, pero sus amigos acababan de morir.."Espera, morir no, desaparecido." Eso es, solo habían desaparecido, tenía que buscarlos..Se levantó deprisa y comenzó a mirar de un lado a otro, buscando...

Notas de juego

Alex busca a sus compañeros por la instancia o algo que le dé una pista de dónde pueden haberse metido

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12/02/2015, 00:17
Director

En la lejanía casi infinita escuchas una explosión seca que luego se repite en infinidad de ecos. Miras hacia cualquier dirección para ver como, a lo lejos, la distancia estalla como si de cristales se tratase. Es como si estuvieses rodeada de unas paredes lejanas que estallasen en miles de cristales, una y otra vez, pero a cada explosión la nueva pared que estalla está más cerca que la anterior: los cristales parecen tragarse los cuerpos repetidos una y otra vez. El suelo bajo tus pies vuelve a ser normal, solo un poco mojado, igual que cuando entrásteis. El techo es un enorme "telaraña" de cristal resquebrajado que se dibuja alrededor del disparo de Duarte. El agujero del disparo es un punto negro en el techo, a apenas unos pasos de donde tú te encuentras.
Parece que el fenómeno de las paredes estallando hacia vosotros avanza lejos, pero te das cuenta de que el efecto solo lo produce la lejanía casi imposible, casi infinita, de la que comienza. Con unos cálculos mínimos y subconcientes entiends la rapidez a la que se mueven, estallando, aquellas lejanas cuatro paredes. El resultado no necesita concretarse en ninguna cifra, lo hace en una sensación de vértigo, en un opresivo y ácido dolor de estómago. Aquellas paredes se acercan con una velocidad inaudita... y nisiquiera sabes cierto hacia donde tienes que correr, o si has de hacerlo.
Miras a tu alrededor y te sientes mareada por tanta repetición, al mismo tiempo las lejanas explosiones de cristales irrumpen tu espacio visual y no te dejan ver con claridad...
Aún así dirías que te parece ver un cuerpo acostado en la lejanía, a tu izquierda. Pero ir hacia él es correr hacia aquel extraño fenómeno que avanza -aún lejos pero acercándose rápidamente- con tragarselo todo, incluso aquel cuerpo y, seguramente, también a tí.

Notas de juego

RESPONDE SOLO PARA EL DIRECTOR

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12/02/2015, 20:06
Shan Mei

Casi al instante en el que las palabras salieron de su boca, se arrepintió de haberlas dicho. Una lágrima caía por la mejilla de Pedro mientras una expresión de alivio y alegría se formaba en su rostro. Se acercó a él y le dió un gran abrazo, susurrando un sincero "Gracias" por intentar salvarle la vida minutos antes, aunque aquello pudiera haberle costado la suya.

Una explosión le hizo sobresaltarse y ponerse de nuevo alerta, separándose de Pedro y buscando el origen de aquel sonido. Lo peor era que no había sido un hecho aislado, ya que le siguieron muchas, muchísimas más explosiones que se acercaban cada vez más hacia ellos. Aquel lugar no les iba a dar ni un momento de descanso, así que miró a su alrededor para intentar decidir el mejor curso de acción... aunque a primera vista parecían estar atrapados.

Notas de juego

Master, necesito indicaciones, si puede ser, del sitio en el que se encuentran Mei y Duarte ¿Es el pasillo de antes? Lo digo porque en las descripciones me ha parecido entender que están en una habitación con cuatro paredes, y que en el "infinito" estallan versiones de esas cuatro paredes. Entiendo que las explosiones se van acercando y que, en algún momento, estallarán las paredes que pueden ver nuestros personajes ¿voy bien o me lo he inventado todo? Intento poner en orden lo que pasa porque, si hay cuatro paredes, tendrá que haber una puerta en algún sitio por la que pueden intentar huir.

Si siguen en el pasillo con los cadáveres a los lados y la "habitación" es una forma de hablar, solo tienen dos opciones, ir en una dirección del pasillo o en la otra, por eso necesitaría saber exactamente lo que ven los personajes. Seguramente no me ha quedado algo claro, pero por más que lo leo no acabo de ver como es el sitio, y sin esa información (que sencillamente es lo que puede ver Shan Mei) no se bien como actuar.

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12/02/2015, 20:30
Pedro Duarte Salinas

Y en aquel maremoto de aguas turbias y violentas, de sentimientos encontrados y de dolor, una sombra que convergía hacia él, indistinguible en sus perfiles pero que hablaba de un cuerpo, hizo que su mano se extendiera en un acto reflejo y que asiera una de sus extremidades por la fuerza de una presa. Sintió el calor de aquella piel, el pulso bajo la misma, redobles del latir de un corazón vivo. Y lo aferró como se aferraba a la vida, con aquella fuerza telúrica, básica, emanada de la tierra misma y que solo los seres más simples poseen.

Luchó, como un farallón lo hace contra las olas que lo embisten. Y Duarte sintió que algo se resquebrajaba, que sus fuerzas disminuían, que la debilidad hacía mella en él. Expulsó el aire de sus pulmones en un grito final de frustración sin límites y como obedeciendo al mismo, el agua declinó su fuerza y su caudal y se vio a sí mismo de rodillas en el suelo, tosiendo y moqueando, una mano sujeta al machete imbricado en la estructura de metal de la camilla, la otra sujeta a una mujer cuyo rostro no veía pero que reconoció de inmediato. Mei.

-Güera -jadeó-. Estás viva. Estás viva -y una lágrima cayó por aquella mejilla curtida y de piel basta.

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Se incorporó y en el mismo momento sintió la punzada de dolor en su costado. Bajó la mirada para comprobar el estado de la herida autoinfligida y fue a hacer un cometario, pero ambos actos se cortaron en seco ante el sonido de la lejana explosión. Su mirada, impregnada de un cansancio viejo, se mantuvo fija en el lejano punto del que procedía el sonido que se reproducía en cascada. No era difícil imaginar qué estaba ocurriendo. Miró alrededor, arriba y abajo y después a Mei.

-Me alegra verla, güera, con vida pese a mi estúpida tozudez. Soy un pinche hijo de la gran chingada, sí, lo sé, pero no hay tiempo para palabritas. Debemos huir, escapar de la cadaverizadora una vez más. Órale, si recorremos el pasillo, eso nos alcanzará. Si corremos en su búsqueda, no podremos evitarlo. El suelo parece firme y no veo pinche sumidero. Solo nos queda el arriba. El techo de cristal parece débil. Un nuevo disparo es posible que lo derruya de una pinche vez. Si lo conseguimos, podremos buscar a Alex y al abuelo muerte y a ese pinche nexo -dijo con voz ronca. Se pasó una mano por el rostro, la barba incipiente rasposa, secando agua y lágrimas-. Yo disparo de nuevo y la ayudo a subir. Incluso podríamos apoyar una de esas camas de finados a modo de escalera para subir ambos lo más rápido posible -parecía dubitativo, como si necesitara que ella refrendara su visión de las cosas.

Notas de juego

Pongo el post anterior que era cerrado para que Mei pueda situarse en relación a Duarte. Y confío en que responda rápido para poder hacer algo antes de la actualización. Necesitaría saber el alcance de la herida de Duarte y te recuerdo que lleva el uniforme de soldado, no el mono, que imagino protege algo más.

Nos hemos pisado.

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12/02/2015, 22:20
Director

Notas de juego

A Pedro: Había abierto el post anterior para que Mei se ubicase, pero así queda todo también más completo. También para tí, no puedes quitarte el uniforme -casi una armadura- de soldado, pero notas que la herida te duele cada vez más. No es una herida mortal (aún), eso lo notas, pero también que el correr o tardar en curarla (o parchearla) puede empeorarla... mucho.
Para Shan Mei: Al poco de entrar tanto el techo, como el suelo, como los lados de la habitación se volvieron reflejos infinitos. Ahora bién, tras el disparo de Duarte el suelo y el techo han recuperado una apariencia de realidad, pero no los laterales que siguen siendo infinitos. Ahora bien, desde aquella lejanía imposible empezaís a oir explosiones secas y extrañas de cristales. Es como si las lejanas paredes de cristal (las que reflejaban los cadáveres del interior) estallasen en cientos de cristales y al hacerlo hubiese una nueva pared de cristal un poco más cerca. Esto es lo que sucede pero a una velocidad inaudita y desde lejos. Así que el techo y el suelo, que son aparentemente normales (el suelo con charcos de agua, el suelo resquebrajado) miden muchísimo más de lo que medían antes...

PD: Estaré por aquí por si tenéis alguna duda o no me he explicado bien ;)

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13/02/2015, 08:36
Shan Mei

- No te culpes Pedro, nadie sabía lo que podría pasar, y menos en este sitio.- Dijo Mei rápidamente, a sabiendas de que cada segundo contaba. Miró a su alrededor, pero las palabras del hombre eran muy ciertas, solo parecía haber una salida posible, y era atravesar aquel techo de cristal para escapar de la tormenta de cristales rotos que se estaba desencadenando allí abajo. - De acuerdo.- Continuó.- Probemos suerte con el techo. Dispara y... crucemos los dedos para que no ocurra algo peor..

Notas de juego

No me quedan bloques, que yo sepa, así que no puedo aportar ninguno. Decir simplemente que Mei está de acuerdo con el plan de Duarte y que hará lo posible por ayudar.

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13/02/2015, 19:45
Pedro Duarte Salinas

-Bien güera, pero primero ayúdeme con eso -dijo señalando una camilla cercana, desencajada de su soporte por la fuerza del agua-. Apoyémosla contra la pared y nos servirá para subir. Usted primerito. Después, yo. Y si acabamos con éxito, tendrá que echarme una manita. Me hice un pinche agujero en el costado -palmeó el machete-. Lo dijo nuestro señor Jesús. Quien a hierro mata, a hierro muere. Es la hora de pagar. Ahorita busquemos protección. Esos pinches cristales pueden matar. Póngase bajo una camilla. Yo haré otro tanto -se pegó a una de aquellas piezas de secadero, buscando su sombra y confiando en que la lluvia de cristales pudiera ser evitada con ella y el reseco cadáver que soportaba. Alzó la escopeta dispuesto a disparar de nuevo-. Cuando los cristales hayan caído, si caen, corra hasta la camilla. Yo la seguiré, güera. Y suba como alma lleva el diablo.

Cargando editor
13/02/2015, 19:53
Pedro Duarte Salinas
Sólo para el director

Gasto un bloque en el intento de fuga. Y una duda, ¿si no puedo quitarme la armadura, cómo puedo hacerme una cura?

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13/02/2015, 21:40
Director

Respondo con l movil, x si acaso xd lo de que no puedes la armadura va en uarmaduran sentido temporal. Puedes, pero te llevaria un tiempo que necesitas para huir

Cargando editor
14/02/2015, 00:43
Director

El disparo de Duarte rebota contra el techo para luego hacerlo contra la camilla que os salva de algún que otro trozo de metralla. Miráis hacia arriba para ver que el cristal no ha sufrido ni el más mínimo rasguño, más aún, nisiquiera se ha ensuciado ni presenta el más mínimo signo de haber recibido un disparo. No parece que sea obra de la dureza del cristal, pués.
Durante este breve espacio de tiempo la ola de cristales ha recorrido la mitad del trayecto que la separaba de vosotros.

Cargando editor
15/02/2015, 17:03
Shan Mei

NO!.- gritó Shan Mei cuando vió que el disparo no había tenido efecto ninguno en el techo de cristal. - ¿Y ahora qué? Si salimos corriendo en alguna dirección lo más probable es que acabemos hechos trizas por las explosiones de cristales.- Miró la camilla y dijo: ¿Y si nos tumbamos en el suelo y nos cubrimos con la camilla? Puede que nos proteja de lo peor de la explosión. - No sonaba muy convencida, pero no veía más opciones y Pedro no parecía en condiciones de correr como alma que lleva el diablo en estos momentos. Trataba de no mirar la herida de la que había hablado el hombre, sobretodo por lo que podía significar, pues no quería ni pensar en perderle, ni a él ni a Alex. Al acordarse de la chica le dió un vuelco el corazón, pues podía haberse ahogado, pero sacudió la cabeza y se concentró en lo que tenían por delante, ya habría tiempo de llorar después... si es que había un después.

- No se me ocurre nada más Pedro... ayúdame a darle la vuelta a la camilla y nos tumbamos bajo ella... a no ser que pienses en algo mejor...

Notas de juego

El plan de Mei es sencillo, darle la vuelta a la camilla, que imagino que no pesará tanto como para que no lo puedan hacer, tumbarse ambos en el suelo, lo más pegados posible, y cubrirse con ella, tratando de tapar la mayor parte posible de sus cuerpos con ella. Lógicamente, esperarían tumbados hasta que las explosiones llegarán y esperarían hasta que el fenómeno acabara. Si a Pedro se le ocurre un plan mejor o piensa que deben huir en alguna dirección concreta, Mei lo aceptará porque su propio plan ya es suicida de por sí.