Partida Rol por web

Acechar3+Destreza7=10

Luego de ver al extraño parroquiano seguir a Marco, Boudicca se apresuró también, alcanzando la puerta a la par que lo hacía Rob.

La muchacha no sabía que pensar respecto al cantinero, pero la seguridad con que portaba el arma le hizo pensar que el hombre sabía muy bien lo que hacía.

Ya habrá tiempo de sacar conclusiones.

Sin dilatar más su salida del bar, abrió la puerta y cruzó al exterior.

Sus sospechas estaban más que acertadas, el noble no era más que un delincuente que intentaba involucrarlos en algún acto criminal. No sabía bien cuál sería su plan original, pero estaba dispuesto a averiguarlo, si no lo atrapaba otro sacerdote podría ser víctima de ese manipulador personaje.

Marco salto ágilmente sobre uno de los caballos, desenganchando sus riendas con un golpe de pie, debía moverse rápido para darle caza al criminal. - Encárgate de que no muera tu escolta - le gritó a Joyce a la pasada - si la princesita había prestado atención a las clases de su niñez sabría como detener la hemorragia del gorilón.

 Una voz desde de detrás de una capucha dijo:

- Clérigo, atrapalo y traelo hasta aquí de nuevo, yo fui citado por él igual que ustedes sólo que preferí no mostrarme, así todos podremos interrogarlo. Ahora si me permiten tengo conocimientos en medicina y curar a tu guardas espaldas no será complicado jovencita -y mientras se ponía a trabajar  en  extraer la bala- por suerte la bala no toco ningún órgano vital, ni rompió ningún hueso, aunque un  arma de ese calibre nunca deja de doler. La bala se incrustó en la carne bastante cerca de una vena importante, tuviste suerte grandulon.....unos momentos más, oh aquí está- y retirando la bala-ahora solo tengo que cerrar la herida y estarás como nuevo. Eso sí yo no haría movimientos bruscos por unos días.

La aparición del misterioso benefactor, confundió un poco a Joyce, pero fue rápida en agradecerle que atendiese las heridas del fiel Darkus, Os debo mi gratitud, seais quien seais, y espero poder pagaros mi deuda pronto. De todas formas, no es tiempo de formalidades, soy Lady Joyce Adonai Thana, por si quereis llamarme.

Tened cuidado, padre, podría ser una emboscada! Gritó hacia la polvareda que levantaba el caballo de Featön que cabalgaba en pos del vil Sir Bladis Tendría que haber aprendido a cabalgar, o a conducir. Mala costumbre esta de tener alguien que te haga las cosas, solo nos vuelve más debiles.

Al llegar al exterior del bar, la joven sacerdotisa pudo ver como Marcos galopaba tras el despiadado y burlón Sir Bladis. Si hasta ese momento a Boudicca el tipo le había parecido un tanto peculiar, después de los sucesos recientes, su curiosidad se había exacerbado a umbrales insospechados. ¿Quién era en realidad? ¿Qué era lo que buscaba? Si quería acabar con ellos por alguna misteriosa razón... ¿por qué había elegido un lugar público para montar su número?

Mientras esas preguntas corrían veloces por su cabeza, el extraño encapuchado se dio a conocer. Al menos parecía amigable y diligentemente se ocupó de la herida del sirviente de Joyce.

-Deberíamos seguir al sacerdote. Es peligroso que se enfrente él sólo a este traicionero noble. Podemos usar el hovercraft... más tarde se lo devolveremos a su dueño. Darkus ya está estabilizado gracias a la celeridad con que este amable extraño ha actuado, así que podemos pedirle al cantinero que lo entre hasta que volvamos.- La mujer se veía apasionada en su forma de hablar. Sólo el temor de enfrentarse sola a Bladis la retenía, pero sus ganas de montar el deslizador y salir en pos del sacerdote eran cada vez más urgentes.

Mientras subía al aparato, buscando los controles para maniobrarlo saludó al salvador del sirviente. -Soy Boudicca Undyck, de la orden eskatónica. ¿Tú eres...?

Al no sentir el peso del carro la montura desplegaba toda la fuerza y velocidad, sus músculos se esforzaban en desarrollar una mayor velocidad, ante el continuo espoleo del sacerdote. Hombre y animal se unían dando lo mejor de sí para capturar al desalineado noble.

La noble, la sacerdotiza y el extraño, vieron como Marco montado en su caballo se perdió persiguiendo a Bladis.

La noche pareció de repente caldearse un poco más y encima no había ni una gota de viento que refresque. Los edificios parecían lúgubres construcciones cuya ingenieria tenía por objeto ganar altura como sea y no hacer de viviendas, dando por resultado unas construcciones enroscadas, con mucho metal, oscuras y algo terroríficas. Las estrellas iluminaban la escena con indiferencia, y nadie, ni un alma, parecía pasar por aquel lugar. 

El extraño encapuchado terminó de vendar a Darkus con retazos de telas de su ropa. Entonces lo pudieron ver bien: Era un hombre algo desprolijo, cubierto con una capa y capucha de tal manera que parte de su cara quede en sombras. Lo que pudieron ver de su rostro no decía demasiado: tenía una barba de unos días y algunas arrugas. Su capa estaba sucia de polvo propio de los viaje, aunque notaron algunas manchas de algo oscuro, como aceite mecánico. Por debajo de la capa se veían unas botas pardas, también gastadas pero reforzadas con una goma negra. 

La puerta se abrió y salió Rob, con cara de pocos amigos y su escopeta en mano. Miró la escena con indiferencia y escupió. Se quedó unos instantes mirando el camino, hacia el lado que se había escapado el noble. Sonrió con una mueca y dio media vuelta como para entrar nuevamente. Entonces vio a Boudicca arriba del hovercraft. La miró un instante, y cuando ella lo vio, el alzó las cejas y alzó los hombros. "Atrápenlo" dijo con voz áspera, y se metió dentro nuevamente.

El hovercraft era una máquina aparatosa, un poco más grande que un automóvil. Se mantenía solo a unos 90 cm. del suelo, y estaba hecho con un metal gris opaco. Tenía inscripciones de colores pero estaban gastadas por el tiempo, y no tenía techo, como la mayoría de estos móviles. Tres butacas adelante, cuatro atrás, un parabrisas de vidrio reforzado, muy sucio y unos controles muy incomprensibles. 

 "Ungh" dijo Darkus con esfuerzo "Muchas gracias señor..." y se paró como pudo. Los vendajes improvisados con telas se mancharon con la sangre que manaba, pero parecía estable.

"Señora, ¿que hacemos ahora?" preguntó mirando a Boudicca en el hovercraft.

Marco cabalgaba con su objetivo entre las cejas. Lo tenía que atrapar, no podía ser de otra forma. Ese maldito noble no podía salirse con las suya. 

Comenzó bien, con el ímpetu de las circunstancias y le sacó una buena parte de la ventaja. Pero entonces el noble se dio vuelta en el caballo mientras seguía galopando, y con una cara de locura como no lo había demostrado hasta entonces, sacó su pistola y disparó. 

Marco esquivó los ataques con facilidad, pero se distrajo unos segundos. Segundos que el noble aprovechó para sacar ventaja, y dobló en una calle que cruzaba al camino. El sacerdote no lo dudó, y apurando aun más a su montura, dobló también.

El noble parecía haber sacado más ventaja de la esperada, porque se había adelantado bastante. Se rió con estruendo y exageradamente. "¡Vamos, mi buen amigo!" exclamó "¡¿qué es lo que le pasa a tu caballo? ¿Estará cansado de llevar un burro arriba?!" y apurando su montura, dobló nuevamente en una esquina. Su risa se escuchaba a la distancia.

-Lo que ha dicho el cantinero, buen hombre. Atrapar a Sir Bladis o quien quiera que en realidad sea.

Boudica miró los controles del deslizador. Intuitivamente tocó unos cables para hacerlo arrancar y el destartalado y viejo vehículo se elevó lo suficiente para poder deslizarse sobre el colchón de aire que quedaba debajo. Mirando con impaciencia a los tres, comenzó a accionar controles para verificar la cantidad de combustible que tenían y los niveles de refrigerante y otros fluidos necesarios para el funcionamiento del aparato.

-Vamos de una vez, no sé cuanto aguantará este cacharro antes de quedarse muerto

Esto es lo que haré yo, Darkus, le seguiré junto con Undyck, en cuanto a ti... ¿Como te encuentras? Yo estaría retorciendome de dolor de recibir semejante disparo, pero tu apenas te quejas... Si te ves capaz ven con nosotros, si no es así permanece aquí o dentro del bar ¡Pero mantén los ojos bien abiertos! No me fió de este lugar, ni de su gente, no por la gente en si, sino por que ese truhán decidió citarnos aquí con algún motivo que aún no conocemos. Y ya he tenido demasiadas perdidas irreparables en un corto periodo de tiempo, no deseo que estas continuen. Que sepas que si no volviese no has de culparte por ello, ya has recibido una bala dirigida a mí, y nadie esperaría que recibieses una segunda esta misma noche.

Trás ello se dirigió a Boudicca y le dijo Si sabes conducirlo te acompañaré a la caza de ese miserable gusano. No derramará más sangre de buena gente hoy, no al menos bajo mi guardia. Pero antes de partir le espetó al misterioso desconocido que había ayudado a su maltrecho ayudante Amigo, quiero considerarte amigo, pero lo cierto es que ya mi confianza se ha visto violentada esta noche, pero al menos tus actos hablan de amistad y no solo tus palabras. Unetenos, y juntos apresaremos a esa vil sabandija y la haremos ajusticiar como merece.

Dicho esto se subió al Hovercraft y se acomodó lo mejor que pudo agarrandose a algo que pareciese solido y no fuese alguna clase de control de la maquinaria del mismo.

Después de curar al guardaespaldas, es encapuchado se levantó  y subió al hovercraft. -Vamos- dijo en un tono seco- ¿sabés como conducir un hovercraft como este niña? Porque la verdad quiero esuchar hablar a este tipo. Y sacó un arma y metió un cargador en esta.