Partida Rol por web

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El viejo sonrió con orgullo franco ante las reacciones de todos. Se acercó a la nave y le dio unas palmadas en la cubierta. El golpe con el metal sonó en todo el ambiente. "Les presento al Last Hope, navío pequeño de transporte rápido." Miró a Sinbad. "A ninguna fracción, niño, era una vieja nave de la Liga que le compré a los Carroñeros por el mismo precio que un par de zapatos. La he estado poniendo en condiciones por años. Al principio pensaba que cuando esté lista partiría de Aragón, atravesando los portales hacia algún lugar más tranquilo, pero ya encontré algo de paz aquí."

Caminó hacia una de las mesas y retiró unos planos de una silla de madera, los puso en una mesa y se sentó. Sacó su peine del bolsillo, se acomodó el pelo y lo guardó. Miró a Boudicca, sonriendo. "Señorita, por más que quisiera sacarlos con el Last Hope del planeta (cosa que no quiero), esta nave no está en condiciones de arrancar aún. Le falta un destilador de combustible y un propulsor de alta gama para estar en condiciones, y aun así hay que probarla. Además hay que conseguir a alguien que la pilotee."

Se tiró hacia atrás en la silla y carraspeó. "¿Cuáles son sus planes, de todas maneras? ¿Salir del planeta? ¿A donde irían? El Imperio está en todos lados, estamos en el Centro de los Planetas Conocidos."

El Padre Thomas, siempre reservado y de perfil bajo, se acercó a Joyce. Le hizo una pequeña reverencia y le comunicó con susurros: "Mi señora, no quiero parecer... emmm... desagradecido... pero este lugar raya lo profano. Esta tecnología debería estar controlada por la mano de la Iglesia, representando la Voluntad Divina del Pancreator, y no en un viejo taller abandonado de un... ejem... " bajó más la voz "delincuente."

Siguió mirando la extraña nave para evaluar sus posibilidades en el espacio exterior, aunque sabía que necesitaria un buen rato para inspeccionarla completamente.

-Un destilador de combustible y un propulsor de alta gama? sin problema, podemos buscarlos y traerlo...pienso yo.

Luego miro a Thomas Erebon de reojo y dijo

-Que está cuchichendo usted!!!

El Padre Thomas enrojeció hasta las orejas y dejó de hablar al instante. "No estaba cuchicheando, señor" dijo con la voz algo rasposa al ingeniero "Solo le advertía algo a mi Señora..."

Miró al suelo y no se apartó de al lado de Joyce.

Yo no podría pagar por una nave lo que pago por un par de zapatos - dije con una sonrisa - Pero esa nave debe haber valido un buen trabajo si sobrevivió a un carroñero.

Miré la nave y luego a Morgan, mientras el grupo se quedaba callado - ¿Que tan dificil sería conseguir el condensador y el propulsor? yo no sé conducir pero puedo ayudar a conseguir lo que falta... Igual el imperio aún no está detras de mí - mi sonrisa era continua, me divertía y me hacia sentir una gran emoción estar frente a una leyenda de la talla de Morgan..

- Si no es capaz de alzar el vuelo siquiera, no es peligroso, inútil para el control de la Iglesia - le responde a Thomas, aún fascinada por la magnificencia de la anticuada nave

Observa a Sinbad, para el que toda esa situación parecía un simple juego de niños. Si de verdad tenía contactos y materiales para obtener las piezas que le faltaban a la nave, sería un aliado interesante

- ¿Estás pensando en abandonar el planeta con esta nave? ¿No sería demasiado... escandaloso, para una huida de semejante importancia? - le pregunta un poco incrédula - Destacaríamos, y nos pillarían en menos que nace una nueva estrella

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Big Morgan sonrió. "Yo me encargo de lo vistoso o no vistoso. De todas maneras, para sacar la nave fuera del planeta hay que llevarla a un Puerto Espacial. Yo tengo algunos amigos que me dejarían pasarla sin problema. Pero esos son mis planes, y los del Last Hope."

Dio unos pasos, acercándose a Joyce. "Si quieren conseguir las piezas faltantes, adelante. Si quieren conseguir un piloto, adelante. No se los voy a impedir. Pero la nave es mía, y no creo habérselas prestado en ningún momento." Carraspeó "¿A donde irían, de todas maneras? ¿Cuáles son sus planes ahora, que están a salvo? ¿Qué quieren hacer? Yo los puedo ayudar, pero necesito que me digan qué es lo que planean..."

Luego, como por casualidad quedó cerca del Padre Thomas. No dijo nada, pero lo miró con una cara tan seria, con ojos brillantes y que reflejaban tanta amenaza, que el Padre miró el suelo y se sonrojó. No dijo nada, ni lo haría por un buen tiempo.

Boudicca escuchaba la conversación mientras recorría el espacio que rodeaba a la nave, mirándola desde todos los ángulos. De niña había sentido fascinación y temor a partes iguales por aquellos aparatos, pero el Pancreador había querido que sus pasos siguieran el camino de la Iglesia, así que con el paso del tiempo, había dejado de lado su afición. Sin embargo, encontrarse allí con semejante reliquia volvía a despertar sus recuerdos de la infancia y la hacían querer admirarla de cerca un poco más.

Sin embargo, una vez que hubo dado una vuelta completa, volvió a la realidad y a los asuntos que allí tenía entre manos. Dos de sus compañeros estaban heridos. Necesitaban atención médica. Big Morgan les había dado más tiempo, pero tarde o temprano tendrían que hacerse curar o podrían morir antes de tiempo. Ella necesitaba información.

La extraña incomodidad que la perseguía desde que se encontraran con el tal Bladis en el bar de Rob ahora se había transformado en certeza. El tiempo apremiaba y ella tenía que llegar a la biblioteca. El Pancreador guiaría su búsqueda allí mismo y sabría como continuar. Pero mientras permanecieran en aquel lugar, el Imperio se les vendría más y más encima y terminarían cayendo en su lazo y la joven Ur-Obun no tendría salvación.

-Big Morgan, necesitamos llegar a la biblioteca cuanto antes- dijo apremiada al tiempo que miraba a sus compañeros de aventura. -Allí encontraremos la información que nos permitirá decidir qué curso de acción seguir. Por mi parte, no tengo interés en adueñarme de tu nave. De hecho, hasta que el Pancreador no me lo señale, no tengo intenciones de abandonar este planeta.-hizo una pausa, fijándose especialmente en el joven ladrón. -Oh, sí, ya se que puedo sonar como una chalada de esas que pregonan por la calle que el Pancreador les habla al oído y que el fin del mundo está cerca. Sin embargo no es así. El Pancreador no me habla directamente ni nunca lo ha hecho. Pero sus señales están ahí para quién sepa verlas.-Aunque aún seguía dirigiéndose a Big Morgan, sus palabras ya no eran solo para él. Necesitaba convencer a todos allí que su corazonada era cierta, que la única chance que tenían por el momento, era obtener la mayor cantidad de información posible sobre Inanna y la historia que la envolvía. Sólo así comprenderían por qué el Imperio estaba tras ella y cuan importante era en esta historia su participación.

-En este momento necesitamos conocimiento acerca de Inanna- miró con dulzura a la chica. Ella irradiaba paz. -Yo sé que ella nos contaría su historia si la recordara, pero no es el caso. Y su nombre me suena mucho. Muy ligado a una leyenda antigua y creo que allí está la clave del por qué la Iglesia la trata como una criminal- miró al padre Thomas acusadoramente. Él representaba la ortodoxia y la cerrazón a la apertura de mente y al Camino. Él era el estandarte de esa institución que en algún momento, había perdido de vista sus orígenes y había olvidado su objetivo: hacer la voluntad del Pancreador, no la de los hombres. -Necesitamos trabajar juntos, ayudarnos para que el Pancreador nos ayude a su vez. Y tenemos que hacerlo ya. Cada segundo que perdemos aquí escondidos, es un segundo que el Imperio gana para poner sus manos sobre Atma 2. No debemos permitir que eso ocurra.- la eskatónica había hablado encendida pero ahora su fuego comenzaba a extinguirse. Más aplacada preguntó -¿Vendrán conmigo? ¿Me ayudarán a reunir la información que necesitamos para salir con vida y salvar a Inanna?-

Marco había estado absorto observando la nave y las opciones que con ella se abrían. Podían huir del imperio en ella, pero aquello implicaba conseguir una buena cantidad de componentes que no los hallarían en un supermercado. Por lo que dejo que sus compañeros interactuaran con su benefactor, mientras el sacerdote caminaba pacíficamente rodeando y observando la antigua nave. Debía organizar sus pensamientos para lograr tomar una decisión.

En ese momento las palabras Boudicca llegaron a su mente rompiendo con el lento peregrinar de sus pensamientos. El tiempo seguía en movimiento y con él se movía el imperio, acercándose y acorralándolos bajo tierra.
El cuerpo le dolía y sentía la debilidad azotando cada uno de sus músculos, pero el sacerdote no abandonaba su postura de fortaleza que lo caracterizaba, acercándose al grupo que debatía sin sentido que hacer. Ya era tiempo de salir de aquella cueva y conseguir algunas respuestas.

- Morgan, no te preocupes por tu nave, no pretendemos usarla en este momento. Como ya ha dicho la joven sacerdotisa hay información que debemos recolectar antes de poder tomar una decisión. – examinando los rostros de sus compañeros, vio que el liderazgo no era el fuerte de ninguno de ellos y posiblemente tampoco el suyo. El planteo de Boudicca era el más aceptable de los que había escuchado hasta entonces y su decisión ya estaba tomada.

- Debemos averiguar cómo ayudar a esta niña, y la mejor opción que tenemos de momento es ayudar a Boudicca a llegar a la biblioteca, al parecer tiene una pista y puede que sea la única que oportunidad que tenemos de averiguar quién es en verdad nuestra protegida – Volviéndose hacia Morgan – Iremos a la biblioteca, ¿es posible salir de este lugar sin ser visto y conseguir un vehículo?... Los que se deseen quedarse aquí pueden ayudar a Morgan los repuestos para el Last.

Yo los sigo a la biblioteca - Dijo Sinbad en su momento.

Esta chica mostraba un fervor religioso muy parecido a quien lo criaba; Por momentos sintió que ta lvez aún quedaban personas de esas en las que él ya no creia posible ver dentro de la megaconstrucción eclesiástica. Si alguien parecía interesante para aprender era ella - Yo puedo intentar ayudarlos a entrar en la bilioteca alguna noche, siempre hay alguna puerta secreta a esos sitios - sonreí.

Aún así, tal vez un par de libros de más en la biblioteca no serian extrañados...

- Una vez escuché que la pluma es más fuerte que la espada, y en este caso nos valdrá más la información acerca de ella que todas las armas del planeta en el que estamos...

Había abandonado su posición de admiración hacia la nave, que todos habían contemplado con verdadero pasmo, soñando tal vez que la gobernaban con brazo fuerte y determinación inquebrantable. Esta vez debían alcanzar esas virtudes para la realidad, para poder salvar a Inanna

Que el Pancreator bendiga la fría lógica de Boudicca...

- Yo os sigo - da un paso hacia adelante, meramente simbólico, pero de gran peso - No voy a dejar a la pequeña a la merced del miedo y la ignorancia por su destino

- Está bien....no pienso quedarme aqui solo, si hay que ir a la biblioteca se irá a la biblioteca. No me gustan los libros...me gustan los destornilladores. Pero en fin...no todo es perfecto.

Dijo Borgias resignandose a ir a la Biblioteca, pues no tenia mas opcion.
Se acomodó de nuevo su capucha, ocultando entre sombras su rostro.

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Big Morgan sonrió. “Bien, me gusta que finalmente comiencen a decidir qué hacer en lugar de sobrevivir a las circunstancias que les imponen otros. Los ayudaré.” Dio unos pasos “El taller tiene varias salidas, la más encubierta es por donde ustedes entraron, pero hay otras.” Caminó hacia el lado opuesto al que habían entrado, y el grupo lo siguió. Una puerta con un mecanismo igual al que tenía la que habían usado para entrar se encontraba en un rincón. El hombre la abrió y caminó por un pasillo, subió unas escaleras y llegó a lo que parecía un pequeño garaje. En él había un hovercraft de características similares al que habían usado el día anterior para perseguir a Bladis. Una gran puerta de metal parecía dar a la calle. “Les prestaré este transporte. Solo les pido que lo cuiden. Yo los esperaré aquí.”

Inanna dio un paso hacia Morgan. “Yo también los esperaré aquí, con Edmund. Temo que les sea más una carga que una ayuda adonde vayan. Y creo que Thomas y Balgot también deberían quedarse, aunque eso es decisión de su señora.”

El grupo se subió al deslizador y el viejo abrió las puertas. El sol de media tarde iluminó el lugar y chocó contra sus ojos. Boudicca, con algunas indicaciones del viejo, manejó el aparato hacia la biblioteca.

La biblioteca era un edificio grande, de piedra oscura y puertas de madera muy avejentada. Estaba al lado de la Catedral de la ciudad, y obviamente, estaba regenteada por la iglesia. Unas escaleras llevaban a la puerta principal, que estaba abierta pero desierta. En la calle, mucha gente iba a y venía, aproximándose o alejándose de la plaza de la ciudad pero nadie parecía interesarse en el edificio.

Por fin, nuevamente se lanzaban al Camino. Otra vez la Búsqueda volvía a estar en marcha. Boudicca se sintió mejor que nunca. Sus nuevos compañeros habían aceptado la sugerencia de ir hacia la Biblioteca de la ciudad. Ella sabía que en el conocimiento siempre se guardaba un gran poder, es lo que había aprendido desde pequeña, pero no todo el mundo solía verlo así. Sin embargo, en este caso, encontró el apoyo que esperaba.

-Gracias Big Morgan por el hovecraft. Te lo devolveremos en una pieza.

Confiada, tras haber conducido uno durante la mañana en forma exitosa, la eskatónica se sentó al volante y cuando todos estuvieron dentro, encendió motores y partió rumbo al ansiado edificio. El sol, ocultándose en el horizonte, les regalaba una vista hermosa, que la muchacha no dejó pasar. A pesar de las preocupaciones y de los peligros vividos, aún se permitía apreciar la belleza de la creación.

Llegaron sin inconvenientes. Nadie pareció notarlos, nadie pareció seguirlos. El Pancreador los estaba protegiendo.

Aparcó el aerodeslizador en una callejuela lateral y descendió. Su vista seperdió en lo alto, apreciando la majestuosa arquitectura del lugar.

La mano de la Iglesia era patente en la construcción. Si bien el edificio acusaba el paso de los años, aún podía apreciarse la solidez y la majestuosidad con las que había sido concebido. Como siempre, la santa institución buscaba evidenciar la pequeñez del hombre, lo insignificante que era frente al gran Pancreador. Pero ello, lejos de asustarla, la fascinaba. ¿Por qué existimos? ¿Qué hemos hecho para caerle en gracia a nuestro Creador para darnos la vida? ¿Para perdonárnosla a pesar de nuestras guerras y continuas luchas por el poder?

Sin apenas prestar atención al majestuoso templo gótico* que presidía el centro de la ciudad, la Undyck se encaminó a la puerta principal del recinto y sin dudarlo entró. Era hora de revolver en estanterías y ensuciarse un poco de polvo para encontrar la manera de avanzar.

Borgias no pudo evitar soltar una leve carcajada al oir Te lo devolveremos en una pieza. de la boca de Boudicca.

[B]-Bien pues entonces quién conduce??? por lo menos no todo es negro para nosotros.[/B]

Joyce había permanecido en silencio desde que afirmó que continuaría el viaje hacia la biblioteca. En esos momentos necesitaba unos instantes de paz y tranquilidad, para olvidar del dolor y tener la oportunidad de sumirse en sus propios pensamientos.

Aquello resultaba realmente esclarecedor en algunas ocasiones.

Toda mi vida ha cambiado en apenas ¿días? Quien podría decirme que mis prioridades, mis afectos, mis intereses rotarían de un modo tan drástico. Especialmente, los afectos. Duele demasiado añorar a los que ya no viven.

Casi sin darse cuenta ya se encontraba ante la biblioteca, junto a la Catedral. Aquel edificio de temor fervoroso y meditación le ponía nerviosa, pero no tenía otra opción. Suspira y cierra sus manos en puños haciendo crujir sus falanges.
Aguarda a que Boudicca entre, y también algunos de sus compañeros. Ya que será más discreto entrar a cada tanto, de uno en uno, siendo que el edificio pasaba tan desapercibido