Partida Rol por web

El Ojo de Gilgamesh

Escena 3: Zigurat

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10/02/2012, 17:43
Boudicca Undyck

Notas de juego

:( malditos dados, bueno con el tiempo voy a aprender a tirar también jejej

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27/02/2012, 01:57
Director

La noche llegó majestuosa sobre Puerto Isabela, el espaciopuerto del planeta Aragón. Poco a poco cientos de luces fueron llenando la noche aragonesa, ocultando a la vista de los mortales las estrellas que poblaban el cielo. Sin embargo, aquellas luces no eran capaces de opacar la maravillosa luna roja que orbitaba al planeta.

Mientras las calles comenzaban a vaciarse, Kal Valmer, el áuriga amigo de Borgias condujo la nave de Big Morgan hacia la plataforma asignada para el despegue. El viejo dueño de la nave se encargó del papeleo con diligencia. Los pasajeros se extrañaron de que ningún guardia, ni siquiera uno administrativo, subiera a controlar la carga o verificara la identidad de quienes viajaban con él. ¿Quién era ese extraño eremita que parecía tener tantos contactos?

El grupo no tuvo mucho tiempo para preguntárselo. La autorización para despegar llegó casi enseguida y Kal no se hizo esperar. Activó los motores y con la delicadeza de un amante despegó la nave y la condujo hasta el espacio exterior para alcanzar el portal de salto. Una vez allí, verificó que los sistemas funcionaran correctamente, introdujo la llave de salto y accionó los controles necesarios para activar el portal.

Unos segundos después, el espacio dentro del portal se iluminó y comenzó a curvarse en una espiral infinita; donde antes había oscuridad salpicada de estrellas, ahora podía apreciarse una superficie blanca con destellos irisados que ondulaba como la superficie de un lago al recibir una suave brisa.

-Espero que estén todos listos allá atrás- la voz de Valmer se oyó jocosa -nos vamos de paseo- con precisión, aceleró la nave y cruzó.

Notas de juego

Img tomada de:http://tigaer.deviantart.com/art/Phoenix-Rising-165972808?q=1&qo=1

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27/02/2012, 04:24
Director

La nave cruzó el espacio que la separaba del portal y el mundo cambió. Sinbad ya no estaba en la nave. El joven ladrón se encontraba en medio de una ciudad desconocida, una ciudad antigua, una ciudad de una era anterior.

La gente iba y venía, ocupada en sus asuntos, pero la armonía era palpable. Aunque las vestimentas y las construcciones nada tenían que ver con la vida moderna, aquella ciudad contaba con maravillas tecnológicas de leyenda, aparatos que tan solo habrían sido vistos en la Segunda República si se hacía caso a los cuentos que las viejas contaban a los niños antes de dormir. Sin embargo, nada de aquello le llamaba la atención. Para él, eran elementos familiares.

El chico comenzó a caminar moviéndose con lentitud, como si caminara en un mundo de agua; en cambio, las nubes del cielo se movían velozmente y la luz empezó a cambiar. La bóveda celeste se tiñó de rojo y un resplandor mortecino cubrió el lugar. 

Boom! Una terrible explosión sacudió los cimientos de un edificio cercano y una pila de escombros cayó a escasos metros de donde se encontraba. Boooom! Otra más... y otra después. La ciudad entró en caos, las llamas comenzaron a envolverlas.

Ayúdame Sinbad! El ladrón corría esquivando la destrucción, intentando no ser arrastrado por la marea de gente que, desesperada, inundaba las calles del lugar. No me abandones por favor! La voz resonaba en su cabeza. Una voz cálida, amiga. Tienes que salvarme!

El chico se detuvo un instante. El escenario había cambiado. Se encontraba dentro de un enorme palacio semiderruido, dentro de una cámara cerrada, el corazón de la fortaleza. Allí, tirada junto a un cuerpo que no podía reconocer, se encontraba Inanna, llorando mientras que golpes de ariete amenazaban con tirar la puerta abajo.

Ayúdame Sinbad! La joven levantó la vista del cuerpo y suplicante miró desesperada al ladrón. No me dejes... Otra explosión sacudió el lugar y el polvo obligó al ladrón a cerrar los ojos con fuerza y ocultar el rostro entre los brazos, para poder respirar.

Cuando abrió sus ojos descubrió que estaba nuevamente en la nave. Habían cruzado el portal y navegaban rumbo a la superficie de Ligaheim. Con azoramiento observó a los demás y descubrió que todos lucían desconcertados. ¿Qué había sido ese extraño sueño?

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27/02/2012, 04:57
Director

La nave cruzó el espacio que la separaba del portal y el mundo cambió. Borgias ya no estaba en la nave. El ingeniero se encontraba en medio de un complejo subterráneo, totalmente blanco e iluminado por demás artificialmente. Por allí se movía personal médico y tecnólogos por igual. Pasaban por su lado sin verlo, ignorando su presencia. ¿Acaso no podían verlo?

Borgias empezó a moverse entre los pasillos, siguiendo una especie de instinto que lo guiaba por dentro de aquel laberinto con pasos seguros, como si supiera hacia donde quería ir.

Atravesó una sala llena de maquinaria que en otro momento no hubiera dudado en admirar. Pero algo lo urgía. Tenía que llegar a tiempo para algo, aunque no sabía qué ni por qué era importante que estuviera allí. Cruzó por algo que parecía un hangar; luego siguió por sitios en los cuales se veía gente trabajando, desarrollando, construyendo, conviviendo con la tecnología, como en los dorados años de la Segunda República. Maravillado, no dejaba de mirar y admirar, pero no se detenía. Tenía que alcanzar aquel lugar, aunque no supiera hacia donde se dirigía.

Borgias! Te necesito! La voz resonó en su mente, urgiéndolo a apurar sus pasos. No dejes que lo hagan! No los dejes dañarme! Era una voz cálida, una voz juvenil conocida por él. Inanna.

Los pasos del ingeniero se aceleraron. Comenzó a correr como un poseso, chocándose con la gente que transitaba por allí, tirando bandejas y artefactos que parecían interponerse en su camino. El pasillo por el que se movía era recto y podía ver una puerta al final. Hacia allí debía dirigirse. Sin embargo, el corredor no tenía fin. Aunque el ingeniero se movía mucho más rápido de lo que había corrido jamás, la distancia parecía no acortarse jamás.

Borgias corrió hasta el agotamiento, hasta que su cuerpo dijo basta. Sus piernas fallaron y cayó a lo largo sobre el piso del pasillo. No! No te rindas! Con lentitud, respirando trabajosamente, se puso en cuclillas y levantó la vista. Ahí, frente a él, se encontraba la puerta que había intentado alcanzar infructuosamente. Borgias! No dejes que me dañen, no lo permitas! Con ímpetu, se puso en pie y empujó la puerta. Las luces potentes de un quirófano lo cegaron.

Cuando recuperó la visión, descubrió que estaba nuevamente en la nave. Habían cruzado el portal y navegaban rumbo a la superficie de Ligaheim. Con azoramiento observó a los demás y descubrió que todos lucían desconcertados. ¿Qué había sido ese extraño sueño?

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27/02/2012, 05:23
Director

La nave cruzó el espacio que la separaba del portal y el mundo cambió. Inanna ya no estaba en la nave. La joven eskatónica se encontraba en medio de una enorme biblioteca. Las leyendas hablaban de una maravilla así en la prehistoria, en la era en que la humanidad aún no había salido de su pequeño planeta original.

Pero no se trataba de una biblioteca tan antigua. Allí coexistían libros en piel y en papel, junto a hermosas copias holográficas y video-libros, reliquias herejes de la Segunda República. Sin embargo, en aquel lugar, esas muestras de tecnologías no estaban prohibidas. Algo en el interior de la sacerdotisa le decía que aquel lugar era antiguo, que se encontraba en un rincón del universo perteneciente a una era anterior.

La muchacha comenzó a recorrer el lugar maravillada. Podía sentir siglos y siglos acumulados de saber, toneladas de cultura que ni en cien vidas vividas una a continuación de otra le serían suficientes para abarcarlas todas. Sin embargo, sentía que se encontraba allí por una determinada razón. El Pancreator quería enseñarle un camino, mostrarle hacia donde debía encaminar sus pasos.

Una muchacha pasó fugazmente entre las estanterías. Una dulce carcajada acompañó su paso. Era una risa que instaba a seguirla.

Curiosa, Boudicca se guió por su oído, buscando a la dueña de aquel alegre sonido. Algo en el timbre le resultaba familiar, algo en esa alegría, le transmitía seguridad y calidez.

Moviéndose en el laberinto de estantes, la eskatónica, apuró el paso. La risa volvió a sentirse a su izquierda, pero cuando ella torció hacia allí en la siguiente intersección, volvió a escucharla a su espalda. Rápida, se volvió, y una larga cabellera negra dejó verse apenas unos segundos, mientras su dueña desaparecía tras la estantería.

Inanna! No cabía duda. Tenía que tratarse de la joven obún, que parecía querer jugar a las escondidas. ¿Qué significaba todo aquello? ¿Qué le quería mostrar el Creador? Boudicca hizo algo de lo que no se hubiera creído capaz. Comenzó a correr dentro de aquel lugar, casi tan sagrado para ella como una catedral. Pero tenía que llegar a Inanna, tenía que alcanzarla cuanto antes, o perdería su oportunidad.

Escuchó la risa una vez más a su derecha, muy próxima de donde se encontraba y no lo dudó. Otra vez, sintiéndose totalmente vándala, tiró al piso los libros de la estantería hasta dejar un hueco por donde espiar y así poder ver a la chiquilla que jugaba con ella. Pero en su lugar, encontró a un joven de larga cabellera, también negra como la noche y de profundos ojos negros, oscuros como el mismo espacio exterior. No pudo distinguir sus rasgos, algo en su visión los hacían parecer borrosos, pero estaba segura de que lo conocía.

Debes encontrarlo Boudicca... solo así seré feliz... Aunque la voz resonó en su cabeza, la Undick se giró para ver si Inanna se encontraba allí. El espacio, a su espalda, estaba vacío.

Contrariada, quiso mirar una vez más al joven a través de los libros pero se encontró con que nuevamente estaba en la nave. Habían cruzado el portal y navegaban rumbo a la superficie de Ligaheim. Con azoramiento observó a los demás y descubrió que todos lucían desconcertados. ¿Qué había sido ese extraño sueño?

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27/02/2012, 16:26
Director

La nave cruzó el espacio que la separaba del portal y el mundo cambió. Joyce ya no estaba en la nave. La noble de la casa Thana se encontraba en un corredor de un palacio enorme, de paredes altas y amplios ventanales por donde se filtraba la luz del atardecer. Si bien el lugar le resultaba familiar, su memoria no lograba ubicar de que sitio se trataba.

Se acercó a la ventana para observar la ciudad y así obtener una pista de donde se encontraba. Debajo del edificio que se ubicaba en una zona elevada, pudo ver construcciones antiguas, muestras de arquitectura de una era anterior. Todo se veía ordenado y en armonía. La paz dominaba aquel lugar.

Sin embargo, algo en su interior le indicaba que allí no todo estaba bien. Una urgencia extraña surgió en su interior. Joyce, tienes que hallarlo. Es tu deber, el honor de tu casa te lo exige. La joven desvió la vista hacia su izquierda y no pudo creer lo que encontró.

Recio, de porte severo y con la elegancia natural que corría por la sangre de sus antepasados, se encontraba su padre con la vista al frente y sus manos por detrás de la espalda, en actitud marcial.¿Como era posible? Él estaba muerto, había fallecido en sus brazos. Por eso había sido descastada. Una solitaria lágrima se deslizó por su mejilla.

El hombre se volvió hacia su hija y en su mirada había un profundo amor. Pequeña, ella te necesita. Debes completar la búsqueda que inicié hace años, ayudarla a alcanzar su destino. Inanna depende de ti... y en cierta forma, también los mundos conocidos. Apúrate... el tiempo urge.

Una explosión sacudió los cimientos del lugar. La chica desvió la vista hacia la ventana una vez más, llena de confusos sentimientos y vio como la destrucción reinaba en el lugar. La gente gritaba en las calles, el fuego asolaba la ciudad, decenas de soldados se movían de una manzana a otra, exterminando a cuantos se cruzaban en su camino. La desolación la invadió.

No! intentó gritar deténganse! no deben hacerlo! pero las palabras no brotaban de sus labios. Su cuerpo permanecía inmóvil observando aquella terrible destrucción.

Joyce apretó los ojos con fuerza, buscando reprimir el torrente de lágrimas que pugnaba por brotar de sus ojos. Al abrirlos nuevamente, descubrió que había vuelto a la nave, que nunca se había movido de allí.

Habían cruzado el portal y navegaban rumbo a la superficie de Ligaheim. Sintiendo sus ojos un poco húmedos observó a los demás y se encontró con que todos lucían desconcertados. ¿Qué había sido ese extraño sueño?

 

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27/02/2012, 17:20
Director

La nave cruzó el espacio que la separaba del portal y el mundo cambió. Marco ya no estaba en la nave. El sacerdote guerrero se encontraba en una antigua catedral gótica, cuyo techo se perdía en lo alto. Ricas molduras adornaban los arcos ojivales y numerosos vitrales de exquisita confección, llenaban la estancia de una cálida luz multicolor. El lugar era una excelsa obra de arte dedicada al Pancreator.

Featön comenzó a caminar por la nave central rumbo al altar cuando notó que sus vestimentas eran rojas como la sangre. En su pecho, llevaba bordado el símbolo de la Iglesia Universal del Sol Celestial, pero no el que caracterizaba a su orden, si no el que identificaba a los Inquisidores.

Consternado, se detuvo un momento y levantó la vista como pidiendo explicación al cielo pero la respuesta no llegó. O al menos no la que esperaba.

Inquisidor Featön, debemos felicitarlo por su trabajo. Ha logrado acabar con la amenaza que se cernía sobre la Iglesia y sobre todo aquello que el Pancreator considera sagrado. Ahora que el planeta Velisamil ha sido purificado con las llamas sagradas de la orden de Avesta, los mundos conocidos dejarán atrás la herejía y podremos contribuir a consolidar una nueva forma de gobierno que vele por los intereses de la humanidad.

Marco se sentía desconcertado, pero sobre todo, se sentía sucio. Furioso consigo mismo y con la institución. Se lo felicitaba por algo que él no sabía que había hecho, pero que implicaba la muerte de miles de inocentes. No lo toleraría.

Buscó su lanzallamas para acabar con todo allí, pero no lo encontró. El escenario a su alrededor se disolvió, dejando paso a un lugar devastado, en ruinas, producto de una batalla ocurrida mucho tiempo atrás.

No temas Marco... tu no eres culpable, tu me ayudaste entonces, tu me ayudarás... Una voz cálida, amable resonó en su cabeza. Su mente conjuró la imagen de una joven menuda, de largos cabellos negros y hermosos ojos azules. Ayúdame a encontrar a mi amado, ayúdame a devolver a mi pueblo su esplendor. Juntos podremos borrar el pasado y quitar ese peso de tu alma. Inanna se materializó frente a él, cubierta de una hermosa luz blanca amarillenta. Su sonrisa borró todo rastro de pesar del corazón del sacerdote.

Maravillado con la visión, Marco no apartó la vista cuando la luz se intensificó, llevándose a la Ur-Obún y cegándolo unos instantes. Al recuperar la visión, pudo notar que estaba de vuelta en la nave. Habían cruzado el portal y navegaban rumbo a la superficie de Ligaheim. Con azoramiento observó a los demás y descubrió que todos lucían desconcertados. ¿Qué había sido ese extraño sueño?
 

 

 

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27/02/2012, 18:25
Director

La nave de Big Morgan atravesó el portal sin inconvenientes. En apenas unos segundos, habían surcado el espacio sideral que separaba el sistema solar de Aragón del que regía al principal bastión de la Liga de Comerciantes. En el firmamento podía apreciarse el enorme planeta orbitando tranquilamente en torno a su sol, que como los demás de los mundos conocidos, se enfriaba un poco más cada vez.

Aunque todo parecía en orden, los viajeros espaciales se veían contrariados. Todos tenían una mirada extraña en sus ojos. El padre Tomás no dejaba de santiguarse y el abogado estaba mudo de asombro. Joice tenía los ojos un tanto húmedos, mientras que Boudicca y Marco transmitían una enorme sensación de paz, junto con un gran desconcierto.

No estaban exentos de ello ni Borgias ni Sinbad. Ambos reflejaban preocupación en sus rostros. Incluso Big Morgan se veía alterado. Solo Inanna se veía relajada y tranquila allí.

-Kal Valmer, más te vale tener una buena explicación para lo ocurrido recientemente- por primera vez desde que lo conocían, Big Morgan se veía enfadado. -No sé como lo lograste muchacho, pero ¿en qué pensabas cuando desconectaste el deflector de Sathra?- la voz sonó cortante y fría.

-Lo siento mucho Big Morgan- la respuesta llegó inmediata, preocupada. -No he sido yo. Apenas la nave ingresó en la singularidad, el deflector se apagó solo, y no respondió hasta ahora, que ya estamos del otro lado. No entiendo como ha ocurrido esto. Los motores deberían haberse detenido junto con él, pero sin embargo continuaron moviendo la nave. Es algo que nunca he visto... sobre todo porque ahora el deflector parece funcionar correctamente. Nunca desactivaría ese aparato intencionalmente. No me apetece perder la cordura a mitad de un salto.

-Ok, te creo- respondió el dueño de la nave. -Estás loco pero no tanto... lo sé- luego se volvió hacia el resto de sus compañeros de viaje. -Como se encuentran? no creo que ninguno de ustedes haya pasado por esto antes. Acabamos de sufrir los efectos del Sathra al completo.

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27/02/2012, 22:10
Borgias

Pero que demonios..... Como ha sucedido eso? Esto ha sido el  sathra? No puede ser... Los libros dicen que era algo placentero y reconfortante. Y a mi casi se me sale el corazón. Demonios.... Creo que la niña tiene algo que ver....

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27/02/2012, 22:18
"Sinbad"

Recuerdo que durante toda mi vida tuve pesadillas; pesadillas en las que me perseguían, en las que siempre me pillaban robando algo y tenía a media ciudad detras de mí, pero eran pesadillas... En cambio esto, esto era vívido, tan vívido aunque jamás hubiese estado en aquel sitio ni en aquellas condiciones.

No era el lugar, no era el momento, pero era la persona lo que importaba. Habría escapado de aquella fantasía de no ser por esa voz que me pedía auxilio. No me atreví a dejarla; yo, que me había acostumbrado a la soledad ¿empezaba a ablandarme?... No, me iba a devolver pero la fantasía acabó. Aún sentía como mi cuerpo hervía por el calor penetrante de aquella ciudad, el aire pesado de aquel castillo en ruinas. Todo demasiado vívido...

Me desperté con el aliento agitado, totalmente quieto en el asiento, como esperando alguna catástrofe y evitando ser notado. Apretaba mis puños con fuerza; en uno de ellos empuñaba el cuchillo en un acto casi reflejo de defensa. Trataba de respirar calmado. El sudor de mi frente se deslizaba, quedando atrapado en la pañoleta. Incluso mi corazón palpitaba con fuerza, como queriendo escaparse de su sitio. Quería escapar de auqel sitio, pero no podía, solo me quedaba respirar hondo y pensar calmadamente.

¿Que pasó aquí? en mi vida me había pasado esto en ninguna nave. Deberian tener mas cuidado con esos aparatos; alguien con un arma jamás es seguro en estado de locura - Guardé mi cuchillo mientras recordaba mi sueño. Miré a Inanna y me acerqué a ella - Tú... tú te metiste en mi cabeza, ¿por que lo hiciste? - no quería parecer violento, pero de seguro se podía notar que estaba aun algo exaltado - Que ciudad era esa que no conozco+

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27/02/2012, 22:37
Boudicca Undyck

"...Voces..."

Escucho voces que me rodean a medida que la realidad vuelve a tomar su cauce. El espacio se ve hermoso y misterioso, una muestra más del poder del creador de todo.

"¿Inanna? ¿Tu prometido, soñé con tu prometido? ¿Qué era eso... qué significaba...?"

-Como se encuentran? no creo que ninguno de ustedes haya pasado por esto antes. Acabamos de sufrir los efectos del Sathra al completo.

Big Morgan nos preguntaba eso. Borgias le respondía, yo me daba cuenta de que ya habiámos hecho el salto. El espacio era hermoso, inconmensurable, magnífico pero a mi mente volvía el recuerdo de otro sitio: de una biblioteca.

-Estoy bien...

Dije con un hilillo de voz porque me sentía como dormida. Era una sensación de tranquilidad absoluta, solamente es que todavía se mantenía ese sopor, como si una parte mía se negara a salir del sueño.

-¿Inanna... tú estás bien, verdad?

"¿Qué fue eso...? Se sintió tan real... era como si hubiese estado allí, en ese sitio, en otra época... una muy, muy lejana." Entonces veo a Simbad que actúa medio alocadamente. No entiendo que le sucede, solamente lo miro, parpadeando rápidamente.

Recién ahora el sueño parece más sueño, con el pasar de los minutos, pero aún así, incluso con este chico hablando medio alocadamente, sigo viendo esos hermosos pasillos.

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28/02/2012, 19:20
Director

La antigua nave comandada por Kal Valmer continuaba su trayectoria a través del espacio, acortando la distancia que los separaba del planeta Ligaheim.

Mientras el grupo que viajaba en ella iba asimilando las diferentes experiencias místicas vividas al atravesar el portal por culpa de un fallo en el deflector de Sathra, las dudas y los planteos comenzaron a surgir. Era lógico; muy pocas personas pertenecientes a la era actual conocían de qué se trataba esta peculiaridad.

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28/02/2012, 19:24
Big Morgan

Big Morgan fue en busca de café para los presentes antes de responder al ingeniero mientras Sinbad y Boudicca interrogaban a la Ur-Obún.

-Borgias, ¿realmente crees aquello que dicen los libros? Experimentar el Sathra es algo prohibido por la Iglesia desde hace siglos. Muy pocos en nuestra era saben realmente lo que se siente atravesar una situación de este tipo, y la mayoría de ellos están proscriptos por la ley, acusados de herejes... El Sathra puede ser maravilloso o aterrador, todo depende de como te sientas emocionalmente al momento de vivirlo... o eso dicen- el hombretón calló al tiempo que se fortaba los ojos, intentando auyentar una migraña molesta. -Sin embargo, al igual que tu, creo que nuestra pasajera estrella ha tenido algo que ver en lo que vimos... Veamos que puede decirnos.

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28/02/2012, 19:33
Inanna

Mientras el dueño de la nave y el ingeniero conversaban acerca de los efectos del Sathra, Inanna miró tiernamente a Sinbad y acarició su rostro con dulzura. Luego se acercó a Joyce y le dió un reconfortante abrazo antes de volverse hacia la eskatónica y tomar una de sus manos con las suyas. -Gracias por preocuparte por mí Boudicca... estoy bien- dijo sonriente. -No sé de que me hablas Sinbad... yo... yo solo recuerdo que estábamos todos allí con un mismo propósito... aunque no sé de que lugar se trata, pero se sentía como el hogar- su mirada pasó de soñadora a melancólica. Los allí presentes sintieron como la velada perdía brillo, como las luces alumbraban un poco menos, como el espacio se volvía infinitamente grande. La sensación duró solo unos momentos. Inanna volvió a sonreir, y esa cálida sonrisa volvió a levantar el ánimo en los presentes, haciéndoles olvidar un poco más la extraña experiencia que habían tenido.

-No te preocupes por ello, amigo... cuando lleguemos, sabremos que ese era el lugar.

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28/02/2012, 22:16
Boudicca Undyck

El Sathra... esa experiencia al saltar por un portal que podía llevarte hasta lo más alto o bajo de tu ser. Era impresionante, algo místico. Solo experimentándolo una podía saber de qué se trataba. Y yo lo había hecho, en verdad por lo que oí todos lo habíamos hecho.

Inanna tomó mis manos y me agradeció el preocuparme por ella. ¿Cómo no hacerlo si esa niña tenía una pureza y energía tan plena y dulce que solamente el Pancreator podía reflejarse en sus ojos?

-Es mi deber preocuparme por tí. Creo que desde te encontré junto con mis amigos, en tan malas condiciones, mi corazón le informó a mi cabeza que eso era parte de mi destino.

Sonreí.

-Y agradezco tan buen destino.

Luego miré al resto y comenté: -Yo también pienso que reconoceremos los lugares si los vemos. Pero agradezco y perdonad si cometo una herejía, el que el poder de esta niña nos haya permitido una visión. Siento que me ha encaminado, al menos a mí.

Miré a Inanna.

-Creo que Gilgamesh me ha visto en esa visión, y yo también a él. Aunque no era nítido -explicaba ésto ya no solo a Inanna sino a todos los presentes -era un joven pero aparecía borroso. Muy borroso para recordar su rostro.

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01/03/2012, 01:31
Borgias

El ingeniero se sentía confuso y no pudo hacer otra cosa que despejarse yendo junto a Val....mirando los ontroles a ver si lo era correcto.

bueno deje monos de hablar tantas suposiciones y pensemos que es lo que vamos a hacer en el planeta....debemos tenerlo todo preparado.

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01/03/2012, 01:51
"Sinbad"

En otra situación pondría mi cuchillo en su cuello y lo rebanaría, pero algo me detenía de acabar con esto. Tal vez era que estaba rodeado de demasiadas personas, pero esta aventura se hacía mas y mas extraña.

Llevé la mano a mi cabeza, tratando de recordar cada detalle; era obvio que no conocía esa ciudad, pero algun dato podría obtener para saber a donde pertenecía... "¿Y si era alguna ciudad antigua? de leyenda?" Bah, ya empezaba a creer esas locuras de amantes a traves del tiempo, lo mejor era que empezara a sacarlas de mi cabeza.

La miré, miré a Boudicca y sacudí un poco la cabeza. Me moví hacia donde Joyce y le dije - Enseñame como usar una espada, soy de armas cortas, no largas...

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06/03/2012, 18:23
Joyce Adonai Thana

Joyce había permanecido callada tras la experiencia mística experimentada. Las lágrimas que no habían llegado a caer humedecían todavía sus ojos, mientras recapacitaba acerca de la visión. Sin darse cuenta, sus ojos permanecían fijos en la pequeña Inanna, como si así pudiese volver al lugar de la visión.

La voz de Sinbad la sacó de su ensimismamiento. Se puso en pie, sacudió la cabeza para despejarse del todo y asintió al chico.- Está bien, te enseñaré si quieres, pero procura no volver a asustar a Inanna hablándole con dureza. El arte de la espada es noble, deberás usarla siempre con honor, y del mismo modo debes comportarte. - Joyce se veía seria, serena pero firme. - Recuerda siempre que el Pancreator nos ha escogido para cumplir su voluntad, y nada hay más importante ya que eso.

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19/03/2012, 19:36
Inanna

El ingeniero abandonó la habitación y se dirigió hacia la cabina. El resto de los presentes aún se encontraba afectado por el extraño sueño que habían recibido y trataban de asimilarlo.

Mientras Joyce y Sinbad conversaban sobre el uso de la espada y Marco continuaba sumido en sus pensamientos, la joven Obún miró interesada a Boudicca. Ya le habían relatado la historia que habían descubierto en la biblioteca de Aragón y en ella se mencionaba a Gilgamesh, su amado en el pasado y a través de los tiempos. Un amado al que no podía recordar. Con ansiedad se acercó un poco más a ella y preguntó.

-¿Como era? ¿Como se veía? ¿Se acordaba de mí? Porque yo... yo no logro recordarlo- la pena se hizo patente en su rostro, pero como era habitual en la joven desde que se había recompuesto, en seguida recuperó la sonrisa y el buen humor. -Es una historia muy bella la que me contaron... Me gustaría que fuera cierta, aunque no logro recordarla. Tu crees que en mi planeta de origen la memoria vuelva a mí? Bah, no vale la pena preocuparme ahora verdad? El espacio es tan bello... y nunca he estado en el planeta del gremio de los comerciantes... creo. ¿Qué es lo que haremos allí?- aunque seguía la conversación con la eskatónica, levantó su vista hacia los presentes abarcándolos a todos con su pregunta.

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19/03/2012, 19:45
Kal Valmer

El ingeniero abandonó la estancia y se dirigió a la cabina del piloto, para conversar con su amigo. La experiencia vivida lo había dejado trastornado y aún no se reponía de la impresión.

Al llegar ahí, su amigo sonrió de lado y le hizo señas para que se sentara junto a él, en el lugar destinado al copiloto, un puesto que en la actualidad era meramente simbólico en aquellas naves de pequeña envergadura.

-¿Qué me dices? Esto fue... increíble. No te voy a negar que ya lo había vivido. Uno no se puede considerar un áuriga de primera línea si no experimenta al menos una vez el Sathra. Pero esta vez ha estado de lujo! Fue mucho más vívido, más real... además de insólito. Aún no lo entiendo... tal vez tu puedas echarle luz al asunto. ¿Como es que los motores no se detuvieron al hacerlo el deflector? ¿Será que nuestro anfitrión nos oculta algo?