Partida Rol por web

La elfa enarcó las cejas y se pasó una mano por la nuca, ahuecándose el cabello oscuro.

-Podemos intentarlo de nuevo...-dijo Lúthien con sencillez- pero yo no me veo capaz de sonsacarle nada. Una cosa es distraerle...-y eso dependiendo de como le diera el asunto, que con lo torpona que era, los momentos femme fatale no le salían con asiduidad.

- Podríamos insistir para que nos ofrezca una habitación. De noche podríamos salir de ella a hurtadillas, bajar y... ¿os habéis fijado en el pasillo de detrás de la barra, no? Me juego algo a que la puerta por donde salió el de las botas embarradas es el acceso a esa caverna.

Me acerco a la puerta, dispuesto a entrar de nuevo.

- Adelante, querida hermana. -apoyo la mano en la puerta para abrirla y cederle el paso- Consíguenos un buen precio por las habitaciones. -le digo, sonriendo y guiñándole un ojo.

Al entrar, el tabernero no está en la barra, sólo está Lordo que sigue sentado. Os hace un gesto para que os acerquéis.

Al llegar, habla en susurros.

He hablado con el último hombre que ha salido. Me ha dicho que su jefe, Corwyn, vende esclavos. Están escondidos en la playa, pero que dentro de esas habitaciones hay una trampilla que conduce a un pasadizo que lleva directamente hasta allí. Tenemos poco tiempo, cree que estoy interesado en ver la "mercancía", así que deberíamos investigarlo.

El gnomo entró junto a sus compañeros y escuchó lo que tenía que decir Lordo.

- Pues bien, ¿cómo queréis hacerlo? ¿Nos metemos ya? ¿Esperamos a la noche? ¿Nos disfrazamos? 

Juntó las palmas de las manos.

- A mí la idea de disfrazarme me encanta, pero si lo veis innecesario lo comprenderé. Aunque, la verdad es que si Lordo va a hacerse pasar por alguien interesado en comprar "eso" debería ir entrando. Aunque a nosotros si nos ven nos echaran a patadas, ¿no es así?

Dicen que la ocasión la pintan calva; no hay ni rastro del tabernero y Lordo nos informa de que se ha hecho pasar por un cliente interesado. Buena estrategia.

¿Sería demasiado imprudente escabullirse por detrás de la barra e introducirse sigilosamente por la puerta de donde salió el hombre de las botas embarradas? Supongo que sí, pero no hay nada más atrayente que la imprudencia.

Ante las sugerencias del gnomo, me horrorizo con la idea de tener que disfrazarme.

- Yo aprovecharía la ocasión, ya. -miro a Seageon y a mi hermana. Supongo que si el posadero se ha ido por la puerta por donde deberíamos pasar nosostros y Lordo lo ha visto, nos advertirá de que no lo hagamos.

Desde vuestra posición, al mirar al pasillo veis cómo las huellas del hombre con los zapatos llenos de barro salen de una habitación. Lordo os comunica que el tabernero se ha metido en la otra.

-Entonces no sé a qué esperamos-dijo Lúthien con suavidad tomando de la muñeca a su "hermano" y tirando de él soltándole cuando ambos brazos quedaron suspendidos en el aire casi paralelos al suelo, dirigiéndose hacia la habitación de la que salen las marcas del barro rojizo, mirando al suelo para no pisar ninguna marca ya hecha por las suelas de otros. Al llegar al marco lanzó una mirada a los chicos entre los mechones oscuros y desapareció dentro de la habitación, sosteniendo entre las pálidas manos el bajo de la falda.

Sigo a mi hermana, aceptando su impetuosa decisión. Me paro un instante delante de la puerta; quizás fuese bueno tratar de escuchar a través de ella, o abrirla sigilosamente, o...

O, bueno, seguir a mi hermana que ya ha entrado en la habitación.

"Vaya, esta elfa sí que sabe lo que hay que hacer"

El gnomo asintió, complacido, mientras seguía a los dos elfos que se adentraban en aquel espacio desconocido, que debería llevarlos hasta los esclavos. Avanzó algunos pasos hasta la puerta, por la que dos de sus compañeros ya habían desaparecido, y miró atrás.

- Lordo, hombre, no se quede atrás - le hizo señas para que los siguiera mientras entraba también.

Se sentía divertido, como un niño que hace una travesura y espera que no le pillen.

Voy, digo como un murmullo y tras de todos les sigo, pensando que  posiblemente estemos en problemas si nos descubren.

Parece que nadie os ha oído entrar, algo que sin duda es bueno, pues os podríais haber metido en graves problemas.

En esta nueva sala se almacenan barriles vacíos, mientras que los llenos se encajan en la pared para servir desde el otro lado. Un pequeño contenedor lleno de amargo vino rojo se encuentra sobre un barril vacío de cerveza. Hay un cofre cerrado sin cerradura.

Además, hay una escalera apoyada contra la pared opuesta a la puerta que asciende hasta un altillo en el que hay una cama.

Las pisadas se acercan hasta un rincón de la pared. Debe haber alguna puerta secreta o una trampilla en algún sitio.

Lúthien movía los labios tarareando muy muy bajito, prácticamente para ella, como si eso le ayudara para concentrarse mientras buscaba algún indicio claro que delatara la posición de la salida "alternativa de la habitación".

Suspiro de alivio al ver que no hay nadie. Me acerco a la escalera, subo sigilosamente los peldaños hasta ver que lleva a un altillo con una cama.

Desciendo los peldaños y vuelvo a la habitación. Me acerco a la pared donde la elfa parece buscar la salida oculta. Palpo los ladrillos del muro, con la esperanza de encontrar algún resorte oculto.

- Tiene que haber algo por aquí...

No hagan movimientos rápidos, esto puede ser una trampa. Digo moviendome con mucha habilidad,  sé de lo que hablo. Busco algo que nos sea útil

El gnomo se cruzó de brazos mientras sus compañeros inspeccionaban el lugar. 

- Creo que será mejor que dejemos al señor Lordo hacer su trabajo, Dragón - le susurró al búho mientras sencillamente ganduleaba, haciendo ver que miraba con atención todo lo que hacían sus compañeros.

Lordo investiga toda la habitación. Cuando Reluë va a subir por las escaleras, le señala un escalón y le dice que es falso para que no lo pise.

Después, se acerca al lugar donde está Lúthien, que parece haber encontrado una pequeña argolla que supone que será la trampilla. Lordo comprueba que no hay trampas y la abre. Una rampa desmontable se desliza; debe estar allí para rodar los barriles. Además, hay unas escaleras que descienden por el tunel vertical.

En la habitación además encontrais diversas armas: un par de hachas de batalla, dos espadas cortas, una maza ligera y una ballesta ligera.

La parte inferior de esta "habitación" donde has subido sólo tiene un catre andrajoso y un cofre de madera sencillo sin cerradura, que contiene dos mudas y una cadena de plata. Rebuscando un poco más en el cofre, encuentras una pequeña bolsa con 50 piezas de oro, un anillo de amatista, una poción y una vara que tiene la punta en forma de "v".

Tomo la ballesta. Como pensé, este sitio esta costruido para ahuyentar a cualquiera, debemos tener cuidado, si encontramos armas quiere decir que los demás hombres estan armados, es posible que tengamos que defendernos, aunque parece que ninguno de ustedes es guerrero...

ni yo... pienso

Una cadena de plata, una bolsa de oro, un anillo de amatista,...

Si yo fuera un vulgar ladrón, me quedaría con todo ello, pero supongo que lo justo es que siga perteneciendo a su legítimo dueño.

Sin embargo la poción y, sobre todo, el bastón en forma de V llaman poderosamente mi atención y los examino más detenidamente.