Partida Rol por web

De repente, abro los ojos. Ahora sí que ha dicho que ha finalizado, ¿puede ser que me haya relajado tanto como para dormirme y soñar?

Me incorporo en la camilla con más facilidad de lo normal. Pongo mis pies en el suelo. Miro para abajo. No me veo las zapatillas. Normal, pero...no me ha costado incorporarme, me noto más ligero ¿puede ser que lo que estaba soñando fuese una explicación racional de lo que realmente me estaba pasando, y que mi mente no podía concebir esa ligereza con el mismo volumen y por eso se inventó el adelgazamiento?

- Me...me...noto más ligero...¿puede ser? Muchas gracias... - dgo todavía intentando asimilar mi cuerpo.

Salgo con una sonrisa de oreja a oreja. Sentirse más ligero es una buena sensación.

- Nos marchamos entonces??? Este tío es la leche...ya os contaré cuando sea capaz de entenderlo yo, ya... aunque creo que de momento voy a empezar una nueva vida...voy a cortarme el pelo!!!

Me encanta la casa, tiene un rollo fábrica maloliente que me llama muchísimo la atención. Claro está que no hago comentario al respecto no vaya a ser casa de algún amigo de Lea o aún peor, una de sus creaciones, pero básicamente me encanta y eso si que lo expreso, alto y claro.

-¡QUÉ MARAVILLA! ¡Es como una casa colgante! ¿Quién vive aquí Lea? Seguro que algún artista famoso o algo, ¿o es un restaurante?- si es esto último no me quiero imaginar lo que dan de comer. Seguro que tiene moho. -Recuerda que soy vegetariana, aunque seguro que aquí hay mucho vegetal. ¡Mira cuanta vegetación!

-Vaya...espero que haya guardado esos...esos quilos de más. A mí me venían bien-dice John sonriéndose al ver el aspecto del nuevo Hache-De ahora en adelante te vamos a tener que d...llamar "I"en lugar de "H".

John no solía bromear demasiado, ni mucho menos hacer chistes, pero se le veía contento de ver que habían salido bien parados de su encuentro con el "mecanista".

-Sí...aquí ya hicimos lo que teníamos que hacer.

-¡Vaya!- digo nuevamente impresionada cuando sale Hache.

Ante la prisa de Estribo y John, todo lo que puedo decir es -Sí, si...* -

Mas que caminando por mi propio pie lo que hice fue salir dando saltos de alegría. Y eso que al principio, cuando empezó el dolor y la locura se adueñó de mi ya pensaba que no salía de esta.

- ¡ Jajajaa!. ¡ Me siento como nuevo!. Mis amigos se acercan fascinados por mi mágica recuperación. 

Carmen comienza a preguntarme cosas raras y sin entenderla bien voy negando con la cabeza.- Nada, usó un soplete y tenazas....entonces Helena me pide que me levante la ropa.

- ¿Ehhhhm, como dices?.

- ¡ Ánimo Hache, al principio da mucho miedo pero luego es como ver una peli gore serie B desde el sofá en el que tu eres el prota! 

Verle regresar en perfecto estado es un nuevo subidón de entusiasmo que me dura hasta que nos invitan a salir del desguace. Después de recuperar mi cuerpo roto no pienso discutir y jugarme mas lesiones. Me meto dentro de los primeros.

Ante la prisa de Estribo varios del grupo meten prisa a los que quedan más rezagados asimilando lo que han visto. La furgoneta Z arranca. Al torcer para salir del desguace de coches pueden ver que los coches que se acercaban dan las luces. Son autos. Pero su aspecto es siniestro. 

Uno de ellos hace rugir el motor cuando pasa la furgoneta pero otro le pita. Estribo pisa el acelerador y conduce deprisa ignorando el jaleo entre esos coches. Pronto la furgoneta está atravesando las Cavas Calizas. Estribo no deja de mirar por el espejo retrovisor. Pero parece que nadie les sigue. 

- Bien. Todo ha salido perfecto. Os dejaré en la Torre de la Encrucijada. Aunque vuestros cuerpos están curados, imagino que querréis descansar las mentes

Tras atravesar Lalengua, los siete llegan al Faro. A casa... 

De camino a Leuce en el taxi, Lea trata de llamar a su amigo: 

- No vaya a ser que justo hoy esté cerrado...

- Bueno, no te preocupes, si está cerrado podemos visitar ese barrio y comer por algún sitio

- Hmmm, ¿no vas mucho por Leuce, verdad Anayansi? Muchas de sus calles son urbanizaciones privadas con restricciones y los pocos sitios que podamos encontrar abiertos son tan caros... 

- Bueno, Rob, es verdad pero tiene también partes increíbles de ver y algunos locales son caros pero merecen la pena... Este no contesta... Antes estaba todo el día colocado pero creo que dejó embarazada a una chica y sentó la cabeza... no sé...

Mientras el trayecto deja claro las diferencias sociales de los tres vecinos, el taxi se adentra en las iluminadas mansiones y pavimentadas calles del barrio exclusivo de Aquilea

El taxista también tiene su opinión: 

- Es como Dubai... pero aquí... deben ser inversores extranjeros todos porque si no, ya me dirán. Pero es bonito eh, ¡y seguro! aquí nunca pasa nada... Es una lástima que estos ricachones pocas veces necesiten un taxi de la ciudad. Y recuerden lo que ha dicho el Gobernador: Es ilegal que echen de las calles a alguien por no tener permiso residencial. Así que no se amedrenten por dar un paseo. 

Justo cuando llegan a la Casa Sperimentale, Lea recibe un mensaje de su amigo

Lea, ya no poseo la casa. Teníais razón lo de hacer arte en un barrio de ricos. Al final transforman en producto toda la inspiración, you know. Así que me cansé y vendí la casa que reformé a su actual propietaria. Me dio mucho dinero y ahora vivo en Miami. 

- Siempre fue un poco idiota... la verdad... pero parece que está abierto. Esos coches están entrando. ¿Queréis que probemos a ver si se puede visitar? 

La Casa Sperimentale está iluminada por grandes focos. En la verja de entrada, millonarios bajan de sus coches y son guiados al interior. Se oye música. 

El taxista señala a uno

- Ese es el actor ese... y esa sale en las revistas ¿a que sí? Creo que están pidiendo identificaciones. ¿Qué digo? 

-No...si, claro-dice John sonriendo cuando Estribo se ofrece a acercarlos-Además, los...el resto de los compañeros de la torre querrán saber de Hache y Ochi. Si, por favor...llévanos

Ya allí, se baja del coche y le da la mano al enviado de la casa Zeón.

-Oye..Es decir...gracias, te debemos una. Tenía pensado preparar...para todpos una cena...algo para picar. ¿Por qué no te quedas? Es lo que...lo menos que puedo hacer. Así conoces al resto.

Mientras vamos en el coche, camino de la torre, no dejo de pensar que esta vez hemos tenido suerte, que ha salido bien. Quizás, después de todo, el futuro no sea tan malo...

-Gracias...- digo casi en un susurro, dirigido a Blanca y Estribo, que van en el asiento de delante. No creo que me hayan oido, pero no pasa nada. El espíritu con el que lo he dicho queda flotando en al aire, lo sé.

Me gustaría hacer como cuando era pequeña y respirar sobre la ventanilla y dibujar un símbolo de suerte en el vaho. Cuando el vaho desaparece, los restos del dibujo permanecen, invisibles. Pero no lo hago. No quiero que Estribo piense que le mancho un coche tan chulo.

Cuando llegamos se nota que todos estamos de mejor humor. John hasta se ofrece para hacer una cena común.

-Yo me apunto y subiré algo para comer también-

-Por favor, transmite nuestro agradecimiento a la casa Zeon- le digo a Estribo, ahora en voz alta -Y gracias a ti también -

Miami??? que mal había acabado este hombre y si que se había dado pronto por vencido, pensó Lea. -Pues que pena ..me hubiese gustado presentaros al dueño..pero parece que ya no vamos a poder. Ésta era su casa, y aquí vivían muchos artistas en comunidad y compartían y creaban en conjunto sus obras. No se donde habrán ido a parar todos y en que se habrá convertido esto- dijo Lea con resignación. 

Lea se dirigió al taxista. -No se si vamos a poder pasar, porque el antiguo dueño ya no vive aquí. Cuando te pregunten di que mi nombre es Lea Boulé (a ver si hay suerte y me conocen) y si nos dicen que no se puede podemos probar a dar la vuelta a la mansión e intentar entrar por una pasarela elevada que hay detrás. Me se los planos de memoria.. 

Parece que se acerca una noche de calma. Me parece buena idea aprovecharla en una cena comunitaria. El viaje de vuelta ha sido menos tenso que el de la ida, está claro que el hecho de que los heridos y especialmente Ochi, estemos bien ya también ayuda.

- Muchas gracias Estribo. Da recuerdos a Spear de mi parte, ¿ok?

Finalmente llegamos a la torre...

- [b] Entonces, ¿yo me encargo de la bebida? ¿Avisamos al resto?

-Claro, Hache. Y si,...c...por supuesto. Deberíamos...me gustaría que estuvieran todos. Voy...Subo a mi piso para ir preparándolo todo. Estribo, cuento contigo ¿eh?

Dicho esto, John se metió en la torre y cogió el ascensor.

John subió hasta su piso, pero antes de entrar llamó en la puerta de Anayansi.

No habían hablado desde que había regresado y deseaba saber si estaba bien y que le contara cómo le había ido con su experiencia en la Encrucijada.

Estuve silencioso y pensativo mirando por la ventanilla como las luces de neón de la ciudad pasaban rápidas a medida que Estribo conducía apresurado. Tantos dias metido en una habitación de hospital me habían privado de algo tan sencillo y mundano como era eso. Algo que en mi viaje de ida a las Cabas Calizas no había podido disfrutar a causa del dolor atroz que atravesaba mi cuerpo. 

- Si, muchas gracias por todo. La visión del Faro ya habiendo llegado rompió mi silencio y me trajo de nuevo a la realidad que me rodeaba. 

Oh, por fin en casa, cuanto eché de menos mi habitación, mis cosas...volver a dormir en mi cama...

John ofrece su piso para hacer una cena y reunirnos a todos.- Estupendo, yo bajo el postre...¡ tengo en la nevera una tarta de chocolate y no encontraba el momento de hincar el diente!. Tal y como subía por la escaleras me dio por pensar..¿cuantos dias estuve en el hospital?. Por suerte el pastel era de esos congelados y estaría bien.

Es todo mucho más ampuloso y surrealista de lo que me imaginaba. Glamour, casas imposibles, famoseo...aquí va a haber bastante seguridad, así que voy a tener que dejar la pistola en algún escondite y luego recogerla. Aunque... 

- Este sitio es una pasada, Lea, pero todo parece muy exclusivo y Vip, no sé si nos dejarán entrar. Y si nos echan y luego nos colamos, nos verán otra vez y ya nos echarán por las malas. ¿Por qué no probamos a colarnos por atrás y así evitamos identificaciones y chequeos?

¡Qué emoción! Una fiesta con pases VIP y Rob y Lea comentan de colarnos. Nunca me lo imaginé de ellos dos, me encanta.

-¡Eso! ¡Eso! ¿Para qué preguntar si sabemos donde está la entrada? Una vez dentro ya nos inventaremos algo.

Me gusta la idea de colarnos, lo he hecho cientos de veces en este tipo de fiestas y nunca he desentonado, siempre soy el centro de atención y en pocas veces me han echado. Casi siempre les gusta que haya gente como yo porque sino se tiran toda la noche hablando del arco de la puerta o el cuadro de la pared. Yo les doy la pimienta que les falta ¿o es la sal? Da igual, seguro que nos lo pasamos bien.

-¡Vamos! ¿A qué esperamos?

Nadie responde... ¿Dónde diantres estará Anayansi?

John se encoge de hombros y entra en su apartamento. Revisa la nevera. Algo se tuvo que salvar del intento fallido de la otra noche. Además le queda embutido y algunas conservas. Una poca de crema pastelera se hace fácil y con el hojaldre del congelador, apaña en seguida unos milhojas.

Para terminar, prepara una ensalada con rúcula, queso de cabra, tomate y orégano. Una caprese de toda la vida, pero con nueces picadas por encima, por si Anayansi aparece finalmente.

Para completar, hornea unos palitos de masa con orégano, ajo y tomate.

45 minutos después se sienta a disfrutar de una copa de vino en solitario. A la comida le faltan 30 minutos de horno y ya. A él también le hace falta un descanso.

Asisto atónito ante el espectáculo de luces y sonido en el que se ha convertido Madre. Si bien al principio parecía que yo la estaba dejando en su sitio, ahora ha explotado con una violencia que me hace retroceder en el sillón y querer taparme los oídos. Nadia Van Houten, la imperturbable, la mujer de hielo, la madre distante se ha convertido en la traca final de los fuegos artificiales del año nuevo chino.

- Eh... mmmh... pero...

Me estoy llevando más revolcones que en toda mi puta vida surfeando olas de 8 metros. Habla de papá, de mi situación en la Corte, de mi propia personalidad. Y lo peor, es que sé que todo es verdad. No porque lo supiera de antes, o por que lo hubiera intuido: lo sé porque nadie, con los ojos inyectados en rojo como ella, escupiendo saliva y bilis mientras grita, podría mentir en un momento así. Parece que empiezo a ver a Madre un poco más allá de la abogada y la figura dictatorial que ha sido siempre, y no me gusta lo que veo. También parece que Madre pertenece a la Casa Galahad... y no tengo ni puta idea de quién coño son esos... tendré que preguntarle a Nate cuando vuelva.

- Tienes... ejem... tienes razón, Madre. En todo -digo apurando el whisky y sirviéndome otro vaso, que también apuro de un trago-. Y no, no quiero poner en peligro a papá. Supongo que ya es tarde también para salvar mi culo. Pero no es tarde para todo -algo se me acaba de ocurrir-. Me he puesto en peligro yo, y por lo que dices también te he puesto en peligro a ti. Tú me has estado ayudando, y ahora te ayudaré yo a ti. Si tú quieres, dime qué es eso de la coronación, qué está pasando en lo que tú llamas Reino... y yo seré tu hombre en la sombra en la Corte, seré los oídos y los ojos de los Galahad si eso es lo que quieres... ?Qué me dices?