Partida Rol por web

El frío atenaza las calles de la ciudad, la humedad no hace menos a pesar de estar el río helado...
En las entradas de las estaciones de autobús y tren, aeropuerto, puerto y entrada por carretera, parece haber patrullas del ejército sueco, controlando todas las entradas y salidas...

Tras turnos de conducción de siete horas con descansos de dos horas entre cada uno, conseguisteis llegar a Oulu, "capital" de Laponia, y de ahí a Estocolmo...
Laponia habría sido intransitable para tí, gracias a Dios esa parte le tocó a Antti conducirla...
La nieve cubría un metro en torno a la carretera, y no se veía otra cosa en el orizonte amén de algún arbusto con las ramas peladas. Herkus en cambio parecía encantado mirando por la ventana, mientras tú no podías hacer otra cosa que envolverte en todas tus mantas y poner al tope la calefacción.
Pasada Laponia, volvió a tocarte a tí conducir, y la llegada a Estocolmo se presentaba difícil... En la entrada por carretera de la ciudad, dos militares te hicen parar la caravana...

Antes que nada, cuando Lex va viendo que estan parando por carretera, sonríe cual joker mirando al frente...

- Chicoooos, CHICOOOOOOOS, VAN A PARARNOS LOS POOOOOOOLIS, CHICOOOOS - exclama, pero visto desde afuera sólo se balancea de un lado a otro, como si estuviera cantando... Observa su pasaporte. Alguna vez que otra lo había usado. Antti debía de tener uno... Pero Herkus... ¿Qué papeles iba a tener Herkus?
- Heeeeeeeeerk, escóndete bajo algún cajón ocultooo o lo que seaaaa - va frenando en cuanto se lo ordenan - ...Y ABRIGAAAAOOOS, ABRIGAOOSS LARA LAAAAA

Herkus se esconde torpemente bajo la cama, no es que un vagabundo sepa dónde es el mejor lugar en que esconderse en una caravana...
Antti por el contrario se viste tal como dijiste pero parece tremendamente nervioso, sentándose a tu lado... Finalmente llegáis hasta el paso de los militares, donde os indican que paréis y bajéis las lunas... Hay una gran cola en la entrada a la ciudad...

En el aeropuerto, todas las salidas parecen colapsadas por una cola para salir, donde al parecer unos militares piden documentación y preguntan qué desea hacer el viajero en Estocolmo...

En la estación, todas las salidas parecen colapsadas por una cola para salir, donde al parecer unos militares piden documentación y preguntan qué desea hacer el viajero en Estocolmo...

Esto se veía venir... Teniendo en cuenta los disturbios ocurridos aqui, un control militar era lo más fácil de prever. Problema: si intento mentirles, me cogerán. Sería como intentar montar en bici por primera vez, es normal que uno se caiga. Por eso, antes de bajar del tren, he aprovechado para, en primer lugar, romper mi carné y pasaporte falsos, arrancando las fotos y guardándolas en mi cartera, y tirando los restos a un cubo de basura. Entrego a los militares, pues, mi verdadera documentación. No quiero problemas de ningún tipo, y si estos hombres me cogiesen con dos tipos de papeles, se montaría un buen follón. Y, cuando preguntan por lo que se desea hacer durante la estancia aquí, también respondo con total sinceridad:
-Asuntos familiares...

Echa una miradita por el retrovisor para ver dónde se ha colado Herkus...

La cama... Oh sí, cómo no lo había pensado, ¡¡QUÉ HACES!! ¡¡¡SI ES QUE NO TENDRÍA QUE ESTAR AL VOLANTE, COJONES...!!! - mira a Antti - Míralo... Ése es mi chico... DISCRECCIÓN, ASÍ ME GUSTA.

- Levántate YA y mete a Herk en uno de los cajones que hay a la altura del suelo - le pide hablándole rápido a Koivusaari, pero tranquila y sin preocupaciones, manteniendo la calma como si de la cola del super se tratara... Asiente en cuanto visualiza a las autoridades - Ponle toallas o sábanas delante y cierra - va parando, bajando las lunas...

Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino...

- Bienvenido a Estocolmo, señor Dryden.

Tras pasar Rewell sin ningún problema, Sven se presenta de su impecable guisa y muestra su documentación.

- Vengo al congreso de pediatría, soy uno de los ponentes - dice sonriente.

- Bienvenido a Suecia, doctor - dice uno de los soldados - Siguiente - le toca a Alice...

No sé de qué va a servir todo esto... Ah, sí, para poder ver a mis hermanos, como mucho, tras un cristal blindado y tintado, para no contagiarles... Sin embargo, sólo estoy deseando pasar este estúpido control para poder entrar en la ciudad... Me doy la vuelta, comenzando a encender un cigarrillo, viendo que Sven ha pasado sin problemas. Sólo quedan Alice y...
Hostias... No llego a encender el cigarro. Apoyo el brazo en el hombro de mi compañero, en un gesto mucho más amistoso de lo normal, y susurro, entre dientes, algo.

-No sé qué pensarás, pero en cuanto vean a Falken, aquí se va a armar una buena, así que ya podemos hacer algo bien rápido...

Al bajar las lunas, uno de los militares, luego de mirarse entre ellos cuando ven cómo Antti se va de tu lado y entra apurado en el interior de la caravana, se acerca hasta la puerta... En un principio parece quedarse prendado de tí, observándote largamente, pero al fin atina a hablar, sonriendo amable e incluso alzando una ceja, seductor.

- Buenos días, señorita, somos de las Fuerzas Armadas de Suecia - saluda con un potente acento sueco en su inglés - debo pedirle por favor que baje del vehículo con su documentación...

Sven, inexpresivo, alza las cejas tras el susurro de Rewell. Mientras Alice rebusca su documentación, Lockhart se adelanta un poco:

- Alice, cariño, ¿encuentras la documentación? ¿No la habrás metido en mi mochila o la maleta? - pregunta, con naturalidad.

Naturalidaaad, Lex... Naturalidad, educación y simpatía...

- Buenos días - sonríe con naturalidad, tras bajar la ventanilla - Por supuesto, un segundooo... - se aparta las mantas y se coloca un enorme abrigo de pelufa. Coge un pequeño bolsito con su documentación y a continuación baja del vehículo, tendiéndole la documentación al atractivo militar...

Se abraza a sí misma a causa del frío, mirando espectante...

Dni, documentación del coche, pasaporte... ¿Se me olvida algo? Creo que no...

Madsen observa la documentación mostrándosela a su compañero.

- Todo está bien en su documentación - dice sonriendo cabal - Ahora tenemos que registrar el vehículo, hemos de hacerlo con todos los que sean mayores que un monovolúmen... Órdenes de los superiores, lo sentimos... - suspira, los ojos se le escapan hacia tí y se pone algo colorado - Pero antes... Dígame, ¿qué ha venido a hacer a Estocolmo? - se vuelve un momento a su compañero - Börja registreringen om karavan... - tras eso, vuelve a prestarte atención esclusiva, cruzando los brazos sobre el imponente pecho, al que lleva atada la bandana de su rifle.

¿Entrar...? Joder... Vamos, Heeerk, si puedes tropezar con un maletín de millonario puedes salir de esta...

- Unos amigos se casan y venimos de visita. Tenemos pensado pasarnos una temporada aqu... - por un instante se queda perpleja al fijarse en la bandana del rifle... - Un... Un rifle... - Traga saliva, volviendo a dirigir la vista a los ojos del militar, y sonríe algo apurada - L-Lo siento, nunca había visto un arma tan de cerca... Mi novio está dentro buscando su documentación. Se pone histérico en cuanto ve un control de cualquier tipo... - se ríe, quitándole peso al asunto - ¿Van a tardar mucho en registrarla?

Alice se queda un poco paralizada pero reacciona rápidamente - Ah....pues....es posible - Dice aún rebuscando en el bolso. - ¡Ah mira! Aquí está - Dice sacando una cartera color rojo sangre. Entrega la documentación.

Me quedo paralizado después de que Sven se refiera a Alice. ¿Cómo interpreto su intervención? ¿Quiere darme tiempo para que haga alguna distracción, o tiene algo en mente? No lo sé, y no puedo saberlo... Quizá si me voy al baño y activo la alarma de incendios, podamos salir sin problemas y sin que vean a Falken, pero sigo sin saber si algo como eso es lo que Sven pretende que yo haga... Joder... Esto va a acabar mal... Además, por la respuesta de Alice pienso que no ha llegado a darse cuenta de lo que ocurre...

Al ver que no parece que vaya a ser una escultura ni nada parecido, me apena bastante, Vaya, no será tan fácil... levanto la vista del papel, y me pongo a darle vueltas a la frase, no dejo de repetirla una y otra vez en mi cabeza, hasta que nos encontramos con las enormes filas de salida.

Entonces las adivinanzas y juegos que rondaban mi mente desaparecen, cubiertas por el miedo de la situación, trato de autoconvencerme, de que no hay nada que temer, tan solo venimos por razones médicas que nos van a decir... Sea como sea instintivamente, agarro la manga de María y señalo hacia el lugar donde están los controles...