Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[ICEHOTEL] - Altar

Cargando editor
27/08/2008, 18:10
[Madison Greens]

Lo último que veo es su rostro mientras se intenta infundir ánimo y lo que escucho, su grito, después, una sensación que no por ser repetida se convierte en familiar….

Cuando salgo, empiezo a quitarme el pelo de la cara tras la abducción, una entrada estelar tambaleándome, la odio, todos mirando. Pero rápidamente me centro en la mujer asustada, sujetando su mano. Ven, vamos a sentarnos.

Mirando rápidamente a las chicas, siguen en ese maldito hielo, y Alice amordazada. Suspiro. Veo unos asientos libres, al lado del hombre que rescatamos, llevo sujeta a Isabella hasta ahí para que descanse y se recomponga. Nos sentamos

Cargando editor
27/08/2008, 18:06
Mortymer Lagoon (Kamau)

A cuadros se quedó por el repentino ataque verbal que se estaba dando frente a él. Miró tanto a Renka como a Arthur sin llegar a comprender nada - ¿Asesina? - no podía creerlo, le costaba demasiado creerlo. Siguió sentado sin abrir la boca esperando una respuesta que deseaba que llegara por si sola, con la tensión del ambiente podría recibir una hostia o algo por el estilo y no tenía ganas... Mejor esperar y ser paciente.

Cargando editor
27/08/2008, 18:13
Hanne Lundquist

De nuevo la puerta se cierra y se funde con el resto de la pared, una vez más, del muro surgen los guardias de hielo, con el hacha y la hoz cruzadas sobre el pecho, el extraño yelmo, cerrado, mientras el frío atenaza intensamente a los presentes... Una sensación tan punzante a los nervios como reconfortante físicamente respecto a la enfermedad...

Un golpe de viento que parece una cuchilla hace sentarse a los que seguían de pié, un remolino de jirones de neblina surgidos de la misma pared se crece en la sala, detrás de las reas, hasta alcanzar una estatura de lo que podría ser una mujer lo bastante alta como para no tomarla por poca cosa...

Pero sorprendentemente, la que se materializa no es Isenhall, sino Hanne, y ésta vez su aspecto es mucho más casual. Casi da la impresión de estar en presencia de un ser humano de verdad... Incluso vestía como solían hacerlo las chicas de la edad que mostraba su forma terrenal...

Apretó los labios, con las manos en la cintura, apartando con ellas el abrigo... Paseó la mirada por todos los presentes, y si algo seguía siendo deífico en ella, desde luego lo era aquella facilidad para infundar temor y respeto con tan sólo un vistazo...
Levantó las cejas y chasqueó la lengua. No sonreía ésta vez.

- El "Águila de Sangre" - comenzó, acercándose a Alice y dándole un fuerte tirón de pelo, haciendo que echara la cabeza hacia atrás - Primero, como observo que no brilláis por vuestro sentido común, "cordura" como vosotros la llamáis y el instinto más básico y primitivo de supervivencia, os haré una recomendación: No hablaréis hasta que yo lo permita - carraspeó - Bien. Como iba diciendo. El "Águila de Sangre". ¿Sabéis lo que es? Creo que alguno ha estudiado "historia". Bien. Lo explicaré para el resto - frunció el ceño un momento y miró al guardia, que señaló a Antti con la mirada. Isenhall le echó una muy mala mirada al finlandés, pero prosiguió.

Un inmenso martillo de guerra de hielo aparecía en su mano, sujeto sin ningún esfuerzo. Se volvió al resto como si estuviese dando una conferencia, rodeando con sus pasos los bancos en que estaban Alice y Lex mientras hablaba, de forma casual, como si fuese lo más común del mundo.

- Pues es una tortura. Mi madre, Tounetar, reina del inframundo de éste terreno, me lo enseñó, y yo lo enseñé a mi pueblo. Consiste en - sin más preámbulos, arrojó la dolorosa punta del martillo contra las rodillas de Alice, astillando los huesos de la rótula, abriendo la carne y haciendo que la inglesa se deshiciese en gritos de dolor y miedo - romper las piernas y - le cogió el antebrazo con una mano y sin pestañear lo dobló como si tuviese una articulación de más en el brazo. Los gritos eran horribles, estremecedores, obligaban a apartar la vista... Salvo Falken, que se aferraba a las pieles del asiento, abriendo los ojos más de la cuenta, contemplando a Alice - los brazos. Después hay opción a humillaciones de diversa categoría, pero como me he modernizado nos saltaremos ese paso... - le echó la cabeza hacia delante y soltó el martillo dejándolo caer al suelo, levantó un dedo índice y recorrió con él la columna de Alice - Luego se hace una incisión con un objeto cortante todo a lo largo de la columna. A mí me han gustado siempre las hoces, pero hoy en día un bisturí no va mal... A continuación - hizo un gesto en el aire de apertura con las manos - se abre la carne y se tira de las costillas superiores hasta romperlas junto a la columna. Los pulmones suelen ser arañados y duele mucho - aclara. Justo antes de volver a poner las manos sobre la cintura, dejando a la pobre inglesa llorando. Ni la mira - Luego, cuando ya está muerta la víctima, (esa es la teoría, pero en la práctica la impaciencia reina siempre) se sacan los pulmones por el hueco, colocándolos sobre los hombros. Particularmente en ésta región en que está mi templo, se colgaba a los castigados de árboles por los brazos. Atraían aves que podían cazarse y dar de comer al pueblo - señala al indio, agitando el dedo en el aire - A Sanuye se le da especialmente bien. Solía conseguir que se pudiera ver a través del tórax, y alargar el tormento cosa de cuarenta minutos.

Palmeó el hombro de Lex entonces, acercándose a su altar y sentándose sobre él, pataleando de forma casual en el aire, apoyando los antebrazos en los muslos. Miró de nuevo a todos los presentes, guardando un momento de silencio, invitando a la reflexión.

- Ha desaparecido Lior, porque el tarado de su hijo ha decidido que es buena idea dejarse morder por... Una cosa, un ser contranatura, una máquina orgánica que le ha convertido en lo mismo. Vosotros sois cosa de Entropía y Gea. No sé en qué estaban pensando... Porque al fin y al cabo, ¡son Entropía y Gea! - se rió, levantando las manos, recalcando lo absurdo del comentario, pero volvió a chasquear la lengua y miró a Alice - Pero no sois cosa mía. Puedo ayudaros, claro... No os dais cuenta de que realmente os estoy ayudando desde que entrasteis en Suecia, poniendolo todo patas arriba, por cierto. Y de verdad: No me importa echar una mano. Me entretenéis. Os considero humanos. Como una mezcla curiosa entre humanos y héroes cósmicos, es complicado... - asintió, ceñuda, para luego alzar los ojos - Pero yo tengo unos adoradores. Llevan adorándome desde... Bueno, lo mediremos en vuestros términos: Cuatro milenios. Ni la brutal fuerza católica les ha desanimado. ¿Os dais cuenta del compromiso que existe entre ellos y yo...? No, claro que no... - su voz monstruosa hizo un doloroso eco en todas las mentes de la sala: - NO TENÉIS NI IDEA DE LO QUE ES EL COMPROMISO - carraspeó, retomando el tono normal.

Se bajó del altar y de nuevo paseó por la sala. Algunos, como Dale o María, lloraban. El padre de Rewell y Donovan se había llevado una mano a la frente, el codo en la pierna. Sven, Hayes y Renka no parecían inmutarse... Antti miraba a Lex, y Falken parecía a punto de desgarrar la piel que tenía cogida, sin quitar la vista de Alice.

- Aquí lo siento por los "antiguos". Mis supervivientes. Ya los aprecio, aprendí rápido a apreciarlos... - le revolvió el pelo a Hayes, que ni se inmutó - Pero el hecho es que cuando eran treinta, aquí no se murió nadie. Todos estaban prácticamente curados antes de la explosión que esa desagradecida, egoísta y enferma mutante provocó - miró a Antti - Solíamos comer juntos, organizabamos fiestas aquí mismo, se hicieron parejas e incluso se inventaban juegos, como construir aquella casa en un árbol... - sonrió. Antti le devolvió la mirada, amargo ceño fruncido, triste y nostálgico - Era fácil ser más humana con ellos. Era fácil que yo misma saliera a socorrerles de una misión difícil. Me demostraban lo que los dioses queremos creer: Que el ser humano es extraordinario. Incluso dos de los que sobrevivieron se quedaron a vivir en Kiruna, aunque tras el shock de la traición de Sloane, no quisieron saber nada de vosotros, temerosos... No obstante, querían seguir cerca del pueblo en que habían sido acogidos de forma hospitalaria un año entero, de su gente, de sus compañeros, que les habían salvado la vida en varias ocasiones... Ellos entendían, o al menos quiero creer que entendían, que salir a hacer esas misiones era necesario, un bien mayor.

Abrió los brazos, con evidente decepción en la cara.

- La forma de evitar que unos provocaran desastres de descontrol era muy simple: Nunca se alejaban del hotel en grupos menores a cuatro. Así, si Antti se descontrolaba por lo que fuera, León, el del éxtasis temporal, paraba el tiempo mientras Sven lo flasheaba para dejarlo inconsciente, y de éste modo no se abría una brecha en el suelo ni había un terremoto. Si Falken iba muy destapado, sus COMPAÑEROS - miró a Antti, fulminándolo - le advertían, para que su belleza no causara los estragos que causó en el pueblo la de Donovan o la de Jolene, por ejemplo... O en Pekín la de Lex.

Se acercó a Donovan y le cogió la cara por la mandíbula delicadamente.

- Sois muy guapos. Algunos muy ricos, otros muy fuertes, y sin duda derrocháis todos carisma... Pero no sois ni de lejos los mejores. Habéis destrozado en una semana en la que os hemos probado mucho de lo que hicieron vuestros anteriores en un año. No parecéis daros cuenta de lo que pasa más allá de vuestras narices, ¿verdad? Ni habiendo muerto dos niños ya...

Sven cerró los ojos en ese punto, frunciendo el ceño. Hayes dejó caer la cabeza hacia alante, negando.

- La diferencia entre un error humano y un error mutante - prosiguió Isenhall, soltando a Donovan y caminando hasta ponerse tras Lex, colocando ambas manos sobre sus hombros - Es que si un humano se enfada, puede tirar un jarrón en un golpe de ira. Un mutante puede tirar un edificio. Es un peligro. Como diosa y soberana de ésta tierra, no dejaré que haya ningún peligro que aceche a mi gente. No otra vez.

Soltó a Lex ésta vez y se acercó a Hugo, cogiéndole la mano y haciéndole salir de pié. Una vez lo tuvo delante, puso sus gélidas manos en la nuca del español y su frente pegada a la suya.

- Y sé que algunos estáis deseando hacer un sacrificio por éstas dos. En el fondo creeis que eso me ablandará - clavó una mirada insoportable en los ojos de Hugo, demasiado cerca, demasiado mundo sobre los hombros - Pero no funcionará.

Palmeó los brazos de Hugo, apartándose, y le señaló su asiento para que volviera de nuevo.

- Me criticáis porque os mando a rescatar personas que están en la misma situación en que habríais estado vosotros de no estar aquí. No os concienciáis y os ponéis histéricos. Habéis hecho más mal que bien, y no es que haya oído agradecimientos por abriros mi puerta...

La puerta se abrió entonces en el muro, y ella la señaló.

- El que no quiera colaborar en ésto, el que odie tanto a un compañero como para quererle muerto o desearle una vida desgraciada, que se vaya ahora. Kramer no está, pero cuando vuelva, si me dice que alguno de los que tenían que irse no se han ido, habrá nuevas Águilas de Sangre en los árboles de Jukkasjärvi. Si os váis ahora, en cambio, Rewell os dará una muerte rápida e indolora, y la ocasión de defenderos en combate y morir con cierto honor. Vosotras dos no. - dijo mirando a las dos condenadas.

Arthur Dryden y Dale Lantana miraron a John abriendo los ojos de par en par, incrédulos. Isenhall miró a todos de nuevo.

- El que se quede, formará parte de una votación. La votación de si queréis que sea una carcelera o una maestra muy dura, es decir: Si queréis que os deje estar en éste hotel, sin meterme en vuestras vidas ni nublar vuestra voluntad sea cual sea, impidiendo por supuesto que no entre ninguna amenaza externa y dejandoos hacer lo que os de la gana de puertas para dentro mientras os curáis... O la otra opción: Cumplir mis normas y dejaros enseñar. Os castigaré cuando no me guste lo que hagáis, sí, y será realmente duro. Habrá unos horarios a respetar y mi palabra será ley.

Extendió las manos sobre el altar y una espada surgió de su movimiento, cayendo pesadamente en la superficie.

- Si elegís la primera opción, entenderé que podéis ocuparos vostros de que Alice y Lex no vuelvan a hacer mal, pues os creeis con la idea suficiente. Ésta opción traerá consigo que si hacéis daño a mi pueblo o lográis enfadarme, en cuanto salgáis de mi templo os buscaré y os convertiré en Águilas de Sangre. La segunda opción implicará que Alexandra Czigany muera ajusticiada y que Alice Doyle pase a ser cosa de Sanuye. No acepto tratos de sangre ésta vez, ni un sacrificio por otro. No acepto más palabra que "yo voto por la primera", "yo voto por la segunda" o "yo me voy". Si alguien no dice una de las tres cosas o habla de más (no me interesa nada de lo que podáis añadir), será cosa de Sanuye...

Vuestro turno.

Cargando editor
27/08/2008, 19:55
Director

El tal Sanuye se adelanta, toca el hombro de Isenhall y levanta los dedos índice y corazón. Elige la segunda opción. Ella asiente.

El segundo en contestar es Falken:
- Primera.

Antti, con los ojos cargados, contesta:
- Primera opción.

Arthur Dryden y su joven tocayo Hayes, impertérritos, levantan dos dedos.
- Opción segunda - dice cada uno.

Sven levanta también dos dedos, con gesto estéril como siempre.
- Segunda.

María no consigue asimilar del todo lo que ha dicho Isenhall desde "arrancar costillas", y con la voz temblorosa, apenas un hilillo de voz, consigue decir:
- Primera...

Notas de juego

Primera opción: 3
Segunda opción: 4
Irse:

7 de 18

Cargando editor
27/08/2008, 20:04
Mortymer Lagoon (Kamau)

Mortymer no miraba a Lex por no caer en su embrujo y se centraba en el dantesco espectáculo del que era observador. AL final, su primo decidió votar y eso ayudo a Mortymer a decidirse con más facilidad. Tragó saliva, ordeno sus pensamientos e ideas contradictorias y sintiéndose culpable por lo que pueda salir como resultado final Morty abrió la boca - Segunda - dijo con el tono de voz más firme que pudo. No se veía capaz ni responsable de hacerse cargo de una asesina aunque él mismo tuvo en su momento deseos de acabar con Marcos... Ya no había nadie a que el Libanes odiara dentro de aquella sala.

Notas de juego

Primera opción: 3
Segunda opción: 5
Irse:

8 de 18

Cargando editor
27/08/2008, 20:25
John R. Dryden

Y por fin hace entrada en escena. Y, a decir verdad, hasta me siento bien estando en el lugar en el que debía estar, para no hacer que se enfurezca más de lo que debe estar ya. Por si la presión psicológica y emocional no fuera ya inmensa, a eso hay que unirle los gritos de dolor de Alice en el momento en que tanto sus brazos como sus piernas son quebrados. Cierro los ojos para no ver la escena. Es imposible. Aprieto los dientes con cada nuevo alarido hasta el punto de que podrían quebrarse en el interior de mi boca. La explicación del Águila de sangre hace que se me escape una entrecortada exhalación por la nariz. Los nervios son cada vez mayores, la tensión, la impotencia... Todo hubiera sido tan sencillo si hubiéramos hecho como los "antiguos" hicieron... No habríamos llegado a nada de esto si no hubiera habido tanto egoísmo, tanta bronca, tanta mierda, en general... No, no se habría llegado a este punto.

Pero en algo estoy de acuerdo con la diosa, algo que ya pensé durante la última misión: un error mutante es incomparable con uno humano. Es así, es un hecho, y lo que ocurrió es la viva prueba de ello. Pero entonces llegan las opciones... Y, con ellas, lo que les ocurriría a los que decidan irse. Abro los ojos inmensamente, con el labio inferior temblando, sin poder creer lo que acabo de escuchar. ¿Yo? ¿Matarles? ¿Matar a cualquiera de ellos? Pero si... Pero si yo... Los músculos de los brazos y el cuello se tensan, abultándose, llegando incluso a rasgar la camisa. Y, sin poder controlarlo, siento que mi cuerpo tiembla. No es posible, no puede ser... No puede pedirme que haga eso... No puede... Siento miradas sobre mí. No quiero saber de quién, no podría soportarlo. Enrojezco rápidamente. No por vergüenza, ira... Tiemblo de miedo porque a alguien se le ocurra la posibilidad de marcharse.
Y lo peor de todo es que sé que hay alguien que podría querer marcharse...

Taylor.

El nombre resuena en mi mente con un eco terrible, haciendo que, por un momento, me olvide de la decisión que hay que tomar. Mis rodillas tiemblan, incapaces de soportar el peso que, de pronto, se ha colocado sobre mis hombros. Y caigo al suelo, olvidando que estoy rodeado de personas. Caigo al suelo, deseando quedarme sordo de pronto, para no tener que escuchar que alguien pueda marcharse. Taylor es lo bastante osado como para marcharse. Lo sé. Es capaz de hacerlo... Pero, por favor, por todo lo que es sagrado, que no lo haga. Por favor, que no lo haga. Me llevo las manos a la cara, tapándola, sentado en el suelo. Tengo claro lo que votaré. Lo tengo clarísimo. Hayan hecho lo que hayan hecho, sean cuales sean mis deseos de aprender, no puedo condenar a esas dos chicas. No puedo. Sería equiparable a ser un asesino. Pero tampoco puedo hablar ahora. Sólo puedo esperar. Esperar y rezar, pero no sé a qué clase de Dios. No puede ser... Sencillamente esto no puede estar ocurriendo... Es una jodida pesadilla...

Sin embargo, las órdenes han sido claras. Así que, simplemente, alzo una de las dos manos: -Primera...

Notas de juego

Primera opción: 4
Segunda opción: 5
Irse:

9 de 18

Cargando editor
27/08/2008, 21:07
[Isabella Tarin]

Me siento junto a Madison cuando me lo dice tratando de no tener miedo de tranquilizarme... ella parece muy tranquila... Entonces la puerta se cierra desapareciendo, y una especie de espectáculo de hielo comienza a acontecer, todo ocurre demasiado rápido, pero todo recuerdo de ello desaparece cuando el sonido de la rodilla de Alice astillándose atraviesa mis oídos, no pudiendo sino llevarme las manos a la boca para tratar de ahogar el grito que iba a proferir...

Aprieto las manos con fuerza, mientras la explicación y castigo van teniendo lugar... mis mirada no pueden apartarse del espectáculo, pero tan solo demuestran un terror sobrecogedor... los ojos se llenan de lágrimas, y un suave llanto comienza a escucharse, trato de silenciarlo con las manos pero no puedo, ahora si que retiro la vista... es... es demasiado, no ha podido hacer nada tan grave como para merecer eso...

El discurso de aquella mujer es totalmente incomprensible, no entiendo nada de lo que dice... no tienen ningún sentido, pero... en que tipo de secta me encuentro.

Y ahora... ¿ahora debemos decidir sobre su vida?... mi expresión se torna de incredulidad cuando tras dar las opciones mas gente dice la segunda que la primera, y mis ojos se fijan en aquellas muchachas, aunque por poco tiempo, no... no puedo soportarlo...

El llanto no ha cesado, N.. no... susurro entre lágrimas que nublan mi vista, no me he dado cuenta de que poco a poco me he ido encogiendo, tratando de refugiarme inconscientemente en mi propio cuerpo, quedando al final acurrucada como un indefenso bebe... Pronto me doy cuenta de que yo también debo participar en aquella votación... como voy a decir que nadie debe morir... yo... yo quiero salvar vidas, que, que tipo de gente... Mi mirada se clava en los ojos de cada uno que ha dicho que prefería la segunda, para rápidamente volver a agacharla acongojada... Pri... pri, primera... digo en un tono casi inaudible, y tartamudeando por el miedo y el sofoco...

Notas de juego

Primera opción: 5
Segunda opción: 5
Irse: 0

10 de 18

Cargando editor
27/08/2008, 21:22
[Madison Greens]

La expresión de mi rostro se descompone desde el primer instante de comenzar la tortura de Alice, paralizada y con gemidos silenciosos, doliéndome cada impacto que recibe mi amiga, contagiada de su miedo, no, de un pánico mezclándolo con una inmensa tristeza. Un estado de shock que lucha por imponerse, mientras mi mente me dice que es demasiado peligroso entrar en él, que tengo que escucharlo todo, pero sé que estoy muy cerca porque siento una humedad en las mejillas sin tener conciencia de estar llorando, sin parar de rezar por que acabe de una vez el horrible discurso, ¡YA!, que acabé ya por dios….

Con el terror metido en las entrañas, apretando tanto las manos que me duelen y haciendo un esfuerzo sobrehumano para conseguir pensar. Ha llegado el momento.

Morir luchado con Rewell o aplazarlo. Niego con la cabeza, he visto en lo que se convierte, y está acostumbrado a pelear, duraría… unos dos minutos. Si quiero seguir viva, este exilio es lo primero que deberé aceptar.

Pero mi poder es demasiado peligroso, me está advirtiendo que me costará la vida un sólo error, sin contar que con la segunda opción sacrifican a Lex, no puedo elegir algo así. No me lo perdonaría nunca.

La que queda, miro alrededor, vivir con ellos e intentar seguir sin meterme en líos. Esa opción hace el menor daño posible. Respiro profundamente, parpadeando lentamente, un poco más de control… Levanto la mano, temblando, con un único dedo erguido. Yo… la primera. esforzándome en sonar audible.

Notas de juego

Primera opción: 6
Segunda opción: 5
Irse: 0

11 de 18

Cargando editor
27/08/2008, 23:28
Michael Fauchon (Loki)

Apretando los labios por un instante, pero manteniendo la compostura y la expresion grave y respetuosa que he adoptado desde el momento en que aparecio la figura divina, quiza seria menos intranquilizadora en su otra forma

Algunos hablan, no esperare hasta el final para responder, no es el momento de brillar, alzo la voz con tono tranquilo yo voto por la segunda pronuncio las palabras mirando hacia la diosa, aunque manteniendo la cabeza respetuosamente baja

Notas de juego

Primera opción: 6
Segunda opción: 6
Irse: 0

12 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 00:02
Andrea Scerri

Nunca me había gustado aquel cine, los asientos eran incómodos, las palomitas siempre estaban saladas, y la pantalla y el sonido no eran las mejores, era un lugar viejo, “como yo”, solía contestarme siempre con una sonrisa que me atrapaba sin llegar nunca a comprenderla del todo.

La acompañaba porque me gustaba como apoyaba su cabeza en mi hombro, como reía cuando aquellos actores que yo aprendí a admirar a través de ella actuaban para que así fuera, pero sobre todo me gustaba cuando ella lloraba emocionada con aquellos finales totalmente previsibles donde los protagonistas terminaban fundiéndose en un apasionado y recatado beso, donde los violines nunca terminaban de sonar bien debido a la mala calidad de los altavoces, donde yo pasaba mi mano por su hombro con una sonrisa, “si, lloro, tu es que no tienes sentimientos” me contestaba medio enfadada.

Alcé mi mano con tranquilidad, Yo voto por la primera repitiendo las palabras exactas que la Dama Isenhall había pronunciado.

Por eso me dejó, porque a ella le gustaban los finales felices.

Notas de juego

Primera opción: 7
Segunda opción: 6
Irse: 0

13 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 00:14
Hugo G.Seras (Carroñero)

Estaba llorando, casi ni me di cuenta cuando ocurrio y rezaba porque los demas tampoco lo hubieran visto. Rapidamente intento controlarme y taparme los ojos con una mano, controlando la respiracion y el porte.

¿Porque estaba llorando como un crio? No habia sido por Isenhall. Reconozco que cuando me levanto de mi asiento y jugo conmigo como si fuera una marioneta, senti un pavor extremo y me era imposible creer que lo que decia era un farol. Isenhall iba en serio esta vez, o dejabamos jugar con sus reglas, o no habria mas "Mama De Hielo" del cual nos guiara y nos protegiera de las cosas malas que iban tras nosotros, incluyendo vampiros mutantes y dioses cabrones.

Es mas, por un instante, cuando volvi a mi asiento, me replante que decision tomar.¿De verdad estaba dispuesto a sacrificar la unica posibilidad que teniamos, por una mujer que sabia que queria solamente por sus poderes?¿Aunque eso costeara la posibilidad de que Maria y yo tuvieramos un final feliz?¿Aunque eso significara traicionarla por la asesina que mato a su "Hijo"?. Y solo fue, al ver Maria a mi lado pronunciar la palabra "primera", cuando inscocientemente me puse a llorar y decidi mi respuesta.

-Pri...Snif.- Dije una vez mas calmado y recuperado la compostura.- Primera.

Una vez dicho mi voto, vuelco la mirada llena de arrepentimiento en ella y agarro asustadizo su mano, entrelazandola con la mia. Sabia que no me merecia su perdon, y aun no comprendia porque seguia conmigo despues de haber fallado cada una de las promesas que habia hecho. Pero aun asi esta era la verdad, no era ningun heroe de los que salvaba el mundo y ganaba la chica al final, solo un pobre diablo demasiado asustado para volver perder a sus seres queridos y que habia tenido una gran suerte al conocer un angel que le soportara en este infierno... Si eso no era para echarse a llorar, no se que lo era.

Notas de juego

primera opcion: 8
Segunda opcion: 6
Irse:0

14 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 00:13
[Alice Doyle (Twister)]

No sabía...no entendía...Pero antes de que pudiera darse cuenta, Alice estaba completamente atada y amordazada a la vez que el miedo comenzada a arañarle las entrañas. Si era cosa de la Diosa y estaba en semejante situación...Dios... Alice no era creyente. Uno nunca lo es hasta que siente la muerte aproximarse.

Falken entra en la sala y sus ojos brillan de esperanza cuando éste le coge las manos. Necesitaba tanto aferrarse a algo...Escucha la discusión con Antti con los ojos muy abiertos así como temblando.

¿Asesinato?

¿Por qué? ¿Por qué la iban a juzgar justo ahora? Y Lex...Miró a la belleza que se encontraba a su lado. ¿Qué había hecho?. Era muy cosciente de sus propios crímenes, siendo algo en lo que nunca quería pensar pero era incapaz de imaginarse a Lex haciendo algo semejante.

La Diosa acababa de hacer acto de presencia. Maravillosa e imponente a pesar de lucir como una chica humana joven...Un tirón de pelo y tres palabras.

"Águila de sangre"

Quería huir...salir corriendo de allí...No podría escapar pero si al menos consiguiera su daga se podría evitar semejante sufrimiento. Se sentía como un animal indefenso de camino al matadero, pero el terror dió pronto paso al dolor con cada golpe que rompía sus huesos. Sabía demasiado bien lo que venía tras destrozar las extremidades...Y casi esperaba poder desmayarse antes de dolor que ser consciente de lo que porseguía...Pero no llegó. Llorando de impotencia y dolor luchó por permanecer despierta mientras se sucedían las votaciones de las que pendía su vida...

Cargando editor
28/08/2008, 02:31
Hanne Lundquist

- Vaya... - Hanne se atusa el pelo hacia atrás, tragando saliva, aparentemente molesta - Me parece que tenemos un error de logística... Somos pares... Y veo que los cuatro más "chulos" se han esperado al final... - escruta a Donovan, Taylor, Dale y Renka - Están ahí sentados, dentro de poco empezarán a mirarse y hacerse gestos, porque creen que mis palabras son absurdas cláusulas de vuestra legislación terrenal, y que si prohibo una cosa, pueden molestarme con otra que no haya mencionado saliendo impunes... Casi diría que a dos les da igual salir impunes o no...

Baja de nuevo del altar.

- Permitidme "rellenar" los huecos de mi trato... No he mencionado la posibilidad de "empate", ¿verdad, "letrados"? - se burla, pero no sonríe en ningún momento - Bien... Pues los cuatro intrépidos que han quedado al final para ser los héroes del día con su falta de iniciativa, tendrán una tercera opción. Un privilegio que les concedo por ser reflexivos, pero a ésta opción sólo se podrá llegar a través del empate que pende de sus voces... Si se da el mismo número de votos por una opción que por otra, os ofreceré lo más suculento de todo: Tendréis protección y tutelaje doce horas al día. Las otras doce no existiréis para mí. Pero ésta opción, ya que divide por la mitad las dos anteriores, tiene un "handicap": Una de las chicas, la que se elija por mayoría, vivirá. A la otra la matará con ésto - materializó un pequeño puñal de hielo en su mano - el último que haya votado - alzó las cejas, y se acercó a donde se sentaban Dale y Donovan.

Ante ésto, Arthur Dryden reaccionó casi con un reflejo animal, inclinándose sobre su asiento de inmediato para coger a su hijo del abdómen, por detrás de la espalda, tirando de Donovan sin tener problemas para levantarlo, hasta sentarlo a su lado, colocándose ante el joven actor con la mirada desencajada por el miedo, la desconfianza y un casi desmedido instinto paternal de protección.

Isenhall clavó su mirada en el patriarca Dryden, y aunque era evidente que le costó, éste la mantuvo con sus ojos, hasta que la anfitriona procedió a hacer lo que pretendía.

Se acuclilló ante una temblorosa y bloqueada Dale, incapaz de mirarla, y le cogió por detrás de la cabeza, obligándole a mirarla.

- Escucha, Daleigh... Ahora mismo no eres más inteligente que yo... No juegues a ser lo que yo soy... - le dió entonces el puñal y estrechó las manos de la temblorosa australiana sobre el arma, sin dejar de mirarla a los ojos - Ahora, cuando todos los demás digan "primera", te caerá sobre los hombros un peso enorme, ¿lo sabes...? Tu poder... - puso el dedo índice entre las cejas de la joven, dando un par de golpecitos en su frente con él - Confiarán toda la seguridad y todas las culpas de lo malo que pase en tí... ¿No tienes suficiente con culparte a tí misma...? ¿Cuántos años más vas a retrasar tu bien estar por el de los demás...? La primera opción de conducirá a cargar con los muertos que ellos fabriquen... ¿Quiéres saber cuántos de ellos son asesinos...? Y será aquí, Dale, donde tu poder no funcionará, no podrás calcular cada posibilidad mientras luchas contra el mono y contra Mick... - sólo el jadeo de la joven acosada fué audible durante unos segundos, hasta que Hanne volvió a rasgar el silencio - Ni siquiera te han mirado, ni se les habrá venido a la cabeza... Pero en cuanto salga elegida esa opción, que así será, te mancharás las manos de sangre. Dime... ¿Prefieres empatar y cargar con una muerta que además se lo merece... O lidiar con los crímenes de éstos desquiciados...?

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Acojonar a Lantana
Dificultad: 95-
Resultado: 31 (Éxito)

Cargando editor
28/08/2008, 03:22
Dale Lantana (Slang)

Dale, con las manos temblando sobre el cuchillo de hielo, había visto sus pupilas contraerse como alfileres por el miedo en el abismo azul que eran los ojos de Hanne...

Los labios y el cuello trémulos... No era capaz de dar la opción dos. Mancharse las manos inmediatamente le era imposible...

- L... La... - apenas se pudo oir su voz entrecortada entre sollozos, la cara mojada por las lágrimas - U-uno...

Hanne miró a la aterrorizada muchacha y le coltó las manos, cogiendo el cuchillo de nuevo y yendo al altar.

- Donovan, Taylor y Renka... Una respuesta - exigió, dejando el cuchillo en el altar, mientras que Dryden no soltaba a Donovan, como si se tratase de un niño...

- Tiradas (2)

Tirada: 1d100
Motivo: VOL
Dificultad: 52-
Resultado: 51 (Éxito)

Tirada: 1d100
Motivo: RP - ¿Podrá decir "la dos"?
Dificultad: 11-
Resultado: 83 (Fracaso)

Notas de juego

primera opcion: 9
Segunda opcion: 6
Irse:0

15 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 12:24
John R. Dryden
Sólo para el director

Tengo que alzar la vista cuando la Diosa vuelve a hablar. Tengo que hacerlo porque a los que se dirige son demasiado importantes. No había pensado en la posibilidad del empate... Estaba demasiado ocupado como para ponerme a hacer recuento de votos, plantearme posibilidades de empate y memeces por el estilo. Demasiado ocupado suplicando que nadie decidiese marcharse como para percatarme del resto de variables. Pero esta, en concreto, me interesa. Me interesa mucho. Daleigh...
Al escuchar la mención al nombre me pongo en pie, para ver mejor lo que está ocurriendo. Continúo nervioso, asustado, sintiéndome impotente, pero me pongo en pie aún con todo, ignorando la peligrosa presencia de Sanuye no muy lejos de donde estoy. ¿Qué está haciendo Isenhall? ¿Por qué la está amedrentando así? Observo a la australiana desde donde estoy, desesperada, llorando. La está persuadiendo para que escoja la segunda opción...

¿Por qué? ¿Por qué tiene que tratarla y torturarla psicológicamente así? ¿Y por qué siento este irrefrenable impulso de protegerla? Es porque se lo prometí... Le dije que no permitiría que le causaran ningún mal. Es eso, pero hay algo más... ¿Es porque... no soporto verla llorar así? Isenhall es una diosa, sí, pero no puede tratarla así... ¡No debe tratarla así! Ella no ha hecho a nadie ningún mal, joder, ¡no lo ha hecho! Tengo miedo. Sé que podría hacerme desaparecer con un movimiento, si no envía a Sanuye contra mí para que me descuartice o me practique ese "Águila" de la que ha hablado. Para ella... para ella somos juguetes, mascotas... Lo ha dicho bien claro antes. Me ata un juramento... Me ata el bienestar del padre de mi futuro sobrino, del mismo hombre que hará feliz a mi hermana, que la resucitará de entre los muertos... Me ata eso. Eso es lo que me va a condenar definitivamente, ya lo tengo claro. Pero... ¿Y Dale? ¿Quién coño protege a Dale?

Debo... Hacer algo... Debo hacerlo. Porque, de lo contrario, nadie más lo hará. Doy un paso al frente, hacia donde están las dos, con cada músculo en tensión. "¿Prefieres empatar y cargar con una muerta que además se lo merece... O lidiar con los crímenes de éstos desquiciados...?". Doy otro paso más, cada vez más decidido. Verla así es... Intolerable, inaguantable... Sus labios y su cuello, temblando, desesperada... Intolerable. Somos seres humanos, ¿no lo entiende? Nadie puede ni debe tratar así a un ser humano como Dale. Tan frágil, tan indefensa... Intolerable. Comienzo a caminar hacia ellas con decisión. "La primera". Ha hecho su elección y, de momento, la diosa quedará complacida en parte. Pero no yo. No puedo, sencillamente. Termino cruzándome en el camino con ella, con los ojos puestos en Dale. Siento ganas de golpearla. Un único golpe y moriría, pero sería un golpe. Quizá eso la hiciera sentirse vulnerable... Algo que le es totalmente necesario.

Es posible que esto no le guste a la diosa. Es posible que me ordene volver a mi lugar, o me castigue por esto, o que ocurra algo mucho peor... Pero no puedo moralmente quedarme quieto ante esto. A un hombre se le recuerda por sus actos. Todas aquellas enseñanzas y valores que mi padre considera antiguos y obsoletos se incrustaron en mi mente y en mi corazón, y soy incapaz de desoirlos, sin pensar en mi propia seguridad. Soy un hombre. Soy lo que soy. Y lo soy por mis valores y mis creencias. Ellos son los que me hacen quien soy. Dale me importa. Creo en Dale Lantana. Creo en que haya esperanza.
Siento un miedo aún mayor en cuanto mis ojos dejan de ver a Isenhall. El tiempo se ralentiza peligrosamente cuando siento que paso junto a ella. Pero un hombre debe superar siempre sus miedos y avanzar, nunca quedarse atrás, porque sólo así somos capaces de ser mejores.

No estoy desobedeciendo órdenes. Lo hice bien durante la misión. Mi conciencia está tranquila. Pero no puedo dejarla sola ahora. Es más, no quiero dejarla ni siquiera con Donovan, aunque sean tan buenos amigos. Quiero ser egoísta. Quiero ser increíblemente egoísta protegiéndola sólo yo en este momento... Por eso al llegar al banco donde se sienta, sintiendo el filo de una espada invisible sobre mi nuca, a punto de descender para terminar con mi vida de una vez por todas, aún con todo me pongo de rodillas frente a ella. Porque sé lo que es estar solo. Porque lo he estado toda mi vida y sigo estándolo. Estaba solo junto al altar. Sé que aquí nadie me conoce lo bastante como para saber que yo jamás podría haber hecho lo que La Dama decía que iba a hacer. Sentí esas miradas que me atravesaron como agujas. Pero no me importó y no me importa. Soy una fuerza de protección, no de destrucción. Emmerald Skull es eso. He tenido una epifanía... Y puede que sea la última. Pero si ha de ser así, al menos moriré dando mi apoyo a Dale Leigh Lantana, una chica que me ha fascinado de tal forma que me ha obligado a hacer esto.

Está sola. Sé lo que es. No lo quiero para ella. Quizá me desprecie. Quizá me mire con asco u odio por ser lo que soy, por haberme convertido en lo que mi pacto me convirtió... Pero aún con todo me arrodillo frente a Dale. Me arrodillo frente a ella y, con la mirada cargada de una preocupación hasta ahora sentida sólo con mi familia puesta en sus ojos, tomo sus manos entre las mías y las aferro y acaricio con ternura. Porque no está sola. Se lo digo, pero sin hablar. No estás sola, Dale. Lo dice mi mirada, sincera, cálida. Jamás podría hacerle daño en modo alguno.

Notas de juego

Lo pongo para ti porque es lo que piensa este hombre, que sólo te importa a ti y en todo caso a mí, y porque luego tengo quejas, xDDDDDDD.

Cargando editor
28/08/2008, 13:23
John R. Dryden

Me pongo en pie, con el rostro aún enrojecido, al ver cómo la diosa se acerca hasta donde están Donovan, Dale y mi padre. Cuando comienza a hablar con la australiana doy un primer paso hacia allá, con increíble pesadez, como si todo mi cuerpo estuviera hecho, de pronto, de plomo. Un nuevo paso poco después hasta que, finalmente, comienzo a caminar hacia donde están con el ceño fruncido por la gravedad del asunto y la vista puesta en Dale. Al volver Isenhall a su trono, paso junto a ella para, a la postre, arrodillarme frente a la muchacha para aferrar su manos entre las mías sin dejar de mirarla directamente a los ojos.

Cargando editor
28/08/2008, 15:27
Taylor Hawkins

Taylor comprueba, desde la impotencia absoluta, cómo Isenhall se asemejaba - de muchas maneras- a cualquier presidente electo de Norteamérica: mediante un discurso embriagador y pulcramente estudiado daban a "su pueblo" la falsa creencia de poder elegir. Una libertad mentirosa e hipócrita sostenida por un líder con la misma manga ancha que Nicolai Chauchescu, y por un rebaño de gilipollas sedados que caminan obedientes hacia donde le place al flautista de Hamelin.

Isenhall sólo se diferencia en lo explícito del discurso. Nada más. Sólo había una opción y Ella lo sabía: la mayoría de los miembros del grupo habían caído, en mayor o menor medida, bajo el terriblemente atractivo influjo de Lex. Eso reducía las opciones a una.

¿A una? ¿Seguro?

Había otra opción. Una realmente LIBERADORA, que separaría a Taylor de aquella pesadilla como se habían separado los tendones de los huesos tras aquel mazazo a la pobre Alice.

Sabía que podía ganar. Estaba seguro, al 100%. Skull...no hacían falta presentaciones: era terrible, un rival formidable... pero sería incapaz de hacer nada contra los medios devastadores que Hawkins era capaz de utilizar: apelar a su orgullo, a juramentos que no se sellan en papel alguno pero que sólo se borran con la muerte, a los recuerdos, a las palabras de un abuelo...En definitiva, al COMPROMISO.

El compromiso de John Rewell Dyrden, un hombre bueno: algo que no sería capaz de comprender Isenhall por más que viviese otros 4000 años. Ahora su amigo se había incorporado depués de caer de rodillas, quizá pensando también en esa opción, deshecho...y Taylor comprende que salir de aquel horrible lugar le costaría la vida a su compañero, a todos los Dryden, incluída Amber. Y...a Polly.

¡¡ LA... PRIMERA... OPCIÓN !!- grita con los dientes apretados, salpicando el suelo de saliva. Dominado no por La Rabia, sino por otra emoción acaso más humana, aunque igual de incontrolable: la desesperación..., expresada con un dedo al viento, tal como habían hecho alguno de los "votantes" anteriores...

...sólo que Taylor extiende el corazón, y en ese dedo está toda "la protección y el tutelaje" que la Dama puede ir metiéndose por su helado culo.

Notas de juego

Añado a Rewell a mi lista de Allegados.

primera opcion: 10
Segunda opcion: 6
Irse:0

16 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 17:57
Dale Lantana (Slang)

Dale, aterrorizada en un principio al ver cómo Rewell pasaba de largo junto a la diosa sin que ésta hiciera o dijera nada al respecto, se encogió sobre sí misma cuando el hermano mayor de los Dryden se le puso delante. Pero cuando éste le cogió las manos y la miró a los ojos, su hiperventilación se serenó un poco, y encontró los ojos del joven guardia de Isenhall...

Los labios le temblaron, los ojos azules buscaban confusos los ojos verdes mientras apretaba las manos de Rewell con su insignificante fuerza... Finalmente apartó una mano y le dió una bofetada al muchacho.
Le miró con desdén bajo los mechones rubios y finalmente se inclinó hacia su pecho, refugiándose en él, no sin hacer chocar su puño contra él eventualmente...

Cargando editor
28/08/2008, 18:05
Renka

Sanuye se adelantó para coger a su compañero y, a juzgar por cómo sacaba su hacha, decapitarlo en el acto. Pero Isenhall le retuvo y le miró durante un instante a los ojos, alzando las cejas señalando a Taylor. El indio miró al californiano, concretamente a su dedo, pero permaneció quieto.

- Donovan, Renka - con la sola mención de su hijo, Arthur Dryden se ponía tan nervioso que llegó a hacerle daño en el abdómen al mismo con los dedos - Faltáis vosotros.

Renka miró a Donovan, después a Alice y Lex. Entonces sonrió. La sonrisa de esa niña resultaba sumamente siniestra acompañando unas palabras que sonaron más a amenaza que a voto...

- La... Primera - no miró a la diosa. Miró a Lex, sin quitarle la vista de encima.

Notas de juego

primera opcion: 11
Segunda opcion: 6
Irse:0

17 de 18

Cargando editor
28/08/2008, 18:23
[Lex Czigany]

Con el tremendo impacto del monstruoso martillo en las rodillas de Doyle, Alexandra vió el mundo colapsarse, palideciendo de súbito al tiempo que la Dama daba la charla. Los gritos de su compañera, horriblemente cercanos a ella, la bloquearon durante largos segundos en los que únicamente eran las lágrimas las que se atrevían a movilizarse... Se planteó, más en serio que en ninguna otra situación de su vida, cómo había llegado a parar a aquel banco del terror...

Pero cuando pudo volver en sí, en un arranque de compasión y humanidad se escurrió lo poco que pudo junto a Alice, sujetándola mientras la inglesa aullaba de dolor, atusándole el cabello con cuidado, apretando los dientes de la impotencia... No por nada la gente odiaba las guerras. El conflicto hacía enfrentarse a uno mismo a situaciones insostenibles. A veces ninguna de las dos opciones te robaría una sonrisa...

Cuando Isenhall dió su opinión sobre el lituano, fue imposible quebrarse aún más por dentro, dando paso a un mudo tropel de lágrimas incontrolable... Aquello era Dolor. No tenía nada que ver con la dolencia de una herida ni el padecimiento de una enfermedad. Aquello era algo con nombre propio, que abrasaba y devorada todo el bien que una persona pudiera llegar a ser capaz de hacer... "Residuo psicológico nocivo" lo había titulado Adrien; quizás le faltó añadir "corrosivo". El Amor te volvía tan candente como peligroso...

Y aún así, no se atrevió a decir nada ni a moverse de cómo estaba. Sólo desvió un instante los ojos hacia Koivusaari, una mirada que no se sabría muy bien qué expresaba: si confusión, crudeza o agradecimiento...

Notas de juego

He vuelto :D Y no me he bañado, que es lo peor...