Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[KIRUNA] - Calles

Cargando editor
22/05/2008, 12:28
Lars Madsen

La puerta de la habitación suena justo después de que termines de hablar. Parecen golpes secos, metálicos más que de nudillos. Y es entonces cuando la puerta empieza a abrirse y da paso a la figura de un muchacho rubio, bastante corpulento y... Lo más llamativo: Cargando una escopeta con la que apunta a Jolene y sonríe, sin perder de vista a ambos hermanos:

- Si cerráis vuestras preciosas bocas... Es posible que no os llene de plomo. Sería una pena, ¿no...?

---

Donovan no abre su preciosa boca. Se mantiene en silencio y lo único que hace es interponerse, muy lentamente y sin movimientos bruscos, entre ese loco armado con una escopeta y su hermana, haciéndo de pantalla para protegerla lo mejor posible.
Sus ojos. Esos ojos dorados por los que muchas mujeres y hombres suspiran en público y sueñan en privado están ahora enfocados hacia el desconocido. Y en ellos se puede leer una clara amenaza: "Si le haces el menor daño, no sales de aquí con vida". Donovan es actor, entiende de expresividad corporal, entiende de transmitir sin palabras.

---

No parece que Donovan impresione mucho a Madsen... Pero Jolene empieza a llorar silenciosamente... La estampa es demasiado familiar...

- ¿Quién eres...? - pregunta con una voz profundamente lastimera - ¿Qué quieres...? Por favor... No le hagas daño a mi hermano...

Madsen asegura los dedos sobre el gatillo de la escopeta... La seguridad se esfuma de sus ojos...

- Sois vosotros los que hacéis daño... - responde, con la voz ronca por el dolor... Se nota que el muchacho no gusta tampoco de la situación - En cuanto me de la vuelta y me confíe... ¿Creeis que no lo sé...? Herkus Reisel y Lex Czigany. Decidme dónde están.

---

A Donovan no se le escapa el momento. Hace acopio de valor y se lanza a la piscina. Luc estaría orgulloso de él. Qué demonios, lloraría de emoción.
No lo sabemos... No sabemos nada...
Niega lentamenmte con la cabeza. Su actuación es buena, quiere parecer asustado pero lo bastante decidido como para intentar alguna locura. Quiere dar la impresión de ser ese tipo que salva la situación en el último segundo, que haría lo que fuera por proteger a los que ama...
Aunque en realidad es bien diferente: Está muerto de miedo.
Por favor... vete ahora y no diremos nada a nadie, te lo prometo. Nadie sabrá que has entrado aquí armado para apuntar y amenazar de muerte con una escopeta a una madre adolescente... Nadie sabrá nunca que pretendías dejar huérfana en un mundo tan loco y cruel como este a una pobre niña de un año...
Frunce el ceño, llevado por una desesperación ficticia y bien controlada.
Ya hemos sufrido todos bastante... Por favor... Vete y déjanos y no le diremos nada a nadie... No podemos hacerte ningún daño. No estamos armados... ¿No lo ves?
Alza las manos muy lentamente, con las palmas alzadas, en signo de sumisión.
Solo somos dos chicos metidos en algo demasiado grande y demasiado malo...

---

- No me vengas con gilipolleces, Donovan... Sé quiénes sois y porqué estáis aquí... Os seguí hasta la casa de ese hijo de puta... Os perdí la pista pero volví a encontrar el rastro de esos dos justo aquí, en Kiruna... Y sé que todo el grupito está ahí fuera... "la gente de Isenhall"... Eso dijo el cafre que se cargó a uno de mis compañeros en Estocolmo y dejó paralítico a otro... - la ira brillaba en los ojos - Lo dijo delante de las putas cámaras en la base de Rusia... Recuérdaselo si sales de aquí... Recuérdale que mire a su alrededor... - no baja el arma, pero da un paso atrás y pone el pié en la jamba de la puerta, empieza a tener la frente perlada de sudor - Yo no tenía nada en contra vuestra, siempre me han gustado los putos X-Men... Pero ahora es personal... - el dolor parece ser la comparsa de la ira en éste momento para el chico... - Vendréis conmigo hasta el avión... Y ahí me contaréis qué es Isenhall... Y no me vale el cuento de la diosa de las nieves, ese ya me lo sé... Podréis iros cuando encuentre a esos dos por los que he preguntado... - a pesar de decirlo a regañadientes, parecía que decía la verdad.

---

Nos estás apuntando con un arma... No tenemos mas alternativas que decirte la verdad... Si supiéramos algo de Lex y Herkus te lo diríamos...
Esta vez no estaba actuando, estaba diciéndo la verdad.
Si crees que esto nos gusta, si crees que esto es fácil o que lo hemos elegido... si crees que sentimos el mas mínimo aprecio por esos dos que buscas...
Niega con la cabeza mientras se levanta de la cama, bajándo una mano y cogiéndo con ella la de Jolie, animándola a seguirle.
Dios... yo pensaba que el ejército se dedicaba a proteger a la gente y esas cosas, que era necesario... que os dedicábais a hacer cosas buenas... no a cazar a personas como si fueran animales y llevarlas a campos de exterminio... Porque lo hemos visto.
Esta vez su mirada es acerada. Tenía miedo, si... pero también tenía principios. Si moría por ellos ya tendría tiempo para arrepentirse de ser tan idiota en el Infierno.
Tu sientes ira porque ha muerto un amigo tuyo y otro está paralítico... Mi sobrina se está muriendo por culpa de un virus que habéis creado vosotros. Un niño de diez años murió ayer entre estertores de dolor, en una camilla, mientras un equipo médico trataba de quitarle los restos de gas Sarín que tenía en el organismo. Otro chico murió en un túnel... asesinado por los tuyos... Y no se a cuantos mas habéis masacrado en vuestras camaras de exterminio...
Aunque su expresión corporal dice que está sereno, tranquilo y dispuesto a colaborar... En sus ojos también hay ira. Una ira nacida de la desesperación y el horror que ha pasado. Y del miedo a perder a su familia recién encontrada.
Pero no me verás apuntando a una niña con una ecopeta...
Coge aire y da un paso al frente.
Deja que se quede. Es madre... No la separes de su hija... Lo han pasado muy mal y solo se tienen la una a la otra... No seas como esos de los que te quieres vengar... No rompas su familia. Ya tienes bastante conmigo... Yo iré a donde tu digas siempre que me jures que la vas a dejar ir.

---

- ¿Un virus...? - por un momento parece desconcertado, pero rápidamente vuelve a su posición defensiva - Soy capitán de las fuerzas armadas suecas y no he oído una gilipollez semejante... Si hubiese una pandemia, el ejército lo sabría... Y los mutantes gaseados eran criminales, como tus amigos Art, Lex, Herkus y Balaguer... Vendréis los dos... No pienso dejar que uno de vosotros se quede para pedir ayuda a alguno de los demás bestias en vuestro territorio... - se saca un papel y bolígrafo de la chaqueta y lo arroja hacia Donovan - Ya puedes escribir que si quieren volver a veros con vida tendrán que entregar a Herkus Reisel en el cuartel general de Estocolmo... ¡¡VAMOS!! - parece empezar a aviolentarse, retrayendo el percutor sin dejar de apuntar.

A Jolene le tiemblan los brazos, elevados en el aire...

---

Y yo soy un actor adolescente... Y hasta que me trajeron aquí no había estado a punto de morir varias veces por vuestra culpa...
Replica al instante en el momento en el que el militar parece intentar defenderse tras su ignorancia.
Cierra entonces la boca cuando la cosa se pone un poco mas tensa y violenta.
Tiene que hacer que ese tío entre en razón de alguna forma...
Si sales con los dos, apuntándonos con una escopeta por las calles del pueblo... No llegarás muy lejos...
Alza las cejas y suspira, cogiendo el papel y el bolígrafo.
¿Nos has visto? ¿Nos has mirado bien?... La última vez que salí de este edificio un grupo de mujeres se echó encima tratando de violarme completamente fuera de si... Y mi hermana es mucho mas hermosa que yo, muchísimo... ¿Crees que la gente del pueblo no va a hacer nada? ¿Que se van a detener solo por que lleves un arma?...
Niega con la cabeza y comienza a garabatear un mensaje en el trozo de papel con una caligrafía insegura e irregular, provocada por el temblor de sus manos. Cada vez estaba mas asustado.
Yo puedo apagar mi poder durante unas horas... Deja que ella se quede y me iré contigo a donde sea... Es lo mas razonable si quieres que todos salgamos con vida de aquí...

---

- La gente del pueblo apenas os va a ver... - rodeó a Donovan, apuntándole - Si os movéis cualquiera de los dos, decoro la pared con tus rizos y tus sesos, "guapo"... - decía mientras se colocaba en la otra parte de la habitación, a unos pasos de la ventana - Ahora ven muy despacito hacia la ventana y ábrela. Tú, monina, tírate al suelo y empieza a escribir la nota que le he dicho a tu hermano, que por lo visto no le han enseñado que la "m" con la "a" es "ma"... - aunque lo dice en tono de broma, en su cara se nota que no está para muchas bromas - Si os portáis bien... Puede que sólo me lleve al niño bonito... Pero para eso, debéis cerrar vuestro pico venenoso... - tragó saliva.

---

Jolene se puso de rodillas lentamente y, con la respiración agitada, cogió la nota y empezó a escribirla, alternando la mirada entre el papel y Donovan... Y entonces se quitó el botón del cuello y empezó a bajarse la cremallera del mono negro, descubriéndose el torso en ropa interior. Sonríe entonces, enredando sus dedos en el perfecto cabello mientras se pone en pié y el mono cae por su propio peso.

- ¿Seguro que no quieres llevarme a mí y dejar a mi hermano...? Tendríamos más intimidad... No lo hago tan bien cuando está cerca mi hermanito mayor... - mueve los hombros, con fingida y coqueta timidez, llevándose el dedo índice al labio inferior de forma tremendamente sensual. Cualquiera que no la conociera o la conociera menos que tú, pensaría que realmente intenta ligarse al militar.

---

Donovan no iba a consentir que su hermana vendiera su cuerpo de esa manera. Y mucho menos por él. Y no después de lo que habían hablado hace apenas unos minutos.
Está dispuesto a intentar desarmar a ese matón. Y su mirara transmite claramente que va a hacer una locura. Jolene, que permanece tras el joven actor, no puede ver su expresión de fría determinación.
Rodeó entonces a su hermana y se acercó hasta la ventana, dispuesto a abrirla... E intentar golpear a Lars para hacerle bajar el arma.

---

Lars alarga un brazo y atrae a Jolene hasta él, con gesto impertérrito, cogiéndola contra su pecho de espaldas a él. Tiene que tragar saliva ante la proximidad y el contacto directo con la piel de Jolene. Con la otra mano sigue apuntando a Donovan mientras dice, mirándole a él pero poniéndose junto al oído de Jolene:

- No me tiro ni a tíos ni a niñas, aunque sean íncubos y súcubos... - levanta de nuevo la vista - Os he dicho que ni una palabra. Venga, rubito... Abre la ventana y estate quietecito, o tendré que marcar a tu hermanita, y no quiero hacerlo...

---

Donovan abre la ventana, de forma deliberadamente lenta, sin decir nada mas. Tener a ese tío tan cerca de Jolene no le inspira demasiado a actuar. Un mal movimiento y ella podría salir terriblemente herida... o incluso muerta.
La situación requería músculos. Requería rayos de energía o royos mentales como los de Michael. Estaba claro que Donovan y Jolene, con sus herencias genéticas, no valían para nada en ese momento.
Si las palabras no funcionaban, si las amenazas, las sugerencias y los intentos de seducción caían en saco roto... ¿Qué mas podrían hacer? Seguir el juego de ese tipo hasta que encontraran la forma de escapar.
Ventana abierta.
Murmura con una hostilidad clara, mezclada con la preocupación y el miedo ante la última amenaza de ese militar enloquecido.

---

- Cariño... Aléjate cuatro pasos hacia la puerta - indica el militar a Jolene, soltándola. Ella obedece, en silencio y pálida por el miedo, con los ojos cargados de nuevo.

Con una mano, Lars se abre el abrigo y extrae un juego de esposas doble de un bolsillo interior, así como un rollo de cinta aislante que tira en dirección a tí.

- Sienta a tu hermana en la cama y átale las manos y los pies al palo que une la litera de arriba con la de abajo... Después ponle la cinta aislante en la boca, y se la pasas por detrás del pelo también. Quiero ver que le apriete los mofletes, ¿entendido...? Cuando hayas acabado... Enrolla una manta en torno al palo de las literas y asegúralo con la cinta. No quiero que tu hermana haga escándalo mientras te llevo de paseo...

Habéis podido ver que bajo el abrigo de ese hombre había varios cinturones con cuchillos, munición y dos pistolas...

---

Donovan alza una ceja, incrédulo. Estas cosas solo les pasaban a otros. A gente que veías por la televisión, en las noticias o en el cine. Pero no a gente como él. Esto no le debería estar pasando a los hermanos Dryden.
El mundo se había vuelto completamente loco.
Y lo peor es que cuanto mas miedo tenía, mas increíble y surrealista le parecía todo. Y mas cosas extrañas pensaba.
Al final obedece, tras unos segundos de indecisión. Al parecer el secuestrador había decidido dejar a Jolene en tierra. Asiente nervioso y se acerca hasta su hermana, con el rollo de cinta y las esposas en mano.
Le ayuda a sentarse al lado del palo de las literas donde Lars quiere que la ate y le une las muñecas con las esposas para bajar luego hasta los pies y encadenarlos del mismo modo.
El momento de ponerle la cinta en torno al cuello para taparle la boca va a ser el mas difícil. Coge aire y con una mirada de disculpa en los ojos comienza a realizar la tarea que le ha pedido el militar... Aunque añade un pequeño detalle que reza porque se le pase. Con un gesto extremadamente disimulado, infla los mofletes mientras le guiña un ojo cómplice a su hermana. Si ha entendido lo que le ha pedido, la cinta se quedará floja cuando los desinfle y podrá pedir ayuda.

---

Jolene en principio parece desesperada y niega con la cabeza, hasta se resiste a que su hermano le ate... No quería que Donovan se fuera con aquel loco, bajo ninguna circunstancia...
Pero al ver la señal de su hermano empieza a removerse, como si quisiera desprenderse de las esposas, lo que provoca de forma "natural" que el pelo le cubra parte de la cara mientras su hermano le está colocando la cinta, hinchando los mofletes conforme ésto sucede sin que parezca extraño, e incluso balbuceando para que parezca que intenta decir algo...

---

- Muy bien, machote... Ahora sal por la ventana y espera ahí abajo sin abrir el pico, ¿bien? Cuando yo me asome para salir de aquí, quiero que des cinco pasos más allá de donde hayas caído, en una dirección desde la que no te vea nadie, o sea: hacia los contenedores de basura... Y te quedan a unos seis metros aún con todo, no pienses que te servirán de escudo... - ordenó Lars - Si te duele al caer, tápate la boca.

---

Donovan se despide de su hermana con un beso en la frente y suspira por la nariz mientras se muerde los labios para no decir nada mas. Se vuelve y sin mirar atrás, sin volver la vista hacia su hermana, se acerca lentamente hacia la ventana, que ya estaba abierta.
Pero en lugar de hacer la intención de salir, se queda parado delante del hueco, con las manos alzadas.
Piensa otra cosa porque no voy a dejarte a solas con mi hermana.
Es una declaración de intenciones muy clara.
Ye te he dicho que voy a ir contigo. Y que no voy a hacer nada raro ni intentar escapar... así que no hace falta que tomes mas precauciones. Aunque pienses que somos los malos... ni ella ni yo hemos matado a nadie... Mientras que tú nos estás apuntando con una escopeta.
Traga saliva trabajosamente, superado ya casi por la tensión.
No somos como el resto ¿vale? No podemos partir piedras ni sobrevivir a disparos de escopeta... Solo somos unos críos... Unos niños ricos que no saben casi nada de lo que está pasando aquí y que apenas entienden lo que saben... Así que, por favor... no lo hagas mas duro de lo que ya es...
Su tono encierra una súplica real. La línea que separa lo ficticio de lo real nunca había estado demasiado delimitada en aquella habitación desde la entrada de Lars.

---

Lars parece empezar a exhasperarse...

- Si quisiera violar a tu hermana y te odiase a tí, la habría sujetado de las tetas para que lo vieras cuando se me ha acercado en plan "raro" - aunque sus palabras son hostiles, no parece estar mintiendo, no ha dado muestras de que Jolene le haya despertado un interés enfermizo - No soy un violador. Puede que sea un secuestrador en éste momento, pero no soy un violador, ni un asesino. Haz el favor de cumplir con el protocolo, "niño rico"...

---

Donovan no cree ni una sola de las palabras del militar, pero esa nota de exasperación en su voz le hace ponerse en movimiento.
Si deja pasar mas tiempo quizá llegara alguien... pero tampoco era cuestión de ponerse a arriesgar... Al fin y al cabo nadie había visto entrar en la posada a un desconocido armado con una escopeta...

Se asoma a la ventana, calcula la distancia que lo separa del suelo y trepa hasta poner los pies en el alféizar.
Vuelve la cabeza unos instantes para mirar primero a Lars y luego a su hermana, los ojos cargados por la tensión, el miedo y una creciente sensación de pérdida.
Cuídate Jolie... Y cuida de Amber.
Dicho lo cual se deja caer hacia la nieve desde la ventana.

---

Pero Lars se tomó un instante para saltar tras Donovan... Sería rápido... Sólo tenía que sentarse junto a la chica, sujetarle la cabeza hacia el hombro, sacar una jeringuilla del forro de su abrigo y clavársela en plena vena, de modo que así lo hizo a pesar de que Jolene se revolvió todo cuanto pudo.
Indolente, Lars se levantó y saltó por la ventana, tras Donovan. Pero la habitación presenció algo distinto... La habitación fué testigo de un llanto y un forcejeo débil por parte de aquella chica contra sus ataduras. Se desvanecía poco a poco... Pero incluso cuando cualquier movimiento era absurdo por su debilidad, ella continuaba...
No pasaron ni dos minutos hasta que se desplomó sobre sus brazos esposados, pero conforme cambiaba la luz, lo hacía también el color de su preciosa tez, palideciendo y hundiendo sus ojos en unas profundas ojeras que se tornaron rojizas...
Entonces ese hombre regresó por la misma ventana por la que se fué, cuando ya casi había oscurecido en Kiruna.
La observó detenidamente mientras tan sólo su silueta se dibujaba al contraluz que penetraba desde la ventana.
Se acercó lentamente a ella y acarició su cabello y su mejilla...

- ..."Our million dollar baby"... - susurró para nadie, deteniéndose a contemplarla un momento.

Pero pronto sacó un par de llaves, la desató y la cargó en brazos, liberándole de la débil mordaza y descubriendo unos labios pálidos.
Y de éste modo, volvió a saltar por la ventana, desapareciendo... ¿Dónde estarían los hermanos...? Un fogonazo tan potente como la hermosura de ambos secuestrados cruzó tu mente y te devolvió a la noche de Kiruna... Fuera soplaba un viento quasi huracanado, que silbaba fantasmagórico entre las junturas de aquella construcción de madera y piedra...

Notas de juego

Siento sí es muy lioso, te he copiado la sucesión de posts tal cual no vaya a ser que me deje algún detalle :)

---

Touchez respecto a la PDA XDDDDDDD

---

Ni te imaginas la sonrisa de imbécil que se me puso al leer tu positivo XDDDD

Cargando editor
22/05/2008, 15:49
Taylor Hawkins

Una vez, siendo un chaval, Taylor metió las púas de un tenedor en un enchufe. Los plomos en casa de sus "nuevos padres" -los segundos, por aquel entonces, aunque vendrían algunos más - saltaron y quizá fué eso lo que le salvó la vida. Un cicatriz en la palma de su mano derecha, un minúsculo burruño de carne que se agolpa en un punto, le recuerda el suceso: la sacudida duró un segundo, tal vez menos. Dervastadora e incontenible, pero breve.

Ahora, tumbado sobre el suelo de la habitación, rememora el episodio y establece comparaciones: las visión, la sensación que experimenta mientras la tiene, es algo parecido...sólo que con su intensidad multiplicada. Una electrocución, por contra, lenta, reposada y sin prisas...pero tan brutalmente dolorosa e irrefrenable como aquella que le dejó esa marca de por vida.

Y cada visión es un mundo: una sensación distinta cada vez, pues diferentes son los acontecimientos que percibe. Incluso la fatiga posterior, inevitable, no es ahora tan ruinosa como en anteriores ocasiones. Algo ayuda: el temblor en su mano derecha, la misma que conserva el estigma de la curiosidad de un niño, es intenso. El demonio crece dentro: la rabia pugna contra el agotamiento...e inclina ligeramente la balanza a su favor.

JODEEEERR!!!- se desgarra la garganta, casi sin mover los labios. Los dientes se hunden en las encías y las uñas, largas y negras, arañan el suelo.
Joder...- repite. La impotencia de verse lisiado es cada vez más insoportable. Lucha contra eso. Trata de incorporarse. Nuevamente, la pertinaz erección. Taylor se caga en los muertos de los rituales de cortejo.

Que se joda Herkus. A veces hay que sacrificar algún peón para proteger a la Dama. La cuestión es no acabar perdiendo en el intercambio de piezas.

Tú !!! Hey, el Babysitter!!- gruñe hacia la puerta al intentar levantarse - Acabo de "postconocer" a un gilipollas. Igual te interesa...

Notas de juego

Nada de líos. El post, tremendo de nuevo, se entiende perfectamente.(copyright Lurei & Streal)

En cuanto al positivo, no te subestimes, en serio. Eres una escritora. Y muy buena.

Cargando editor
22/05/2008, 16:38
Antti Koivusaari

Antti abre la habitación, pálido. Algo ha ocurrido al otro lado de la puerta, algo capaz de hacer que aquella bestia vikinga, que sujetaba con firmeza a una alterada niña que no había dejado de sollozar, palideciera. Tenía el móvil en la otra mano.

- Me lo cuentas por el camino hacia el hotel - sugirió, con la voz casi quebrada - Vámonos, antes de que seamos los próximos. Nadie consigue contactar con Lior... Herkus también ha desaparecido...

Notas de juego

Métele caña, Ty, que te están esperando (mea culpa) XDDD

Cita:

Nada de líos. El post, tremendo de nuevo, se entiende perfectamente.(copyright Lurei & Streal)

En cuanto al positivo, no te subestimes, en serio. Eres una escritora. Y muy buena.

¡MUAK! XDDD

Cargando editor
23/05/2008, 15:46
Taylor Hawkins

Lo inoportuno del anuncio hace estallar a Taylor.

Es que...ya no sé en qué cagarme, coño!! Panda de jodidos retrasados...!!- como alguien que trata de caminar por primera vez con unos zapatos de tacón de aguja, Taylor recoge el mono de Jolene y lo guarda bajo sus ropas. Mientras lo hace, sigue a lo suyo...

A ver, lumbreras: ¿quién fué el primero en tener acceso a la puta nota? No es un acertijo. Te lo pregunto porque no lo sé. ¿Dónde estaba el mendigo ese? ¿Pudo verla antes que tú? En fin...- niega con la cabeza, soltando el puño contra la pared. En pocos segundos, había ideado un plan...un plan de putísima madre...que se venía al traste de repente. Y eso le jode sobremanera.

Te diré algo, colega:- insiste, ayudándose de las paredes para avanzar hasta la salida. Todos los que andáis metidos en esto, los que han puesto tanta pasta, tantos medios y tanta mala leche para que esta mierda salga bien...TODOS...tenéis menos meninges que mi cipote.

Pasaron varias horas desde que Jolene entró en esta habitación hasta que...hasta que la sacaron. Maniatada, sedada, inconsciente, coño! - con el color de cara de un muñeco de cera, Taylor fulmina a Antti con la mirada.

¿Me vas a decir que nadie...NADIE...se preguntó dónde podía estar? Su hija no estuvo con ella durante todo ese tiempo. ¿jodidamente sospechoso,no? Me cago en la puta...- ladra, empujando al finladés con el hombro para abrirse paso hacia el pasillo.

¿Dónde coño está el trineo ese de los cojones?

Notas de juego

Sorry, Lure. Esta semana de curro me está matando...:(

Cargando editor
23/05/2008, 16:25
Antti Koivusaari

- Se supone, y digo "se supone" que aquí iba a quedarse alguien útil como su hermano mayor o, como os dijimos, al menos cuatro de vosotros. Y es imposible que Herkus viese la puta nota porque Falken fué el primero en ver la nota... Y tanto Herkus como Lior estaban en inglaterra... ¡Joder, si Art y Lex volvieron hace unos tres cuartos de hora de ahí...! Yo me llevé a la cría, con el permiso de su madre, para que se despejara un poco, porque Jolene estaba hasta las cejas por culpa de los cafres de sus hermanos y Balaguer... - echa a andar mientras habla - Pero tienes TODA LA PUTA RAZÓN. Aquí si yo no estoy, no hago nada o no está la parejita de españoles, nadie hace un pijo por nadie... ¡¡PUES NO SOY LA JODIDA ISENHALL, O LA PUTA KRAMER O LIOR!! ¡¡NO TENGO MACROPODERES, HOSTIA!! - ruge, asustando a la niña, a la cual le acaricia la cabeza para que se calme. Camina hasta fuera del hostal, en el callejón contiguo hay aparcada una snowmobile...

El rostro de Antti al montarse, metiéndose a la pequeña dentro del abrigo y colocándole bien el gorro, es de alguien que no se fía en absoluto de las circunstancias... De alguien que duda...

- Sube, capullo - espeta, señalando con la mirada la parte trasera del asiento.

Notas de juego

Cita:

Sorry, Lure. Esta semana de curro me está matando...:(

Con calma entonces, que esperen un poco, tú tranqui ;D

Cargando editor
23/05/2008, 16:53
Taylor Hawkins

¿Inglaterra?...¿Qué demonios se le ha perdido allí a Lior? ¿La receta del Plum Cake de las Inmaculadas de Wimblendon?...

Pijo de mierda...- comenta un decepcionado Taylor. Esperaba perros y una escultural belleza nórdica de tetas perfectas tirando de ellos. En su lugar, una ...motonieve... que no le impresiona lo más mínimo: podría comprar media docena de ellas con decir "Hello, Rgio de Juaneirou!!" en cualquier puto macroconcierto en favor de los jodidos negritos de África.

Sin embargo, le pone. Velocidad, el viento helado en la cara. Lástima que tenga que ir de paquete: de lo contrario, la hostia estaría garantizada debido a sus penosas condiciones. Tampoco la mole vikinga estaría muy por la labor, sobre todo con una cría a bordo.

¿Dónde pollas se ponen aquí los pies?- pregunta incómodo, costándole la misma vida subirse al cacharro. Cuando consigue una cierta estabilidad, agradece el calor del mono de Jolene bajo las ropas y se agarra con toda la fuerza que aún conserva a la cintura de Antti.

Fueron listos. Lo hicieron bien.- dice como para sí, cerca del oído del piloto. -...pero no fué suficiente. Él lo tenía bien pensado: cómo entrar, cómo salir y cómo llevarlos hasta el avión. El tipo es fuerte, sobre todo de cabeza: ya sabes de lo que son capaces los hermanísimos..., pero el tío aguantó. Se la pelaba.

Escupe. El cuerpecito de Amber, embutido bajo las ropas de Antti, roza sus manos. Taylor las retira levemente. Es una sensación extrañamente desagradable.

Es Capitán de las Fuerzas Armadas suecas. Y está muy, muy cabreado: Arty jodió a un par de los suyos y eso no le hecho gracia.

Con la frente, golpea un par de veces la espalda del vikingo...impaciente por llegar cuanto antes al Hotel: un punto de encuentro para él, un jodido asesino "mexicano psicópata y su hija muerta.

Dale.

Cargando editor
23/05/2008, 17:41
Antti Koivusaari

La motonieve* arranca a buen ritmo, el finladés está acostumbrado a conducirla y no lo hace nada mal, por lo que aunque vais bastante rápido, ni Amber ni tú sufrís ningún percance desagradable...
Al llegar a la entrada del Icehotel, Antti aparca frente a un edificio anexo, también de hielo pero más pequeño.

- La enfermería. Se supone que nos están esperando aquí... - Amber se había quedado dormida dentro del abrigo de Antti. Era increíble la tensión que podía soportar aquella pequeña... - Vamos, y me explicas...

Notas de juego

*¿Puedes creer que me sabía el nombre en inglés pero en español no? Soy un espanto XDDD

Seguimos en la escena [ICEHOTEL] - Dr. Lockhart. Termino el post ahí.

Cargando editor
15/10/2008, 03:00
Jolene Dryden

Había pasado una semana en Kiruna, acogidos en casa de Valdemar, que se había portado con Jolene y Balaguer como si fueran parte de su familia, incluso llegando a enseñarles alguna receta típica o llevándolos de excursión por los alrededores, con el sólo objetivo de que se calmaran.

No era fácil para Alejandro: La que consideraba como su hija estaba encerrada en aquel hotel con los cafres de sus tíos y con, eso sí, su abuelo, Arthur Dryden, quien parecía un hombre responsable y le trataba con la debida deferencia. Jolene en cambio no parecía tan triste, más bien sonreía mucho, flirteaba encantada con Alejandro y no parecía querer recordar nada: Sabía que su vida no debió ser demasiado bonita, y quizás su subconsciente rechazaba el volver a la normalidad...

Los primeros síntomas aparecían, tal como predijo Taylor: A la semana, la chica demostraba fatigas, hambre excesiva, y otras señales primarias que, por instinto o experiencia, supo reconocer. Esa mañana habían salido temprano a por el test de embarazo, y en ese momento, Alex esperaba sentado en una cama mientras Jolene se lo hacía en el baño... Rato después, la chica salió con las noticias...

El mundo había cambiado para Balaguer: Ahora se sentía comprendido y querido por algunas personas, por dos diosas nada menos, por una criatura celestial que le quería como a un padre, y aceptado por otras como alguien que, a pesar de lo excéntrico que fuera, merecía cariño y familiaridad, como lo fueran Valdemar, Arthur Dryden y algunos habitantes del pequeño pueblo de Jukkasjärvi, por ejemplo Miranda Kastehelmi, la sastre, y su hermana Emma, la adiestradora de perros. Cuando la modista vio a la pareja, no pudo más que reconocer y proclamar lo obvio: Que era la pareja más cautivadora que había visto en su vida, admirándoles como tal.

- ...Positivo... - dijo ella, seria y preocupada, mirando a Alex a los ojos, buscando una reacción...

Cargando editor
15/10/2008, 03:29
[Balaguer (Saulot)]

Balaguer estaba sentado a los pies de la cama con el cuerpo ligeramente encorvado. Las manos se encontraban entre sus piernas y miraba hacia la puerta donde se encontraba Jolene con los ojos algo cansados. Se frotó éstos con los dedos y movió su mandíbula casi en círculo hasta que esta sonó en su parte izquierda. Cuánto habían cambiado su vida en todo ese tiempo. De la ponzoña más absoluta a la mayor de las glorias. 

Miró la palma de sus manos. Estaban golpeadas y con marcas del trabajo que había realizado con ellas en esos años. Aún las miraba y veía sangre en ellas. Por mucho que se lavase, que intentase olvidar su pasado, seguía estando con él, y lo vería por siempre. Pero ahora tenía un sentido todo cuanto había hecho. No había sido la venganza ni el hambre. Ni siquiera el odio o la rabia. Todo había sido por ella, por el momento que vivían juntos. Había aprendido a forjarse como persona, como alguien solitario que no necesitaba compañía. Las palabras estaban huecas, sin significado alguno, y fueron inventadas por aquellos que los silencios no eran capaz de transmitir nada. Pero él había aprendido a hablar con la mirada, con sus gestos. Jolene era capaz de responder con las mismas señales, y eso lo hacía sentir pleno.

En ese instante el pequeño felino de pelaje blanco pasó rozando sus piernas. Buscaba un poco de calor, o quizá cariño. Seguramente estaba algo celosa por haber perdido parte de la atención de su amo. Si hubiese sido uno de sus "compañeros" ahora estaría enzarzado en una estúpida discusión. Pero la pequeña Midian no buscaba otra cosa que un poco de atención, al igual que él había hecho años antes. Bajó su mano y acarició su cabeza con la punta de sus dedos. Era agradable, suave, y ella le correspondió con un delicado ronroneo.

Entonces la puerta se abrió y entró ella. Sus ojos se fijaron nuevamente en su rostro, en sus hermosos ojos. Un mechón de pelo cayó por la frente de Balaguer que no se molestó en apartarlo. Cuando ella habló él se limitó a tender su mano hacia ella.

- Sabíamos que sería verdad. Tú lo sentías dentro. Además, ellos ya lo dijeron en aquel lugar. De hecho todos lo daban por seguro -gruñó recordando al extraño grupo-. Estaré contigo, no te preocupes. Siempre estaré contigo, y serás mía por siempre.

Se levantó despacio mientras la pequeña gata daba un brinco entre sus pies. Tomó su barbilla con uno de sus dedos y acercó sus labios. La besó dulcemente, y al apartarse gimió en su boca muy suavemente.

- Pronto todo se normalizará y ella estará con nosotros. Si es necesario entraré a buscarla, y no habrá nada ni nadie que me detenga. Por ti y por ella seré la tempestad.

Cargando editor
15/10/2008, 03:58
Jolene Dryden

Jolene se hundió en aquellos ojos dorados. El padre de su criatura, así debería ser. No recordaba nada, ni a nadie, pero lo que había sentido por ese joven, aquel psicópata español, era un fuego demasiado intenso como para que una simple amnesia pudiera apagarlo. No hacía falta más que un día para ver el mundo y, después, darse cuenta de que Balaguer era diferente. Jolene nunca fue un ángel, la bondad y el altruismo hipócrita y gratuito le aburrían. Un hombre que manifestara sus sentimientos en cuerpo y alma, sin un ápice de vergüenza... Era lo que necesitaba, y ahí lo tenía: El rey y la reina del mundo, dijeran lo que dijeran.

- Lo sabíamos... - susurró y se inclinó hacia él, sin perder sus ojos de vista, con los labios rozándose tras el beso - Yo seré tuya, y tú serás mío... - sonrió, totalmente satisfecha. De lo que sabía de su familia consanguínea, habían permitido que se quedara embarazada muy joven, y a juzgar por sus tatuajes, no siempre las cosas fueron bien. De lo que sabía de Balaguer: Buen trato, mimos, pasión y promesas... Se había quedado a su lado, y aunque era evidente por los parecidos que no lo era, se decía el padre de Amber... Y ella no quería negarlo - La tempestad hasta el fin del mundo, que para nosotros no existe...

No hay nada peor para una chiquilla endiosada que dar con un muchacho igualmente endiosado, que además ensalza a ambos como algo casi deífico.
Un nuevo beso, una nueva vida... Un día entero por delante, en el cuento de hadas nevado y retorcido en que se había convertido la vida de Balaguer.

- ¿Adónde iremos cuando todo acabe...? ¿Nos cambiaremos los nombres...? - reía, divertida ante la idea, frotando su nariz con la de él tiernamente, cogida de sus manos.

Cargando editor
15/10/2008, 04:25
[Balaguer (Saulot)]

- ¿Dónde iremos? Donde queramos, pequeña. El mundo es nuestro. No, es tuyo. No es el mundo ni son otros quienes han de decirte qué elegir y cómo hacerlo ya que serás tú quien lo gobierne y tendrás la potestad de dirigir tu propia vida -responde a la pregunta de Jolene con un brillo intenso en sus ojos-. Estás por encima de todos, y de todo. Incluso por encima de mí, aunque jamás dejaré que te apartes de mi lado. Y si algo lo fuese a hacer juro por mi vida que me alimentaré de su alma.

Las palabras de aquel hombre estaban cargadas de pasión y amor, pero al mismo tiempo sonaban grotescas en cierto sentido. Había hecho una promesa a Jolene, por ella misma y por las criaturas que él protegería. Pero tal y como le había dicho la Diosa, era necesario que existiese gente como él, capaz de ejecutar. Desde hacía mucho se controlaba. Era capaz de templarse, de mantener a raya el hambre voraz que sentía en su interior. Aquel hambre que tan solo se sintió saciado cuando arrebató las vidas de los que le habían herido.

Se mantuvo en pie mirándola con una sonrisa en sus labios. Acarició su rostro con sus manos. Con una mano rozó suavemente uno de sus lóbulos.

- Siempre que no nos busquen podremos mantener nuestros nombres. Si es necesario elegir otros para poder seguir juntos, lo haremos. Me da igual el nombre o el apellido que tengas. Son meras letras unidas por un orden que alguien estableció hace demasiado tiempo. Te deseo y te quiero más allá de eso, más allá de toda existencia.

La abrazó una vez más apretándola contra su pecho. Quería sentir su corazón, su latir. Tras unos instantes se apartó y la miró una vez más.

- ¿Cuándo crees que nos llamarán de nuevo para entrar con el resto? Me temo que aún tenemos cosas pendientes con el resto. Y sabes que aguanto a muy pocos de ahí. Odio sus desplantes... -musitó bajando la vista-. Pero pronto todo acabará y podremos olvidarnos de esta maldición.

Cargando editor
15/10/2008, 04:56
Jolene Dryden

Sonreía, soñando despierta. Sus ojos emitían un destello algo vidrioso, estaba emocionada, el futuro pintaba emocionante y hermoso para aquella joven pareja, y aquellos ojos, dos luceros dorados, se cruzaban con los de él contándose historias que aún estaban por comenzar. No lo recordaba, pero sabía con certeza que había encajado infinitamente mejor la noticia de su segundo embarazo que la del primero, lo presintió enseguida. La otra vez fue una tragedia, ésto era casi una buena nueva.

- Si el mundo es mío... - entrecerró los ojos, algo agresiva, contagiada por la vanagloria del español, pero sonreía con aquellos dientes blancos como perlas, relucientes entre los carnosos y sugerentes labios - El que se atreva a intentar separarnos lo pagará caro, como dices... - echó los brazos sobre los hombros de él - Pero que conste que teniéndote a tí... El mundo pierde valor. Ya tengo lo más grande que hay en él... - otra vez posó sus labios sobre los de Alex, acariciándolos con un beso, lento y superficial, pero perfecto en su ejecución - Cualquier nombre que tu lleves se convertirá en "perfecto" - le guiñó un ojo, cómplice e incluso melosa.

Se entregó al abrazo cerrando los ojos, apoyando la cabeza en el pecho de él, fusionando aquellos latidos, encantada.

- El resto...[/B - Amber era el resto. Quizás su hermano Donovan y su padre también, pero los demás no existían] - [B]¿Qué tienes con los otros? Llevas toda la semana echando pestes de ellos - rió, sin apartarse, enternecida ante el desprecio del joven - ¿Qué asuntos son? Connor está muerto... Lo mató Lex, la húngara... Eso me dijeron.

Cargando editor
15/10/2008, 05:19
[Balaguer (Saulot)]

Balaguer frunció el ceño y deformó los labios en una mueca. Con su mano izquierda acarició su otra muñeca que apretó ligeramente frotándola. Dio un paso atrás mientras miraba al suelo para no pisar a su otra pasión. La pequeña gata se había sabido acomodar en la cama, casi pegada en las almohadas. Su vientre se hinchaba una y otra vez mientras los miraba con sus enormes ojos relucientes.

- Cuando me conocieron me tomaron algunos por buena persona, y otros por mala. Todos se atrevieron a juzgarme, pero yo no lo hice con ellos. Mantuve el silencio y me limité a dirigirlos allí en mi hogar. Ahora que ha pasado el tiempo dicen conocerme, dicen saber cosas de mí que en teoría debían haber permanecido por siempre ocultas para ellos. Cuando cierro los ojos veo sus rostros de desaprobación, sus miradas inquisitivas intentando valorarme como si ellos fuesen mejores que yo. Pero no lo son, sus almas están tan corruptas como la mía. Sin embargo, ellos están ahí encerrados y castigados por sus actos, no nosotros. Si pudiera simplemente tomaría a Amber y una vez estuviésemos juntos nos iríamos lejos. Lo suficientemente lejos como para que el viento jamás nos alcance -responde inclinando su cabeza.

Con cuidado se sentó nuevamente en la cama y tomó las manos de la mujer entre las suyas. Las aprietó suavemente al mismo tiempo que se inclinaba hacia ella y apoyaba su rostro en su vientre.

- Lex hizo lo que a mí me correspondía. Me hubiese alimentado de él como si de una fruta fuese, desechando tan solo su piel. El tiempo que estuve alejado de ti y que sabía que te habían intentado hacer daño pude recrear su muerte en mi cabeza un millar de veces. Y en todas siempre acababa igual -gruñe, pero sin perder el control, estaba tranquilo-. La Diosa les castigó por hacer lo que yo hubiese hecho, pagaron mi pecado. Cuando nos vuelva a llamar nuevamente tendremos que acudir a ella sin dilación. Entonces querré ver sus rostros, sus miradas.

Apartó la cara del cuerpo de ella y la miró directamente a los ojos. No necesitaba hablar porque su mirada lo decía todo. Sus manos acariciaban sus muslos y caderas. De pronto se escuchó nuevamente el ronroneo de la pequeña gata blanca.

- Creo que está celosa de ti -dice con una sonrisa.

Cargando editor
15/10/2008, 05:45
Jolene Dryden

Escuchó de nuevo a Alex, atentamente, hechizada por su forma de hablar. Rebosaba carisma, aún siendo tan peligroso como lo era, algo que quizás a sus ojos le dotaba incluso de mayor atractivo...
Ciertamente se atrevieron a juzgarle. Y se trataba de gente que no tenía ni idea de lo que suponía llevarse una vida por delante... ¿Qué sabían ellos si, como la propia Jolene, no sabían lo que se experimentaba? No se debe hablar de lo que no se conoce...

Es evidente que Balaguer se mantuvo al margen de juicios porque, de una forma retorcida, es un adalid negro de los modales, un caballero extraído de las tinieblas más elegantes del infierno o del cielo... Quizás de ninguno. Alex era para la Tierra lo que Dios al cielo y Satán al infierno.

Se inclinó para besar sus cabellos cuando él se abrazó a su vientre.

- Tienes que curarte... Y Amber también... - el único motivo por el que seguían ahí - ¿Qué importa que haya sido Lex? Art era fruta podrida, indigna completamente de que tú le dieras muerte... La basura han de recogerla los basureros, no los reyes, ¿no...? Será divertido ver sus caras...

Miró entonces a la gatita, sonriendo tras saber de sus celos.

- ¡Yo también lo estaría! Pero... - se sentó junto a ella, acariciándole la cabecita con suavidad entre las orejas - No tiene porqué. Cuando nos vayamos seremos cinco. Nosotros dos, nuestros pequeños y Midian... Es una gata preciosa, está tan sana... - lo miró en silencio unos instantes, mientras sus dedos seguían mimando a la pequeña felina - Todo lo que amas parece sentirse dichoso... Luce más... - le dedicó una nueva sonrisa - ¿Le decimos a Valdemar lo del bebé...?

Cargando editor
15/10/2008, 06:02
[Balaguer (Saulot)]

Cierto era que aún se sentía débil y falto de fuerzas. Habían pasado días y no era capaz de realizarlo todo como él quisiera. Hubiese sido tan fácil alimentarse de alguien... Tomar su esencia, su energía, sentir cómo fluía su vida a través de su piel, de cada poro. Entonces se habría recuperado y ahora no sentiría ese hambre punzante en la boca del estómago. Su mano acarició su torso aún vendado y resopló una única vez hastiado de estar quieto. Si hubiese podido moverse ya se la habría llevado a otro lugar. No podía quejarse del trato recibido, pero prefería cierta soledad en algunos momentos, una soledad compartida con ella.

- ¿No lo sabe Valdemar? Deberíamos decírselo, a él y a Emma. También a aquella mujer, la que hace los trajes y ropas. Tan solo tienen palabras bonitas para nosotros, y deberíamos darles una alegría, un pequeño brillo que alumbre la oscuridad que nos rodea estos días. Estoy seguro que lo querrán celebrar. Quizá entonces nos dejen movernos un poco más, ¿no? -nuevamente en pie con las manos de Jolene entre las suyas.

Moviéndose por la estancia se apresuró a vestirse con lo primero que encontró. Normalmente caminaba descalzo pese al frío del lugar. De algún modo aquello le hacía sentirse vivo, bien. Se puso una camiseta negra y un jersey oscuro con el que solía cubrirse para evitar el frío. Luego se calzó unas botas de piel. Buscó con la mirada algo de agua, y con un poco que había en un vaso se mojó la mano pasándola luego por su cabello. Agitó su cabeza varias veces.

- Díselo tú, pequeña. Te quieren todos. Y tú, no hagas ninguna trastada mientras estemos fuera o esta noche dormirás en la cesta -decía girándose hacia la gata que lo miraba desde la cama.

Cargando editor
15/10/2008, 08:16
Jolene Dryden

Observa atentamente cómo se acicala, sin mover a la gata de su sitio ni dejar de acariciarla. Miró preocupada el vendaje del torso... Gracias a que Arthur copiara su poder de sanación, algo sí que pudo arreglar aquel desagradable accidente, pero no totalmente, como a ella le gustaría. De hecho, aquel ángel de la vida y la muerte había desarrollado muy rápido sus dotes como sanador. Era de los pocos de aquel grupo que parecían haber aprendido sobre sí mismos, sobre autocontrol.

- Miranda - sonrió - la de los trajes es Miranda, hermana pequeña de Emma - le guiñó un ojo tras echarle un cable. El pobre recordaba por los dos, qué menos que recordarle detallitos como aquel... - Poder, podemos movernos, pero claro... - alargó los brazos hasta su mochila de deporte, donde reposaban una peluca, unas gafas de sol algo exageradas de grandes y una bufanda con la que se tapaba el rostro. No podía ir muy destapada, pues el caos que su belleza podía llegar a causar era bastante dañino, y la gente de aquel pueblo le agradaba. Se levantó y se puso su abrigo, ya estaba vestida tras haber ido a buscar el test a la farmacia. Se cogió al brazo de Alex delicadamente - ¿Seguro que estás bien?

Cargando editor
15/10/2008, 12:54
[Balaguer (Saulot)]

Cerró los ojos un instante. El tiempo suficiente como para intentar comprender todo lo que le rodeaba. Era capaz de escuchar el latido de Jolene, la respiración de Midian. Podía sentir pequeñas vibraciones en el complejo, e incluso la fuerza del viento golpeando el exterior del lugar. Balaguer no se encontraba allí durante unos pocos segundos, era otro. Cuando nuevamente abrió los ojos éstos refulgieron, y con una amable y tierna sonrisa miró a la mujer.

- Sí, estoy bien. Me duele el pecho. Jamás pensé que me dolería tanto. Realmente tuve el cuerpo destrozado, era un amasijo de carne y hueso. Pero aquí estoy, nada puede acabar conmigo. La muerte está más allá -mientras toma la mano de la mujer con suavidad-. No recuerdo muy bien todo lo que pasó, pero ahora puedo tenerme en pie y estar contigo, así que realmente no me preocupa lo demás.

Movió su cabeza haciendo que su cuello crujiese un par de veces. En ocasiones podía llegar a sentir el templado y suave sabor de la sangre en su boca. Cuando aquella furgoneta los golpeó perdió la noción de todo y su cabeza voló lejos de ese lugar frío y abandonado. La boca se inundó de sangre, y respirar era mortal. Pese a todo, aquella sensación próxima a la muerte no le había asustado, no le había hecho palidecer por su propio bienestar. En lo único que pensó fue en ellas, y en todo cuanto sería capaz de hacer por protegerlas. Ya había vencido a la muerte una vez, y él era un instrumento que engendraba vida y arrebataba almas. Sonrió ante tal idea.

- Lamento que tengas que cubrir tu rostro y cuerpo con toda esta parafernalias, pero es lo mejor. Nadie mejor que tú lo sabe. Recuerda lo que pasó con Hugo y la pierna de Lex. Si llega a montárselo contigo todavía estaría buscando partes de su cuerpo. De este modo eres solo para mí -dice suavemente en su oído seguido de un beso-. Vamos, llévame, te mueves con más libertad en este lugar. Y de verdad, estoy bien. Y estaré mejor cuando pase más tiempo.

Cargando editor
16/10/2008, 16:40
Hanne Lundquist

Jolene contrae el gesto con pena cuando Alex le cuenta sobre cómo quedó al ser atropellado. Le apretó la mano, y finalmente sonrió cuando Balaguer concluyó que la muerte había pasado de largo cuando se le cruzó en el camino. Era satisfactorio pensar así: Ser inmortal, ser perfecto... Infalible. Cultivar la imagen daba resultado al final, incluso cuando el muchacho español caminaba con algo de lentitud a causa de sus lesiones.

- Vamos, entonces... Pero al mínimo malestar, nos volveremos - una advertencia dicha en tono de consejo, pasivamente, no quería dar órdenes a ese hombre.

La chiquilla abrió la puerta de la habitación y se encontró de frente con una figura que no esperaba en absoluto...

- Hola, íbero. Jolene... - saludó Hanne de pronto, aún "disfrazada" de humana normal, invitándose a entrar con total tranquilidad (no en vano toda la extensión continental Eurasiática en que cayese nieve, le pertenecía) - He sabido que mi ahijado ya está en camino... - sonreía, sirviéndose una manzana roja que Valdemar os había puesto junto a algunas frutas más en un frutero - Me alegro muchísimo, ya sabéis que tenéis mi favor. De eso quería hablaros: He decidido que Jolene, estando curada como está, no tendrá que volver al "Icehotel" - aquel término para referirse a su templo parecía resultarle gracioso - Uno demis chicos vive aquí, en Jukkasjarvi. Se trata de un joven recto, bueno y atento, que en su momento sanó del Ígnea: Milo Notara. Él cuidará de Jolene en su casa, y como es homosexual y suele venir de visita, no tendrás que preocuparte, Alejandro. Peor sería que estuviese con todos mis queridos y desquiciados huéspedes. Estando Amber enferma como tú lo estás, tendréis que permanecer ahí si es que queréis sanar, cuidarás de ella y Jolene podrá estar aquí, tranquilamente. Reanudará sus estudios en el pueblo si quiere... ¿Qué os parece? - esbozó una sonrisa, mirando a ambos.

Lo repentino de aquella llegada había hecho que Jolene se quedara sin palabras. Miró a Alex, confusa... Esperando que él hablara primero.

Cargando editor
17/10/2008, 03:37
[Balaguer (Saulot)]

Balaguer caminaba despacio junto a la joven y hermosa chica. Su rostro lo decía todo, con la mirada brillante, los labios ligeramente hinchados, sus mejillas sonrosadas, y el resto de los músculos faciales relajados. Se encontraba bien, aunque no le sorprendió en exceso encontrarse de nuevo a aquella mujer tras la puerta. La observó en silencio, mirando su silueta, los gestos de las manos. Eso podía revelar un poco de cada persona, y en alguna ocasión incluso le diría todo. Lentamente fue ascendiendo hasta fijarse en su boca, la forma de mover sus labios. Y sobre éstos, como dos estrellas en la noche, unos ojos perfectos, pero fríos y distantes, demasiado para alguien como él.

Mientras la mujer hablaba él cogía la mano de Jolene con fuerza. La acariciaba con la yema de sus dedos, y su respiración se aceleraba ligeramente. En aquel instante las palabras que era capaz de escuchar le golpearon de igual forma que la camioneta que le arrolló días atrás. Tenían la misma fuerza y agresividad, pero no hicieron daño. Todo lo contrario, el escuchar que Jolene se encontraba sana suponía para él un alivio mayor que cualquier otro. Parecía que le hubiesen quitado un enorme peso de su espalda, como si durante toda una vida hubiese cargado con algo y de pronto lo dejase atrás.

- Hola... -respondió algo cansado-. ¿Es cierto que está curada? ¿Cómo?

Expulsó aire una vez, pero su gesto no cambió, incluso cuando Hanna le propuso abandonar a Jolene en el poblado. Él ya lo había pensado antes, y aquello lo haría todo más fácil. Sabía que debía permanecer en aquel lugar durante dos años, y que apenas habían pasado unas semanas. ¿Cuántas misiones y enfrentamientos le esperaban en ese tiempo? Quizá demasiados, y no quería que ella se pudiese ver implicada. Alejada de todo aquello quizá podría llevar una vida más... humana, más real. Y como ella, el fruto de su entrega y amor. El pequeño que fue engendrado y que aún deberían pasar muchos meses para verle con vida. Pero para Balaguer el corazón del pequeño ya latía, aunque fuese imposible en tan poco tiempo. Sopesó nuevamente sus opciones. A su mente acudieron extrañas y diferentes imágenes: John envuelto en llamas verdes, Taylor con su mano apestando, Hugo fornicando con la pierna de Lex... Finalmente miró a la mujer a los ojos, no intentando mantener un duelo de miradas, si no como muestra de respeto.

- Si es así debe quedarse aquí, alejada de todo aquel que pueda nuevamente infectarla -dijo con voz firme-. Tú nos escogiste para ser tus herramientas, y acepto tu decisión, mas necesito pedirte una única cosa. Quiero verla alguna vez, necesito poder mirar sus ojos o me volveré loco ahí abajo. Puedes negarte, es tu refugio y ahora estoy bajo tu mando, pero ambos sabemos que esta mujer me aporta lo que necesitas de mí. Confío en tu criterio de con quién debe permanecer.

Necesito verla cada día, cada instante... Pero es lo mejor. Todo lo que me rodea corre peligro en este lugar. Perdí el control con John en aquel túnel, y otros también lo perdieron antes que yo. No quiero que esas bestias dementes se acerquen a ella, ni siquiera sus hermanos. Si algo le pasase seré el portador de la muerte, y nada me detendrá hasta saciar mi hambre...

Balaguer se giró hacia Jolene despacio, con la mirada serena. Sonreía tiernamente mientras acariciaba su mejilla. La amaba, la necesitaba junto a él, pero ambos sabían que era lo mejor, o eso necesitaba creer él. Además, Ámber seguía enferma y solo él podía curarla para traerla de vuelta. Tarde o temprano eso debería ocurrir, y sería mejor comenzar a prepararlo todo para ello. Lentamente subió la mano que tiene cogida para besar su dorso.

- No soy nada sin ti, y no pienso perderte. Regresaré con Ámber la próxima vez para que puedas verla nuevamente. Sabes que no me queda otro camino. Pero el final de éste será el que nos lleve a un lugar donde tú y yo podamos vivir juntos por toda la eternidad. Desearía poder dormir en tus ojos... -murmuró con la voz más dulce que podía proferir su boca-. Somos muy jóvenes, y el mundo será nuestro, no tengamos prisa. Es necesario que baje nuevamente y trate la enfermedad que consume mi cuerpo y el de la pequeña. Recuerda cada una de las palabras que hemos dicho, que hemos murmurado en la boca del otro.

Cargando editor
24/10/2008, 03:24
Jolene Dryden

Hanne asintió complacida observando la tierna escena entre ambos jóvenes: Era lo correcto, la naturaleza al desnudo. Ella ya podía tener hijos y lo aprovechaba, él era capaz de matar y sanar, y lo hacía sin duelo alguno, ambos eran hermosos, perfectos para continuar su especie...

Aquel conjunto hacía que hasta la propia diosa se estremeciera, enternecida a su retorcida manera.

- Me alegra que lo comprendas, carthaginés... - esbozó una de aquellas crípticas sonrisas - Tendrás un día y una noche con ella después de cada misión cumplida - concedió gustosamente.

Jolene observó la sonrisa con la que el español se giró hacia ella, preocupada en parte por su decisión... Pero la duda se disipó en cuanto él le besó la mano y le habló...
Cuando él acabó, la joven Dryden acabó sonriendo, devolviéndole una tierna mirada...

- Cuidaos mucho Amber y tú, Alex... Te recordaré todos los días... Eres lo único que conozco, lo único que quiero conocer... A ti y a nuestra familia - acarició su rostro con ambas manos y se inclinó para besar sus labios suavemente - ¿Te llevas a Midian? - alzó las cejas, interrogante.