Partida Rol por web

- Ah... - suspiró Herkus, hastiado y negando con la cabeza al oir a Lex, Art y Rewell hasta que el segundo se le encaramó a la espalda. No parecía que la falta de aire le hiciera el más mínimo efecto, aunque las palabras de Lex...
La miró con cierto grado de anhelo mientras hablaba. La verdad es que tenía ganas de terminar con aquella tontería. Cuanto antes, mejor, su novia parecía agobiada...

- De acuerdo, basta de juegos... Lex: Fulmina con tu agresión psiónica a la niñata aquella - la presa de Art hacía que la voz le saliera rasgada, pero no que le costase respirar. Señaló con la mirada a Dorothy.

Desde que fué "integrado" en aquel lujoso garaje hasta el momento actual, Taylor ha empleado el término
FUCK
un total de 9 veces: una vez por cada movimiento/acción/delirio de aliados y enemigos, así como para sus consecuencias más, digamos, llamativas.

Solamente cuando advierte que uno de los coches vuela hasta su posición, varía el discurso. Usa ahora la expresión
FUCKING SHIT
, a buen volumen, mientras sus ojos parecen los de un conejo pelado. Suerte que anda por aquí su Calavera de la Guarda.

De todos modos, y a pesar de la incontrolable velocidad con la que se encadenan los despropósitos, Taylor tiene claro tres cosas:

La primera, que el asunto se ha puesto más serio que una patada en los huevos.
La segunda, que hay que salir de aquí cagando leches.
Y la tercera, que Marky Mark acaba de perderse el regalo que le prometió el Tío Hawkins.

Con Johnny Boy a límite, Arty al 75%, Hugo Boss trinchado, su Musa friendo cabezas y Marky fuera de control..., Taylor no vé otra salida que la retirada. Discreta, entre los coches, agazapado, con más miedo que vergüenza y rezando para que Herkus se mantenga entretenido y no se percate de que falta uno por joder vivo.

¿Cuales eran las órdenes? Investigar!! Eso era, ¿no?. Me cago en la puta, por mis cojones que es lo que voy a hacer...en cuanto salga de...ooh, mirda, mierda, MIERDA!!- piensa mientras busca una puerta por la que escabullirse, sabiéndose inútil para una confrontación como aquella, con la mente, eso sí, puesta en la madre de Rewell...

...y en salvar el pellejo.

Aparto las manos del coche de un tirón, comprobando que los guantes, como era de esperar, se han roto. No es un problema, ya que en esta forma no puedo dejar ninguna huella (ya que no dejan de ser huesos rodeados de llamas). Desvío la vista entonces hacia Herkus, quien parece haber reaccionado por fin... Aunque más que eso es como si se hubiera cansado de actuar, lo cuál no ayuda a que la tensión se relaje lo más mínimo. Sobre todo porque parece estar ordenando otra vez a Lex que fría el cerebro a la chica, algo totalmente innecesario, pues está completamente k.o.
-REISEL, ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ? ESA CHICA ESTÁ YA INCONSCIENTE, ¡NO HAY QUE FREIRLE EL CEREBRO A NADIE, JODER! -exclamo, mientras me adelanto hacia donde se encuentran Hugo y la aludida a toda velocidad. Ahora mismo la seguridad del capitán es una prioridad-. Y ART, POR FAVOR, INTENTA TRANQUILIZARTE... HEMOS VENIDO A POR TI Y VAMOS A LLEVARTE DE VUELTA AL HOTEL DONDE PODRÁN CURARTE... ¡TRANQUILO, TÍO! -intento calmarle de alguna manera, aunque soy bien consciente de que no va a resultar nada fácil.
Acto seguido me agacho para observar el cuerpo de Hugo con la espada atravesada... Hay que hacer algo para que no se desangre, y hay que hacerlo ya.

Nadie paraba, todos seguían haciendo cosas, ¿por qué?, todos nos conocíamos, ¿por qué seguíamos atacándonos unos a otros?, la única desconocida no era una amenaza de momento, casi ni veo el coche que vuela hacia nosotros, ni como el esqueleto lo detiene, Rewell parecía medio muerto hace unos instantes, sólo las palabras de Lex consiguen que libere un poco la presión sobre el cuello de Herkus.

Algo raro sucede, esas palabras que vuelve a pronunciar Herkus, su tono de voz, es su hijo por Dios, las cervezas, aquella conversación, y las palabras de Taylor, el ve cosas, maldita sea, pero, ¿que dice John?, ¿curarme?, ¿ayudarme?, no soy yo el que necesita ayuda, se equivocan, no soy yo, ¿Qué se creen?.

Mata a la chica, a una mujer inconsciente, no, Herkus no haría eso, es su hijo, Dios, Lex, no lo hagas, no lo hagas, no puedo permitírmelo, ¿y si fallo?, ¿y si…?, joder, no hay tiempo para pensar, no hay tiempo, sólo actuar, y eso es lo que hago.

Un golpe el lateral de la cabeza, siento como lo acusa, pero no parece inmutarse, su hijo, Herkus, Lex, nunca pediría una cosa así, quiere a Lex, la quiera a ella, lo noté en su voz, en sus reacciones, él nunca hubiera ordenado eso, no, joder…golpeo nuevamente, pero ahora con más fuerza, nos matará a todos, sea lo que sea.

Rewell resuelve cómo retirar la espada de Herkus de la pierna de Hugo sin dañar a éste y ejerce presión sobre la herida para evitar desangramiento...
Mientras tánto, desde su posición, Art es perfectamente capaz de golpear a Herkus en la cabeza... La primera vez, el lituano parece tan sólo recibir el impacto con gesto de molestia, pero en el segundo impacto, Art hunde su puño hasta destrozar el cráneo y el cerebro del muchacho, destrozándole la mitad de la cabeza y dejándola hecha una masa de pulpa, sangre y astillas del cráneo, cayendo al suelo con Art encima inmediatamente. El lado intacto de su cara aún tiene su ojo azul abierto, casi fuera de la cuenca, y el largo cabello rizado se mezcla con la sangre sobre el suelo...

Lo último que miró... A Lex.

Rewell lograba sujetarlo de forma inesperada y atender a Hugo, y Lex volvió a centrarse en su novio. Pero confiando una vez más en la buena fe de sus compañeros, no consideró una verdadera amenaza a Art hasta que éste embistió contra Reisel...

No le dió tiempo a bloquearlo con su don, ni siquiera a gritar para evitar aquella masacre, cuando ya se encontraba con el rostro cubierto de la sangre y los huesos de su prometido...
Se quedó completamente inmóvil, con los labios ensangrentados y las finas manos temblándole... Los ojos abiertos de par en par sin desviarlos del hombre de su vida mientras el cadáver se desmoronaba... Le habían matado, y lo habían hecho delante de sus propios ojos, a falta de cualquier muestra de humanidad o misericordia, dos virtudes que había intentado transmitir a ese grupo de lunáticos, perturbados animales... Asesinos...

Cita:

Todo había transcurrido a cámara lenta a los ojos de Ondina, que paseaba una mirada derrotada por el cuerpo de Reisel, casi saboreando el metal de la sangre... Un leve sollozo, y al momento lágrimas rojizas comenzaban a deslizarse por sus mejillas mientras negaba, completamente rota, llorando en silencio... Y fue entonces cuando clavó una mirada encarnizada en los del neoyorkino, encogiéndose de hombros y cogiendo aire como lo haría un animal salvaje, absolutamente enloquecida...

Cita:

- Tú... - rugió furibunda desde lo más profundo de sus entrañas, dando a luz a toda la rabia y el odio que podía acumular en lo más hondo de su espíritu... En toda su santa vida... Alzó una mano en su dirección, justo a su cabeza, apretando los dientes... Como intentando estrangularle desde su posición... Y para sorpresa de todos, emergió de la nada un potentísimo torrente de agua que se incrustó en Connor, sin apenas rozar el cuerpo sin vida de Herkus, que yacía a su lado... Al compás de todo aquello, Lex ahulló de rabia endemoniada.

Lex ha perdido completamente el control de la situación. Ni siquiera es consciente de haber masacrado a Art con un poder que ni siquiera sabía que tenía... Pero aquella preciosa sirena lo había hecho.
Una corriente de agua con más fuerza que una catarata había destrozado los huesos de Connor, éstos habían penetrado en sus órganos y habían provocado un fallo masivo... Una muerte lenta y dolorosa, incapaz de permitirle hablar, respirar... Sólo le quedaba cerrar los ojos... Lo último que escuchó en su vida fué lo que nadie desearía oir: El llanto furibundo, desquiciado y desesperado de un ángel...

Al cerrar los ojos no pudo ver nada... Sólo pudo sentir el alivio al dejar de notar el dolor, como si su cuerpo fuese apagando las funciones vitales una a una...

Y mientras tánto, Hugo volvía en sí, pálido, con sudor frío y la pierna sujeta por Rewell, que de dejar de presionar causaría su desangramiento...

Estaba claro,  odiaba a muerte a los gorilas. Los muy cabrones siempre te atacaban a traicion y acababas en el suelo con la pierna atravesada por alguna barra de hierro cortante como la que tenia ahora. Pero... ¿Me habia atacado un gorila? No, era Herkus el que me ataco, si eso es. Entonces, ¿Lo que tengo delante no es un oso, sino Rewell?¿Entonces tampoco estpy viendo a Lex llorar sobre el cadaver de Herkus y el de Art? No, espera, eso si esta ocurriendo.

-¿Rewell, que ha ocurrido?¿Porque esta Lex llorando y Art muerto?.- Dije confuso e impotente a lo que me ocurria a mi alrededor.- ¿No me digas que...? Por dios, al menos dime que ella sabia que el estaba muerto antes de inutilizarle. Dime que Taylor os conto que ese no era Herkus, sino una marioneta muerta con el rostro y los poderes de Herkus.

Todo pasa demasiado rápido, Art parece estrujar a Herkus hasta que su cabeza queda totalmente destrozada, y es en ese momento cuando. Mis ojos se abren y observan a la hermosa Diosa de la muerte. Le... Lex... solamente salen esas palabras de mi boca mientras camino hacia atrás hasta que mi espalda choca con el lateral de uno de los coches aparcados. Dejo resbalarme por el mismo hasta que quedo sentado en el suelo...

Los sesos se de Herkus se mezclan con el cuerpo de Art y sus destrozados huesos, mientras Lex parece haber entrado en algún tipo de locura... mis ojos no se despegan de su rostro que parece enfurecido como si de un demonio se tratase... su grito es como un escalofrío que me recorre y me paraliza sin poder dejar de mirarla...

Taylor había asistido a la escena agazapado tras uno de los coches. Desde esa posición pudo ver, espantado, como Arty le destozaba el cráneo al enajenado Herkus: aún previsible - Art Connor no era hombre que se andase por las ramas -, resultaba terriblemente turbador. Pero eso no eran más que fuegos artificiales comparado con lo que vendría después.

La vió alzar la mano, en garra. Aquel chorro de agua, con toda la presión de la rabia infinita, destrozó a su amigo...y Taylor cayó de culo, asustado, sorprendido e incapaz de dar crédito a sus ojos. El insoportable grito de Lex le hizo taparse los oídos.

Apoyándose en el coche, se levanta con esfuerzo y abre la boca. Agua, sangre, trazos de cerebro y astillas de cráneo. Taylor avanza despacio, aturdido, y llega hasta donde yace el cadáver de su amigo. Allí se detiene, sabiendo que Lex, su Musa, está cerca y puede escucharle.

A lo mejor tienen razón.- dice mirando al suelo, a Arty...o lo que queda de él. - A lo mejor resulta que nosotros somos "los malos", que nuestro exterminio es necesario...

La escucha llorar y se le hace desesperante e inaguantable. No la mira a los ojos para dedicarle un reproche. No podría, a ella no. Pero Taylor sabe que su Musa ha cometido un error, el peor de todos, y sólo espera que algún día se dé cuenta de ello para su desgracia.

Necesitaba cambiar de forma para poder tratar la herida de Hugo, así que lo hice al instante, sin pensar que, debido a la increíble resistencia de Emmerald Skull, mi cabeza soportaba mejor los efectos secundarios del terrible poder de Lex. Cosa que no ocurre igual en mi forma humana... Nada más volver a la normalidad siento cómo la vista vuelve a nublarse, a perderse... Y por mucho que intente centrarla, me es muy difícil. Me es, de hecho, prácticamente imposible. Sven no fue tan severo, aunque la sensación era parecida. Ahora mismo me siento como si me hubieran agujereado el cráneo y me hubieran introducido un taco de billar para hurgar en el interior. Consigo, sin embargo, mantener la presión en la herida para estabilizarla, al tiempo que centro mi atención en Art, Herkus y Lex.

En un primer momento quiero pensar que estoy viendo visiones. No sería tan raro, dado el estado de mi cerebro. Pero en el fondo sé que no es así. En el fondo sé que Art, por las razones que sean, ha acabado con Herkus de la peor forma posible... ¿Habrá sido Madhatter? Lo dudo, ahora parecía fuera de su influencia. ¿Ha sido el miedo? ¿La desesperación? ¿El resquicio de las atrocidades que ha cometido recientemente, que ha dejado huella en su cordura y en su alma? No lo sé. Tampoco importa. El resultado es lo único que importa.
Con la mirada desencajada y los ojos enrojecidos, el rostro pálido y febril a causa del reciente ataque, observo atónito cómo ese hombre cae al suelo sin posibilidad alguna de salvación. Art Connor se ha convertido en un asesino.

Y lo que iba a venir no era ni mucho menos un rayo de esperanza entre todo este carrusel del horror. No sé qué es lo que pudo ocurrirle a Art, pero lo que sí estaba claro era que la causante de ello había sido Lex. Francamente, cuestionarme la moralidad de semejante atrocidad no tenía mucho sentido... ¿Hubiera hecho yo lo mismo o algo similar si hubiera contemplado cómo hacían eso a alguno de mis seres más queridos? No puedo estar seguro. No puedo juzgar a la muchacha. No puedo hacer nada más que contemplar, con horror, lo acontecido. Incluso me siento completamente ajeno a sus gritos y llantos desesperados, capaces de desgarrar el alma del hombre más firme y templado. Y no puedo porque el peso de la muerte es mucho mayor que cualquier poder conocido.

Estupefacto, horrorizado y con la mitad de la cabeza en otro mundo más que en este, sólo podía observar la escena, pasando la mirada de los restos muertos de Art a los de Herkus Reisel, intentando sin éxito hallar el motivo por el que todo esto había llegado a acontecer. Por eso ignoro las palabras de Hugo, aunque las escucho: porque soy incapaz de responder. Porque una imagen vale más que mil palabras. Porque, por un momento, me planteo la posibilidad de que lo que acaba de decir Taylor sea verdad. ¿Y si nosotros somos "los malos"? ¿Y si el mundo fuera un lugar más feliz, más tranquilo, más limpio, sin nosotros pisándolo? ¿Somos nosotros los responsables de todo cuanto ocurre a nuestro alrededor, de todo este dolor, esta desesperación, esta espiral de muerte? Si somos los responsables... ¿Merecemos seguir viviendo?

Presa de la ira, con Art muerto frente a ella, Alexandra se agarró la cabeza con las manos, negando y zarandeándose violentamente mientras el agua continuaba fluyendo por sus manos… Su larga cabellera humedecida se sacudía al ritmo de lo que parecían convulsiones simulando látigos de exquisito brillo y de una fragancia deliciosa, pero con un fondo de tristeza inimaginable y un don nacido de la forma más dolorosa, exhibiendo un sombrío espectáculo acuático...

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡UUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGHHHH!!!!!!!!!!! - aullaba de dolor, hincando sus uñas en la cabeza... Había sobrepasado el límite... Había cruzado la línea en la que el ser humano dejaba a un lado su humanidad para convertirse en su contrario, una bestia indomable, iracunda, irracional y peligrosamente bella… pero sobretodo hecha pedazos. Así sonaba un alma rota, así lloraban los ángeles…

...Y aún así, la joven no encontraba la manera de acallar a sus demonios... Y es que hasta los momentos más maravillosos de una vida se convertían en la peor de las pesadillas unas vez llegaban éstos a su fin… Era de esperar. Un fracaso más, otra vida perdida, y ella dejaría de ser lo que era…

¡¡¡TE QUIERO!!! ¡¡¡Te quiero, te quiero…!!!

No cesaba en su llanto, amargo y desolador. Deslizó las manos a su pecho, manos de curandera que hasta ese día habían protegido la vida por encima de todo lo que creía, y se arañó el abrigo, abriéndolo violentamente como si intentara arrancarse el corazón, deseosa de exterminar aquel dolor que la estaba matando... Se inclinó, rugiendo de rabia, para contemplar de nuevo a Herkus... Ella lo habría dado todo, lo hubiera dado todo y más por el niño de sus ojos… ¿Por qué a él? Rugió de nuevo… Pero ésta vez y sin mirar, alzando una mano hacia Marcos, jadeante, pero inconscientemente preparada para erradicar. No escuchó a nadie. No podía escucharse ni a sí misma…

Cita:

Y nuevamente, otro torrente emergía, ésta vez hacia el muchacho, la única gran amenaza que pisaba esa sala después de Art...

Otro cuerpo cae inerte, destrozado y triturados sus órganos en el instante en que el torrente lo alcanza. Ha tenido suerte. Estaba sentado y el impacto le ha roto el cuello, matándole casi en el acto mientras Art Connor terminaba de cerrar sus ojos a la luz del mundo.

Tres cuerpos sin vida, grandes charcos mezclados con sangre, luz de neón iluminándolo todo desde arriba, creando casi un clima de psiquiátrico en la escena mientras los gritos de aquella banshee no cesaban y se rasgaba la ropa presa del dolor y la locura... Ni llevándose vidas consigo, ni la presencia de aquel agua lograban que desapareciera el tormento de Alexandra... Ni templarlo.

Si había algo que pudiera despejarme la cabeza de todo lo que lleva encima, sin duda es esta reacción totalmente inesperada. A la conclusión a la que había llegado instintivamente era a que Art Connor había muerto a manos de Lex por haber asesinado a Herkus Reisel, el hombre a quien amaba... Pero lo de Marcos había sido totalmente inesperado. Rápido, certero y mortal... Tres personas muertas en apenas unos minutos... Y el número de víctimas podía ascender hasta seis, con Hugo, Taylor y yo mismo entre ellas. Lex Czigany había perdido el control. Probablemente el Ígnea estaba ayudando... Pero por suerte yo tengo la claridad de la inmunidad a ese maldito virus... Y tengo la necesidad de volver a ver a ciertas personas. Necesito ver a Donovan, necesito ver a Jolene, necesito ver a Amber y a Dale.

No va a morir nadie más, ¡esto se acabó! La explosión esmeralda es mucho más furiosa que antes. Con fuerzas renovadas que vienen directamente desde la desesperación, las flamas alcanzan una dimensión insospechada dando paso nuevamente a Emmerald. Cojo a Hugo en brazos, tapando la herida pero sin preocuparme más de lo debido por tratarle con delicadeza. No en este momento. No ahora que la muerte está, literalmente, frente a nosotros, con la forma de un ser perfecto, de una sirena tal preciosa como mortal. Taylor... ¡¡¡¡TAYLOR!!!! ¡¡¡Está junto al cadáver de Art, justo frente a ella!!! ¡¡¡Si no hacemos algo, él será el siguiente!!! Pero está demasiado lejos, no puedo llegar hasta él... Mierda, mierda, no, no puede ser... ¡Tenemos que salir de aquí, y tenemos que hacerlo ya! Giro la cabeza... Recuerdo dónde está la salida, recuerdo el código numérico... Sin pensarlo por más tiempo me lanzo a toda carrera hacia ahí, con Hugo en brazos, volteando nuevamente la vista hacia el rockero, por quien más temo ahora mismo.
-¡¡¡¡¡TAYLOR, POR AHÍ!!!!!! -grito, casi desesperado, señalando con una huesuda garra una puerta de entrada a la casa.

Mi mirada solo tiene gestos para Lex, su sufrimiento es evidente su dolor es palpable, y la ira es el único sentimiento que su mente a sido capaz de escupir tras ver la situación de su amado... que haría yo si mi madre corriera el mismo destino, si mi padre muriera ante mi de la misma forma...

No tengo tiempo para pensarlo... un fuerte dolor en el pecho me saca de los mismos... abro la boca para quejarme pero solo soy capaz de emitir un ahogado grito de dolor... llevo mi mano al pecho para ver como el agua brota de mi cuerpo durante unos segundos, y poco después la sangre se entremezcla con la misma... Que es esta sensación, que está pasando... cada bocanada de aire que doy es mas dolorosa que la anterior cada parpadeo que mis ojos hacen cuesta más... todo se vuelve borroso poco a poco... Que esta pasando, porque tengo tanto miedo.

Abro los ojos mirando a Lex, aunque no es a ella a quien miro, pues mi vista parece clavada mas allá de su cuerpo, en aquella figura brillante que permanece iluminada como si del mismo astro rey se tratase, que abre sus brazos para acogerme entre su pecho como antaño lo hizo, como tantas veces he deseado que lo hiciera... y es ahora, en este mismo momento, cuando mi vida se encuentra en su límite, cuando la felicidad viene a mi... cuando el ángel que tanto tiempo llevo esperando se presenta ante mi.

Levanto mi brazo, extiendo mi mano, queriendo agarrar a aquel ángel, no puedo permitir que se escape pero... No, no por favor, no te vayas, ¿porque aquella luz desaparece?, ¿porque tu brillo se apaga y la calidez de tu cuerpo desaparece?, no quiero tener frío, no quiero sentir el dolor... Pero la sangre se derrama por mi boca, aquel ángel, mi verdadera madre a desaparecido de nuevo. Quizá no mereciera su presencia, quizá su compañía fuera inmerecida, lo más probable es que mi sitio nunca estuviera junto a ella, mi comportamiento no ha sido un modelo a seguir, pero lo hice como mejor supe...

Cierro mis ojos dejando que una lágrima surja de los mismo deslizándose por mi mejilla, nadie quiere morir en el fondo, la vida es demasiado hermosa para querer abandonarla y ahora que... ahora... ahora tengo miedo, que ocurrirá a partir de aquí, que es lo que me espera... Dejo caer el brazo que golpea el suelo y mis ojos dan su último parpadeo, mientras mi alma abandona aquel cuerpo, todo ha terminado por fin, ya nunca podré probar el helado o besar a una mujer, nunca podré sentir la calidez de una persona a la que amas con el corazón, y ya no podré hacer más daño a la gente a la que quiero, todo ha terminado, todo llega a su fin, es el momento de decir adiós, es el momento de sonreír, pues por fin todo a terminado... ahora solo queda esperar que mas allá alguien me reciba con los brazos abiertos y que el miedo, se transforme en amor...