Partida Rol por web

Uno... dos... tres... Tranquilo...
Con el teléfono en una mano, dispuesto a notificar su macabro hallazgo, Donovan siente los gritos de Dale a través del comunicador como si se trataran de un mazazo que acabara de recibir sobre el pecho. La impresión le roba todo el aire durante un segundo, pero logra recuperarse al instante siguiente debido a la urgencia de la situación de la australiana. Sacude la cabeza con fuerza para despejarse y quitarse de encima toda la depresión, el miedo, el asco y la miseria, mientras siente que en su interior crece la fuerza necesaria para ayudar a Dale. Esa era su principal prioridad ahora. Todo lo demás no tenía sentido. Ni las muertes de sus compañeros, ni la de Lior, ni su propia desgracia. Solo Dale.
La fuerza de la voz de Dale le devuelve a la realidad y su mente asocia esos gritos con los que la rubia profería tras caerse de lo alto del muro, trayendo a un primer plano los mismos sentimientos que había experimentado entonces. Esa vez no había podido evitar el daño, pero lo había sanado después. ¿Tendría ahora alguna posibilidad de hacer algo?
¡DALE! ¡LA NIEVE! ¡CORRE HACIA LA NIEVE! ¡VAMOS! ¡CORRE HACIA LA NIEVE! ¡TE SACAREMOS DE AHÍ!
Grita a través del comunicador y del teléfono a la vez sin estar seguro de si la rubia le estaría o no escuchando en ese momento, pues la comunicación se había visto interrumpida de forma brusca. La voz surgía atropellada y entrecortada por culpa del nerviosismo y la ansiedad y se escuchaba deformada y rota, pues se le había quedado la garganta reseca de tantos horrores como había vivido en apenas unos minutos.
¡ANTTI! ¡ANTTI JODER! ¡LLAMA A ISENHAL! ¡A ISENHAL, POR FAVOR! ¡LLÁMALA! ¡VAN A MATAR A DALE, LA VAN A DEGOLLAR! ¡DILE QUE VA HACIA LA NIEVE! ¡QUE LA SAQUE DE ALLÍ! ¡QUE LA SAQUE! ¡MIKLOSVAR, TRANSILVANIA! ¡LA NIEVE! ¡DALE! ¡VAAAAMOOOOS POR FAVOR!
De nuevo estaba llorando sin darse apenas cuenta aunque ninguna lágrima resbalaba por su rostro. Tenía los ojos enrojecidos de tanto esfuerzo y le escocían lo lagrimales. Apenas si podía distinguir lo que tenía justo delante de la cara. La nariz estaba taponada por las mucosidades que siempre acompañaban a las llanteras, haciéndole difícil el respirar y sentía la boca seca.
Le ardía la cara y el cuerpo y estaba empezando a sentir que los efectos del Ígnea se multiplicaban en su organismo. Se estaba resecando como una pasa y un dolor intenso torturaba cada centímetro de su piel. El chaquetón de pelo le agobiada, así como el resto de la ropa de invierno que había elegido para la misión. Las manchas de sangre que adornaban su níveo conjunto se convertían ante sus ojos en figuras grotescas extraídas de los recuerdos de las "obras de arte" del Faraón y de la macabra visión de los cuerpos muertos que había contemplado desde la distancia o la cercanía.
Vamos Antti... por favor... avisa a Isenhal... No puedo perder también a Dale... no puedo...
Se deja caer de rodillas sobre el suelo de madera sin cuidado alguno, golpeándose con un sonido seco que manda una oleada de de dolor por todo su cuerpo, debilitándolo aún mas.
El virus, el esfuerzo que había hecho para curar a Dale y Balaguer, la tensión constante, la ansiedad... Poco a poco iban haciendo mella en la voluntad de Donovan.

El lobo, a peticion de la señorita, se cambio de piel y lustro un par de cuernos y cuatro pezuñas. A partir de ahi, se dejo "montar" por ella, parece que la super inteligencia no te libra de hacer chistes malos, y la llevo a paso lento y con cuidado. Escuchandola en silencio mientras explicaba como habia mandado a matar uno de los lacayos y sobre lo de quedarse embarazada usando a Donnie como banco de semen, lo cual no lo pillaba del todo.

Ya, actualmente era un reno en plena flor de la vida y deseoso que llegara la epoca de celo para tirarse una cuantas "cuernonas", pero aun seguia habiendo algo del Hugo pesismista y racional. Uno que si ya de por si no se llevaba muy bien con lo crios, ademas no se imaginaba un futuro para una nueva generacion de muties, es mas, si siquiera el mundo permitia algun futuro para nosotros, no seria muy distinto al de Polly.

-Tranquila, no se lo dire a nadie.- Dijo, o lo intento al menos, con voz super aguda.- Y siendo sinceros, no puedo culparte por matar al enviado del Faraon aun diciendo que queria una tregua, no cuando yo tambien pienso que metodos extremos pueden prevenir errores graves y sabiendo que no soportaria una vida siendo un conejillo de indias para ver si pueden crear un ejercito de hombres-ratas o cualquier cosa parecida.- El tono bromista y asqueroso ocultaba algo que preferia no mencionar aun siendo evidente, la verguenza que suponia la existencia de Herkus.- Aun asi, si te querias quedar preñada ¿Porque no usaste a Rewell como papa de usar y tirar? El chaval parecia muy dispuesto por ti, no esteril y quizas con el mejor codigo genetico del grupo en cuanto poderes, si quitamos a Herkus y a Balas.

La pregunta que queria hacer no era "¿Por que no te lo tiraste?", sino "¿Porque el se tiro a mi novia cuando yo estaba en el almacen?", pero no me atrevia a siquiera insinuarlo, Maria no se lo habria dicho a nadie mas que yo y se enfadaria si Dale lo descubria. Aun teniendo en cuenta que ella misma fue la que le dio la gran idea."Que sea esteril, que sea esteril, que sea esteril... Oh Dios, tengo imprimido a fuego en las retinas la imagen de una mini-maria con barba de motorista."

Antti no esperó más al oír aquellas directrices, pero en el tiempo en que dejó el teléfono y se marchó corriendo, Donovan no supo nada del mundo... Tan sólo un pajarillo atrevido piaba fuera de la casa, en una rama cercana a la ventana...

Pero aunque a él se le hizo eterno, la respuesta de un Antti con el corazón desbocado por el susto y seguramente cansado no se hizo esperar demasiado:

- Donovan, tío: Tranquilo. Dale está bien. Se salvó solita y ahora está con Hugo convertido en reno, intentando arreglar su pinganillo... Isenhall dice que si quieres vayas a la nieve y ella te transportará donde ellos están...

Dale, a sus anchas sobre el lomo de Hugo y tirándole un poco de los cuernos para agarrarse (cosa que no era muy cómoda para el español), atendía a las palabras que él le decía mientras su mente y sus privilegiados ojos escudriñaban cada punto de su alrededor.

- Pues no usé a Rewell por una razón muy sencilla: Donovan se me puso a tiro primero, y sus genes tampoco están mal. Nada mal... Y Rewell está dispuesto para cualquier persona, animal o cosa que le haga caso, así que cuidado con eso, Cosa -dio un par de palmaditas amistosas e indoloras entre los cuernos del reno- De todas formas, si no hubiese ido hasta las cejas de droga y ejercido el "aquí te pillo-aquí te mato", habiendo conocido al resto del grupo... Ni Rewell, ni Herkus, ni Balas. Les falla la cabeza a lo bestia... Habría ido a por... Donovan -concluyó- ... La he cagado. Me he colado por él. A ver cómo le digo ésto sin que me odie... En fin...

Empezaba a vislumbrarse el torreón de lejos... A buen paso no se tardaría demasiado en llegar, ya iba atardeciendo...

El primer impacto de las armas de Balaguer rasga el abrigo de Caroline a la altura de su vientre embarazado, no así su carne... En cambio Sands profiere un leve gemido, de naturaleza extraña, al recibir el profundo corte en su antebrazo derecho. El filo queda clavado en su carne y ella parece debatida entre disfrutar o temer. Observa con las pupilas contraídas el espectáculo de sangre, maravillada y eufórica. Una de las cuchillas vuelve a Balaguer*, pero ella, ahora lejos del hechizo de Donovan (quien ha tenido a bien marcharse).

Como si se tratase de una pelota que Alejandro le acaba de pasar, con aquella mirada desquiciada Carol se arranca del brazo la cuchilla y la lanza a su legítimo dueño, hiriéndole el abdomen una vez más al español, que parece que vaya a perder la costumbre de tener el torso en condiciones... Y tras aquello, una vez más Sands eleva a Balaguer y María dieciséis metros por encima del suelo, arrancándolos de éste como si una gigantesca ave rapaz les hubiese atrapado con sus garras...

Los locos latidos en el pecho de Donovan se serenan ligeramente tras la noticia de Antti, que a los oídos del joven y desesperado actor sonaba como una melodía de victoria. Niega con la cabeza, sacudiéndose los rizos que se le habían quedado pegados a la piel por el sudor frío y el montón de ideas tontas y agoreras que habían hecho nido en su mente.
Se sienta en el suelo, dejándose caer de culo con las piernas abiertas y coge aire, llenándose los pulmones con una bocana de energía pura que le haría toda la falta del mundo para lo que vendría a continuación.
Cambia el teléfono de mano y de oído, pues no lo había movido ni un centímetro desde que Antti salió a escape para cumplir con su grito de auxilio y ya le dolía la oreja, y contesta con voz rota pero algo mas firme.
Si... voy a coger un par de cosas y voy para la nieve... Será lo mejor. A ver si terminamos de una maldita vez este encargo y podemos descansar.
Aunque estaba exhausto mental, anímica y físicamente, Donovan aún hacía un esfuerzo por ocultar la agonía que le suponía no informar a Antti sobre las muertes de Mortymer y, sobretodo, de la Dama Lior. No consideraba que fuera un buen momento para hacerlo. Ni una buena forma por teléfono. Aquella mujer era uno de los pilares de los seguidores de Isenhal... Su muerte haría que todo se tambaleara en un momento en el que los enemigos parecían cada vez mas y mas fuertes y no aparecía ningún aliado para ayudar.

Lo mejor para todos sería que guardara el secreto tanto tiempo como le fuera posible.
Antti, te llamo en unos momentos.
Cuelga el teléfono y lo vuelve a guardar en el bolsillo del pantalón. Suspira pesadamente al volverse y ver la caja y el resto de regalos del Faraón ahí tirados, en mitad de la sala. Haciendo de tripas corazón se acerca con paso lento, reticente, y se agacha para recogerlo todo con manos temblorosas por el esfuerzo de vencer miedo y repugnancia. Le estaba costando un nudo en la garganta, que le hacía tan difícil respirar aire que casi no podía, el tener que amontonar de nuevo las cartas e imágenes de aquella mente enferma.
Una vez todo recogido, levanta el siniestro paquete, con los ojos enrojecidos por la carencia de lágrimas y la necesidad de ellas, y lo sube a su cuarto, escondiéndolo bajo su cama.
Bueno, odio tener que hacer esto... Espero que sepas perdonar esta falta de educación Dama...
Cierra la puerta echando un último vistazo al cuarto y baja de nuevo, encaminando sus pasos a la cocina, dónde recoge un par de cuchillos del cajón de los cubiertos para tener algo con lo que defenderse en caso de extrema necesidad. Había aprendido la lección de esa tal Caroline. Ni todos los poderes del mundo eran suficientes. A veces era necesario recurrir a las herramientas mas clásicas.

Sale de la casa y coge el teléfono, dándole a la rellamada para ponerse en contacto de nuevo con el Ice Hotel y pedir ese transporte hasta dónde estuvieran Dale y Hugo.
En cuanto escucha el teléfono descolgarse al otro lado de la línea y la respuesta de Antti, Donovan le lanza una pregunta.
Estoy listo Antti... Pero... ¿Puedes decirme algo que no sepa sobre lo que se supone que tenemos que hacer? ¿Sobre Zaan o Herkus o sus otros secuaces? Vamos demasiado justos en esta misión y ya estoy un poco cansado de tantos secretos innecesarios.

Vale, vamos a calmarnos

Me quedo donde estoy, todavia sin avanzar nada, y enseñando las manos en señal de tranquilidad, no parezco afectado por lo que esta sucediendo

Vale, hemos empezado con mal pie, y nos hemos puesto nerviosos, han visto el cuerpo y se le ha ido la cabeza, eso es todo, lo tienes arriba, y no va a poder hacerte nada, y ademas tampoco iba a hacerlo.

Paro un momento de hablar, para no parecer embrollado

Creo que tanto a ti como a mi nos han mandado otros, asi que no hay razon para hacerlo mas dificil, no he intentado nada, y ya he visto que es lo mejor, por que esta visto que poco podemos hacer, asi que, mejor vamos a buscar un sitio un poco mas agradable, discutir lo que sea, y tratar de hacerlo en la compañia mas grata y pasarlo lo mejor posible, ¿vale?

Me acerco un paso, ofreciendo la mano

Se que mis colegas no han empezado con buen pie, pero es que esta claro que no saben apreciar las cualidades de la gente, pero creo que ya se han dado cuenta de su error, ¿verdad?

"Ok, asi que Rewell se tiro a Maria, porque era la unica persona suficientemente borracha y con tiempo libre para escucharle mientras los "adultos" no dedicabamos a discutir sobre si tocar la puerta de la Inquisicion." El reno agacho la cabeza y resoplo como solo los renos pueden hacer."No es que me consuele mucho esa respuesta, pero estaba claro que ninguna iba hacerlo. A excepcion de que Maria ahora estaba de vuelta conmigo y me habia perdonado por lo de Marcos y Lex, que es ya mucho pedir."

-¿Donnie odiando a una mujer? Me cuesta bastante imaginarmelo. Sin embargo tambien es cierto en que dos o tres dias de relacion es bastante poco para ya planear comprar biberones.- El reno ladeo la cabeza y rebufo, no le convencia eso despues de haber conocido a Maria.- Pero tambien es cierto que en cuanto se entere por otra persona que no tenias la suficiente confianza con el para contarselo, va pensar mal de ti.- El reno ladeo otra vez la cabeza pero no rebufo, habia aprendido mucho sobre la verdad en estos dias.- Y ya deberias saber por experiencia propia que mantener secretos en el hotel es muy dificil, sobre todo con Isenhall mirandonos a las 24 horas fuera y dentro de nuestras de cabezas.

Despues de unos galopes, el reno alza la vista y ve el torreon, junto a un atardecer muy bonito y brillante. No puedo evitar estremecerme y dar unos cuantos traspies.

-Mejor pensado, ahorrate la confesion hasta despues de la mision.- Dije un hilo de voz bastante bajo y con la cabeza gacha.- Donnie me mataria si supiera adonde te llevo de visita.

Lamentablemente, cuando las palabras de Michael parecían empezar a funcionar, Balaguer lanzó su arma contra la enemiga, alcanzándola ahora sí en el vientre embarazado. La mujer abrió los ojos y se miró la herida tras la ropa rasgada, que empezaba a sangrar profusamente. Un espasmo reflejo al ver aquello, al sentir el dolor y empezar a notar malos movimientos en su interior... Antes había sido divertido... Pero empezaba a encontrarse verdaderamente mal. Levantó una furibunda mirada hacia los españoles suspendidos en el aire... Entornó los párpados y de los lágrimales cayeron un par de lágrimas extrañas... Lo siguiente en caer, serían ellos...

Balaguer sintió que caía de boca, su abdómen chocó dolorosísimamente contra el respaldo de uno de los bancos de madera de aquella iglesia, destrozándose una vez más las costillas, con la misma violencia que la anterior ocasión en que fue atropellado...

Sin embargo María no tuvo tanta suerte, pues contra aquel mismo respaldo impactó su nuca. Cuando cayó al suelo, rodando sobre el asiento sobre el que Balaguer había quedado doblado, la española se quedó en una posición que le hacía parecer una muñeca de trapo. No se movió ni dijo nada... Tan sólo emitió un quejido entre los labios, de cuyas comisuras escapaban, al igual que de sus fosas nasales, un par de hilillos de sangre. Los ojos, inyectados en sangre, se perdían mirando al frente...

Todo había acabado, y si no era así, estaba próximo a ello. La rabia desatada de Balaguer había conseguido que éste hiriese a la mujer, y parecía que de cierta gravedad, lo que había provocado que ésta respondiese con mayor violencia. El cuerpo del español se agitó en el aire como si de un títire se tratase, danzando, girando y torsionándose sintiendo los huesos quebrarse. O al menos era la impresión que Alejandro había tenido. Acto seguido su cuerpo se vio lanzado brutalmente contra el suelo, impactando contra las maderas de los bancos e hiciendo que rememorase las terribles heridas que poco tiempo atrás por poco acababan con él.

Cayó de bruces, y comenzó a brotar sangre de su boca cuando las costillas rotas perforaron sus pulmones. Su pecho estaba aplastado, con huesos hechos añicos y órganos internos dañados por las heridas de los propios huesos. Las contusiones serían extremadamente violentas, pero estaba con vida. Intentó moverse sin éxito intentando levantar la cabeza evitando de ese modo ahogarse con su propia sangre. Sus ojos estaban también manchados y seguramente heridos debido al golpe. No veía con claridad, no pensaba de forma lógica. Aún todo daba vueltas y más vueltas.

Finalmente consiguió ladear su cuerpo sacando la boca del charco de sangre que se iba acumulando bajo su cabeza. Dolía al respirar, dolía al hacer cualquier movimiento, y dolía con tan solo seguir viviendo. Vio un cuerpo tirado junto a él, parecía María. Pero era imposible moverse, pues ya era un logro el mantenerse consciente. Ya había sobrevivido antes, y quizá ahora lo haría también, pero no quería cargar con la muerte de alguien que no lo mereciese. Tan solo por ese motivo comenzó a arrastrarse a duras penas hacia el cuerpo yaciente. Quizá podría ayudar, quizá podría dar su vida por ella... Jolene así lo habría querido.

Antti pareció agobiado, hiperventilaba todo lo bajo que podía, pero aún con todo se oía.

- Jolene -se oía al finlandés, algo alejado del teléfono-: haz un favor, vete a la habitación siete con el teléfono, hay un archivador grande, ahí tienes que buscar "extra Gelus Virica", y si no encuentras "Gabriel Zaan" o "vampiros", busca en "Gelus Virica extractos". No abras ninguna carpeta hasta que veas eso de Gabriel Zaan, ¿vale? Es tu hermano, voy a avisar a Isenhall mientras.

- Vale -respondió ella con decisión, cogiendo el teléfono y, por lo que se oía, echando a correr por la nieve hacia el pasillo de habitaciones- ¿Donovan? ¿Rewell? -preguntó apresuradamente. Jolene era una opción de información extraña: Por un lado sólo había llegado a segundo grado de secundaria, pero había sacado muy buenas notas y, sobre todo, sus apuntes eran dignos de ser enmarcados por su claridad, organización y presentación (no tanto como lo fueran los de Donovan). Quizás tenía la capacidad de administración de los Dryden...

Donovan
Responde con apenas un hilo de voz, sobrecogido porque tuviera que ser, de todos los que habitaban el hotel, precisamente su hermana pequeña la que se encargara de echarle un cable con el asunto de los vampiros.
Juraría que todo lo que le había mandado Antti mirar ya lo habían repasado entre Dale, Hugo y él mismo, pero nunca se sabía con aquél maldito hotel y aquella maldita gente. Siempre revelaban lo menos posible, como si la vida les fuera en ello. Y era la vida de los demás la que se truncaba por culpa de la desinformación que propagaban. Mortymer seguiría allí tirado, desmadejado como un muñeco de trapo, en el suelo de la iglesia...
Arranca de un plumazo la imagen de su compañero asesinado mientras se dirige apresuradamente hacia el exterior, buscando con la mirada una zona nevada lo suficientemente grande como para poder ser transportado por los poderes de Isenhal.

¡Te oigo! ¡Tranquila! Solo han sido unas interferencias, Jolie, no te preocupes
Haber sido actor tenía sus ventajas. Uno era capaz de cambiar del estupor a un registro de voz tranquilizador en apenas un segundo, lo que tardaba el cerebro en ajustarse a los nuevos deseos de su propietario. El cuerpo y la mente humanos, una vez entrenados, podían resultar fascinantes... Quizá si entrenara mas su poder mutante... podría evitar que sucedieran mas muertes como la de Mortymer...
Dime Jolie, ¿Has encontrado lo que te ha mandado buscar Antti?
Pregunta por preguntar algo, ya que casi toda la información que podría necesitar había llegado desde una fuente inesperada, como todo lo que iba aconteciendo en su vida en las últimas semanas. Madsen le estaba devolviendo el favor que le hiciera en Australia. La vida de su novia por información que parecía clasificada y de vital importancia. Información que, en cuanto tuviera tiempo, compartiría con Dale para que ella pudiera analizarla con su prodigiosa mente para sacar en claro todo lo que fuera posible.
Donovan apenas si se veía capaz de encajar que Betrand de Luc, su enemigo en las pantallas, se hubiera convertido en un instante en su enemigo tras ellas bajo el mando de Sloan, de la que solo había oído horrores de boca de los que fueron sus antiguos compañeros en el Ice Hotel. Por no decir que los apellidos de algunos de ellos eran los mismos que los de algunos de sus compañeros. Una vocecilla interior le alertaba sobre Serlen y Seras mientras se alegraba de no haber escuchado "Dryden" entre la lista de enemigos...
Cada nueva pista y descubrimiento lo complicaba todo un poco mas...

Imbeciles, estoy rodeado de imbeciles

Meneo la cabeza ante la accion de Balaguer, parecia que se podia encarrilar las cosas y de repente otra vez llovia el peligro

Vale, esto es un sinsentido, yo solo quiero hablar, pero esta claro que te ha atacado, no me voy a meter, comprueba que ya no tiene pulso y vamos a ver si podemos salir medio bien de todo esto

- Buena idea -asintió Caroline, teniendo que sentarse al sentir que en su vientre algo iba realmente mal, contrayendo el gesto dolorida, pero observando a los españoles yacientes mientras éstos volvían a elevarse en el aire y, de nuevo, caían destrozando aún más sus maltrechos cuerpos... Alejandro vivió lo bastante para saber que no podría volver a abrir los ojos, que no vería más a Jolene, a Amber, a Midian... Que su hijo no conocería a su padre y que todas las venganzas y las promesas quedarían en el aire, esparcidas por el tibio silbido de la muerte...

Llegó, al final... Cayó como una marioneta cuyos hilos han sido cortados, junto al cuerpo de su compatriota, quien fuera la última en compartir una mirada con él... Como si el destino fuese un niño caprichoso al que una travesura le sale mal y se empeña en repetirla... Y al verle desvanecerse, ni siquiera llegar a cerrar los ojos, María, desde su incapacidad para efectuar movimiento alguno, dejó salir una lágrima más... A ella tampoco le quedaba mucho... Sus párpados se cerraban a la par que la voz de Sands, de nuevo risueña, se desangraba lentamente y su piel palidecía...

- Dime -le dijo, jadeante, a Michael- dónde están las dos niñas... Y dejaré que te vayas de aquí antes de que tire éste cochambroso templo...

Jolene leyó atropelladamente muy poco de lo que Madsen ya le había dicho, sin incluir nada sobre la información referida al "proyecto Mago de Oz". Cuando terminó de leer, cogió aire, apenas había respirado con lo apresurada que estaba en darle a Donovan lo que pedía.

- ¿Te... Te sirve? ¿Busco algo más? ¿De verdad que estás bien, hermanito? ¡Por favor no corras ningún riesgo innecesario...! ¡Tenemos que bautizar a Amber y tú tienes que ser el padrino...! ¿Vale, Donnie? ¡Por favor...! -suplicaba. Sabía que Amber había cogido cariño a mucha gente, pero con su tío había trazado un vínculo especial, más incluso que con su abuelo o sus otros tíos...- Amber se pondría triste si no celebrase contigo la Navidad, hermano...

Ey, ey... Tranquila Jolie, ya sabes que tu hermano mayor es muy precavido. Nunca haría nada que me pusiera en peligro...
Trata de calmar a su hermana con voz modulada, controlando la ansiedad que realmente sentía a causa de todo lo que estaba viviendo en esos momentos. Donovan se encontraba navegando en una barca mal construida por un océano de emociones desconocidas que crecían y disminuían como las olas en una tormenta: Ahora asustado, ahora valeroso, ahora triste, ahora esperanzado... Y así hasta cubrir casi todo el espectro de sentimientos humanos.
Tengo mas o menos lo que necesito, pero no te despegues del teléfono ¿si? Volveré a llamar dentro de unas horas para decirte como va la cosa, no te preocupes.
Por nada del mundo se perdería le bautizo de sus sobrina. Por nada del mundo perdería la vida y con ella la oportunidad de ver crecer a aquella chiquilla que le había robado el corazón con sus primera sonrisa. Si había algo que le importara mas en ese mundo que Dale y él mismo juntos, era Amber. De hecho, en el fondo de su corazón, sabía que todo lo que estaba haciendo lo hacía por ella. Y que nunca pararía hasta conseguir que la pequeña estuviera a salvo. Aunque eso le llevara a pelear con vampiros, con militares o contra el mismo Faraón.
Dale un besito a Ambery de mi parte, ¿Si, cariño? Tengo que colgar.
Y sin esperar respuesta, cuelga el teléfono y lo pone automáticamente en silencio, cerrando los ojos con fuerza y tomando una gran bocana de aire, intentado de sacar algo mas de valor del aire que le rodeaba... Aunque sin llegar a lograrlo.
Donovan era un actor mimado, no un luchador... Y le temblaban las piernas mientras recorría los metros que le separaban de la nieve.

Y cómo no, la mala suerte que acompañaba a Hugo desde que buenamente nació, melló aquel momento de cercanía a aquella imponente torre, porque alguna entidad (muy probablemente Isenhall, aunque la Diosa Fortuna, peleada con Seras, pudo tener también algo que ver) había decidido que era un buen minuto para que Donovan fuese expulsado de la misma nieve que cubría los lados del camino, algo por detrás de un reno parlante que, teniendo a Dale con el cuello del jersey desgarrado pero en perfectas condiciones (aunque algo despeinada) le decía a su jinete:

- Mejor pensado, ahorrate la confesion hasta despues de la mision -dijo con un hilo de voz bastante bajo y con la cabeza gacha-. Donnie me mataria si supiera adonde te llevo de visita.

Dale, que con sus prodigiosos ojos había captado sombras que se movían repentinamente en el camino, se giró tirándole de los cuernos a Carroñero.

- ¡¡TÍO, PARA!! ¡¡ES DONOVAN!! -Dale se bajó inmediatamente de su montura al ver al actor, corriendo hasta él y observando su rostro, demacrado por las lágrimas... Pero fuera lo que fuera lo que le había ocurrido a Dryden, él estaba de una pieza, y eso fue lo que empujó a la australiana a darle un fuerte abrazo, sin pensárselo dos veces. Miró hacia arriba, buscando sus ojos. Estaba segura de que era muerte lo que había en ellos... Y lo sabía porque no había previsto su llegada, ni la ayuda de Isenhall, lo cual le movió a devolverle una mirada plagada de inquietud sin separarse de él y hacer una pregunta que hacía mucho no hacía...- Donovan... ¿Qué ha pasado...? ¿Qué haces aquí...? -Alguien había trastocado las probabilidades más evidentes... Alguien que jugaba con los mismos comodines que ella misma tenía...