Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[M.5.2] - FILTHY FINGERS

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18/11/2009, 03:04
Nadra Oluwatobi

Muertes, más muertes, intrigas, cosas raras, hackers, telecomunicaciones, Isenhall, reinas, faraones. A la mierda con todo aquello, simplemente había personas que me interesaban y estaban en el ICEHOTEL y no me iba a detener, ni iba a hacer una maldita llamada por teléfono, no, quería estar cerca de ellos y lo iba a hacer. Miré a Carla con cierto desprecio pero más que nada con decepción, frustración por el modo en que se refería a las personas queridas que aún mantenían una esperanza porque eso era lo último que se perdía: si lo sabré yo que tuve que cruzar el desierto para salvar a uno de mis hijos. Las palabras del desdentado me volvieron a la realidad, a mi realidad y la de Roan, Sven y Andrea. Negué con la cabeza, si todos eran malos ¿dónde estaban los buenos? ¿Qué estaban haciendo?

-[FR]¡Al diablo con todos ustedes![/FR]-eché una mirada al chico sin dientes y le hice una seña.

No me importaba no ser educada, tenía cosas más importantes de las cuales ocuparme y tenía que ser ya. Empujé suavemente el hombro de Carla para apartarla del camino y eché una última mirada a las chicas, si querían venir estaba bien, si no, podían quedarse. No es que necesitara ayuda pero simplemente me habría gustado sentirme menos sola en esa lucha que parecía ser en vano y sin sentido. Esperaba que Sven estuviera avisado y que hubiera puesto a los chicos a salvo, no sólo al mío porque conocía algo especial de Sven y mientras estuviera en él, iba a cuidar de todos.

Abrí la puerta del compartimento y salí por el pasillo a paso firme, acomodando las ideas en mi mente; primero lo primero y eso era detener el tren. No me giré a ver quién me seguía simplemente quería encontrar al maquinista y pararlo. El camino me parecía eterno y quizás de alguna manera lo era, el tiempo que perdía montada en ese maldito tren, alejándome del ICEHOTEL, era tiempo vida para mi hijo y para los demás, tenía un nudo en la garganta, no podía evitarlo. El que me daba siempre la fortaleza era Roan y no al revés, le necesitaba para continuar, tenía que saber que estaba bien. Mientras avanzaba no me fijaba si los muchachos estaban por allí: sólo quería llegar hasta el maquinista.

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18/11/2009, 11:53
[Lex Czigany]

Había algo en la española que hastiaba soberanamente a la mujer que se escondía bajo el burka.

Ya no sólo trataba de carnaza insalvable a un grupo de adolescentes, embarazadas y niños (lo cual ya la alarmaba bastante) sino que, además, ¡su propio hermano estaba en el ajo! Podrían estar desollándolo en ese preciso instante en el que ella encendió el cigarro, que prefería tomárselo como si se tratara de una bolsa de snacks con fecha de caducidad pasada. Qué espanto.

En otro orden de cosas, la mente de Lex trabajaba lo más rápido que podía. Suspiró sonoramente en un par de ocasiones. Que eran agentes de Sloane... ¡Y qué más coño importaba ahora! A Czigany le interesaba la información, que parecía ir demasiado en serio como para ser errónea.
La muerte de Lior la entristeció enormemente... Tenía una conexión especial con aquella familia habituada a los desastres, y resultaba escalofriante pensar en las vidas con las que se había cruzado y se habían apagado como una llama. Le pareció una mujer agradable con un pasado muy triste. La breve visita a Lancanshire con Art Connor, un Herkus renovado y la misma Lior se asemejaba más a una ensoñación lejana que a una vivencia fugaz de hacía apenas unos días...
Pero no había tiempo, ni siquiera para echarse las manos a la cabeza o llorar por cualquiera de las pérdidas que pudieran añadirse a la lista. Habían vidas inocentes en juego y era momento de actuar. El toque de atención de Cadaval (que parecía reunir los sentimientos de ambos españoles) acentuó esa creencia.

Como si despertara de una hipnosis, Alex asintió varias veces después de finalizar la explicación de Carla, agradeciéndosela con los ojos, ganando decisión.

- Muy bien... - miró a las chicas, orgullosa de la determinación de ambas - Vamos a por el resto - salió tras la senegalesa, de inmediato, recolocándose bien el burka, dirigiéndose decidida al compartimento donde quedaban el resto. Ellos ya estarían enterados de todo... Y a todos les tocaba la peor parte, porque lo habían dejado casi todo allí.

Los niños... Mierda... Taylor debe de haberles llamado... Teleporte, teleporte, tiene que ser Milo... ¿Milo? Sí, Milo...

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18/11/2009, 17:46
[Madison Greens]

Más nombres y más parsimonia. Me froto los ojos mientras sigue explicándose, algunos me suenan, Sloane, Lior y otros no tengo ni la más remota idea. Suspiro mientras me separo con la mano el jersey del cuello, estirándolo un poco para que se refresque, el calor no se ha hecho esperar, en forma del ya mencionado agobio.

Los ojos se abren al final de la explicación en forma de acusación implicita, sólo he conocido a dos “teleporte” y estoy segura de que ninguno de los dos puede haber sido. El uno porque falleció, el pobre, y el otro… ni de broma. Ese Danny está equivocado.

El grito brusco de Nadra me saca de la pequeña ensoñación, me encojo imperceptiblemente de hombros con el gesto, digamos, poco educado que la senegalesa le dedica a Adrián…. Encima que el valiente joven está dando a entender que nos va a ayudar… Eso tampoco es una novedad, siempre pagamos todos por los movimientos de unos pocos. De eso sí que sé un rato.

Asiento a Lex más segura incluso de lo que esperaba Sí, sí. Y la sigo a la puerta, vale que nerviosa, pero… extrañamente mentalizada… llegados a este punto, en el conjunto de los días que llevo aquí: lo que tenga que ser, pues mejor que sea ya, Madi. Además, esto es lo de menos, una insignificante parada de un tren en marcha…

Como si se pudiera comparar con una guerra abierta entre mutantes.

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23/11/2009, 16:05
Taylor Hawkins

- Vale. Cool. ¿Cómo se compran las latas de Red Bull?. ¿En packs de cuatro?. Necesitaría...qué te digo yo...tres paquetes de esos, mínimo. Doce, quince latas en total.

Taylor parece hablar para sí, haciéndo números y contando gramos de cafeína-taurina.- ¿Me harás un favor, Dale?. Creo que por fin puedo ser útil, pero...no sé si me has visto alguna vez en mitad de un chungo. Debo tener a alguien cerca con suficiente mierda para ponerme a tono y no parecer un jodido koala. ¿Me vas a echar un cable, nena...o te lo tengo que pedir con un lametón en todo lo negro?...- Taylor sabe que es momento de pasar a la acción, de dejarse de lamentos y movidas post-shock. Una bromilla a Dale igual ayuda a sacarla de la caraja también.-...porque el rubio que llevas es de bote, ¿no?. Apuesto a que gastas un pelucón más negro que el sobaco de Michael Jordan.

El californiano sonríe, y lo hace porque siente que puede confiar en ella. Se acerca y acaba sentándose a su lado. La voz le sale ahora a susurros.- En serio, cielo. He hecho los deberes...y lo mismo que Isenhall tiene en tí a su topo, nosotros tenemos el nuestro particular. Siempre van un paso por delante. Siempre. Por eso pienso que...ya sabes..., que hay gente aquí que pertenece a Gelus...conscientemente y desde hace bastante tiempo.

Hawkins saca el móvil de Lex del bolsillo y juguetea con el, mostrándoselo a Dale.

- Y ahora te pido que uses ese cerebro para decirme lo que piensas de todo esto. Y quiero que lo hagas sin sentimentalismos. ¿Eres la tipa fría que haces ver o es sólo una pose?. Demuéstramelo...

...porque yo no puedo, muchacha. Tengo...la sangre caliente, joder. Esto me afecta.

Y espero equivocarme.

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23/11/2009, 18:34
Antti Koivusaari

Las tres muchachas recorrieron vagón tras vagón la distancia hasta el último, desde el cual se debería poder acceder a la locomotora... Pero era al final de ese vagón, en el exterior, desde el cuál habría que saltar al principal de forma muy arriesgada, donde se encontraban Rewell y Antti. El primero se había dejado caer con la espalda contra la pared, y parecía ocultar sus lágrimas bajo la palma de la mano. El segundo se había acuclillado ante él y le apretaba el hombro con una mano, con los ojos también llenos de lágrimas que no acertaban a caer.

Antti miró a las tres chicas cuando llegaron, deteniéndose en los ojos de Alexandra. Al mirarlos quería cogerla de la mano y llevársela... Llevársela a algún lugar donde nadie les alcanzara o les conociera, aunque la enfermedad les consumiera a ambos... ¿Había muertes peores que aquel virus? Koivusaari no sabía si era más piadoso ser asesinados o que les dejaran morir. Aquella situación le daba más asco que nunca, y se sentía verdaderamente impotente.

Pero cuando logró despegar los ojos de Lex, se puso en pié y cogió de los hombros a Nadra. A ella no podía mirarla a la cara... No quería ver cómo él mismo impedía a una mujer que fuera a buscar la muerte por recuperar el cadáver de su hijo...

Él era músico, no un soldado o un médico. No sabía encajar esas cosas... Pero lo que hizo fue sujetar con firmeza a Nadra para que no intentara detener el tren... Tren que, por otro lado, podía suponer la salvación de todos cuantos estaban en él... Y que a algunos (como, supuso, Nadra) no les importara morir, no quería decir que fuera a perder a Alex por eso... O morir él. Se lo prometió... Y lo hizo el día en que murió el mejor amigo que había tenido.

- No conseguiremos nada parando ésto... -musitó. Pocas veces había tenido que hacer cosas tan difíciles como aquella...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: FUE - Presa a Nadra (firme pero sin hacer daño)
Dificultad: 99-
Resultado: 49 (Exito)

Notas de juego

Para librarte de la presa, Nadra, tendrías que sacar por debajo de 39 en la tirada de FUE, perooo...

Cita:

+1d10 a la tirada que al personaje le haga falta para salvar la vida de su allegado.
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23/11/2009, 18:57
Dale Lantana (Slang)

Dale temblaba a pesar del abrazo de su hermano y las bromas de Taylor. La foto de Donovan no se le iba de la cabeza por más que lo intentaba... Ni la de Jolene, ni la de Amber...

- De seis, creo. Los suecos son muy hardcore -contestó Daniel con referencia a las latas de Red Bull, mientras frotaba el hombro de su hermana, quien levantó la vista hacia Taylor ignorando el comentario de su color de pelo natural. Le interesaba mucho lo que Hawkins decía, sabía que ambos podían hacer un buen equipo.

- Estoy pensando en las variables... En qué posibilidades tienen los del hotel de seguir vivos... -confesó, sabiendo que aquello no era útil por el momento. Se permitió un instante para normalizar su respiración y mantener a raya los espasmos que vaticinaban un nuevo llanto, mirando a los ojos al californiano para mantenerse con los pies sobre la tierra, cuando finalmente dijo- "Los mejores". Isenhall quería a los mejores. Es una "granjera". Creo que también ha hecho lo imposible para que nos peleemos, nos encabronemos entre nosotros y desconfiemos... Así estaríamos demasiado ocupados mirando al que tenemos al lado y no donde realmente deberíamos poner el ojo. El virus... El virus solo es un cebo... Tenemos que salir del terreno nevado. Isenhall es omnipotente allá donde haya nieve o en Laponia... Tenemos que coger un barco... Uno que no nos deje ni de coña donde haya hielo o nieve... -se secó las lágrimas con el dorso de la mano- Y tenemos que encontrar a ese puto faraón. Le jode que nos estemos quietos... Está jugando al escondite, y el Icehotel son solo las casas de Lebensborn...

- ¿Qué coño es eso, doggie? -preguntó suavemente Dan.

Dale se relamió los labios.

- Las casas de Lebensborn eran... Una iniciativa nazi. Eran... Se trataba de encontrar a las mejores hembras y machos arios para que se reprodujeran, al margen de ataduras político-religiosas entonces establecidas. En las casas de Lebensborn se criaba a los niños y se les educaba prácticamente en la creencia de que Hitler era... Algo así como un nuevo mesías. Creo que el Icehotel es... Un casting para eso precisamente. Joder... Oí que la propia Isenhall había seleccionado a algunos de nosotros... Y existe algo importante: Hay veintitrés mutantes más poderosos que el resto... Isenhall dice que entre ellos está el faraón... Y le dijo algo a Donovan: "no voy a jugar a las adivinanzas contigo... Sólo te diré algo: Lo único, lo exclusivo, es la razón, y hay dos de dos en la mayoría de casos... No en todos, pues al fin y al cabo, es un número impar". Poderes extraños. Creo que se refiere a eso... Extraños o muy desarrollados... Pero hay algo que rompe en todo ésto...

Dale sacó una hoja de su bolsillo, doblada en cuatro:

01.Hayden Stern, Seattle, USA †
02.Alma Garret, Quebec, CANADÁ
03.Mortymer Lagoon, Beirut, LÍBANO
04.Antti Koivusaari, Helsinki, FINLANDIA
05.Dale Leigh Lantana, Perth, AUSTRALIA
06.Heine Dohanic (?)
07.Herkus Reisel, Vilnius, LITUANIA
08.Milo Notara, Mykonos, GRECIA
09.Azahara Bari, Riad, ARABIA SAUDITA
10.Adrien C. Falken, Edimburgo, ESCOCIA
11.Sloane O'Hara, Cork, IRLANDA
12.Polly Balhani (?)
13.Alejandro C. De Balaguer, Cartagena, ESPAÑA †
14.Donovan Dryden, Londres, INGLATERRA
15.Hugo G. Seras, Barcelona, ESPAÑA
16.Taylor Hawkins, Los Ángeles-California, USA
17.Hanne Lundquist Kiruna, SUECIA †
18.Renka Isawa, Tokyo, JAPÓN
19.Oskar Almanric, Zagreb, CROACIA †
20.Carson Gunnarson, Estocolmo, SUECIA
21.Wolfgang A. Hayes, Beirut, Líbano †
22. ?
23. ?

- Encontré ésta lista entre las pertenencias de Stern... Había también un registro de mutantes registrados por zona de cada país, la mayoría (los muertos) tachados en verde... Taylor -dijo, poniendo el dedo índice sobre la hoja- : Si hay algo que puedas decirme de éstos nombres y yo no sepa, tienes que contármelo -podría mamonear, como era lo habitual... Pero la cosa era urgente.

Notas de juego


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23/11/2009, 19:35
Nadra Oluwatobi

Consigo Librarme de Antti, estoy furiosa pero no es con él en realidad, cada uno tiene sus propios miedos y sus propias prioridades que evidentemente no eran las mismas, así que saqué fuerza de no sé dónde o sí, lo sé: de aquellos momentos al lado de mis hijos cuando nadie nos tendió una mano, del deseo de verlo a él vivo y fuerte, de la muerte y el temor a ella. Cualquier cosa podía pasarme a mí pero a mi hijo, ya había sufrido lo suficiente y no estaba dispuesta a verlo sufrir más o a dejar que le hicieran nada. Sólo rogaba en mi interior mientras los brazos de Antti cedían: que él estuviera bien aún. Me volví y lo miré con mucho desconcierto y frustración.

-Lo siento...-musité al rubio.

De inmediato me asomé por la puerta y me di cuenta que sólo tenía una opción para llegar al maquinista, esperaba que nadie intentara detenerme esta vez pues estaba dispuesta a salvar a mi hijo o a morir intentándolo, sin él mi vida no tenía ningún sentido. Me cogí de los tubos que servían de apoyo cuando uno subía y me impulsé con tal fuerza que cuando me di cuenta ya estaba sobre el techo de la locomotora. Me costó acostumbrarme pero pronto pude mantener el paso y llegar hasta la ventanilla desde donde pude ver al hombre y ese hombre era mi única oportunidad.

- Tiradas (4)

Tirada: 1d100
Motivo: Librarme
Resultado: 5

Tirada: 1d10
Motivo: Salvar
Resultado: 2

Tirada: 1d100
Motivo: INI
Dificultad: 35-
Resultado: 2 (Exito)

Tirada: 1d100
Motivo: Salto
Dificultad: 60-
Resultado: 34 (Exito)

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23/11/2009, 22:56
[Lex Czigany]

Desde el primer momento en que abrió la puerta, Alex no supo qué hacer o qué decir: No se imaginaba una escena como esa al final del camino. Había terminado con los nervios tan destrozados que quizás no terminara de ser consciente de la gravedad de la situación, no hasta que encontró a los hombres en el suelo en aquella actitud...

Tragó saliva, enarcando las cejas. Los ojos de Holopanen se lo habían dicho todo... Y ella apretaba los labios con fuerza bajo el burka, encubriendo un temblor difícil de apreciar bajo la prenda. Bajó la cabeza, frustrada, y entonces se adelantó para arrodillarse junto a Rewell con la mirada vidriosa.

- Rew... - apenas le salía la voz, suave y abatida, pero acertó a posar una mano en el hombro del inglés, frotándolo con la delicadeza que sólo unas manos como aquellas podían regalar. ¿Qué decirle a un hombre que estaba a punto de perder a toda su familia a manos de asesinos? Sus hermanos pequeños, su padre, su sobrina... Todo lo que más amaba Rewell se había quedado atrás, atrapado en una cárcel de hielo. Sólo de pensarlo le remitían unas terribles ganas de romper a llorar... Cuántas caras quedaban impresas en la memoria ahora. Todas demasiado jóvenes... Pero desgraciadamente Dryden no era el único que podía estar apunto de perder lo que más quería. Taylor dejaba a su hija, Dale a Donovan... El pequeño Roan estaría también a punto de perecer junto al resto de sus compañeros, y la imagen del guitarrista intentando retener a su madre era algo difícil de presenciar...

- Nadra... - se llevó una mano a la boca. Ahora le resbalaban las lágrimas sin control. ¿Realmente estaba todo perdido? ¿Iban a matarlos a todos? Mucho se temía que la senegalesa no iba a permitir que a su hijo lo mataran una panda de lunáticos, y por eso ni siquiera pestañeó cuando, con un impulso feroz que sólo alcanzaba a comprender una madre, saltó repentinamente al primer vagón - Dejadla... - dijo, aún con la boca tapada y la mirada triste, intentando mantener, sin éxito, el tono normal de voz - Es su hijo...

Para qué engañarse: Todo lo que más le importaba a la joven viajaba en aquel tren. Volver significaba poner también en peligro la vida de todos ellos, y por encima de todos la de Esa. Aunque poco importaba que no volvieran: acabarían encontrándoles...

¿...Realmente estaba todo perdido?

- Hay que hacer algo... - negó, contrariada...

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24/11/2009, 15:47
John R. Dryden

No dejé de resguardar el rostro entre las manos. Ni cuando Nadra se zafó de Antti ni cuando Lex tuvo aquél gesto amable conmigo. Sabía que no la había tratado bien y, a decir verdad, no me sentía orgulloso de aquello. Pero con todo lo que ocurría... Con todo lo que nos pasaba cada día...
Retiré una mano del rostro y estreché la que la húngara había posado en mi hombro, sin mirarla todavía. No podía contener las malditas lágrimas, después de todo, y mi otra mano era lo único que las hacía, en parte, invisibles para los demás.

Por un momento me pregunté si sería bueno seguir a Nadra, si quedaría alguna esperanza. Pero no las tenía todas conmigo, y sin información no podía llegar a conclusiones acertadas. Así que, sin saber cómo estaban los nuestros (ni dónde, llegados a ese punto), no podía actuar... Ni podía pensar en una maldita cosa que nos acercara más a su liberación. En ese momento, como hacía cinco minutos, lo único que sentía era una frustración creciente que amenazaba con quedarse. Y rencor. Rencor hacia Isenhall, esa zorra mentirosa y traidora.

Con todo ello encima, entendía a Nadra. Comprendía que sus actos estaban plenamente justificados, y lo que no comprendía era qué estaba haciendo yo ahí tirado, lloriqueando... Pero, aunque sentía la necesidad de seguirla y lanzarme contra el hotel en un ataque suicida, por algunas razones no lo hice. No podía. Sólo podía preguntar...
-Antti, Lex... ¿Qué hacemos, joder? -dije, entre sollozos apagados por la mano protectora-. ¿Qué coño hacemos? ¿Qué dice Dale? ¿Qué... Cómo coño hemos llegado a esto?

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25/11/2009, 11:44
[Madison Greens]

A pasos rápidos sigo a las chicas del hotel por los estrechos pasillos. El corazón en un puño y los nervios con los que he amanecido sin que terminen de amainar, he perdido ya la cuenta de los motivos distintos por los que se van multiplicando, tan diferentes entre sí como desconcertantes para mí.

Y tiene toda la pinta de que no van a desaparecer.

Los puños se cierran cuando llegamos al lugar en el que están mis compañeros. Gesto enormemente apesadumbrado y aparto la mirada para dar un poco de intimidad cuando Nadra se libera de Antti, desesperada por su niño. Normal.. Otra vez, maldita sea, niego con la cabeza, como si eso fuese a hacer desaparecer el panorama que tenemos ante nosotros.

Pero el novio de Lex tiene razón. Lo paramos… ¿Y qué? ¿Vamos a salir corriendo hasta el infierno helado en el que están los demás? Para cuando lleguemos no va a haber absolutamente nada que hacer…. Pero... pero es que hay que intentar algo… Me muerdo el labio inferior cuando desaparece Nadra de nuestra visión. No seré yo la que haga el amago de pararla. Primero porque no lo ha conseguido un hombre mucho mas fuerte que yo, y segundo…. Porque no la voy a quitar de luchar por hacer todo lo posible.

Amber, Jolene en su estado de absoluta indefensión… y de Donovan hace mucho que no sabemos nada, ¿no? Es muy, muy difícil, saber lo que debe estar pasando por la cabeza de Rewell. Imaginarlo lo puedo intentar, pero dudo que se acerque a la desesperación real que tiene que sentir él. Eso es lo único bueno de estar tan sola aquí: que mis seres queridos están a salvo. Gracias a dios que la llamada me lo ha confirmado hace nada.

Me froto la cara, la reconocible frustración da un regusto amargo a mi boca. A Dale no la hemos visto desde que montamos en el tren... Me encojo de hombros, como encima estamos tan bien organizados vamos a tardar mas todavía, justo ahora que cada segundo cuenta. ¿No se… no se les puede llamar para avisarlos? Bufo mientras me froto las manos en los pantalones, ya no espero ningún milagro… ya sé, perfectamente, que aquí nunca ocurren.

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25/11/2009, 19:19
Taylor Hawkins

Taylor se inclina hacia el papel. Se aparta el pelo y tiene que darle un segundo a sus ojos para que, entre tanta lubricación, enfoquen sobre aquella lista.

- Veamos...- el californiano toma la hoja por una de sus esquinas ladeándola para sí, como esos malditos gilipollas a los que el reportero de una puta televisión local les hace un par de preguntas en directo y se mueren por agarrar el micrófono. Eso mismo, o una cosa parecida, ocurre ahora con Hawkins..., con la salvedad de que mientras esos jodidos catetos buscan sus cinco minutos de fama, Taylor busca sus cinco minutos de reconocimiento. Ser útil, para variar.

- En el lugar de donde vengo hay un montón de cosas.- dice el piloto automático. Las atenciones están puestas en esa lista, y los ojos de Hawkins no se apartan de ella.- En realidad allí puedes encontrar todo lo que encontrarías en cualquier otro sitio más o menos civilizado...pero a lo bestia, ¿entendéis?. Sol, playas, putas, alcohol, drogas, rock & roll...

Hawkins se para al llegar a un nombre. Traga saliva.

- Lo que nunca ví en Los Angeles fué un jodido copo de nieve.

Taylor parece, nuevamente, azorado. A pesar de que intenta mantener la calma, ese constante jugueteo con las uñas de sus manos lo delatan. De la lista - y de momento - ya ha visto todo lo que tenía que ver. Por eso desvía la mirada a la ventana del compartimento y echa la espalda hacia atrás, recostándose.

- No sé si el virus es un cebo...o un cepo, Dale. O las dos cosas a la vez, una después de la otra. Es posible. Lo que sí sé,...joder si lo sé..., es que si querían de mí un "niño de Lebensborn" el experimento les ha salido como el culo...Y también sé que el virus es REAL y que el hielo no es ningún placebo. Así que si nos largamos a Inglewood más nos vale conseguir un par de camiones de Mister Softee.

Y era cierto. Hawkins siempre fué reacio a reconocer su enfermedad..., hasta que comprobó que el mercurio marcaba la diferencia entre el enfermo estable y el pirómano autolesivo.

-En cuanto a esa lista,...poco te puedo decir que no sepáis ya. De todas formas...- Hawkins se incorpora de nuevo, apartando lágrimas y pelo una vez más.-...me extrañan algunas cosas: no veo el nombre de gente como Marcos...o Arty. Tampoco figura Zaan y, si os digo la verdad, ese tío es una puta bestia. Si me arrugan los huevos sólo con pensar en él. Por lo demás,...sí, aquí,...veo que Obituary la ha palmado y, en fin, no sé que pensar.

Taylor señala con el índice el nombre de Oskar Almanric, y ese mismo mismo dedo sube sin despegarse de la hoja hasta llegar al de Polly Balhani.

- Ese Oskar tenía..., no sé como decirlo,...afinidad por mi hija. No, mierda. Afinidad no es la palabra. ¿Cómo decirlo?. Tenían cosas en común. Él la llamaba así, Polly. Yo los ví juntos, en...ya sabeis...sueños.

Hawkins mira ahora alternativamente a Dale y su hermano, esperando algo de ellos. Preguntas, respuestas...

- Han usado el apellido de soltera de mi esposa.

Notas de juego

Cita:

Alma Garret, Quebec, CANADÁ

Me suena una barbaridad. Qué rabia! (Llevo buscando un buen rato en los "archivos" y nada).

:(

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26/11/2009, 22:10
Antti Koivusaari

 Antti no podía explicar de dónde había sacado la fuerza aquella mujer para zafarse de su presa... En un momento así, quizás fuera inhumano, pero no podía pensar en Roan, sino en Lex. No pudo oír a los demás... Solo el eco de su promesa reverberaba en su mente, y las palabras de ese cabrón insensible diciendo que un transporte les sacaría de Lulea. Al verla, las palabras salieron automáticamente mientras saltaba sobre el pasamanos que separaba el vagón de los raíles, impulsándose al techo de la locomotora...

- Lo siento, pero no.

Una vez estuvo donde Nadra, con los ojos cargados, la miró un instante... Y no necesitó mirar atrás. Sabía que Lex estaba ahí... Daba igual si se tapaba con todas las máscaras... Estaba a su lado y ahora podía y debía protegerla. Sólo le quedaba ella... Y aquellas imágenes se habían quedado en su mente...

It's your life, your choice... 

Tendría la ocasión de elegir. Se quedara con él o no. Cerró los ojos y apretó los dientes en el momento en que levantó a Nadra de la cintura y, finalmente, la lanzó a la nieve, mientras el tren la dejaba atrás y Koivusaari caía de rodillas en el techo de la locomotora, mirando el horizonte helado sin poder creerse como, por primera vez, se había comportado como un soldado en busca del mal menor... 

- Tiradas (4)

Tirada: 1d100
Motivo: Saltar
Dificultad: 92-
Resultado: 26 (Exito)

Tirada: 1d100
Motivo: RP
Dificultad: 57-
Resultado: 40 (Exito)

Tirada: 1d100
Motivo: Empujar
Dificultad: 89-
Resultado: 79 (Exito)

Tirada: 1d100
Motivo: FUE Nadra
Dificultad: 79-
Resultado: 100 (Fracaso)

Notas de juego

 No marquéis a Nadra a menos que saltéis del tren también :_D

Siento la pifia, Ame :_D

...De hecho no marquéis a Nadra, que ya se ha ido solita (joder, Ameyal, estás loca XDDDDDD)

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26/11/2009, 23:03
Nadra Oluwatobi
Sólo para el director

Pronto lo supe, supe que el enemigo no estaba sólo junto a mi hijo en aquel maldito hotel, sino que estaba allí al lado mío sosteniéndome de la cintura. Por más que lo intenté, que forcejeé, fue inútil, aquel hombre me sostuvo entre sus fuertes brazos y me lanzó hacia la nieve sin importarle nada. Había algo que le importaba y eso estaba en el tren; su egoísmo le había llevado a deshacerse de mí. Sin duda quizás yo también había sido egoísta al querer llevarlos a todos de vuelta. Mi corazón dio un vuelco, no sabía cómo volver y mucho menos sabía si aún quedaba tiempo. Intenté caer lo mejor posible para no lastimarme pero golpe fue seco y certero, por un rato me quedé aturdida con los ojos viendo cómo pasaban los vagones del tren. Luego poco a poco me incorporé, estaba totalmente fuera de mí y las lágrimas caían sin más.

-¡Mierda! ¡Madilto seas, Antti! ¡Qué tú y todos tus putos muertos sean malditos por siempre!

Me levanté rápidamente, sólo un poco desconcertada. Me sacudí la nieve y pensé en primera instancia correr en dirección contraria a donde venía el tren pero aquello me llevaría demasiado tiempo, con la vista rodeé el lugar y descubrí una carretera, enseguida eché a correr, era lo único que me quedaba y correría aunque fuera en vano, aunque no lo encontrara con vida, aunque tampoco encontrara con vida a Sven, aunque aquello significara mi muerte. No quería vivir más si Roan no estaba a mi lado. Al fin conseguí llegar a la carretera, me fijé en ambas direcciones por si venía un auto, de todas formas empecé a caminar en la dirección de la que había venido el tren.

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26/11/2009, 23:23
Valdemar Berggrerson

Caminando en dirección contraria a donde había ido el tren, Nadra recorrió aquella carretera casi intransitable de vuelta a Kiruna... Por mucho que corriera, no llegaría a tiempo de nada. ¿Qué habían hecho con ellos...? De nuevo la impotencia, como en aquella barca viendo hundirse el cuerpo sin vida de su hija mientras Roan le preguntaba, al borde de la inanición, porqué sucedía eso. 

Sin embargo, era cuestión de tiempo. En cuanto apareciera un coche lo pararía... Sería el medio más rápido de llegar al Icehotel. 

Pero efectivamente, un coche apareció. Un camión con un sello de productos cárnicos. Se detuvo, y el conductor se asomó por la ventanilla...

- Oiga... ¿Tiene usted un hijo con el pelo largo?

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26/11/2009, 23:35
Nadra Oluwatobi
Sólo para el director

Me quedé boquiabierta cuando aquel hombre me preguntó si tenía un hijo con el cabello largo, rápidamente asentí y no había forma de que él lo supiera más que habiéndolo visto.

-¿Lo vio? Dígame dónde, por favor.

Puse un pie en el estribo pero no me subí, quizás lo había visto lejos del Icehotel y yo tenía que ir en otra dirección, aunque esa era mi idea, mi necesidad de creer que él estaba bien. No soporté mucho más y se lo pregunté directamente:

-¿Está bien? ¿Cómo lo sabe?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, por más que no llegase a tiempo, tenía que ir donde él y terminar con aquella maldita incertidumbre que me estaba matando. Luego si quedaba algo de nosotros, de los dos, juntos, me encargaría del maldito blanco. Estaba furiosa, quizás más adelante lo comprendiera pero no en ese momento.

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26/11/2009, 23:51
Roan-Kale Oluwatobi

No había mucha gente con la piel color café en Kiruna, así que por eliminación, tenía que ser ella.

- Se parecen -respondió, sin más. 

Se bajó del camión y fue a la parte del cargamento refrigerado. Entre las cajas que contenían la carne precintada, sentados al fondo, Roan y Victoria, la niña que parecía siempre agonizante, se cogían las manos y apartaban la vista del repentino fogonazo de luz que inundó el interior. Pero aunque la niña no miró, Roan devolvió la vista a su madre e, ilusionado, se levantó y corrió hasta ella.

- ¡¡MAMÁ!! -saltó a sus brazos, rompiendo a llorar una vez pudo relajarse en presencia de su madre- ¡MAMÁ! ¿¡Qué ha pasado!? ¿¡Por qué no estabas!?

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27/11/2009, 00:00
Nadra Oluwatobi
Sólo para el director

Al ver a Roan sentí que el alma me volvía al cuerpo y lo abracé sin más, apretándolo contra mí. Sintiendo la tibieza de su cuerpo junto al mío. Lo miré de pies a cabeza y a simple vista estaba bien y entonces miré a Victoria, algo tenía que haber pasado para que ellos dos estuvieran juntos.

-Sven me dejó y... No importa, cielo. ¿Qué ha pasado?

Me volví al hombre y le di las gracias mientras sostenía de un lado a Roan y del otro sujetaba a la niña para viniera a mí.

-No temas, Victoria... No te voy a hacer daño. Soy la madre de Roan. Y se supone que ustedes estaban con Sven-abracé a la pequeña.-Roan, habla de una vez para saber a dónde tenemos que ir.

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27/11/2009, 15:01
[Lex Czigany]

Alex no dijo nada, no pudo sino sostener la mano de Dryden con una impotencia creciente cuando éste estrechó la suya. Frustrada, se pasó una mano por la cara haciendo un esfuerzo para templarse y pensar de manera objetiva... Analizó pues la idea de Madison de avisar a sus compañeros... ¿Lo habría hecho Taylor ya? Hacía ya un rato que habían salido de la estación, y si habían mandado al equipo de exterminación de nada serviría llamarles; podría ser fatal que recibieran una llamada en un momento crítico... De todas formas, la respuesta inesperada de Koivusaari cortó en seco las cavilaciones de Alexandra, que siguió sus movimientos con el aire contenido en los pulmones, levantándose al instante en que él y la senegalesa quedaban sobre la locomotora.

Tuvo que darse un par de segundos para cerciorarse mentalmente de que Nadra había sido lanzada al paisaje. Czigany se asomó alarmada por el lado donde había caído, comprobando si estaba bien... Entonces se volvió de nuevo, negando sin todavía terminar de creerse lo que había ocurrido, retirándose la tela que le cubría la boca...

- Dios mío... ¡¡...Esa!! - gritó angustiada, aferrando sus manos con fuerza al pasamanos. No se veía capaz de trepar al techo sin caerse, no al menos con una indumentaria tan flotante como la que llevaba - Vuelve aquí... ¡¡Baja de ahí, por dios...!!- Ya sólo faltaba que el guitarrista diese un traspié y cayera también del tren, y ese temor hacía que la húngara escudriñara el techo de la locomotora cargada de ansiedad, esperando a que él descendiera de nuevo donde quedaba ella...

Quizás había sido una opción fría y violenta...: Pero había sido la mejor. Si el deseo de la senegalesa era volver tendría que pasar a la fuerza por donde acababa de hacerlo; aún detenido el tren deberían de cruzar la distancia que los separaba del hotel a pie. Ni siquiera así, pensó la muchacha, les daría tiempo a hacer algo si es que ya había comenzado un enfrentamiento contra Gelus Vírica... y contra una diosa.
Un escalofrío la atravesó cuando intentó imaginarse lo que estaría ocurriendo kilómetros atrás... Pero ni así fue capaz de lanzarse a ayudar a Nadra en lo que podría acabar con la muerte de más gente. Aquello era la guerra, y a la hora de la verdad sólo se trataba de una lucha personal e irracional por salvar lo que uno más quería. Y a quien más quería Alexandra Czigany en ese mismo instante era a Esa Holopainen, junto a ella, lo más alejado posible de cualquier carnicería... Sólo le tenía a él, y sólo importaba él...

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29/11/2009, 17:42
[Madison Greens]

La concentración que tenía en Lex dando ánimos a Rewell desaparece y procedo a seguir con la mirada los movimientos de Antti, viendo lo que nunca en la vida me hubiese imaginado.

O sea, lo normal que me pasa siempre con estas personas.

Estupefacta, veo a Nadra que cae en la nieve, ahogo un grito con mis manos mientras niego con la cabeza mientras mis ojos amenazan con salirse de sus cuencas mientras terminan de asimilar la jugada que acaba de ocurrir. Un ratito digiriéndola.

Esto se una locura…

Levanto la mirada al rubio, los nervios hechos trizas y el corazón palpitando a toda velocidad. La antigua Madi habría agachado la cabeza o se habría peinado por hacer algo ahora…. pero lo cierto es que soy incapaz de contener lo que me está arrasando las venas. Me acabo de acordar de los dientes de Adrián.

¿Este hombre no se las piensa y nadie le dice nada?

¿Estás loco? ¡PODRIAS HABERLA MATADO! Frunzo el ceño, enfadada y todavía sobrecogida por la imagen del cuerpo de Nadra surcando los aires sin orden ni concierto. Vale que era nieve pero, por todos los santos, ¡Estamos en un tren en marcha!

Suspiro, una compañera menos, a saber hasta cuándo.

Ya no quiero estar aquí. Busco los ojos de Lex cuando hablo. Me… me voy a ver que hacen Dale y los demás. Giro rápidamente y echo a correr por los pasillos que acabo de recorrer.

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29/11/2009, 18:08
Dale Lantana (Slang)

- ...Es las dos cosas -corroboró, dubitativa, mirando la lista-. No eres un niño Lebensborn por lo guapo, por lo famoso o por lo talentoso... Es que tienes un poder raro -se volvió a llevar las uñas a los dientes, ignorando el asunto del camión- No es por la potencia del poder... Es también por su rareza. Mira ésto -señala el nombre de Falken- ... Por muy cojonudo que fuese Zaan, que te aseguro que lo era porque lo vi morir (tranquiliza tus huevos), Falken era el puto Adonis personificado antes de que le explotara una bomba en el morro. ¿El tal Almanric es "Obituary"? -se sacó un bolígrafo del bolso y escribió el nickname justo al lado en la lista, añadiendo también un "Vicky" junto al nombre de Polly Balhani.

Se giró entonces a Ty, apoyando el codo en el respaldo. Lantana estaba seria y sobria, algo que hacía un mes era un imposible.

- Vale Rage, hasta aquí lo que pasó con Zaan en Miklosvar -se dispuso- . Para empezar no nos atacó, nos recibió en su casa con comida servida y todo lujo de atenciones... Su novia estaba muerta en el sillón, se llamaba Viorica y era una mutante con la sangre "venenosa" frustrada porque su vampiro no podía morderle. Así que decidieron suicidarse -alzó las cejas y tragó saliva. La escena no resultó nada halagüeña a pesar del tono formal y amable con el que Gabriel suavizó todo- . Nos contó que era huérfano, pero tuvo una mentora casada con el último drakul (no reconocido) de esaas tierras, un verdadero cabrón. La mujer se llamaba "Gabriella Zaan", pero Gabriel en realidad se llamaba Hector Hershlag. Entonces la conversación derivó "Dirzas", que significa "cinturón". Zaan los definió como una mezcla entre los "morlocks" de "la máquina del tiempo" y los niños de "el señor de las moscas", nada de Peter Pan. Sus fundadores, Heine Dohanic y Hildegard Elekainos, eran huérfanos de la época comunista que jugaban en un bosque cercano a un pueblecito ucraniano cuando se produjo la fusión del núcleo de Chernobyl. Los niños que iban con ellos murieron por las roturas de vasos sanguíneos y demás, pero esos dos simplemente vomitaron. Aquella mierda les había alcanzado un ADN privilegiado y mutaron... Ninguno  de ellos envejeció lo más mínimo desde ese día, y además desarrollaron habilidades e intelecto acojonantes para la tecnología. Si se cortaban el pelo, podían olvidarse de que les creciera. Jack Atreides (éste, al parecer, es el nombre del puto cabrón verde) no tardó en interesarse por ellos, captarlos y estudiarlos. Al parecer el Gran Cabrón estaba "estresado" por su entorno, hasta que aparecieron los dos críos. Lejos de encabronarse, fueron simpáticos con él e incluso le sugirieron formas de estudiar a la gente (incluidos ellos mismos). Después de eso, le diseñaron sistemas de seguridad imbatibles y todo lo que Jackye quiso y que, a veces, ni pedía. Se ganaron su libertad con honores, volvieron a Chernobyl y se hicieron una casita del árbol en pleno corazón del Bosque Rojo: Una fortaleza subterránea de acceso imposible incluso para el faraón, con el que, sin embargo, mantuvieron y mantienen buena relación.

Dan fruncía el ceño. Aquello era nuevo también para él...

- Sin embargo, para construir aquello, los angelitos necesitaban mano de obra, así que fueron captando niños abandonados, maltratados, fugados, huérfanos... Cualquiera a quien no se le echara de menos, motivandoles para que se creyeran que el trabajo de esclavos que hacían era un juego, la "construcción de una nave espacial"... Los llamaban "sus hermanitos", hasta que el cáncer los devoraba por la radiación. ¿Qué hacen los dos pequeñines con los cadáveres? Echarlos al río del mismo pueblo, donde se descomponen a una velocidad de vértigo -Dale se puso un poco pálida al repetir aquellas palabras, tragó saliva y continuó. Lo que todo aquello le sugería era algo que venía a su mente sin que se atreviera a asumirlo, a decirlo en voz alta. Prosiguió el relato-. Zaan había logrado escapar de los experimentos del faraón (que le convirtieron en ese supuesto vampiro) gracias a Leah Roe, que poseía la misma habilidad tecnológica que los Dirzas. Reclamó su herencia, su castillo en Shighisoara, pero lo vendió todo. Quería aprender a controlar su sed de sangre, y para ello se fue a Miklosvar, o lo que es lo mismo: El culo del mundo. Con su fortuna ayudó a restaurar el pueblo a cambio de que no le molestaran en su casa. Y en esa época Sloane O'Hara contactó con él, que accedió a colaborar con ella porque ésta le había causado heridas importantes al Cerdo Esmeralda... El objetivo era eliminar Gelus Vírica y Dirzas, pero se volvió tarumba y empezó con los rollos de la superioridad mutante, el necesario exterminio de los humanos, rollo-Magneto-etcétera. Por eso se suicidaba Zaan, porque no podía contra ella, pero se sabía peligroso, reputado, temido, y tenía la sensación de que Sloane le haría controlar mentalmente para lograr sus objetivos... Y que si se rebelaba, Miklosvar pagaría el precio, pues Sloane sabía que aquel lugar le importaba a Hershlag. Nos explicó también que Elekainos no era prisionero en Zyklon-B, viajaba como tal para despistar la posible incursión del grupo de Sloane, pero el puto crío lejos de ser una víctima era el que había hecho toda la instalación... Se le quedó a medias. Y creo que aquella instalación no era de los militares... Sino de Gelus Vírica. Creo que los militares son los buenos... El bando neutral entre Gelus Vírica y Sloane...

Notas de juego

¡Tochenko! Últimamente te llevo frito XDDDD