Partida Rol por web

Hago acopio de todo mi temple para no ponerme en pie allí mismo y gritarle a Tommen cuatro cosas. Sus palabras me han sonado sinceras incluso a mí, y eso me enfada tanto... Aquí nadie sabe que la última vez que nos vimos me amenazó de muerte.

Qué fácil es fingir compasión cuando crees que te has quitado de en medio un problema, ¿eh, león? Veremos qué cara pones cuando te des cuenta de que os la he jugado...

¿Cuántas Casas quedan por presentar sus respetos? Empiezo a cansarme de esta farsa. Estoy segura de que todos han sonreído cuando han oído de mi muerte y ahora vienen aquí a palmear la espalda de mi padre y alabar mis virtudes como si acaso me conocieran.

Qué asco.

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-Tommen... -murmuro para mí mismo. Estoy a cierta distancia, por lo que estoy tranquilo en que nadie me haya escuchado. 

Si con todos los demás he intentado mantenerme quieto en el sitio, firme y casi ausente, con Tommen no puedo ni quiero evitar moverme en el sitio para contemplar su entrada en la sala hasta Lord Gendry. Solo espero que los asistentes no puedan ver la expresión de asco y enfado que seguro que prende en mi gesto; casi me entran ganas de escupir cuando le escucho hablar. 

Sería fácil. Avanzar con cierta naturalidad hacia Lord Gendry para hundir el puñal en el pecho del usurpador... Sería fácil cumplir con la venganza si asumiera que estaría muerto segundos más tarde. ¿Cuántas cosas podrían hacerse sin amor al pellejo de uno?

Desvío la mirada a Sylven, tendida en el féretro como muerta, y aprieto los dientes. Esto tengo que hacerlo bien; he de aguantar la farsa y sacar a la muchacha de aquí hasta un lugar seguro. Alejarla de las armas, llevarla con su hermano y darle una roca que pueda reclamar para la sangre Baratheon y desde la que poder pensar. 

Cuando entro en la sala se me encoge el corazón al ver el féretro de la jovel Sylven. Una joven como ella nunca debería reunirse tan pronto con la madre...pero ella la acogerá ahora en sus brazos.-pienso mientras observo el altar improvisado para la ocasión. En un segundo ya tengo a todas las personas que allí se encuentran localizadas y comienzo a caminar hacia Lord Gendry cuando escucho las palabras de Tommen y nos adelanta en la distancia que nos separa del padre de la fallecida. Una vez han acabado de hablar, continúo mi marcha hacia Gendry. Al llegar inclino mi cabeza levemente en forma de saludo circunstancial y mi cara refleja una triste mueca.

-Siento mucho lo ocurrido, de corazón, Lord Gendry-digo apesadumbrada por lo que debe de estar sintiendo aquel hombre-Sylven era muy joven y no se merecía acabar así. Espero que los siete la acojan en su gloria. En nombre de la Casa Arryn y de todo el Valle le presento nuestras condolencias. Y si necesita cualquier cosa no dude en contar con nuestra ayuda...no puedo ni imaginar lo duro que debe de ser el perder a un hijo...lo siento de veras-acabo de decirle.

En silencio me retiro a otro lugar de la sala para dar paso al resto de personas que acudían a dar el pésame.

Las personas con las que necesito hablar se encuentran, por ahora, fuera de mi alcance. Sin embargo la ceremonia ni siquiera ha comenzado. Ya tendré tiempo de aprovechar alguna ocación.

Ahora vuelvo al lamentable suceso de la muerte de la joven y deliciosa Sylven. apenas puedo creerlo, llámenme paranoico o conspirador, pero no me entra en la cabeza esa muerte. Es todo muy raro. Del estupor y la sorpresa paso repentinamente al enojo, no es posible y no voy a aceptarlo. Por lo pronto fijo mi atención en aquel hombre sin insignias. es muy extraño que se encuentre en este lugar tan exclusivo, un completo desconocido. Lo observo detenidamente. Luego otra cosa llamativa. No pierdo ni un movimiento de aquellos "compañeros" silenciosos que aprentan ser hombres y no consiguen quedarse quietos. Tal vez descubra que no soy el único infiltrado.

-Relajaros, Alastor. No soy un mayor señor lleno de vicios, tiránico y exigente. Solo soy un muchacho y como tal, ser mi guardaespaldas no debe suponeros tensión por mis padeceres. Preocuparos tan solo cuando alguien se acerque a mi con hostiles intenciones.
Podéis soltar el pomo de vuestra espada.
Tras que así lo hago continuo.
Por cierto, no se si poseéis titulo, aunque creo que lo habríais dicho ya de ser así. Cumplir bien vuestro cometido y os aseguro que es algo a lo que pondré remedio.
Dando por finalizada ya esta parte prosigo con nuestro objetivo para hoy.
-Cuando madre y los demás marchen, iremos a recorrer un poco la ciudad, aunque sera un corto paseo. Quiero saber quien esta a cargo de la guardia de la ciudad, y parlamentar con el.
Me dirijo a alguna ventana de haberla para mirar a la calle.
-Habéis demostrado valía al enfrentaros a ese salvaje que mi padre llama guardaespaldas. Probablemente sea causa de problemas, ya habéis visto el tono con el que se ha referido a mi...
Yo diría que ha sido incluso amenazante. Decid, que opináis... -Entre mis divagaciones vuelvo la vista hacía el.- ¿Creéis que estaría justificado el que lo mandase detener?

Parado frente  a la multitud de nobles y miembros representantes de las grandes casas de poniente tristemente confirmo la muerte de la joven de la casa de la luz , dejo pasar un momento mientras la señora Arryn se acerca a Lord Gendry y tras culminar sus condolencias me acerco al Lord de la casa luminosa

– Lord Gendry se que en este momento todo tipo de condolencias y discursos te suenan vacios , sin embargo tengo que deciros que lamento profundamente la perdida de la inteligente y bella Sylven su partida es una gran perdida para poniente ya que ahora estaremos privados de su perspicacia y radiante sonrisa, en nombre de la Casa Lannister  te presento nuestras condolencias ... los leones te acompañan en este día tan negro –

en este momento me quedo sin palabras y un nudo se forma en mi garganta

así que se llego el día donde no me queda nada mas por decir eh?

tras una reverencia me alejo hacia el féretro para darle un ultimo vistazo a Sylven

Mientras mi señora va dando el pesame no me separo de ella ni un instante -El instinto me dice que algo de esto esta mal- pienso mientras observo los alrededores.

-La muerte de la chica es muy extraña, y más en un momento como este- Sigo pensando mientras me doy cuenta de una figura misteriosa que hay al fondo. Agarro el pomo de mi espada y observo una ruta de escape para llevarme a mi señora solo en caso de que sea necesario. Hasta que eso ocurra me mantengo vigilante

 Miré a mi alrededor, buscando una posible amenaza, mientras los demás hablaban. Un funeral era el lugar perfecto para un ataque, al estar las personas pendientes del duelo...

Hago un esfuerzo por ignorar a Tommen. Tener los ojos clavados en él y susurrar maldiciones en nada va a ayudar al sentido de toda esta pantomima. Tengo la boca seca... No me vendría mal un trago de vino.

Aparto la vista de los "Baratheon" y poso la mirada vigilante sobre el la comitiva de la casa Arryn. La imagen de la mujer dando el pésame a Lord Gendry me resulta, por un instante, conmovedora. Su séquito de salvajes ya es otra cosa, sobre todo el alto que mira en todas direcciones. Parece que nadie está tranquilo.  No deja de sorprenderme que una mujer de tan noble porte se rodee de semejante ralea de bárbaros. 

Los Lannister son otra historia. Un pequeño repaso a la historia reciente de Poniente no deja mucho lugar a la confianza de las gentes blasonadas con el león.

Juro por Los Siete que mi funeral será más corto. Así quedará en las disposiciones de mi testamento... Menuda literatura. 

Afortunadamente los Lannister debían de ser los últimos que quedaban por pasar delante de mi féretro... "Mi féretro", vaya, eso suena muy extraño...

Oh, no. Estoy empezando a desvariar. Por la sangre de los Ándalos, ¿cuánto queda para que termine esto?

¿Dónde está Kyllian? No le he escuchado hablar en todo el rato. ¿Está en la sala? ¿Cómo vamos a salir de Desembarco si esta gente no se marcha nunca de aquí? De verdad, idos, ninguno me apreciabais lo más mínimo, dejad de fingir y volved a vuestras maquinaciones.

Cálmate, Sylven... ¿Y cómo? ¡Ni siquiera puedo respirar hondo!

¿Por qué demonios le hice caso a mi padre...?

Lord Gendry os observa a todos mientras hablais. Se muerde varias veces los labios secos mientras que sus ojos se humedecen hasta el punto de soltar un par de lágrimas. Finalmente, haciendo gala de su título, un lord, se recompone y os habla a todos con voz clara, sin apenas titubeos ni emociones.

Gracias a todos por asistir, este es un momento muy duro para mí y me alegro de encontrarme rodeado de amigos -comienza Lord Gendry mirando detenidamente a cada uno de los miembros de las casas mayores -mi hija, mi pequeña, se ha ido, igual que se nos fue la reina. Juro ante R´hollor que mi objetivo será buscar una alianza que salve a Poniente de la guerra, tal y como lo hubieran querido la reina y mi hija.

Tras sus palabras el Señor de la Casa de la Luz mira al resto del público, incluidos los hombres de fé. Siguiendo con la voluntad de mi hija no veo adecuado realizar ninguna ceremonia más pues ella no era demasiado devota. Doy por terminado esta desgraciada despedida, gracias a todos por asistir y mostrarme vuestro apoyo..

Mientras Lord Gendry habla algunos de los presentes continúan con otras labores.

Tanto Gaheris como Logen miran a su alrededor buscando amenazas, otras entradas y las mejores rutas para escapar. Las grandes puertas de entrada son la única salida del lugar, ubicado a varios metros del suelo y con unos ventanales prácticamente inalcanzables. Entre la multitud de nobles puede esconderse cualquiera, un violador, un asesino o un juglar pues pocos en la corte conocen a todos los allí reunidos. Sin embargo los grandes de Desembarco del Rey se encuentran alejados de los hombres de las casas mayores los suficientes metros como para que puedan reaccionar.

Los otros peligros pueden venir de los hombres armados de la Casa de la Luz o de la Casa Baratheon, guerreros leales a su señor por encima de todo.

Además la identidad de los hermanos silenciosos y de la mayoría de los maestres reunidos es desconocido para la mayoría de los presentes por lo que cualquiera podría infiltrarse entre sus filas.

Mientras ambos guerreros buscan amenazas Lord Brock se acerca al féretro donde yace, tapada con una suave manta de lino blanco, Sylven Water, situándose practicamente a su lado tras superar la hilera de maestres.

Tras las palabras de Lord Gendry, mientras unos escuchan, otros buscan peligro y otros presentan sus respetos, el septón supremo, Alterir, suelta un bufido que se escucha en toda la sala.

Sin embargo el representante de los siete no puede expresar el motivo de su queja o enfado ya que, antes de que las palabras salgan de su boca, la mujer de roja armadura que acompaña a los sacerdotes de R´hollor grita a pleno pulmón -R´hollor ha maldecido a la hereje con la peste y, si no oficiamos una ceremonia en su nombre, la enfermedad se extenderá por la ciudad. Si la hija de Lord Gendry hubiera tenido más fé en el dios verdadero ahora estaría viva.

Ves, en un rápido vistazo, como el hombre aprieta la mandíbula tras las palabras de Tommen. Posteriormente lanza una rápida mirada a la fallecida y comienza a mirar a su alrededor, fijándose en alguno de los asistentes. El mercenario se percata, dado tus movimientos, de que lo estás observando brevemente.

Por fin sacas algo en claro de tus compañeros, de aquellos que no te parecen encajar. El motivo de ello es que, al contrario que los otros hermanos que permanecen quietos y en silencio total, los otros hombres hacen algún tipo de movimiento rítmico, un tic, una distracción de la que nisiquiera se percatan. Uno de ellos cambia el peso de una pierna a otra en periodos de tiempo más o menos parecidos, otro mueve su dedo repetidamente sobre su cinturón, otro levanta y agacha levemente la bota y, el último de ellos, parece tararear o murmurar algo cada cierto tiempo.

Mientras observas al resto de las casas y escuchas las palabras de Lord Gendry te percatas de varias cosas.
En primer lugar ves que Lord Brock Lannister está muy cerca del féretro con intenciones desconocidas, aunque seguramente sea mostrar sus respetos.
Por otro lado cruzas la mirada con un hermano del silencio que te observa brevemente.
También te das cuenta de que las palabras de Lord Gendry han logrado que los religiosos se sientan malhumorados. Ves a varios septones murmurando entre sí con evidentes caras de enfado aunque la mayoría de los asistentes miran fijamente a la mujer de rojo.

Alastor te mira directamente a la frente, sin atreverse a fijar su mirada demasiado tiempo en tus ojos. Mi señor es muy amable y le juro que daré mi vida por él. En cuanto al salvaje ¿apresaríais vos a un cocinero que os evite comer un determinado alimento que sabe que puede sentaros mal? ese bárbaro hace lo mismo, os protege por encima de vuestra voluntad, enfrentándose con vos si es necesario -te contesta con toda su sinceridad el hombre, relajado en un principio aunque más tenso al sincerarse -no, yo no lo apresaría por esos actos, lo haría por ser un bárbaro, por todos los actos salvajes que ha cometido y por los que cometerá. Son un pueblo sanguinario, mi señor, son un peligro para todos -su desprecio hacia los salvajes de las colinas es evidente.