Partida Rol por web

Al sentir como la lanza se cae de su mano, Alfren masculla por lo bajo, empezando a preocuparse y tratando de bsucar alternativas. Sin embargo estas pronto se reducen y más aún más al sentir como el escupitajo quema su piel.

El intento de rodearlo no pasa desapercibido a su ojos, acostumbrados a la batalla e intenta solucionar ese "pequeño" inconveniente desenfundando su fiel guadaña y dejándola caer sobre uno de los lagartos que han aparecido de la nada antes de intentar alejarse, atento a las armas... y escupitajos de los seres de las marismas.

El acido dejo el pecho del orcho en carne viva con un grito desesperado este movio la guadaña partiendo por la mitad otro de los lagartos... el otro intento herir al caballo para dejar a su jinete sin montura pero con un simple movimiento de las corvas la espada paso lejana.

Mientras el mas lejano recogia su espada...

- Ya quedan menos - exclama el semiorco al notar como unos de los molestos lagartos-escupidores ha pasado a mejor vida y antes de volver a mover nuevamente su guadaña, buscando eliminar, además a otro de los bichos y cortando parte de su torso con el curvado filo de su arma, antes de alejarse lo suficiente como para tomar un respiro

El corte lanza a la incosciencia al lagarto que cae al suelo... mientra el otro saltando por encima de su hermano intenta golpearte... dando sin exito un tajo en el aire...

mientras ves aparecer dos por el callejon y oyes mas siseos por los callejones adyacentes...

la familia se refujia en una de las puertas...

Poco a poco los lagartos iban muriendo, pero también aparecían más y mas. La situación podría superar a Alfren si no tomaba medidas. Y eso se dipuso a hacer - Uds... - les gritó a los integrantes de la familia que estaba, de alguna manera, defendiendo - Yo me ocupo de estos lagartos... tomen esas cosas y avancen - les indicó mientras señalaba con su guadaña los objetos que había ido tirando (o se le habían caido) por el lugar - Yo me ocupo de eliminar a estos y nos vamos - insistió mientras espoleaba a Coloso y cargaba contra el unico hombre lagarto que permanecía en medio de la calle

Sin embargo había algo que era claro. Para atacar cargando la guadaña no era tan efectiva como la lanza... y eso se notó cuando la hoja de su arma cortó el aire, por sobre la cabeza de su objetivo, obligando a Alfren a detener a su cabalgadura... mientras este podía contratacar y el resto de los lagartos se acercaban al campo de batalla

La guadaña es detenida firmemente por el escudo del lagarto que es desequilibrado y falla el golpe...

Ves como uno de los lagartos aumenta de tamaño...haceindose imenso,tambien su escudo y su hacha... y el otro esta en guardia.. junto a un lagarto vestido con unos ropajes verdes bastantes estraños...

Mientras la familia se mueve... la ujer arrastrando a sus dos hijos hasta casi detras tuyo... pero son muy lentos..

- Vamos, vamos, ocupensé de esas cosas y yo me hago cargo de los bichos estos - sentencia el semiorco mientras observa como los lagartos son cada vez más... y en un caso incluso más grandes.

- Terminemos con esto de una vez - se intenta convencer mientras vuelve a mover su guadaña contra el lagarto que tiene a si lado y corta hueso y musculo con fuerza, acabando con uno de los lagartos

Con un breve movimiento de sus rodillas mueve a Coloso buscando la mejor posición para deshacerse del resto de los hombres lagartos y dejarle espacio a la familia para que recoja sus cosas.

Agachando la cabeza esquivas por segundos el hacha que corta el aire a pocos centímetros... mientras ves como el niño recoge la honda del suelo por indicaciones de la madre y siguen avanzando...

Mientras en la lejania suenan unos siseos mientras el lagarto estraño toca la espalda de su compañero y este sale a enfrentarse contigo... poco a poco y cauta mente...

- Grande y torpe - exclama el semiorco, aliviado al haber podido esquivar el feroz hachazo - Pronto te unirás a tus compañeros... en la muerte - aclara mientras sus rodillas impulsan a Coloso hacia el agigantado lagarto para que lo ataque y espera poder terminar con el para ocuparse de los otros dos.

Siguiendo sus ordenes, Coloso intenta patearlo y morderlo, pero el lagartoide esquiva parte de sus ataques, recibiendo apenas un golpe en su abdomen. Alfren, sin embargo, aprovecha el desconcierto del ahora gigantesco lagarto ante la cantidad de golpes que coloso le intenta propinar para mover su guadaña con gran velocidad, seccionando el cuello de su enemigo

- Que pase el que sigue - amenaza seguro de si mismo, ante el exito de su ataque - Grandes o chicos están muertos -

- Y eso? - se preguntó el semiorco sorprendido por el arma que apareció de la nada e intentó atacarlo - Supongo que es ese mago ó lo que sea - Alfren consiguió esquivar el ataque del arma de fuerza, pero sus movimientos le permitiron al hombre lagarto que cargaba contra el acertarle con su hacha

- Esto no quedará a sí... Coloso! - gritó el guerrero, para que este golpeara con una de sus pezuñas. Sin embargo el caballo no consiguió impactar al lagarto, por lo que Alfren volvió a mover su guadaña. Al ver que su golpe no era efectivo azuzó a su montura para que esta se ocupara del lagarto que lo había herido - Ataca, ataca - le ordenó mientras veía como Coloso impactaba con su otra pezuña en el cuerpo del lagarto e intentaba hacer lo propio con sus dientes.

La espada atraviesa de lado a lado al guerrero mientras el caballo termina de pisotear los restos sanginolentos del lagarto...

mientras el estraño lagarto es rodeado unos segundos por un brillo purpura... minetras saca un tosco mangual de su espalda...

- Solo queda uno - se dice Alfren mientras observa curioso el extraño resplandor - Y algo me dice que será el más complicado - murmura para si antes de observar a la familia que está protegiendo - Vamos... tomen todas esas cosas así nos vamos de aquí... en cuanto termine con este problemita - les explica, haciendo avanzar a su caballo para enfrentar al último de los hombres lagartos

La extraña arma de fuerza lo ha impactado y, aunque no lo quiera reconocer el guerrero está preocupado, no sabe si podrá resitir un nuevo golpe, por lo que se mantiene extrañamente a la defensiva, lo que impide que su guadaña corte como hubiera necesitado - Y tu quien eres... y porque me atacan - le pregunta al extraño lagartoide en común, sin saber si este será capaz de entenderlo.

La espada se mueve rapida y veloz a la espalda del semiorco golpeando el aire y distrallendo al semiorco mas que nada...

El magual gira rapido en las manos del lagarto que casi golpea a al guerrero pero este con un habil movimiento lo aparta de su cuerpo...

Mientras la familia recoge la lanza....

- Solo queda uno - las palabras surgieron del guerrero, bastante preocupado por el estado de sus heridas y mientras se concentraba en el único lagarto que quedaba en pié. Aparentemente sus protegidos ya estaba recuperando sus armas y solo debíe eliminar al extraño ser que había convocado la espada mágica para que lo atacara a la vez que su mangual - Coloso, Ataca - exclamó convencido de que era el momento de acabar el combate

Las patas del corcel golpearon con fuerza, buscando el torso del hombre lagarto justo antes de que la guadaña que blandía el semiorco buscara el cuello del extraño conjurador.

Las patas del fiel corcel destrozan la mandibula del lagarto que le lanza ca cabeza atras dejando camino libre para que la guadaña haga su trabajo haciendo rodar la cabeza del lagarto por el suelo...

La mujer humana de tez morena y ojos llorosos agarra la lanza del semiorco con las dos manos mientras los dos niño se sujetan a su pierna...

Ahora te percatas de un virote de ballesta que sobresale por su costado...

Los sonidos y gritos alrededor vuestro son cada vez mayores...

- Ahora si! - Feliz de haber acabado con las amenazas, Alfren se dirije hacia los refugiados y, sin descender del caballo se cuelga su guadaña a la espalda y extiende las manos para recibir sus armas de manos de quienes ha defendido.

- Debemos salir de aquí - les comenta - Ustedes conocen el lugar... donde podemos escondernos? Piensen un sitio donde podamos, también, albergar a mi caballo - El guerrero está cansado y herido y al ver el virote que sobresale del torso de la mujer menéa la cabeza preocupado. No tiene como ayudarla y, de hecho, desear+ía no solo curarla a ella sino también curarse a si mismo, por lo que opta por no hacer mención al tema

Mientras habla observa con atención a su alrededor, asegurándose que no haya más lagartos en las cercanías.

La mujer alzando los brazos despues de que cojas tus arams te pilla a una niña joven en brazos y te la sube al caballo justo delatne tuyo. Y con gran esfurzo levanta a un nño que no tendra mas de dos años ntentando desesperadamente que lo agarres... ves que le quedan pocos segundos para caer incosciente... los siseos de los lagartos suena cada vez mas cerca en breves apareceran por las calles...