Partida Rol por web

Tras el breve encuentro con las criaturas draconianas, Gottfried recuperó la expresión sombría que le había acompañado desde que la conexión con Sarenrae se vio interrumpida. Para cuando finalmente el grupo se detuvo y se preparó para pasar la noche, el clérigo había tomado su decisión.- No contéis conmigo en lo que respecta a las guardias, o más bien, contadme en todas ellas. Pasaré la noche en vela, meditando y renovando mis votos con Sarenrae, para que la llegada del nuevo día y la luz de mi Señora me encuentren renovado y sumiso.

Dicho lo cual, Gottfried se desprendió de su armadura y el atuendo de viaje, se puso las vestimentas propias de un siervo de Sarenrae, y encendió su propia fogata unos metros más allá del grupo, sentándose frente a ella con el símbolo de la diosa entre las manos y la mirada perdida en el fuego.

Neaniver no estaba acostumbrado a cabalgar, asi que agradecio poder descansar. Comio algo de su petate y aprovecho para meditar y renovar los votos con Nethys.

Astral, 10 de Pharast de 4.710. Mañana.

Si ayer lo sospechaban hoy podían estar seguros, la primavera había llegado al Cinturón Verde. Los pájaros no habían parado de piar desde que asomaran los primeros rayos de sol y un viento suave traía la fragancia de los primeros árboles en flor. La temperatura era fresca, pero para nada tan inclemente como la de los primeros días que habían pasado en el Puesto Comercial de Oleg.

Una vez apagado el fuego los viajeros se pusieron en camino hacia el Puesto Comercial. Al cabo de un par de horas reconocieron la familiar empalizada y sus puertas abiertas y se les hizo el culo pesicola sólo de pensar en que aquella noche iban a poder dormir en una cama.

 -Bueno, esperemos que Oleg tenga alguna montura para ti, Gongaldur, y que este viaje no haya sido en vano.- Dijo Sandael.- Vamonos, aquí ya no tenemos nada más que hacer.

Tras la noche de meditación y reserva, Gottfried elevó sus plegarias matutinas al tiempo que el sol anunciaba su ascenso. Esperaba que su penitencia hubiera surtido efecto, aunque la diosa no había mostrado ninguna señal de haber escuchado sus plegarias. La posibilidad de acudir a algún templo de la diosa en busca de consejo por parte de un clérigo más experimentado cruzó su mente, pero la descartó. Que supiera, no había ningún templo en estas tierras, y no abandonaría a sus compañeros tan pronto.

Volviendo a colocarse sus ropas de viaje, preparó su caballo para el viaje que les esperaba. Dormir en una cama, asearse un poco, deshacerse de lo encontrado en el campamento... y quizá encontrar montura para Gongaldur. Sin duda, la perspectiva de encontrarse con Oleg y Svetlana era muy halagüeña.

Puñal se estiró intentando desperezarse después de otro día durmiendo en el suelo. Sus huesos crujían sonoramente mientras daba unos cuantos pasos para recuperar la movilidad de sus miembros.

- Estoy hasta los mismísimos cojones de dormir a la puta intemperie, de comer raciones de mierda y de toparnos con putas alimañas. Espero que los Señores de la Espada nos recompensen bien por este trabajo tan minucioso, porque como racaneen me voy a cagar en sus vainas. - El ladrón estaba bastante molesto tras varios días de expedición sin oro que llevarse a la bolsa, acostumbrado a callejear por las ciudades para "ganarse" el pan.

Astral, 10 de Pharast de 4.710. Mañana.

La primera en veros llegar es Svetlana, que corre a recibiros llena de alegría. Oleg sale del establo poco después dispuesto a hacerse cargo de los caballos y tras él, para vuestra sorpresa, Paskal, el bandido de Bydon al que capturásteis. Oleg os explica que no iba a tenerlo eternamente encerrado en el almacén, y que Paskal parece ser un trabajador bastante competente. De hecho, es él es que lleva los caballos de vuelta al establo y se encarga de desensillarlos y cepillarlos.

Svetlana prepara las camas y una opípara comida que sirve en las mesas del patio, y Oleg se sienta a comer con vosotros esperando que le contéis cómo fue la expedición al campamento del Río Espino.

  -Nuestra excursión fue bien, no tuvimos grandes enfrentamientos ni nos encontramos con los bandidos. Creo que pasaron por ahí después de que les hiciéramos huir de aquí. Así que no encontramos nada de valor, ni siquiera lo tuyo, lo siento. Pero si lo encontramos más adelante, ten por seguro que te lo traeremos.- Sandael se detuvo antes de continuar y bajo el tono- Oleg , ¿estas seguro de darle esta oportunidad a Paskal?, entiendo que no le quieras tener encerrado, pero quizá le dé por volver a sus antiguas andanzas.

Gottfried pareció salir de la ensoñación en la que llevaba inmerso varios días, desde que notó el cambio de actitud de su diosa-. Quizá... quizá fuimos demasiado rápidos en administrar nuestra justicia al bandido del bosque, creo que es la voluntad de Sarenrae que este Paskal tenga una segunda oportunidad aquí, auxiliando a Oleg y Svetlana. Incluso puede que nos sea de ayuda, quizá conozca lugares en los alrededores de su campamento y de este puesto comercial que nos ayuden en nuestra misión.

- ¡Buenos días, pareja! - dice, estruendoso, el enano. - Una jodida rana se ha hecho morcillas con mi pony, ¿tenéis algo por ahí sobre lo que pueda montar?

- Comida de dioses, Svetlana, muchas gracias. - dijo el joven bárbaro tras tomar un par de cucharadas del guiso de la mujer. Respecto al bandido, o ex-bandido, dar una segunda oportunidad es lo único que necesitan algunos para volver a la buena senda.

Neaniver no entro en detalles sobre lo que pensaba sobre las segundas oportunidades. Cuando hablo sobre los descubrimientos Svetlana apunto la necesidad de conseguir un campo de nabos para realizar una sopa (ver mision en hilo de busquedas). Neaniver estaba deacuerdo en acompañarla hasta el campo junto con algunos mas de sus compañeros, mientras el resto negociaba con su esposo la venta de lo obtenido en el campamento de los ladrones.

-Deberíamos ir unos cuantos, no sea que aquellas criaturas regresen y esta vez estén más decididos a quedarse a combatir. Yo os dejo las pieles y las botellas, y en cuanto hayamos descansado, nos ponemos en camino. Svetlana, ¿cuántos rábanos necesitarás, así a ojo?

 -Sigh, quién hubiera dicho que me arrepentiría de dejar un cesto de rábanos atrás. Bueno, yo me apunto a ir.

 - Bueno, un poco de tarea tranquila no vendrá nada mal, para variar. Contad conmigo tambien.

- ¿Sopa de rábanos? ¿Tienes mal el intestino, posadero? - preguntó, con una mueca de disgusto, el enano - Bueno, como decía mi abuelo, ten contenta a la gente que te da de comer... me apunto a la pequeña excursión.

Astral, 10 de Pharast de 4.710. Tarde.

En cuanto Oleg le dio otro pony al enano y Svetlana un cesto bien grande a Gottfried el grupo se puso en marcha de vuelta a la plantación de rábanos. Quién iba a decir que algo tan vulgar fuera tan valorado por estos lares.

Llegaron bien entrada la tarde. En el centro de la plantación seguía el cadáver del kobold, del que los insectos y pájaros del bosque ya estaban dando buena cuenta. Un cierto olorcillo de putrefacción se imponía sobre el de las flores y los rábanos. Los aventureros desensillaron y se pusieron manos a la obra, como vulgares campesinos, arrancando rábanos de la tierra para meterlos en la cesta. Al cabo de un rato dejaron el terreno bien esquilmado.