Partida Rol por web

Ninguno de los exploradores tenía los conocimientos necesarios para determinar qué tipo de criatura había sido la responsable de aquél horror. Caminaban con extrema precaución entre los huesos cubríendose con los escudos y agarrando con fuerza sus armas. Puñal se separó de ellos y desapareció entre la vegetación que rodeaba el sórdido círculo de huesos. Había un silencio en el claro que resultaba aún más perturbador que todo eso que estaban viendo. Y, de pronto, emergiendo del suelo, una araña del tamaño de un pony surgió entre los huesos con una velocidad cegadora, mordió a Gotfried en la pantorrilla, atravesando las anillas de su armadura hasta introducir sus mandíbulas en la carne del clérigo y, con la misma velocidad, volvió a esconderse en su agujero quedando a cubierto con una tapa de ramas y huesos.

Gottfried soltó un grito cuando recibió la picadura y notó como una oleada de frío gélido se extendía por sus venas.

Para ser tan grande la araña tenía una velocidad cegadora. Ahora fue Sareval el que probó sus pinzas venenosas en sus carnes sintiendo un fuego desagarrador allí donde su piel había entrado en contacto con el líquido que brotaba de las mandíbulas de la araña que, además, tras otro ataque relámpago había vuelo a la seguridad de su madriguera.

 - Arañas - penso Sareval mientras apretaba los dientes debido al dolor de la "picadura"-, odio a las arañas!.

- ¡Me cago en la puta de oros! - gritó el enano. - A estas jodidas alimañas las tengo bastante caladas...
Y se lanzó alegremente al combate.

Con un grito más bien patético, el enano golpeó violentamente la "tapa" de la madriguera de la araña, y aunque el estrépito fue notable, no pareció afectar en lo más mínimo al venenoso habitante...

 Sandael se movió para tener una mejor visión de la araña, pero era realmente dificil acertar a la araña dentro de su guarida, tanto que casi acertó a su compañero enano.

Turno de Sareval. Antes de actuar tiene que hacerme otra TS de Fortaleza.