Tras un arduo día de recogida de rábanos, Gottfried estaba agotado, aunque había sido agradable cambiar de tercio por una vez y realizar un trabajo concreto y definido. Ahora que el día tocaba a su fin, el clérigo decidió por fin enfrentarse a sus miedos y, en un aparte, musitó una breve plegaria a su diosa.
Lo de los rábanos y demás mandangas, en el hilo del botín.
Lanzo el milagrete básiaco guía sobre mi mismo, a ver si siguen las interferencias.
No siguen, ha sido solo una advertencia. Está complacida de tu arrepentimiento, pero a la próxima será necesario un Attonement de esos de 2.500 po de bellón.
Sareval volvía al puesto de Oleg con una sensación de... ¿por qué se me ocurrió venir a recoger rábanos? Quizás fue por la posibilidad de encontrarse de nuevo con las criaturas del dia anterior.
Quizás pensó que las cosas que hacía en su aldea, cuando era un niño, le traerían la paz de aquellos años. Pero estaba equivocado: sólo le había recordado porque carga con un espadón en la espalda, porque salió de su pueblo, en busca de aventuras y emoción.
Cura, que igual es la cobertura, que en terreno abierto, ya se sabe.
Astral, 10 de Pharast de 4.710. Noche.
La luna ya brillaba en el cielo cuando los aventureros regresaron con los rábanos al Puesto Comercial. A medida que se acercaban a él se dieron cuenta de que algo había cambiado: se escuchaban voces e incluso risas. La hoguera del patio iluminaba el recinto donde, al sur del establo, a la sombra de la empalizada había ahora un par de tiendas de campaña montadas. En las mesas se sentaban Oleg, Svetlana, Paskal y otros cuatro hombres a los que no habían visto antes, todos ellos armados y ataviados con el característico tabardo de la milicia de Restov. Oleg estaba más contento de lo que nunca antes se había visto, no digamos ya cuando la cesta de rábanos reposó sobre la mesa. Svetlana la llevó corriendo a la cocina.
- ¿Habéis visto? ¡La milicia de Restov!- Dijo Oleg señalando a los nuevos.- Los soldados que solicité a los Señores de la Espada. Han venido a guardar el Puesto, ¿qué os parece? ¡Tenemos nuestra propia milicia!
Uno de ellos, el mejor equipado y, obviamente, el oficial del escaso destacamento se levantó de la mesa para ofrecer su mano a los recién llegados y presentarse formalmente.- Kesten Garess, para servirles. Los Leveton ya me han hablado de ustedes y su providencial intervención protegiendo el Puesto Comercial. Sólo puedo darles las gracias a ustedes y a los dioses, y lamentar la pérdida de sus compañeros.- Se trataba de un joven muy apuesto, de leo corto y moreno, expresión triste y unos modales francamente exquisitos.
Si alguien tiene o puede tirar Saber (Nobleza), que lo haga.
480 px por la apasionante misión de los rábanos, a 80 px por barba.
Los 250 po por los rábanos ya veo que os los habíais cobrado.
-Kesten, encantado de conocerle. Mi nombre es Sandael, no se si lo sabrá, pero mis compañeros y yo vinimos a cumplir la misión que se nos encomendó por los señores de la espada- le digo, y saco la carta de marras.- Este compañero mio - señalando a Puñal- y yo fuimos los únicos que sobrevivimos a un enfrentamiento con los bandidos, así que tuvimos que reclutar nuevos miembros, que encontramos en el puesto. Lo hemos tenido que defender de bandidos ya dos veces en menos de 10 días, así que claramente, su presencia será bien recibida. Nosotros seguiremos explorando los terrenos cercanos, intentando echar a los bandidos de la zona, pero estaremos más tranquilos al saber que no podrán tomar represalias contra este puesto mientras estemos fuera.
Gottfried compartía la alegría de Oleg. Si el puesto comercial contaba con protectores propios, el grupo podría dedicarse a explorar los alrededores con mayor libertad, sin preocuparse por una venganza de los bandidos... al menos por el momento.
-Que Sarenrae le otorgue sus bencidiones, señor Garess. Es un alivio ver que el puesto comercial se encuentra tan bien protegido, me alegra verles por aquí. Yo soy Gottfried Sunchaser, sacerdote ordenado de la Flor del Amanecer, a su servicio.
- ¡Joder, Oleg! ¿Quién te debe un favor? Unos soldaditos para vosotros solitos... - exclamó sorprendido el enano. - Pues nada oye, ahora sí que podemos masacrar sin temor. - añadió, irónico.
¿Seguimos aquí o abrimos hilo nuevo o algo? Por no adelantarme al máster poniendo más mensajes si hay algo más en camino.
En todo caso, habrá que ir decidiendo a donde vamos ahora.
seguimos con la exploracion ¿no?, yo creo que deberiamos de probar por la casilla a la derecha del campo de rabanos...
Si queréis abro hilo nuevo, aunque no tenía pensado hacerlo.
por mi seguimos en este.... hastan un nuevo acto....
Solar, 11 de Pharast de 4.710. Mañana.
Gottfried despertó con energías renovadas, tras un par de días sin dormir, y se encaminó a la empalizada para realizar sus rituales matutinos.
Con los rayos del sol calentando sus huesos con la promesa de la primavera, el clérigo se sentó a desayunar, esperando a sus compañeros, antes de decidir hacia donde marcharían. Cuando vio a Kesten Garess, aprovechó también para preguntarle por indicaciones sobre el camino que podía haber tomado el mercenario al que quería atrapar; al fin y al cabo, por el momento no tenían ningún objetivo concreto que seguir.
Ok, preguntaba por no liarla parda.
Por mí vale, podemos empezar por ahí e ir investigando el sur.
El sur es tan bueno como el norte. A favor.
¡A tope con la cope!
Cuatro votos, tira que va para el sudeste asiático.
Solar, 11 de Pharast de 4.710. Tarde.
Se jodió la primavera. Según avanzaban hacia el sur el cielo se cubrió completamente a una velocidad pasmosa. Empezó a soplar un viento helado que no se sabía de dónde salía y que levantaba polvo, ramitas y hojas que molestaban a los caballos, al pony y los viajeros. Al cabo de un rato tuvieron que abrigarse con todo lo que llevaban en las alforjas y, cuando un trueno dio comienzo a un impresionante aguacero, ni siquiera eso fue suficiente. Las llanuras se convirtieron en un barrizal que dificultaba el avance del grupo. Desesperados, intentaron buscar refugio en un pequeño grupo de árboles sólo para descubrir que al amparo de esas ramas ya había alguien esperando a que amainara: un grupo de jabalíes de tamaño considerable.
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Encuentros aleatorios
Dificultad: 45-
Resultado: 23 (Exito)
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Encuentros aleatorios
Resultado: 14
Tirada oculta
Tirada: 1d4
Motivo: Jabalíes
Resultado: 4
Por favor, abrigaros si tenéis con qué. El que no pueda que me lo comunique. Y ahí tenéis a los cochinos, vosotros me diréis.
El traje de viajero venía con capa, si mal no recuerdo, así que yo llevo esa capa por encima.
Sobre los jabalines, a ver qué hace Dora la exploradora, que todavía le vuelven a matar al caballo.
Sandael parecía poco abrigada para estas situaciones. - Se me olvidó que perdí muchas de mis pertenencias al perder también mi caballo - Les comentó a sus compañeros, tras ver que no tenía el equipo necesario. Tras encontrar a los jabalíes, intentó calmar sus ánimos como sabía. Y pareció conseguirlo cuando volvieron a tumbarse relajadamente tras los movimientos y silbidos de la exploradora. -Bueno chicos, creo que podremos acampar por aquí, sin que nos molesten los jabalíes, pero no hagáis nada que pueda enfadarlos, que unos como estos fueron los que mataron a mi caballo...
Tirada: 1d20
Motivo: Mejorar actitud
Resultado: 14
El Hechicero saco de su petate una amplia capa de piel y pelo marron que le cubrio casi por entero y siguio las indicaciones que Sandael le indicaba... en concreto la de no acercarse mucho a los jabalies....
ya tenia medio redactado el mail de que me cagaba de frio cuando he visto que si que tenia ropas de invierno... como molo...