Partida Rol por web

-Erión ¿Qué quieres, curación o favor de la señora?.-

- Una bendición nunca viene mal, compañero. Además, el golpe no es muy serio. - Espero a que el rápido clérigo rece su plegaria y lanzo una estocada contra el enmascarado que tengo delante. El guerrero huye.

Una retirada a tiempo bien vale una vida.

El golpe, bien colocado, acierta el el cuerpo del enmascarado.

el barbaro sigue abanzando, descargando su hacha a derecha e izquierda. En uno de esos movimientos alcanza al asaltante que tenia delante y le hace un feo tajo en la tripa... quiza lo suficientemente profundo como para dejarle fuera de combate...

Tanto el paladín como el bárbaro acaban con sendos asaltantes, los que tenían delante. Mientras, el otro asaltante del piso de arriba sale corriendo hacia vuestra habitación, rompiendo la ventana y lanzándose al exterior. Ois un quejido cuando cae al suelo desde esa altura.

El otro asaltante, el que está abajo sujetando la puerta, se ve tan superado en número que intenta huir. Pero la puerta la ha cerrado su jefe antes, y eso le costará caro... Solo tiene tiempo de abrir la puerta y quedarse en el quicio, rezándo por librarse de esa... Parece que algún Dios le ha oido porque uno de los guardias solo consigue rozarle en un brazo y el otro se tropieza y falla estrepitosamente el ataque.

...ese pobre desgraciado no va a decirnos mucho...El elfo baja en busca de sus compañeros por si necesitan ayuda en las cocinas.

El elfo no piensa dejar escapar a ninguno de esos miserables asesinos, entra en la habitación y trata de ensartar al miserable con su estoque.

Sin mucho éxito.

Despues de despedazar a su ultimo oponente, y tras ver como el resto de asaltantes corrian, el barbaro hizo un ademan de slir detras, pero de repente se calmo , dejo caer el brazo de su hacha y apoyo el otro brazo en una viga de madera.

Sighvat estaba tomando aliento, parecia muy cansado...

Al ver que huyen salgo corriendo a la sala donde estaba Saul contando la recaudación

Mientras veis como se marchan los asaltantes que habeis dejado vivitos y coleando, os detenenis a descansar por un momento. Los guardias, ahora más relajados, sucumben a la tensión del combate y se sientan en el suelo de la cocina, mirando perplejos a su compañero muerto y dando gracias por haber tenido al clérigo tan cerca.

A los pocos segundos, Saul entra en la cocina y os mira. Al mismo tiempo, suben desde el sótano Beyar, Hans y Bojask, con la espada en la mano. Es Saul el que rompe el silencio.

¿Estáis todos bien? ¿Sabéis quienes eran? ¿Qué ha ocurrido?

- Digamos que nos hemos vuelto a ganar el sueldo...y un buen trago, dice el elfo que se sirve de la barra y hace un gesto a Sighvat pues suele ser el único que se una

El-Rohir se acerca al guardia muerto, le cierra los ojos y le pone en posición de descanso. A la vez que coge un cubo de serrín para enjuagar vomitonas y lo va soltando por los charcos de sangre.

-Vamos a intentar que esto no parezca un matadero. Pues señor Vankaskerkin, entraron unos asaltantes hace un minuto, supongo que con idea de robar, y se encontraron la horna de su zapato, -

-Me averguenza decir que no me acuerdo del nombre del guardia muerto... Chicos-dice refiriéndose al resto, que para el elfo son niños.-¿Alguno más está herido? ¿El fallecido tenía familia? Si es así deberíamos vender las posesiones de los asaltantes para la viuda y huérfanos.-

Uno de los guardias dice timidamente.

El guardia se llamaba Thelan, que Iomedae le acoja en su seno. No tenía familia, al menos que nosotros sepamos...