Partida Rol por web

A pesar de su torpe lanzamiento el cuchillo habia abierto las carnes del asaltante, ¡la señora bendecía a El-Rohir!. No era el momento de desaprovechar esa suerte así que sacó su estoque.

Y se tiró a fondo. Un fondo muy desviado, pero a fondo era.

El clérigo va haciendo lo que puede, y poco a poco va limando las energias del oponente...

Aleena vio que el asaltante que quedaba... no tenía nada que hacer. Así que corrió en primer lugar en dirección a la cocina, dispuesta a atacar a cualquier enemigo.

Cuando llegas a las puertas de la cocina, lo que ves es el cuerpo de uno de los guardias tumbado en el suelo boca arriba sobre un charco enorme de sangre, en el medio de la cocina. Al lado, en pie, a Sighvat un poco desconcertado, sin saber muy bien qué hacer, y por lo demás no notas nada más.

El guardia sale tras Aleena, pero en lugar se seguir hasta la cocina, ataca por derás al asaltante, que no ve llegar la estocada. La espada corta se introduce por las costillas, dejando muribundo en el suelo al asaltante, sin piedad. En su cara se demuestra que ha disfrutado haciendolo...

El guardia restante acaba con el enemigo con el que se estaba enfrentando el clérigo elfo. Pero todavía había jaleo.-¡Id a la cocina a ver que está pasando! ¡Yo me quedo aquí con los heridos!-

Canalizo el poder de mi diosa teniendo en cuenta no ayudar a los asaltantes, sólo a nuestros guardias heridos.

Cuando llegais a las puertas de la cocina, lo que veis es el cuerpo de uno de los guardias tumbado en el suelo boca arriba sobre un charco enorme de sangre, en el medio de la cocina. Al lado, en pie, Sighvat, Aleena y Eleanail un poco desconcertados, sin saber muy bien qué hacer.

Mientras el clérigo atiende a los guardias y los sana, los cuales se levantan algo aturdidos pero vivos. Ellos te dan las gracias, cogiendo sus espadas y prestos para ayudarte si queda alguien más.

Oyes gente en el piso de arriba, encima de la cocina. Donde está la sala de reuniones y la oficina y aposentos de Saul.

Eleânil sale corriendo mientras incita a sus compañeros: rápido, hay gente en los aposentos de Saul.

Salgo corriendo junto a Eleanail

Una vez sanados los guardias. El clérigo elfo se dirige a una velocidad sorprendente hacia la cocina, con intención de llegar al piso superior. Pero al llegar a la cocina ve al guardia tendido en el suelo y se aproxima a él para ver si puede ayudarle.

Abris la puerta que da al descansillo y más allá a las escaleras que suben al piso superior. En cuanto abris, ois como están desvalijando las habitaciones que ocupáis algunos de vosotros, y ois una voz ronca y potente.

¡Mecagüen el hijo puta de Saul! ¡No esta aquí!

Ois volcar una mesa, rasgar telas (supuestamente cortinas pero quizá haya sido el forro de las sillas dle despacho de Saul) y cuando vais a subir, notáis pasos de varias personas.