Partida Rol por web

Uno de los guardias dice timidamente.

El guardia se llamaba Thelan, que Iomedae le acoja en su seno. No tenía familia, al menos que nosotros sepamos...

El ulfen dejo las explicaciones al resto. El paisaje de manchas de sangre en la pared y miembros amputados daba buena cuenta de ello.

- Para mi que esos se lo pensaran antes de volver a intentar algo asi - dijo mientras acudia al lado de Eleanail a saborear esa cerveza. A Sighvat le costaba hablar con algo de dificultad, como si estuviera sofocado.

- Iomedae lo hará, sin duda, ya que dió su vida por defender lo que consideraba justo, aunque solo fuera su trabajo. ¿Qué es lo que estarían buscando? El ataque de abajo parecía una distracción para que los de arriba buscaran tranquilamente. ¿Deberíamos echar un vistazo para asegurarnos de que no queda ninguno?

Saul os mira, desconcertado.

¿Hay más arriba?

Os dáis cuenta de que no le habéis contado todo lo ocurrido, su gesto no es agradable...

El-Rohir es un elfo ya entrado en la madurez, con más de 200 años de vida que aún así, no se notan en su rostro salvo quizás para otro elfo, en su poblado adoptivo en Nirmathas estaba acostumbrado a ocuparse de los entierros, de los ataques y de aconsejar a los diversos líderes.

Y acababa de enfrentarse a varios asaltantes armados, ocupándose de arreglar los desaguisados. Si tuviera 100 años menos, humanito borde y respondón, te ibas a enterar de lo que es bueno.

Aún así, la furia ni se refleja en sus ojos y responde amablemente a Saul.

-Justo cuando acababamos de cerrar han entrado unos quince asaltantes, sin duda para robar la recaudación, puedes ver sus cuerpos en trozos aquí y allá.-

-Hemos logrado resistir y han pagado cara su osadía... aunque no llegué a tiempo de salvar a Thelan.-

Luego se dirige a Erion: -No creo que quede ninguno, pero sí, podemos dar un vistazo y comprobar si han logrado robar algo. También deberíamos registrar los cuerpos para comprobar si hay alguna pista de quienes eran o quién les había enviado.-

- Y recordar que uno registraba nuestra habitaciones, lo mismo se han llevado nuestro dinero...dice Eleânil dando un sorbo a su copa.

La mediana da un largo suspiro

- Voy a revisar todos los pisos superiores, si le parece bien, señor Vancaskerkin. Miraré que no se hayan llevado nada, y que no haya mas enemigos por aqui

Saul mira a Aleena furtivamente.

Revisa lo que quieras, menos mi despacho y mis dependencias privadas. ¿Ha quedado claro?

Saul se dirige hacia arriba, y se encuentra con el semiorco despedazado.

¡Limpiad esta porquería! Y podéis quedaros con todo lo que tenían estos desgraciados. Mañana por la mañana hablaremos de esto.

Después se va a su despacho y cierra la puerta.

- Tranquilo Saúl, yo acompañaré a Aleena. Cuatro ojos ven más que dos, y si ha quedado alguien será más facil que se rinda. - Miro a la mediana y le hago un guiño - no se fía de tí, no se por que la verdad ¿Vamos pequeña?

Eleânil termina su copa y va hacia sus compañeros: Iré con vosotros..por si falta algo.

Sin embargo Sighvat no se dio por aludido y siguio bebiendo.

Al parecer ya habia trabajado bastante por esta noche.

-Bueno Sighvat, nos toca registrar los cadáveres y ver que podemos hacer para limpiar esto.-

El-Rohir registra los cadáveres a conciencia, está intrigado por la razón del ataque y busca cualquier cosa que le de una pista.

-Muchachos, deberíamos avisar a la milicia de la ciudad ¿no?.-dice a los guardias.

Cuando El-Rohir comenta lo de avisar a la milicia, el guardia le dice: - Voy a preguntarle a Saul. - Y sale en dirección al segundo piso.

Mientras unos vais a revisar el Trasgo Dorado, otros registrais a los asaltantes caidos. Los que revisais, no encontrais a nadie mas dentro, pero veis una ventana rota en el pasillo de las habitaciones de huespedes, y todas las habitaciones han sido registradas. Han sido bastante eficaces pues no les habeis oido, pero por suerte esta semana no había nadie alojado y no se han podido llevar nada de valor.

Los que registran los cadáveres encontrais algunas armas, armaduras y algunos objetos de valor. Además, el asaltante de arriba tenía varias bolsitas con vuestras pagas.

Al poco rato, baja Saul a la cocina. Mira los cadáveres con detenimiento.

Estos semiorcos son sin lugar a dudas del señor del crimen Croat. El que está depedazado allí arriba es Jasker Gant, uno de sus esbirros. El resto son humanos, lo que indica que algún otro señor del crimen está también involucrado. Osea, que se han unido un par al menos de los señores del crimen para intentar acabar conmigo... Estos no han venido a robar. Estos venían a por mi. Estoy seguro.

Limpiad todo este desastre y asegurad las puertas y ventanas del Trasgo Dorado, y tapad lo que hayan roto. Y deshaceos de los cadáveres. Ya habrán captado el mensaje, pues esta derrota enseguida va a saberse en toda la ciudad. Se lo pensarán dos veces para volver a atacarnos. Pagarán por esto, por supuesto, pero a su debido tiempo.

Tras esto, vuelve a su despacho.

Cuando Saul vuelve a sus despacho y el grupo queda solo Eleânil comenta: ¿Intenta engañarse a sí mismo? Esto va en aumento, cada vez los ataques son más violentos ¿seremos capaces de repeler el siguiente?

-Si eso es verdad, Eleânil, estamos en una carrera de armamentos.- El-Rohir contempla su fina hoja y la envaina, a continuación se desabrocha del cinturón la vaina con el estoque y lo arroja al montón del botín, cambiándolo por la espada larga.

-Llevo algún tiempo repasando mi viejo libro de conjuros, puedo preparar algunos esta noche por si esos malditos vuelven... aunque lo mejor sería que encontrásemos a ese tal "Señor del crimen Croat" y le diésemos su merecido.-

- Lo cuál declararía una guerra de poder en su zona y nada impediría que el nuevo siga el mismo camino....por no decir que podríamos salir mal parados, el agrio carácter del elfo no ha medrado por el alcohol consumido esta noche.

-No se mucho de crimen, pero yo haría esto por justicia, y listo. Así el próximo se lo pensaría dos veces.-

El-Rohir sigue con voz ambable, pese a la causticidad de las palabras de su congénere.

- No confundas la justicia con la venganza, El-Rohir. Iomedae aprueba lo primero, pero lo segundo está totalmente fuera de lugar. No sería justicia, sino asesinato. Eleânail tiene razón, no podemos declararle la guerra a un señor del crimen. Y dudo que esto sea lo mejor que ha podido enviar contra nosotros. Prudencia compañero, prudencia - palmeo el hombro del clérigo -. Al fin y al cabo, no somos más que mandados, Saúl es el que decide.