Partida Rol por web

Las ciudades de Embelyon llevan años luchando contra las criaturas que Sadlark envía a estas  para atemorizar a los pobladores de dichas tierras. Estas criaturas, saquean y destruyen todo lo que encuentran a su paso, dejando tras de si un rastro de desolación y en muchas ocasiones, ciudades enteras destruidas.

Se dice que a veces, los esbirros de Sadlark secuestran niños y mujeres para exclavizarlos, vejarlos o incluso como dicen las malas lenguas, abusar de ellos hasta la saciedad.

Para que nos vamos a engañar, desde que Cedrick fuera nombrado cardenal del trigesimoxesto Eon, muchos han sido los que han anhelado su muerte, otros directamente han intentado atentar contra el, pero sin mucho éxito, dado que la seguridad del cardenal primaba sobre todo lo demás y siempre estaba bien protegido, haciendo de el un hombre infranqueable.

Cedrick ya sabia a lo que se exponía desde el momento en que lo nombraron cardenal, sabia que según la profecía, cuando falleciera su destino o mejor dicho, sus cenizas serian llevadas hasta el desierto de Chun para ser depositado en cripta de Jhoannes, tambien conocida como la cripta de la salvación.

Sabia su futuro a la perfección y eso le quito el sueño muchas noches, pero siempre lo afrontaba con serenidad y resignación. Cedrick temía mas el viaje que emprendería después de muerto que el destino que le pudiera deparar la vida. Sabia que si sus cenizas no lograran llegar a su destino, las tierras de Embelyon estaban destinadas a desaparecer por completo habiéndose superpuesto de esta forma el mal sobre el bien, y eso era algo que no se podía permitir. 

Al final y como era de esperar el cardenal fallecio debido a su avanzada edad, fue entonces cuando empezaron todos los preparativos necesarios para llevar a cabo la incineracion del cuerpo.

Ahora Kajin es un hervidero de gente que va y viene de todos los rincones de Embelyon para dar el ultimo adios a el cardenal Cedrick.

Acabais de llegar a Kajin, vuestra primera impresion es de haber llegado a un lugar donde el tiempo no parece haber pasado en Eones, las gentes del lugar son amables con los forasteros y os sentis como en casa, os ofrecen alojamiento y alimentos en caso de necesitarlos y no os piden nada a cambio. Notais como en el ambiente se respira nerviosismo. Os llama la atencion las altas estructuras que reinan en la ciudad.

A parte Kajin es un lugar donde se concentran grandes bosques, y grandes cataratas las cuales de alguna de ellas se dice que no existe fondo y si cayeras por ella, estarias toda la eternidad cayendo a un vacio sin fin.

Tambien es lugar donde residen algunos de los mas poderosos y sabios magos de Embelyon.. Lugar que vio nacer al cardenal Cedrick y que ahora esta de luto por la muerte de este.

La noticia de la muerte del cardenal se ha hecho eco en todo Embelyon, pues segun la profecia el final de los dias en los que domina el mal sobre el bien esta cerca. Para tal efecto, los restos de Cedrick tendran que ser incinerados y llevados hasta el Sur-Oeste de Embelyon, mas alla del desierto de Chun, en la cripta de la salvación en el templo de Saldark, donde los restos tendran que ser depositados en el pedestal sagrado.

Ahora vuestros superiores os han elegido para partir hacia Kajin, para que asistais al funeral del cardenal y una vez haya acabado, presentaos ante el obispo con la carta que os han dado para entregarla.

Vuestro primer destino es la catedral de Kajin, inconfundible por su gran bobeda trianguar, la mas alta de todo Kajin. Debeis llegar hasta sus puertas y esperar a ser recibidos por un discipulo de la orden de kajin.

Cuando llegais a la puerta de la catedral, portais en vuestras manos la carta de recomendacion que se os entrego antes de partir, ya que se os dijo que para que os reconocieran en la catedral tendriais que tener a la vista la carta en todo momento.

Arnold Greydove. El discípulo aventajado que por fin ha tomado sus votos y ha ingresado en la milicia de los soldados de Pelor, recibe el mandato de presentarse ante el ayudante del obispo de Lumen, segundo en el escalafón de la orden. Saluda a su llegada y, en silencio, recibe las órdenes de su superior y una carta.

- No lo olvideis. Frente a la catedral de Kajin, tenedla bien a la vista. Por ella os reconoceréis.

El paladín parte rumbo a su destino, montado en su corcel gris y con el corazón rebosante de la felicidad que le produce ser el elegido para la misión, su primera misión. Conoce la profecía, naturalmente, y por ello valora en su justa medida la magnitud de la tarea que le han encomendado, pero eso no le intimida sino que le estimula. Sabe de la importancia de que esas cenizas lleguen hasta la cripta, para que por fin el Bien, razón de su existencia, venza definitivamente a la Oscuridad.

Tras unas cuantas jornadas sin demasiados contratiempos, a través de senderos que evitan las montañas y rodean los bosques, el joven llega por fin a Kajin. Desmonta y pasea tranquilamente entre la multitud, con una mano en la rienda del caballo, hasta llegar junto a las puertas de la catedral. Se detiene unos instantes, indeciso, saca la carta y la sostiene en su mano, mientras su mirada se pasea por entre el gentío que se agolpa en los exteriores.

 Tras la muerte del cardenal me llaman a la corte para decirme que debo partir hacia Kajin , soy el elegido entre cientos para esta misión. Una vez recibida la carta y explicado mi cometido me retiro a mis aposentos a descansar  ya que al alba debo partir. Paso una noche larga y en vela preocupado por la misión  al salir el sol, ya estoy preparado para partir cojo mis  armas y mi carta y me dirijo hacia Kajin, el camino es largo pero en unas horas consigo llegar por sendas y atajos. Una vez allí, la muchedumbre de gente dandole el ultimo a dios al cardenal me dificulta el acceso al fin consigo llegar hasta las puertas y mostrar mi carta al guardia que la custodia. 

Hola soy Eddi, Eddi Wiliam, me están esperando.

Le muestro la carta al guardia.

 El guardia al que se dirige eddi le mira con indiferencia y superioridad. Este con tono agresivo y firme solo se limita a decirle al elfo... No me molesteis y quitaros del medio, si os estan esperando no temais que vendran a buscaros.

Ahora largo de aqui.

El guardia miro de arriba a bajo al elfo  y cuando vio en su mano la carta de recomendacion, estendiendo su brazo hacia un lado le indica la puerta de la catedral donde debe esperar... Alli es donde debeis esperar a ser recibido.

 Eddi mira al guardia  que le habia negado la entrada en  un principio de arriba a abajo. Antes de que Eddi se de la vuelta el guardia le ve la carta y le dice que pase y espere, Eddi sin pensarlo 2 veces accede.

Wendel emite un suave gruñido al adentrarse en Kajin y mirar la muchedumbre que lo puebla.

Grrr, se agolpan como hormigas pisándose unos a otros. Espero poder abandonar este lugar cuanto antes.

El enano extrae de su petate la carta que le había sido entregada y la observa con el ceño fruncido mientras recuerda su trayecto hasta el lugar.

Había sido hacía más de una semana cuando el rey Nori III había reclamado su presencia en su trono en las minas de Burac-Zal. Normalmente aquello resultaban ser buenas noticias pues solía suceder que el rey le encomendaba alguna misión en el exterior de las minas. En aquella ocasión, la sorpresa fue mayúscula al enterarse de la muerte del cardenal y de la misión que le esperaba. Partió inmediatamente hacia Kajin y a lo largo del viaje su estado de ánimo se fue minando, pues las condiciones climáticas no lo acompañaron. Igualmente, sufrió varios retrasos en su viaje debido a la necesidad de guarecerse y a la escasa luz de la que gozaba cuando el sol comenzaba a descender. Aquella situación supuso que el humor del enano fuera especialmente malo y se encrudeciese al comprobar que Kajín se encontraba inundado de gentes grandes.

El enano se dirige hacia la catedral dirigiendo agrias miradas a aquellos que osaban observarle y se detuvo frente a la puerta de la misma sujetando el sobre que se le había entregado. De pronto unos niños humanos se acercan jugando a un aparentemente alegre y ruidoso juego. La cercanía de la actividad incomoda al enano que inmendiatamente emite un gruñido que intimida a los niños que salen corriendo en dirección opuesta.

No pienso esperar muco tiempo en este lugar... piensa con gesto serio.

Los acontecimientos se habían precipitado al morir el cardenal, pues el maestro de Luthien había dispuesto una nueva tarea para ella; tarea que choca de frente con sus intereses, pero la elfa saba de sobra cual es su posición y por ende su deber. Tras unos minutos reunida con su mentor, Luthien, recoge sus pertrechos y abandona la academia en dirección a la catedral de Kajin, observando curiosa el sobre que le había sido entregado.

Las calles de la ciudad son un hervidero de gente, pero a pesar de eso, la elfa camina sonriente y disfrutando del ambiente que impregna la ciudad y sus gentes. Tanto es así que casi sin darse cuenta llega frente a las puertas del edificio, y sin demorarse se presenta allí, buscando con la mirada algún soldado o alguien que pueda ayudarla.

Han pasado dos días desde que Khelben recibiera la carta de sus padres desde Kajin... Ahora, mientras galopa muy próximo a la magnífica ciudad de Kajin, recuerda una a una las letras escritas en la misiva:

Querido hijo:

Hoy no tenemos buenas noticias, tu madre y yo, en esta carta...

Tarde o temprano tenía que ocurrir y ya ha sucedido... Cedrick, nuestro cardenal y antetodo amigo de nuestra familia ha fallecido.

Ya conoces las leyendas y las tradiciones... Cedrick será, como todos sus antecesores, incinerado en la pira de la catedral de Kajin. Sus restos depositados en una urna, la cual deberá ser transportada lejos, muy lejos de aquí y depositada en el lugar exacto enmedio del desierto de Chun.

Te conozco muy bien y te he entrenado muy bien y sé, que antes de que me lo pidas, ya te he incluido en la lista de los elegidos. Como comprobarás, junto a esta carta tienes otro sobre, el cual deberás entregar en las puertas de la catedral de Kajin dentro de tres soles. Es un salvoconducto, un pasaje para que te reconozcan como uno de los elegidos por el consejo.

Apresúrate, hijo mío, corre veloz como el viento y reúnete con tus compañeros de misión que ya los conocerás una vez estéis reunidos. El consejo ha reunido a los mejores, junto a tí, para tan solemne empresa.

Un abrazo... Que los dioses te guien!!!

Khelben, herido en lo profundo de su corazón, llega a las puertas de Kajin y, tras dejar su corcel en los establos reales y refrescarse en las fuentes de palacio, se enfunda su equipo y se aleja con paso firme por las tumultuosas calles con un único rumbo en su mente: las puertas de la Catedral de Kajin. No es la primera vez que acude a la ciudad por lo tanto no precisa de guías para llegar. Además, es el único edificio cuya cúpula puede verse desde cualquier punto de la ciudad... sólo un tonto se perdería!!!

Al llegar se da cuenta de que no es el primero en presentarse, parece ser que ya hay varios de sus compañeros de misión, pues todos ellos portan en una de sus manos una carta similar a la suya. Por lo visto sus acompañantes, hasta el momento serán una elfa, de finos rasgos, que por su atuendo se adivina una practicante de las artes arcanas; un fornido enano al cual se le vé bastante impaciente; también hay una especie de explorador el cual está mirando con no buenos ojos al guardia, quizá haya ocurrido algo; y lo que más llama la atención es un caballero (Dragón Púrpura) ataviado con una magnífica armadura. Khelben se hace a un lado y espera paciente que alguien acuda y dé inicio a la misión...

Nada parecía indicar que ese soleado dia seria diferente a cualquier otro mientras Fibbin encerabasu arco, dos pies más alto que ella.
Estaba resultando un trabajo más largo de lo que había planeado, pues se había pasado tres días enteros siguiendo a un ciervo adulto que terminó por escapar.

Sin embargo, a media mañana apareció sobre un enorme corcel el mensajero que traía lo que cambiaría su vida para siempre.

El viaje a Kajin dio a Fibbin una visión del mundo que no habría tenido ni siquiera observando desde la combre de las altísimas montañas de los enanos...la cantidad de territorio inexplorado le ponía los pelos de punta.
Estuvieron bordeando las costas de Telwan y Aldulúmë hasta que atravesaron el Mar Discordante en una nave de enormes velas triangulares.

Una vez llegada a Kajin, Fibbin se dejó guiar por la masa de gente que se dirigia a mostrar sus respetos ante el difunto Cardenal Cedrick.
Sin duda, era la construcción más alta que había visto en su vida. Rodeada de gente grande que la sobrepasaba más de treinta pulgadas, se sintió el ser más insignificante de Embelyon al llegar a las enormes puertas de la catedral flanqueadas por guardias con cara de pocos amigos.

Y ahi se encuentra la mediana, abrumada, intentando poner orden a sus pensamientos mientras se dirige al guardia más cercano, carta en mano.

Todos os encontrais en las puertas de la catredral.

Unos mas cansados que otros a causa del viaje y las inclemencias del terreno y la meteorología que os han acompañado en el viaje previo a Kajin. Vuestra llegada ha pasado bastante desapercibida por los vecinos hasta el momento en que os posais en las puertas de la catedral mostrando vuestras cartas de recomendación. Entre murmullos la gente empieza a hablar entre ellos, unos disimuladamente, otros descaradamente aun tapándose la boca con la palma de la mano para intentar disimular la terrible falta de educación que están cometiendo.

Entre los que portais las cartas de recomendación veis a un fornido guerrero, khelben, que aguarda pacientemente a que alguien le reciba con total tranquilidad, mientras deja pasar el tiempo.

Por otro lado veis a un joven apuesto que en una de sus manos lleva todavía la rienda de su caballo que lo esta acompañando en todo momento mientras en la otra aguanta con firmeza su carta.

Tambien podeis ver un impaciente elfo, regalando de vez en cuando alguna que otra mirada de rabia hacia el guardia de la puerta.

Tambien reparais en el enano, que parece haber nacido enfadado con el mundo ya que hace poco habeis visto como gruño a unos niños indefensos que lo único que querían eran pasárselo bien y gracias al enano salieron despavoridos y llorando buscando, seguramente, el regazo de sus respectivas madres.

Una despreocupada elfa hace también acto de presencia mientras parece estar buscando algo. Os llama la atención el estado de la Elfa ya que no parece haberse cansado en el transcurso de su viaje hasta Kajin, aunque poco después os dais cuenta de que Kajin es la cuna de los magos y muy probablemente ella no ha tenido que desplazarse como todos vosotros desde una gran distancia.

Y por ultimo veis aparecer una mediana que por sus facciones y corpulencia parece ser que es una mujer de armas tomar. Aun asi, parece mostrar un poco de mal estar al verse envuelta en medio de tanto humano.

Al principio parece que os mostréis temerosos o reacios a relacionaros entre vosotros, bien sea por orgullo o por timidez, o quizá por simple dejadez. El caso es que parece que la hora de la ceremonia se acerca y todavía nadie ha salido a recibiros.

De repente y sin previo aviso….

El murmullo de la gente se hace cada vez mas audible y el nerviosismo empieza a hacerse notar en el ambiente. Poco a poco el ruido de la gente hablando va descendiendo y este silencio da paso al ruido de un carruaje y sus caballos rodando y galopando sobre los adoquines que llevan hasta la mismísima puerta de la catedral.

Ante vosotros veis como la muchedumbre va abriéndose, dejando asi paso al carruaje hasta que para delante vuestra y en ese justo instante se abren las puertas de la catedral detrás vuestra y sale un discípulo de la orden de Kajin y veis que se dirige a vosotros. 

Timidamente pero con paso firme veis como sale un joven encapuchado que dirige su mirada hacia vuestras manos intentando adivinar de esta forma si sois los elegidos. Una vez se ha cercionado de que vosotros sois a los que esta buscando, se dirige a todos vosotros hablando de nuevo timidamente.

- Perdonad por la espera.... haciendoos una reverencia continua diciendo.... Por favor, si son tan amables de seguirme, les indicare donde deben tomar asiento.

Dirigiendo la mirada hacia el paladin dice... Entregadle las riendas de su caballo al guardia, el lo llevara al establo y alli cuidaran bien de el, no os preocupeis por el equino, estara bien cuidado.

Una vez preparados, os indico que le siguierais y uno detras de otro fuisteis pasando a la catedral.

La musica sonaba en el grandioso organo eclesiastico, sus notas llegaban a vosotros haciendoos reaccionar a cada uno de distinta forma. Todo lo que os rodeaba era majestuoso. Los pilares de la estancia parecia que nunca acababan de llegar a su fin, El roseton de la entrada a la catedral era una majestuosa obra de arte emulando la imagen vista desde el espacio del mundo de Embelyon. Las vidrieras de las paredes dotaban a la amplia sala de una bondadosa luz proveniente del exterior.

Ante vosotros tres hileras de bancos se extendian hasta llegar al altar que estaba decorado escasamente con un atril y una pila bautismal. Decenas de santos se extendian a lo largo del pasillo por el que os condujeron hasta vuestro lugar, el primer banco situado a la izquierda del altar.

De nuevo el joven os dirige la palabra para deciros... Aguardad aqui, enseguida empezara la ceremonia.

Khelben sigue al grupo... Al pasar por la pila bautismal no logra impedir recordar que ahí fue donde lo bautizaron y que fue la misma persona a la que ahora tiene que proteger sus restos incinerados en una urna.

No es la primera vez, por tanto, que pisa la catedral, sin embargo siempre le invade una sensación de admiración entre sus muros por la obra tan magnífica y la cantidad de piezas de grandes artistas y maestros que alberga en su interior.

Por fin se detiene el guía, ataviado con su hábito de monje, y comunica al grupo que aguarden unos instantes...

Khelben lo sigue con la mirada hasta que se pierde por una puerta lateral detrás del altar mayor. En ese instante el guerrero aprovecha para presentarse a sus compañeros...

- Damas y caballeros. Es un honor para mí y mi familia participar en esta gesta... Mi nombre es Khelben "Black" Arunsun, hijo del capitán de la guardia de esta noble ciudad de Kajin. ¿Con quienes tengo el placer de acompañar en esta empresa?

Khelben extiende su mano a los varones y hace una reverencia gentil a las damas del grupo.

Wendel sigue al joven sin mucho ánimo aunque aliviado por ver finalizada su espera. Observa a los miembros del grupo y recupera su mal humor al comprobar que será el único enano.

No entiendo por qué juntar a este pintoresco grupo. Dame un par de buenos enanos guerreros y realizaré cualquier misión que se me encomiende, piensa el enano mientras accede a la catedral.

Nada más entrar en la construcción Wendel no puede ocultar su expresión de asombro ante tal monumento. Como buen enano, admira las obras esculpidas en la tierra pero sin lugar a dudas aquella estructura es la más formidable que ha visto en su vida que no fuera escavada en la tierra. Alcanzan el fondo del pasillo central de la catedral y se detienen. El joven les indica que deben esperar allí. A continuación un fornido guerrero humano se presenta con cortesía al tiempo que le tiende la mano. Sin cambiar el gesto, Wendel se la estrecha.

- Mi nombre es Wendel, guerrero enano de Burac-Zal, y me reservo para más adelante el derecho a declarar si es un honor o no.

Acto seguido se cruza de brazos y espera con impaciencia. Tantos días de viaje para que nos hagan esperar en este frío lugar...

La elfa observa la escena con un claro gesto de curiosidad y a la salida del joven de la catedral, ésta sin mas sigue los pasos junto al resto del grupo, disfrutando de la hermosa arquitectura de la catedral, mirando en derredor, deleitándose en la maestría de la construcción. De hecho se quedó tan embelesada, que no se percató de que habían llegado a una sala en la que les invitaron a esperar, solo las voces de dos de los integrantes de tan diversa compañía logran sacarla de sus pensamientos.

-Oh, vaya, es un placer conoceros- a la par que devuelve el saludo con una sútil reverencia -Mi nombre es Luthien Alcarin, estudiante de magia aqui, en Kajin.- La mirada de la elfa se posa en el Khendel y Wendel, deteníendose quizás algo mas de tiempo en el enano, pues apenas su camino se ha cruzado con los de la irascible raza enana.

- Vamos maese enano, seguro que en vuestro fuero interno no sois tan gruñon como aparentáis.- Comenta Luthien con un tono jovial, casi infantil.

El paladín observa admirado y con satisfacción el interior de la majestuosa catedral. Es bien cierto lo que ha oído decir en el Monasterio de Lumen, de donde él procede, sobre la magnificencia del edificio, incluso tales comentarios se quedan cortos en sus alabanzas.

Camina tras el monje por el pasillo de la nave central y, cuando éste les abandona, hinca su rodilla en el suelo por unos instantes ante el altar mayor, antes de tomar asiento. Sus compañeros se sitúan junto a él en el mismo banco y allí mismo comienzan las presentaciones y la cháchara, sin respetar el silencio que el lugar merece.

- Caballeros, por favor -amonesta en susurros- Estamos en lugar sagrado; guarden el respeto necesario.

Aunque, sin poderlo reprimir, añade, relamidamente:

- Arnold Greydove, paladín bajo las órdenes del obispo de Lumen, y al servicio de Pelor.

Tras decir esto, vuelve a arrodillarse por unos instantes, para después quedar con la mirada al frente, fija en la mayor de las vidrieras que iluminan el altar.

Eddi sigue a aquel hombre junto al  resto del grupo y se sienta donde le indican.Observa como uno a uno se van presentado las  personas que iban con él: un tal  Khelben "Black" con apariencia de guerrero,un enano llamado Wendel un tanto excéptico, una atractiva aprendiz de maga que dice llamarse Luthien Alcarin y un serio paladín llamado Arnold Greydove que parece molesto por las presentaciones del grupo.

Antes de que otro se le adelante,el elfo decide presentarse aún arriesgo de que el paladín le mande callar:

-Mi nombre es Eddi,Eddi Wiliam, soy un arquero de las tierras de Aldulume, mi arco está a vuestro servicio.

Una vez se ha presentado, decide permanecer en silencio observando las increíbles reliquias de la catedral.

Las puertas de la catedral se abren detras nuestra y un joven nos guia hasta el lugar que nos corresponde.

Cuando Fibbin  entra en la catedral, le da la sensacion de que  todo se magnifica, debido a mi mediana estatura todo parece estar mucho mas lejos de ella. Mira a su alrededor y no puede dar credito a lo que ven sus ojos, todo parecia estar en perfecta armonia con el entorno, como si todos y cada uno de los elementos alli presentes, hubieran estado echos exclusivamente para ese lugar.

Despues de caminar unos cuantos metros, se coloca en su sitio y empiezan las temidas presentaciones. Nunca se le  han dado bien las presentaciones, asi que lo unico que hace es poner buena cara y asentir con la cabeza a todo y a todos.

La mediana simplemente se limita a decir... Hola, soy Fibbin Casaverde, encantada de conoceros a todos.

La música dejo  de sonar dentro de la catedral y en ese momento escuchais el murmullo de la gente, la cual todavía no habíais reparado en ella puesto que cuando os condujeron a vuestro sitio la catedral todavía estaba vacia y mientras esta se llenaba, el sonido del órgano y las presentaciones previas entre vosotros hacian casi inaudible los murmullos de la gente.

Las puertas de la catedral se abrieron completamente y ante ellas se detuvo  el carruaje que anteriormente  visteis llegar. En ese momento todos los presentes dirigen  su mirada hacia la puerta,  haciendo un sonoro ruido de bancos que en mayor o menor medida son arrastrados ante la inercia de la gente mientras se gira para no perderse detalle de los acontecimientos.

El conductor y el acompañante del carruaje bajan al unisono y se dirigen a la parte trasera del mismo, abren las puertas traseras y de ellas sacan el féretro de Cedrick, el cual colocan en una especie de mesa camilla rudimentaria con la que transportan el cuerpo del cardenal a lo largo de todo el pasillo central de la catedral hasta llegar al altar de la misma, dejando al cardenal de cuerpo presente a vuestra derecha.

Los portadores del féretro se retiran una vez cumplido su trabajo y en ese preciso instante el obispo que oficiara la ceremonia hace acto de presencia por una de las puertas laterales de el altar.

 Dirigiendose hacia el féretro, el obispo pasa por vuestro lado ofreciéndoos un leve gesto a modo de saludo.

Se coloca frente a los restos mortales del cardenal y santiguándose empieza una oración solamente audible para si mismo.

Una vez acabada la oración, vuelve a santiguarse y girándose  se dirige al pequeño atril situado en el altar donde se prepara para empezar a hablar para todos los allí presentes.

-Hijos, hijas de las tierras de Embelyon , Bienhallados seais  en Kajin, cuna de los mas prestigiosos magos de nuestras tierras, lugar que vio nacer y morir a Cedrick ahora aquí de cuerpo presente.

Haciendo una pequeña pausa prosiguió diciendo…

Todos sabemos porque estamos aquí y cual es el propósito de esta ceremonia. Estamos aquí para dar el ultimo adiós al cuerpo de Cedrick… dijo señalando el féretro…y despedirle como se merece, rodeado de la gente que le quiso y le quiere de sincero corazón.

Todos sabíamos que este dia tarde o temprano llegaría y como veis, ha llegado…

Si hijos mios, la profecía, esa de la que tanto hemos oído hablar por fin empieza a dar los primeros pasos hacia su desenlace, que no es otro que salvar nuestro mundo de las garras del mal. El mismo mal que arrasa vuestras tierras, que asesina vuestra gente y que deja hogares y familias sumidas en el mas profundo dolor con el arrebato de sus seres queridos.

Ha llegado la hora, porfin de dejar todo eso atrás y empezar a mirar a un futuro mucho mas prospero y seguro. Y todo eso lo conseguiremos gracias a…. Os mira a todos fijamente mientras os selaña con el índice de su mano derecha… estos valerosos aventureros aquí sentados en la posición mas privilegiada de la sala.

Ellos han sido los elegidos para portar las cenizas de nuestro cardenal a su ultimo destino,  la cripta de Jhoannes .

En ese instante os sentís observados por cientos de ojos que se clavan en vosotros mientras permaneceis serios y serenos en vuestro sitio.

El sacerdote continuo diciendo…. Ahora como indica el protocolo, uno a uno deberéis situaros frente a los restos de Cedrick  y  pronunciareis una oración  en su memoria, no hace falta que la oracion sea audible para todos, con que simplemente la expongáis en vuestra mente será valida. Os santiguareis y a continuación le brindareis una reverencia sincera. Una vez hecho esto,  volveréis a vuestro sitio quedándoos de pie.

Una vez dicho esto, el obispo hizo un gesto con la mano invitándoos a que comenzarais con el protocolo.