Partida Rol por web

-De acuerdo Fibbin -le responde el paladín- Nos vemos. Tened mucho cuidado.

Y dicho esto, se separa de sus dos compañeros y toma la calle que le han indicado.

Arnold se despide de Fibbin y Khelben y sigue las indicaciones de la primera. Tras unos minutos donde el paladín se mantiene atento a cualquier imprevisto, llega frente al puesto. Desmonta y se dirige al encargado de la herboristería, dispuesto a pedir lo que Luthien les había indicado.

- Buenos días -saluda al tendero.- Necesito 4 hojas de menta, 2 hojas de crasula y dos raices de Meiresta.

Almeril, mientras esta entretenido en sus quehaceres de la tienda, observa despreocupado como un joven apuesto desmonta su caballo justo delante de su tienda. Al parecer tiene toda la intencion de entrar, y asi lo demuestra cuando con paso fierme, se dirige hacia el establecimiento.

Almeril, saluda con un gesto de cabeza al recien llegado cuando este da los buenos dias y luego pone atencion al pedido que este le encomanda.

Enseguida joven... Contesta Almeril.

Ves como el hombre se gira hacia un estante donde tiene varios tipos de plantas, y extrae de un par de botes, las hojas que te hacen falta. Se vuelve a dirigir a tu posicion y las deja enfrete tuya, para que las puedas, ver, oler, tocas... ¿Estas son de su agrado?, pienseselo mientras voy a la trastienda a buscar las raices... te dice mientras ves como desaparece un instante de tu vista cuando entra en la parte posterior de la tienda.

Cuando vuelve a aparecer, ves como el hombre tiene un gesto de preocupacion en su cara, y dirigiendose hacia ti con la mirada agachada y rascandose el menton te dice... Debeis disculparme, pero, no me quedan raices de Meiresta.

En esta epoca es muy dificil de encontrarla, ya que mucha gente enferma de Tileferis.  Aunque.... quedandose pensativo durante unos segundos, acaba diciendo... Al nor-oeste de Mir, a una media hora de camino, hay una basta tierra poblada por miles de Meiresteas. Me temo joven, que debereis ir vos en su busca personalmente, si teneis prisa en conseguirla, ya que hasta pasados varios dias no se volveran a reabastecer de dichas raices los comercios de Mir.

Cuando os separasteis de Arnold, seguisteis vuestro camino hacia el puerto, al cual no tardasteis demasiado en llegar. Una vez alli, observasteis todo el bullicio del lugar, donde se cargaban y descargaban rapidamente y sin descanso, barcos rellenos de especias y articulos para importar o exportar. Las mujeres de vida alegre se agrupaban en las escaleras de descenso de los barcos recien llegados, intentando captar clientes al mejor precio. Niños de rostros mugrientos, juegan y revolotean por el lugar, mientras se las apañan para robar, disimuladamente, algo de pesacado de la lonja, con el cual llenaran sus pequeños estomagos, saciando asi por unas horas su hambre.

La vos de los marineros mas rudos se hacen notar por entre los demas. De repente escuchais una voz que grita ...¡¡¡Vale Indrajit, ya esta toda la carga en tierra!!!

Ahi estaba vuestro contacto en el puerto...

Visteis como un hombre de piel morena y mirada penetrante se asoma por una de las escotillas del barco cuando escucha su nombre a viva voz mientras responde...  ¡¡¡ Perfecto, ahora desembarco y arreglamos cuentas !!!

Poco despues, observais como desembarca un corpulento hombre, moreno y abundante pelo oscuro, que mantiene un paso firme mientras dirige sus pasos hacia donde se encuentra el hombre que vocifero su nombre anteriormente. Sin prestar atencion a su alrededor Indrajit se pone a negociar sobre su carga con aquel hombre.

Arnold observa la menta y la crasula que el dependiente le muestra, y toma de los botes la cantidad que necesita.

Después escucha las explicaciones sobre la falta de raíces y pregunta:

- ¿No hay otra solución que no sea la de irla a buscar donde dices? Lo cierto es que la necesito con urgencia.

La cabeza del paladín ya está planeando sus próximas acciones: volver a la posada para contarles lo que ocurre y convencerles de que él marche solo, mientras los demás le esperan a que él recoja la raíz; en un par de horas debería estar otra vez de vuelta.

El dependiente se queda mirandolo, pensativo y Arnold continúa:

- ¿Por dónde se va a esa tierra qué dices? ¿Y cómo reconoceré que estoy en el lugar correcto? -hace una pausa y desnuda su desconocimiento: -¿Cómo son las meristeas?

Tras la respuesta del herbolario, termina:

- ¿Me llevo éstas? -le dice señalando seis hojas que ha separado- ¿Cuánto le debo?

 Muy a su pesar, Almeril niega con la cabeza a la vez que te dice... Lo siento pero no hay otra forma de conseguirlas por estas fechas. Deberas ir a buscarlas tu personalmente.

Para encontrar las raices, deberas salir por la puerta Norte de Mir, y veras un sendero que se desvia a mano derecha, deberas seguirlo hasta que veas como te he dicho hace un momento un inmenso terrenal con cientas de estas plantas. Las reconoceras facilmente, por su color purpura, inconfundible. Para arrancarlas de raiz, deberas cogerlas firmemente del tallo y tirar hacia arriba con fuerza, ya que estan fuertemente arraigadas a la tierra.

Mirando las hierbas que habias cogido, esboza una pequeña sonrisa y te dice... Regalo de la casa joven, no me debe nada.

Que los dioses te acompañen...

El paladín agradece el regalo y las explicaciones del herbolario y se despide amablemente de él, tras coger las hojas.

Sale de nuevo a la calle, monta su corcel y desanda el camino hacia la posada, pensativo sobre el nuevo inconveniente. Quizás el campo de meristeas vaya de camino en la ruta de las cenizas, pero eso es algo que él desconoce, y deberá esperar a que se lo aclare Luthien.

Una vez llegan Fibbin y Khelben al puerto escuchan el nombre del contacto...

-Gracias dioses por concedernos avistar a nuestro contacto sin demora - piensa Khelben mientras desmonta de su corcel y ayuda a lady Fibbin a desmontar del suyo.

-Esperemos de cerca a que Indrajit termine de hacer sus negocios. Mantengámonos alertas por si alguien nos ha seguido. - Le susurra Khelben a la mediana.

-Cuando termine de negociar me acercare cautelosamente y le diré que hemos llegado pero con algún contratiempo para que nos diga de cuanto tiempo disponemos para zarpar. - continúa Khelben cauteloso.

-Vos cuidad aquí de los caballos detrás de estos cajones de carga para tener vuestra espalda a salvo mientras vigiláis la mía - concluye lanzándole una leve sonrisa de complicidad a la mediana.

Una vez en el puerto Khelben y Fibbin miran hacia los lados en busca de Indrajit, el contanto al que deben buscar, y como una señal enviada por los dioses en ese mismo instante oyen en un barco cercano como se dirigen a él. La mediana escucha atenta las órdenes de su compañero y las acepta sin rechistar.

-Eso está hecho, soy la más rápida de Lippelt tensando el arco y disparando.-le dice guiñándole el ojo.

Agarra a los caballos y se apoya en la pared justo donde Khelben le había indicado. Desde allí tiene una visión perfecta en caso de que hubiese algún movimiento extraño.

... No habiamos quedado asi, maldito bastardo!!! ¡¡¡ argggggggggggggggg !!!. Ahora  no me vengas con que el precio de las especias han bajado mientras estaba en alta mar. Un trato es un trato y no se puede romper asi como asi.

El hombre al que estaba increpando Indrajit, estaba temeroso ante la ira de este... Señor, son decisiones de mis superiores, creedme que yo no tengo nada que ver con esto... dijo con voz temblorosa.

Indrajit, arrugando su rostro, parecio comprender que aquel pobre hombre no tenia la culpa de haber sido engañado y con un gesto con su mano, le hizo una señal para que se fuera de alli... Largo de aqui, ya ajustare cuentas con tu jefe la proxima vez que lo vea. Decidle de mi parte que estoy profundamente disgustado con su actuacion.

El hombre que hablaba con Indrajit, desaparecio del lugar rapidamente y entonces se percato de la presencia de un guerrero que lo estaba mirando fijamente a escasos metros de su posicion.

Dirigiendose hacia ti, te dice...

¡¡¡ Que pasa !!! ¿Te gusta indagar de los problemas ajenos?

Te quedaste donde Khelben te habia dicho y aguardaste alli pacientemente, mientras observabas todos los pasos de tu compañero.

Viste como se acerco hasta Indrajit, que parecia que estaba en un estado de nervios bastante alterado mientras hablaba con el hombre que poco antes le habia indicado que toda la carga estaba en tierra. Cuando acabo de hablar con este y haciendole un gesto para que se marchara, hizo reparo en la presencia de Khelben, al que se dirigio y empezaron a entablar una conversacion.

Desde su posición Fibbin ve como Khelben comienza a hablar con Indrajit parece que la conversación tiene un tono normal y nada amenazante, como la que acababa de tener con otro marinero, lo que tranquiliza en cirta manera a la mediana. No es que esperar una lucha pero bueno...nunca se saber con quién puedes tropezar en esta vida.

Los minutos pasan lentamente y no puede dejar de pensar en qué estará pasando en el cuarto de la posada. ¿Habrá llegado ya Arnold? ¿Lo habrán curado? Lo más importante es su salud ahora mismo...Todas estas ideas y preguntas van apareciendo en su mente haciendo que su atención hacia su compañera no sea las más adecuada. En cuanto se da cuenta de que se distrajo ella misma se recrimina por ello y vuelve a su posición de alerta inicial mientras Khelben continua con su conversación. Espero que acabe cuanto antes...

Khelben observa detenidamente la conversación de Indrajit con la otra persona...

-Parece ser que la vida de marino tampoco es fácil - piensa el guerrero al tiempo que comprueba como termina la discusión y el contacto se dirige hacia él con cara de pocas amistades...

-Disculpe señor, no era mi voluntad meterme en asuntos que no me conciernen - Le contesta el guerrero.

Khelben observa que no haya más interlocutores ni gente cerca para continuar...

-Busco a una persona, cuyo nombre coincide con el suyo. Me tendrá que disculpar pero los gritos que usted mantenía con su interlocutor llegaban bien lejos y no pude evitar escuchar su nombre - continua Khelben trantando de apaciguar al hombre.

-Mi nombre es Khelben Arunsun, es muy probable que no me conozcáis pero soy miembro de cierta compañía que necesita de sus servicios para continuar con nuestra misión... ¿Vos conocéis al obispo de Kajin? El es el que nos envía desde allí para hablar con usted. - Concluye Khelben para no dar más pistas por si no es el hombre adecuado.

El guerrero se mantiene firme esperando la respuesta afirmativa del contacto.

Preste atencion a la persona que tenia frente a mi. Era bastante cauteloso a la hora de hablar y expresarse, y empezo con buen pie la conversacion, disculpandose, para luego continuar diciendome que estaba buscando a alguien con mi mismo nombre que el mio.

Mientras continuaba hablando, enseguida me entendi cual era la razon de tanta cautela... entiendo.

Sonrei al que se acababa de presentar como Khelben, tambien mire de reojo a todos los rincones del lugar por si estubieramos siendo observados, una vez seguro de que no era asi acariciandome el menton y entonando un tono mas amistoso que el anteriormente utilizado dije... Conozco a Alexander, obispo de Kajin, cierto. Pero.... conozco mucho mejor al capitán de la guardia de Kajin... esboce una pequeña sonrisa... vuestro padre, ¿cierto?.

No hizo falta dar mas explicaciones por parte de Khelben. Indrajit sabia perfectamente para que se encontraba alli el guerro.

- Vos direis, ¿ya estais listos para partir? ¿ donde estan el resto de componentes del grupo?. ¿ habeis venido solo ?.

Me quede esperando la respuesta de Khelben.

El semblante de Khelben pasa de la cautela a la cordialidad. Sin duda era el hombre que buscaban...

-Es cierto, soy hijo del capitán de la guardia de Kajin - dice sonriendo.

-Al parecer mi padre es bastante popular, sé que ha estado en ocasiones por esta ciudad, pero desconocía vuestra amistad - continúa Khelben con asombro.

-Supongo que ya conocéis de sobra la misión que nos trae entre manos así que iré, si vos estáis de acuerdo, al grano. Aún no estamos listos para partir pues un miembro del grupo ha sufrido un percance con una alimaña que nos salió de camino. En su estado no podemos arriesgarnos así que decidimos llevarlo a una conocida posada de Mir "El Timón del Capitán". Allí esperan el resto de compañeros a excepción de... - Khelben señala con la vista a la mediana situada estrategicamente - Fibbin, una gran exploradora que me ha indicado el camino a los puertos - le explica Khelben.

-No sabemos que le ocurre a nuestro compañero ni el tiempo que necesitemos - Si tenéis algo de tiempo y podéis acercaros a la posada para hablar allí os esperamos - concluye el guerrero esperando una respuesta o una solución por parte de Indrajit.