Partida Rol por web

Liber Iudex Abrahami

INTERLUDIO: ÍÑIGO Y ELIZENDA

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09/09/2014, 10:15
Don Íñigo de Lara

Había salido de las non pocas feridas que me habían causado aquellos lobos de mala muerte gracias a que la cofradía había tenido a bien pasar por allí justo en hora, matando a las bestias et ahuyentando a buen seguro a la bruja que a aquestas había convocado. De loberas había hablado el cofrade de Zaragoza, et non andaba desencaminada la cosa a buen seguro, pues aquellas bestias non podían haber llegado allí por su propio pie, más considerando el momento et todo lo que la mujer habíase molestado en tratar de darnos muerte.

Et dicho sea de paso, el mensaje relativo al libro non había hecho sino confundirme aún más. Porque ahí seguía el libro, en mis manos, cuando la mujer podría haberlo agarrado en tantas ocasiones. ¿Acaso era otro libro el que buscaba? Et más me perturbaba aquello, porque de resultas del mensaje Elizenda había salido a todo correr escaleras abajo, et allí paresciere que afanabase en ensalmos que nada tenían de cristianos. Ya sabía yo que Galicia era reino de bruxas, pero, ¿cuántos practicantes de artes poco ortodoxas habían de cruzarse en mi camino? Et desde luego una cosa era el estudio de un alquimista, siempre afanado en comprender la obra de Dios, et otra la bruxería. Que bien sabía yo de sabios, como Roger Bacon, u otros, monjes devotos de Nuestro Señor, que habían dedicado su vida a la búsqueda del Altísimo en la forma de la creación, et bien aprobaba yo aquesta postura. Mas la bruxería...

Sentíame turbado por aquesta revelación, pues una cosa eran las creencias paganas, que eran frecuentes en los pueblos, et podían corregirse con adecuada educación cristiana que guiare a los descarriados de vuelta al camino del señor (et más aprobaba yo estos métodos que otros, como la tortura o la muerte, que tanto habían abundado en Francia e Italia tiempo ha, cuando había dos papas). Pero si aquest chiquilla andaba en tratos con el demonio, o había condenado su alma con prácticas impías*, nada podría yo fazer por salvarla, et mucho me temía que así fuere.

Por todo aquesto ordené a Elizenda que acudiere a fablar conmigo, sin la presencia de ningún otro, pues deseaba preguntarle por todo aquesto, para tranquilizar mi conciencia et reconducir su alma por los caminos del Señor cuanto antes fuere posible. En cuanto estuvimos solos, díjele.

- La noche en que nos atacaron los lobos, os vi gesticular de un modo impropio en un cristiano. - díjele - Lo cual me llena de desconcierto, pues creí que, pese a vuestros orígenes, habríais recibido una educación cristiana.

Mirela fijamente.

- Dezidme una cosa, muchacha, et non me mintáis. ¿Fuisteis educada en tales tradiciones? - et añadí - Sé que en ocasiones la Fe tiene dificultades para llegar a los lugares más recónditos, et comprendo lo humilde de vuestro origen, por lo que non hay culpa alguna en non haber sido educado en la Fe Verdadera, empero debo conocer todo aquesto, para que vuestra situación de desamparo espiritual pueda ser rectificada lo antes posible.

Et esperé respuesta, confiando en non haber infundido el miedo en la muchacha.

Notas de juego

* Entiéndase como el uso de goecia. Supongo que Íñigo, como tiene CUL alta, podría tener ciertos conocimientos básicos de magia (los tipos y formas que toma).

Nota del DJ: El conocimiento sobre la magia lo refleja la competencia Conocimiento Mágico. Teniendo en cuenta que se requiere al menos 25 puntos para ejecutar un hechizo, podríamos considerar que, con 20, Íñigo al menos sabe que existe magia blanca y negra, es decir, que tiene información suficiente para considerar que hay diferencias, aunque la postura de la Iglesia sea que toda magia es diabólica.

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09/09/2014, 10:23
Elizenda Landeira

Pasó la mayor parte del día con pocas palabras, pensativa y escurridiza, temerosa, avergonzada, y furiosa. Como una bofetada del Destino, una cuenta pendiente de su pasado, éste le dio caza, echando así por tierra la vida que para bien o para mal, se había buscando a sí misma. Los primeros años de sirvienta en Pontevedra, su llegada a Vigo y la taberna, y los años como principal atracción de ésta; las adulaciones, las miradas de deseo, la aventura de Lourenço, y las desventuras que trajo consigo el acompañarle. Todo se perdía, se hundía en estiércol, ya no significaba nada, pues volvía la sospecha, el prejuicio y la condena y éstas volvían a señalarle con el dedo. Volvía a ser una bruja. Y todo por culpa de Aurora. Su carcajada resonaba en su memoria, la sangre, el velo de maldad. Se sorprendió así misma entonces con la mandíbula apretada y los puños cerrados. Debía recuperar el libro.

El corazón no le paró ni un sólo instante cuando Iñigo le pidió que se pasara por su cuarto a solas a la noche. Trató de ayudar en los quehaceres cuanto pudiera durante esa tarde, pese a las peticiones de reposo, no por servilismo, sino por mantenerse ocupada y no pensar demasiado en ello. ¿Qué le diría? ¿qué pensaría de ella? ¿Sabría interpretar los gestos que hizo?

Su posible repudio le amedrentaba. El rechazo de un hombre bueno, uno que no le miraba como otros hacían, ¿llegaría a descubrirla ante todos? ¿La llevaría ante las autoridades? Un escalofrío le recorrió el cuerpo y alma al pensar en la pira.

Su mano tembló antes de llamar a la puerta, y supo que tenía miedo. Fue al entrar y contemplar su rostro, que el nerviosismo se mezcló con la tranquilidad que siempre le había transmitido. También herido, le miró a los ojos en silencio observando las vendas de su pecho que no presagiaban buena cura. Quizás jamás llegaría a saber cómo arriesgó su vida por tratar de salvarla, pero en aquél instante se sintió agradecida de que hubiera acudido a su llamada de auxilio.

Le mantuvo la mirada mientras le escuchaba, aceptando cuanto tuviera que decirle. Inspiró entonces y le contestó.

 

- Lo fui, Don Iñigo -asintió sin desear ocultarle la verdad- pese a venir de familia cristiana como el resto de la aldea, a minha familia tambén creía en las leyendas et las tradiciones más antiguas de Galicia. Aqueles gestos que tuve a fazer, pensé que jamás tendría que volver a recurrir a ellos, mas el perigro apremiaba et ela escapabase....es como si mi pasado non quisera deixarme ir, por muito que trate de fugir.¿Pensádes...pensádes que soy impía, Don Iñigo? Nunca he feito mal a nadie, et Deus libreme de fazerlo algún día.

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09/09/2014, 10:24
Don Íñigo de Lara

Miré embelesado a la muchacha, sintiéndo lástima della et preguntándome si sería sincera al prometer todo aquesto. Sabía yo que habría quienes mandarían a la niña a la hoguera por tales palabras, et desde luego que a buen seguro en nada agradaría toda aquesta liturgia a Nuestro Señor. Un suspiro afloró en mi, inevitable, pues paresciérame que aquesta muchacha era una oveja descarriada, sin duda por ignorancia.

- La práctica de magia es pecado, hija mía. - díxele - Pecado mortal, si se han hecho pactos con demonios o invocado magia negra, con el fin de causar el mal al prójimo.

Mirela a los ojos fijamente, buscando en ellos la mentira, aunque sabíame a riesgo de ahogarme en la mirada de la muchacha.

- Sabedes que non credo en muchos de los métodos de la Iglesia, mas grave sería que me acompañara una adoradora del demonio. Et más vale en estos casos confesar a tiempo, et enmendar los pecados cometidos, que non continuar con una mentira que pueda conducirvos al peor de los castigos. Así que decidme, niña: ¿habedes tenido tratos con demonios, o practicado artes con tal de obtener el favor de aquestos?

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09/09/2014, 10:25
Elizenda Landeira

Las palabras del buen caballero que auguraban el castigo aterraron a una Elizenda perdida, situada entre la espada y la pared, el peso del pasado y su futuro. Negó suavemente, acercándose turbada al noble herido.

-Non...non! claro que non!. Don Iñigo, vos suplico que non pensades que fosse oscura. Que las tinieblas ya llevaronse la vida de mi madre cuando era niña, et nada dellas quiero saber más - Contuvo su respiración por un momento y lo exhaló en un largo suspiro después devolviéndole la mirada.- Por qué creéis sino que a vostro servicio me puse sinon. Est...la vostra compañía la que alexa qualquier demonio que la magia pudiera atraer, Don Iñigo; est vostra buena fe la que me da la protección que necesito en la larga noite que agora vuelve a por mi. Que aquela muxer que conxuró los lobos, era mi hermana.

Posó entonces su mano sobre la suya aguardando un breve silencio y la mirada mantenida. - No me dejéis a mi suerte, Don Iñigo, vos necesito.

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09/09/2014, 10:26
Elizenda Landeira

Notas de juego

Uso Seducción para ver si llega a conseguir que se enamore de Elizenda.

Tirada: 74 sobre 60.

<.<....que suerte tiene este caballerete con estas cosas, de verdad xD

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09/09/2014, 10:32
Don Íñigo de Lara

Aliviáronme et llenáronme de compasión las palabras de aquella muchacha, que tan devota se mostraba, et presta enmendar sus errores. Et mal cristiano sería yo si non aceptare las palabras de Elizenda, et renunciare a proporcionarle el cobijo que ella de mi pedía, pues claro era que non había maldad en la muchacha, sino sólo la ignorancia de quienes provienen de los confines de la península, a dónde la palabra de Dios tarda más en llegar,et fácelo con menos fuerza, aunque Nuestro Señor esté presente en todas partes.

- Tranquilizarvos, chiquilla. - díxele - Que non vos privaré del cobijo que necesitades, et de mi mano correrá que estéis bien guardada et protegida. Férrea es mi Fe, et mi luz guiará la vuestra para traerla de vuelta al lado de Dios. Me alivia sobremanera saber que non habedes tratos con el Maligno ni sus servidores, pues aquesto quiere decir que aún hay salvación para la vuestra alma. Et para aquesto recordad que, además de vuestro señor, soy sacerdote, et puedo escucharvos en confesión si así lo deseades. Mas non olvidéis que el confesor es sólo el intermediario entre Dios et vuestra alma, et ha de haber arrepentimiento sincero por vuestros pecados para que aquestos sean perdonados.

 

Fize pausa en mi discurso, pues deseaba también saber quién era aquella muxer que casi nos roba la vida.

- Habladme ahora de la tal Aurora, vuestra hermana. ¿Porqué nos atacó, et vos desea la muerte?

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09/09/2014, 10:34
Elizenda Landeira

Aquél nudo de congoja se deshacía poco a poco al escuchar a Iñigo. Su expresión amedrentada cambió en una sonrisa aliviada, devolviendo el brillo a la mirada de la hermosa joven, aunque ésta no duró mucho al mentar a Aurora.

-Ela....pensé que no volvería a verla. Non desde que ...la abandonara a su suerte - mordió sus labios y agachó la mirada entonces al confesar tal acto de cobardía, retomando los ojos del noble de nuevo. - O nosso padre nos condenó a las dos con sus actos en Galicia et quando la aldea buscó acabar con él, solas nos encontrabamos, et eu....eu fugi de ali tan rápida como pude, mas Aurora fue capturada - Negó entonces levemente - Desde entonces nada supe de ela. Sobrevivió aquela turba, sin duda....mas....est como si el mesmo semblante de mi padre agora la envolviera. Oscura, misteriosa et....sin duvida, poderosa. Non sé si muerta me quiere ver, mas consiguió lo buscaba. Aquele libro pertenecía a mi padre, est lo único que tenía de su recuerdo, et contiene una magia que podría acabar con cualquiera que se interpusiera en su paso, Don Iñigo...sea noble, plebeyo o sacerdote. Traté de llevarlo en secreto et non deixar que en malas manos caixera, mas agora...

Mordió su labio inferior mirándole entonces, expectante.

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09/09/2014, 10:41
Don Íñigo de Lara

Negué con la testa, consternado ante las palabras que Elizenda pronunciaba, pues non cabía duda de que aquesta muxer, Aurora, la hermana de la muchacha que acompañame, era bruxa impía. Mi deber para con Dios et con mi orden habría sido el de perseguirla et darla muerte, et también destruir el libro que aquella portaba, pues en él habían de hallarse escritas bruxerías de las peores. Mas otra cuestión me reclamaba, et era menester resolverla antes: el asunto de los judíos et el favor del rey.

- Habríais debido fablarme de aquel libro en cuanto entrasteis a mi servicio. - díxele - Pues non es menester que un siervo tenga secretos con su señor, el cual ha de guardarle et protegerle. Vuestra juventud sin duda vos llevó a creer que podíais guardar aqueste libro, et mantenerlo alejado de las manos de cualquiera que pudiese ambicionarlo, et aquesto ha podido costarnos la vida, et ha traído consigo la pérdida de aqueste libro. Non me cabe duda de la maldad de vuestra hermana, a quién vuestro abandono sin duda enfureció. Et es mi deber, como caballero, perseguir la bruxería et destruirla, mas agora he otra misión entre manos, que ha de ser atendida con más urgencia, pues della penden las vidas de muchos inocentes.

Miré a Elizenda fíjamente a los ojos, et sostúvele la testa con la diestra.

- Chiquilla, non habedes de volver a mentirme u ocultarme cosa alguna, pues me habedes jurado obediencia, et eso es lo que me debéis. Prometedlo.

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09/09/2014, 10:47
Elizenda Landeira

Los ojos de Elizenda se iluminaron al mantener la mirada entre las manos de Don Iñigo. Escuchó y guardó silencio a las palabras del caballero sin darle respuesta. Por unos segundos, su mirada se centró también en la de él, iluminados tan solo por la luz cálida de las velas. El brillo cobrizo en el cabello de Elizenda volvió a enmarcar su rostro claro y hermoso y mordió sus labios guardando un último secreto para sí.

-Non ha nada que pudiera ocultavos, mi Señor, salvo una cosa más... - e igual que hizo él, la muchacha le sostuvo la mandíbula con una mano, acariciando su mejilla y sus labios con los dedos.

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09/09/2014, 10:48
Don Íñigo de Lara

Aparteme un poco de la muchacha, con suavidad, que non quisiere yo ahogarme en esos oscuros ojos cargados de tentaciones que sin duda satisfarían al mesmo diablo, aunque non fueren tales los deseos de la moza, de cuya inocencia non tenía ya duda.

- Guardaos de anhelos, chiquilla, que tales son alimento del demonio. - díxele, con suavidad - Confío en vos plenamente ahora, como mi sierva et por extensión dello, sierva de Dios nuestro Señor. Et en que cuando halléis arrepentimiento del vuestro pecado, cualquiera que sea aqueste, acudáis a mi en busca de confesión, et vuelva así vuestro alma al amparo de la luz divina, para así enderezar vuestro camino, involuntariamente torcido.

De aqueste modo luchaba por apartar de mi el calor que encendía la presencia de moza tan bella, pues debíame yo a Dios, et con esto había de bastarme.

- Ahora podéis retiraros, salvo que alguna cosa más queráis comunicarme. - díxele.

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09/09/2014, 10:52
Elizenda Landeira

Le siguió con la mirada desde su lugar, el cómo se apartaba de ella con discreción y sin volver a mirarla. Se guardó tranquila y dispusose a dejar el cuarto ya.

- Nada más que non sabedes ya vos de mí. Grasas de nuevo por ser tan comprensible et bueno conmigo, et estad tranquilo, que cuando llegue el momento, acudiré a vos para narraros mis pecados y buscar el perdón. Pero la sombra de Aurora todavía no me lo permite.

Su mirada en cambio, pese a sus palabras de agradecimiento, se mostró todavía seria y decidida. Acercósele entonces suavemente a su mejilla, posando su beso en la comisura de sus labios.

-Mas non voltéis a dixer que esto es fruto de aliento del demonio, Don Iñigo, que libreme Dios del mal. Amén.

Se giró entonces, tomando su mantilla de lana que había dejado al hablar al caballero. Con parsimonia, concediéndole unos instantes de réplica si así los necesitara mientras le daba la espalda en su marcha y cerrar detrás de sí la puerta.

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09/09/2014, 10:54
Don Íñigo de Lara

Quedeme mirando a la muchacha mientras marchaba... ¡osada della! Mas nada díxele, pues non hallé las fuerzas de reprenderla, en tanto mi alma se sacudía por el impulso de errores pasados, pecados ya cometidos que habíanme costado largas penurias, et de los que arrepentíame sinceramente. Non caería en la tentación nuevamente, pues elevado destino esperábame, et non era menester echarlo todo a perder en este momento.