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Liber Iudex Abrahami

ACTO IV: POR LOS CAMINOS DE PAN LLEVAR

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04/05/2014, 22:36
Don Íñigo de Lara

Abrile paso a la muchacha para que pudiere escapar de la jauría de lobos. De nada habíame servido invocar el poder de Nuestro Señor ante aquellas bestias, que, aunque por la risotada infernal et lo extraño de la situación pudieren parecer enviados por el Maligno, non mostraron plegación alguna ante la visión del crucifijo, ni dieron paso atrás cuando así se lo ordené.

Et non era aquesta la única sorpresa que aguardábame en la sala, pues hube de ver también a la muchacha realizando aspavientos como si tratare de expulsar a las criaturas con algún ensalmo que nada tenía de cristiano. ¿Hasta qué punto habíame rodeado yo de paganos, brujos, et otras cuestiones reprobables? Non sabíalo, ni tiempo tenía de pensarlo, que los cuatro lobos parecían prestos a tomarnos por pitanza. Nada quedábame ya, salvo luchar de nuevo por mi vida, rezándole a Dios et todos los santos para que me dieren fuerza en la gesta que ante mi presentábase. Que tal vez este humilde siervo del Altísimo cayere, mas non haríalo con cobardía ni rehuyendo la lid que ante él se presentaba.

- ¡SANTIAGO! - grité una vez más, como tantas ante los moros en las fronteras. 

Sin pensarlo, descargué la maza sobre el más cercano de los lobos, disponiéndome a repeler el ataque de los otros.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Ataque sobre uno de los lobos, y luego efectúo una parada (normal, no completa).

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04/05/2014, 23:38
Director

Los lobos, como cabía esperar, fueron más rápidos que sus presas. Dos de ellos se abalanzaron contra Elizenda, que no tuvo tiempo de alcanzar la puerta antes de tenerlos encima. Los otros dos, de un salto, se lanzaron hacia Íñigo, aunque uno de ellos se llevó un mazazo en la pata delantera antes de conseguirlo; sin embargo, eso no le impidió quedar pegado a él, tanto como para hacer inútil cualquier ataque con su maza.

- Tiradas (4)

Notas de juego

La acción de todos los lobos en este asalto ha sido extendida: movimiento de melé.

Situación:

El primer lobo pierde 4 PV. Íñigo tiene dos lobos encima, y Elizenda otros dos, todos en situación de melé. Las armas normales y largas no funcionan en melé, solo las cortas y la competencia de Pelea. Os recomiendo que reviséis las reglas para saber qué acciones podéis intentar en esta situación. Obviamente, en el siguiente asalto los lobos se liarán a bocados (con +50 a sus ataques).

Orden del siguiente asalto:

  • Íñigo
  • Lobos 1 y 2 (encarados con Íñigo)
  • Lobos 3 y 4 (encarados con Elizenda)
  • Elizenda

 

Edito: íñigo, al no poder usar la maza y no llevar la celada (por decisión suya esto último), tiene 15 de Iniciativa, y por tanto se adelanta a sus adversarios en este asalto.

Por tanto, declara Elizenda, luego los lobos y luego Íñigo.

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05/05/2014, 00:01
Elizenda Landeira

Notas de juego

En el mapa hay antorchas y una chimenea. En la situación, también las hay?

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05/05/2014, 00:07
Director

Notas de juego

Sí, aunque tú no has conseguido pasar de la puerta y sigues en el recibidor. Y tienes a los lobos pegados a ti.

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05/05/2014, 00:15
Director

Notas de juego

Elizenda: los lobos te ganaron la iniciativa, por eso no te dio tiempo a huir. Ellos realizaron antes su acción, que fue movimiento de melé. Estando en melé apenas puedes moverte, así que no podrás llegar en este asalto a las antorchas. Te dejo que reconsideres tus acciones, teniendo en cuenta que tienes +50 a tus ataques al estar en melé y llevas un cuchillo listo para usar (aunque los lobos te han ganado de nuevo la iniciativa y actuarán antes).

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05/05/2014, 00:22
Elizenda Landeira

-Ahh!!

Los lobos se le echaban encima, cual presa indefensa, el terror de todo campesino perdido en el bosque al caer la noche. Los lobos la devorarían si no era capaz de quitarselos de encima. Con toda su escasa fuerza, trató de zafarse de unos y otros para tratar huir cuanto pudiera de allí.

Notas de juego

Valep, ya revisé las reglas. El combate no es lo mío en Aquelarre, está claro. Trato de zafarme para salir del melée. En la tirada de Pelea se aplica el 50%? 

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05/05/2014, 00:31
Director

Antes de que Elizenda pudiera hacer nada, uno de los lobos la trepó de un zarpazo en el pecho, y ya en el suelo comenzaron a darle dentelladas a diestro y siniestro. La muchacha lanzó un grito de agonía antes de perder el conocimiento debido a que estaba sufriendo el más terrible de los dolores que nunca había sentido.

- Tiradas (8)
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05/05/2014, 12:53
Don Íñigo de Lara

Viendo como los lobos se abalanzaban sobre la indefensa muchacha, traté de ir hacia ella, mas dos de las criaturas acercáronse a mi hambrientas, cortándome el paso con sus furiosas dentelladas.

- ¡NO! - grité, al verme imposibililtado de llegar hasta la muchacha - ¡AHH! - grité, lleno de furia, cuando las dentelladas de las bestias arrancaron un destello rojo de la piel de la muchacha.

Sin pensarlo, agarré a una de las bestias por el cuello, dispuesto a partírselo con la acostumbrada fuerza de mis brazos. Empero, tantos días de mal comer et viajar habíanme robado aqueste acostumbrado vigor. Rogué entonces a San Jorge para que me devolviere aqueste las fuerzas perdidas et pudiere así salvar a la muchacha.

San Jorge, dame fuerzas, guía mis manos para salvarla, et vos prometo que haré el camino de Santiago descalzo.

Sentí al santo cerca cuando lancé los brazos sobre la bestia, et la agarré, arrojándola sobre las criaturas que se abalanzaban sobre Elizenda. Mas en ese momento non podía saber si saldría con vida. Rogué et plegué, pues perder a la muchacha era más de lo que podía soportar en ese momento.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Voy a hacer el intento, incluso aunque no sirva de nada, de salvar a Elizenda, ya que considero que es a lo que Íñigo daría prioridad.

Intento rezar a San Jorge para que me de fuerzas para empujar al lobo contra el que ha causado el crítico a Elizenda de tal modo que interrumpa su ataque. Creo recordar que había que sacar crítico en la tirada de RR, aunque no sé si puedo compensar esto con una promesa de penitencia como la que he hecho (he sacado un 13, es casi casi un crítico :P). Si se puede genial, si no, pues nada.

Para el empujón (entiendo que es con Pelea) uso Suerte. Gastaría 32, pero lo conseguiría (vaya birria de tirada). Al menos la fuerza me ha salido bien. Mi idea sería que al empujar a un lobo contra el otro, el ataque del de Elizenda se vea interrumpido, y no llegue a realizarse. Tú decides si es posible o no, pero no se dirá que Íñigo no ha intentado salvar a la pobre muchacha.

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07/05/2014, 23:38
Director

En su desesperación por salvar a Elizenda, Íñigo quedó demasiado expuesto. Los lobos se le echaron encima igual que habían hecho con la muchacha, tirándolo al suelo y empezando a hundirle sus pestilentes colmillos por doquier. El caballero perdió el conocimiento justo después de ver cómo un flechazo le quitaba de encima a una de las bestias...

- Tiradas (6)

Notas de juego

Ufff... lo que propones está muy cogido por los pelos, aunque entiendo la desesperación de Íñigo por salvar a la muchacha. Por el gasto de Suerte puedo interpretar que consigues zafarte de tus lobos y acercarte a ella para el empujón, aunque tus lobos te pillarán por detrás como si fuera una huida (+25 a su ataque). Además, el lobo debe fallar su tirada de AGI x2.

Pues nada, no ha fallado, así que no logras desestabilizarle y realiza su ataque. Al menos lo has intentado.

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08/05/2014, 15:59
Director

La luz se hizo. No era el cielo, era la realidad tiznada del ambiente plomizo previo a una tormenta, pero a salvo junto a un fuego. El fuego provenía de la chimenea del lugar al que, poco a poco los viajeros empezaban a recordar, habían llegado aquel día. Poco a poco, todos fueron despertando. Íñigo y Elizenda tardaron más. Tenían horribles heridas, pero unos hombres cambiaban los lienzos con los que las cubrían. Estaban armados y lucían ropas de color escarlata con sobrevestes blancos en los que se podía ver el escudo del Reino de Aragón. En un rincón yacían cuatro enormes cánidos de pelo negro, de aspecto estremecedor aun muertos. En otro rincón, el dueño de la venta, muerto también, con una herida en el pecho, a la altura del corazón.

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08/05/2014, 16:00
Cofrade

-¿Están todos bien? -preguntó uno de aquellos hombres una vez que todos se hubieron despertado. Podían contarse cinco, todos con ballestas y bracamantes.

Nadie había resultado herido aparte de los que estaban siendo atendidos. La confusión era grande debido al efecto de la droga y la desorientación al encontrarse en un lugar con la compañía de unos extraños. Eran precisamente los heridos, Íñigo y Elizenda, los que en mejores condiciones estaban para entenderlo todo.

-Somos de la Cofradía de Zaragoza* -explicó el que había hablado antes-. Veníamos persiguiendo una manada de lobos que había atemorizados los ganaderos de enrededor daquesta región, et vimos que se colaban en aquesta venta. Cosa harto estraña porque nunca vimos a los lobos entrar en lugares poblados. Pero más estraño fue que vimos que salió una muller por la puerta sin que los lobos le fizieren daño. Llegamos a tiempo, gracias a Dios -añadió, mirando al caballero y a la muchacha-. Habremos de acompañarvos a Zaragoza, do podrán curarvos con más tino que nosotros, mas demientre preparamos el viaje, quisiéramos preguntaldes por esa muller que vimos, et si fuere possible dar con ella. ¿Venía con vos?

Notas de juego

* Una especie de primitiva policía, formada por voluntarios de ciudades y pueblos con algún conocimiento sobre armas para patrullar por los caminos y limpiarlos de bandidos y bestias peligrosas. Hay varios grupos en cada región y a veces incluso rivalizan entre ellos. Los Reyes Católicos los unirán todos bajo el nombre de la Santa Hermandad.

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09/05/2014, 02:00
Elizenda Landeira

El ardor penetraba más allá de la inconsciencia. Todavía drogada y con vagos recuerdos sobre lo que sucedió después, el terror de verse rodeada por la manada de lobos, sus fauces amenazantes y los afilados dientes, todavía perduraba. Incorporarse se convirtió en un esfuerzo que jamás hubiera imaginado. Vió entonces a Iñigo a su lado y su mano se alargó hacia él tocando sus prendas en un gesto de preocupación, que pese a ser guerrero, también sufrió heridas complicadas. Habló entonces el hombre y la realidad de Elizenda volvió a focalizarse, sintiendo como su mandíbula se endurecía al recordar la sombra de Aurora abandonar la venta con la estela de burlona de su carcajada.

 

-Visteis o caminho que tomaba? sería importante hallarla antes de que se viera envuelta con otros lobos...

 

Bajó su mirada entonces, pensativa en todo lo ocurrido, para después fijarse de manera furtiva, llena de duda, casi temor, en la expresión del caballero de Santiago.

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09/05/2014, 20:03
Cofrade

-¿Envuelta con otros lobos? ¿Qué diziedes, muller? ¿Acaso es una lobera? Fue ella estonces la que mató al ventero. Si ansí fuere, dazremos aviso a todas las poblaciones para que la capturen, viva o muerta.

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09/05/2014, 20:35
Director

La compañía, junto con los hombres de la cofradía, pasó allí el resto de la noche, amenizada esta por la voz angelical de Paloma, cuya destreza con el laúd salió a relucir junto al fuego, donde todo el mundo pudo al fin relajarse con las conocidas tonadillas que interpretó la judía*:

Bien le vino el solaz al pobre Íñigo, que había estado a punto de perder la vida dos veces aquella noche. Cómo se habría alegrado su enemigo, el de Villena, de verlo en tal aprieto, y a merced de una mujer, lo cual era aún más vergonzante. Mas no tendría descanso el caballero, que a la agotadora vigilancia sobre el libro se le sumaba ahora su descubrimiento sobre Elizenda. Aquella mujer, que cada vez le atraía más, era conocedora de oscuras artes, o al menos en ellas creía, porque ningún efecto habían tenido aquellas extrañas letanías y movimientos. Sabía que en aquellos momentos ya solo podía confiar en Blas, un goliardo, que de seguro era rastrero como lo son estos, pero que al menos compartía su fe.

El propio Blas se había agenciado la ballesta encontrada en la habitación de la mujer. Se despertó sin más problema y atendió en lo que pudo a su señor. Bien podía estar su padre orgulloso de que hubiera conseguido relacionarse con un hombre tan noble, no solo de apellido, sino también de actos, aunque no estaría muy contento de ver, eso sí, cómo malgastaba el dinero que le había entregado para lo que se suponía que debía estar haciendo en ese momento, que era estudiar. No obstante, cual si fuera dueño de taberna, alguna sorpresa buena habría de darle. Por lo pronto, el ascua que más calentaba era la de Íñigo.

Josep había conseguido averiguar por sí mismo muchas cosas, y gracias a su arte casi había conseguido resolver e enigma que se les había presentado, pero la droga había frenado en seco su investigación. Tendría que preguntar a Elizenda y a Íñigo por lo ocurrido, aunque esperaba que fueran ellos los que lo contaran en cuanto los de la cofradía estuvieran lejos. Durante el episodio tomó a Íñigo como ejemplo moral, y supo que, si permanecía con él, sabría que seguiría por el camino correcto y no caería en las oscuras tentaciones de su padre.

De todos, seguramente Lourenço sería el que estaba con el ánimo más bajo. Estaba perdiendo a Elizenda, estaba asistiendo al acercamiento de la gallega al caballero, y si era dinero, nobleza y buen porte, desde luego, no podría competir con él. Íñigo seguramente había dado la vida por ella, y esto le haría ganar muchos enteros. Pareciera que no había más que hacer en ese sentido. Seguía teniendo pendiente la conversación con el de Lara, pero parecía que el destino había conjurado para que no pudiera hablar en privado con él. En cualquier caso, el caballero seguía teniendo en su poder el libro, que era la razón más poderosa, y ya casi única, para seguir en su compañía.

Elizenda, preocupada por lo que Íñigo había visto, se dejó unos momentos llevar por la música mientras observaba las llamas de la hoguera. No sabía cómo iba a reaccionar el caballero, aunque, vista su fe inquebrantable y su intachable moral, lo normal sería que las consecuencias fueran muy negativas para ella. Hasta ahora nadie, ni siquiera Lourenço, había sabido de su secreto; y tenía que descubrirlo, precisamente, aquel que peor se lo tomaría. Pero así eran las cosas, y Elizenda esperó su sentencia, como si lo hiciera ante los inquisitoriales aragoneses**.

Notas de juego

* Os recomiendo leer mientras escucháis la música de fondo, es muy bonita y evocadora. Subid el volumen, que es la barra que está encima del play, porque está muy bajito y apenas se escucha.

** El tribunal de la Santa Inquisición solo existía en Aragón en esos tiempos, y estaba mucho mas tranquilito que el que se fundó bajo el reinado de los Reyes Católicos.

Cierro la escena.