Partida Rol por web

Kat estuvo escuchando las suposiciones de sus primos y de su hermano y había cosas que no le convencían. Ella prefería quedarse ayudando con la poción, ya que no se le daba mal, pero tenían otros planes. Aunque tenía sentido, ya que ella poseía la capacidad de congelarlos.

Entonces, algo sucedió. Las libélulas comenzaron a invadirles y Kat no pudo evitar al ver a la primera. Su corazón se sobresaltó y sentía deseos de correr, pero sabía que eso era impensable. Debían culminar con eso, pero se preguntaba si realmente era necesaria la carne de demonio, o bastaría con una de esas libélulas. Trató de recordar lo que podía y de desacelerar algunas para que no fuera tan difícil para su hermana o para otros darles caza. Por el momento, era todo lo que podía hacer.

- ¡Debemos ser ágiles! -.

La explosión se le fue de las manos a Pat. Alcanzó a algunas libélulas, pero también hizo pedazos las tres camas de diferentes tamaños. Luego parte del tejado empezó a desmoronarse, pero por suerte no había sido excesivamente grave, no había que lamentar heridos. En cualquier caso, las libélulas no dejaban de aparecer, pero tampoco actuaban, parecía que solo les estuvieran mirando, nada más. 

Mientras, Henry logró duplicarse y Chris se dedicaba a orbitar lejos de allí a algunas libélulas, pero por cada un insecto que orbitaba, dos más aparecían, pues no parecía que hubiera forma de quitárselas de en medio.

Y entonces, el muchacho orbitó una de aquellas criaturas dentro del caldero con la poción. Ahí no sucedió nada más, ni un cambio de color, ni un espesor, ni una explosión nada. No había señal de que la poción estuviera terminada...

Lo peor es que el demonio seguía sin aparecer, al final habría que seguir el dicho, ese que decía que, "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña tendrá que ir a Mahoma".

La explosión no solo hizo volar libélulas sino las camas y el techo, que en parte comenzó a desprenderse. Por fortuna nadie salió lastimado, pero los benditos bichos seguían apareciendo y el intento de Chris, de meter a uno en la poción, para reemplazar a la carne de demonio, no había servido de nada.

-No cambia de color, ni reacciona de ningún modo –se quejó Chris –es inútil, chicos, debemos conseguir carne de su jefe. Y mirad, aunque entran por montones, no nos atacan. Es como si esperaran una orden.

Quedarse aquí no le parecía una buena idea, así que el joven empezó a intentar abrirse paso entre las cosas voladoras para salir y buscar al demonio. “Me pregunto si aun tengo la poción de parálisis… y si sirve contra ese enemigo”. Buscó entre sus ropas mientras continuaba avanzando hacia la puerta.

Y se duplican por cada una que eliminamos dijeron los dos Henrys a la vez. Era como una versión moderna de la hidra. Tenían que acabar con el demonio lo más rápido posible antes de que esas libélulas decidieran atacar.

¡Vamos! Hay que continuar con el plan anunció uno de los Henrys Que unos me sigan y otros se queden aquí protegiendo la poción. ¡Rápido! gritó al tiempo que salía por la puerta la copia, mientras el verdadero se quedaba allí.

- Yo voy contigo. 

Le dijo P.J a la copia de Henry mientras le seguía fuera de la cabaña..

- Es posible que pueda teletransportar el trozo de carne mientras distraemos al demonio.

El mal humor de la joven se transmitió con el poder que ejecutaba y a punto estuvo de derribar la casa, se mordió el labio inferior con pesar y se instó a tranquilizarse mientras veía como su primo orbitaba un insecto al caldero. Parecía que las libélulas obedecían al demonio pero no eran parte de él pues la poción seguía inacabada, el mal humor volvió a hacer acto de presencia y Pat se cuidó de no agitar las manos no fuese a provocar algún desastre.

Los grupos al fin se comenzaron a formar, Patricia miró a unos y otros sin acabar de decidirse, cada una de sus hermanas iba con uno y ella se debatía entre quedarse para proteger a la 'pequeña' o marchar y dejar correr sus emociones. Al ver que Tam parecía dudar también, pues sus hermanos se quedaban pero su poder era claramente ofensivo y útil en la lucha, acabó por decidirse ya que ella actualmente tenía copiado ese poder.

-Os acompaño, -les dijo a P.J. y al duplicado de Henry -tened mucho cuidado por aquí. 

No quiso añadir nada más y salió en pos de su hermana, no quiso pensar en la infinidad de cosas que podían salir mal y hacer que no se volviesen a ver.

Kat trató de paralizar algunas de las libélulas pero, al parecer, su magia no había funcionado. Chasqueó los dientes con enojo y entonces, escuchó a su hermano.

- Yo puedo paralizarlo, al menos para tomar la muestra. Voy contigo - y entonces se giró hacia su gemela. Le sonrió y le hizo un gesto con la cabeza.

- Sé que podrás proteger la poción en mi lugar - y entonces, se acercó al Henry que había hablado anteriormente.

- Debemos apresurarnos. No sabemos cuándo las libélulas recibirán la orden de atacar -.

Chris sacó de su bolsillo la poción de parálisis que habían hecho antes. No había forma de encontrar al demonio que estaba invocando a las libélulas y por consiguiente no podrían derrotarlas. La explosión no asustó a los insectos, si no que parecían alimentarse de la magia de la habitación y cada vez eran más. Aún parecían estar en una especie de estado de relajación, pero muy probablemente, cuando fueran un número suficiente, atacarían. Y entonces sería muy complicado derrotarlas.

¡Había que encontrar al demonio cuanto antes!

La copia de Henry salió de la cabaña para buscar al demonio, pero cuando miró a su alrededor se encontró con un idílico jardín y sin saber hacia donde ir. No había opciones, igual que parecía todo enorme, también daba la sensación de que fuera por donde fueran no lo encontraría. ¡No sabía donde buscar! Pero entonces recordaron un dicho: "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña tendrá que ir a Mahoma"...

La habitación seguía invadida de libélulas, que no hacían sino duplicarse cada vez que su familia se cargaba a una de ellas. Por si fuera poco, el demonio, fuente del último ingrediente que necesitaban, no aparecía y más de la mitad de sus primos habían decidido salir en su busca. El problema era, ¿por dónde empezar a buscar? Empleando la lógica, cualquiera diría que no podía encontrarse muy alejado de las criaturas que le acompañaban a todas partes y que ahora revoloteaban sin cesar a su alrededor. Y, sin embargo, rincón que recorrían sus primos, rincón en el que no había ni un alma. 

Tam le hizo un gesto afirmativo a su gemela cuando ésta depositó en ella su confianza, nombrándola como guardiana de la poción junto a los pocos que todavía permanecían en la sala. No tenía intención de permitir que el esfuerzo de todos acabara en la basura. Pero, cuando ya también Pat estaba a punto de abandonar la casita, se le ocurrió una idea. 

- Esperad un momento. ¿Por qué no hacemos un hechizo de localización para intentar que nos guíe hasta el demonio? Está claro que él no tiene intención alguna de venir a nosotros. - les dijo, principalmente a los integrantes de la recién creada partida de caza.

Después, se volvió hacia los restantes para añadir su segunda idea.- Y creo que no estaría mal hacer otro hechizo, esta vez de contención, para parar el avance de las libélulas. Ya que parecen duplicarse cada vez que una es destruída, quizás debemos encerrarlas, como creando una especie de burbuja o algo, para impedir que destruyan nada de lo que aquí tenemos. 

- Esperad un momento. ¿Por qué no hacemos un hechizo de localización para intentar que nos guíe hasta el demonio? Está claro que él no tiene intención alguna de venir a nosotros. 

Chris se detuvo, esa idea le parecía genial. Esto de salir en busca de ese demonio sin siquiera tener una vaga idea de dónde podría encontrarse, era medio una locura. El resto de lo que la joven dijo también le parecía coherente, era aprovecharse de los recursos que tenían a mano.

-Voto porque salgamos y allí invoquemos al demonio. No dentro de la casa, para protección de los demás. Mientras, los que se queden adentro pueden poner de nuevo la poción en el tercer caldero o usarlo para otro fin.

Esperó a sus compañeros, a ver qué les parecía mientras sus ojos se posaban en esas libélulas estúpidas pero peligrosas. Debían darlo todo para destruir a este demonio, las cosas no parecían nada fáciles.

Al fin Kat se decidió a ir con el grupo que iba a enfrentarse al demonio, Pat esperó por ella y fue entonces cuando su gemela propuso hacer un hechizo, o más bien dos. La chica rodó los ojos, tenía razón en sus sugerencias pero ninguno era muy ducho con los hechizos, a pesar de sus pensamientos asintió. 

-Primero el de contención y luego salimos a 'preguntar'.

Y empezó a pensar en algo que poder decir para conjurar la protección.

No creo que tengamos tiempo dijo a Pat. Pero más que de localización, Tam, creo que hay que hacer un hechizo de convocación. ¿Alguno recuerda el hechizo de convocación para el demonio Balthazor? preguntó a sus hermanas y primos. Se quedó pensativo unos segundos

Da igual, habrá que inventarse algo...

El Poder de Ocho te llama

El Poder de Ocho te ordena

Recorre el tiempo, recorre el espacio

Estés cerca o lejos

Preséntante ante nosotros

¿Qué opináis?

Chris se acercó a Henry. Estaba de acuerdo con esa opción, y el tiempo seguía siendo un elemento vital que no conocían en su medida real. Pat tenía la idea además de un hechizo de protección, y eso era bueno, porque no sabían los alcances del poder de esta criatura.

-Solo quisiera agregar algo para no confundirnos de demonio.

Carraspeó y luego recitó su "arreglo" a la convocación de su primo:

El Poder de Ocho te llama

El Poder de Ocho te ordena

Recorre el tiempo, recorre el espacio

Estés cerca o lejos

Preséntante ante nosotros

Demonio de las libélulas

Tam esbozó una breve sonrisa cuando vio que sus palabras habían captado la atención de sus primos y su hermano. Tenían razón. Lo primordial era encontrar al demonio. Pero aún estando segura de ella, no podía dejar de echar miradas de reojo hacia el enjambre de libélulas, acechador, dispuesto a atacar de nuevo.

- Suena bien.- dice, acercándose al resto para decir todos a la vez el conjuro. Pero, ¿y si no funcionaba? No parecía que el demonio tuviese intención alguna de acudir a ellos, puesto que se mantenía continuamente en la distancia, escondido. Quizás no les quedara otro remedio que ir ellos, motivo por el que había sugerido el conjuro de localización en primer lugar. Dándole vueltas a esa idea en la cabeza, decidió que no estaba de más tener un plan B. 

- Si este no funciona, quizás podamos probar algo como esto...

 Al poder de Ocho pedimos

Al poder de Ocho rogamos 

que hasta quien a las libélulas ha perdido 

seamos transportados. 

Pat asintió con gesto distraído a las palabras de Henry, luego escuchó las propuestas de hechizos y, mientras les daba unas vueltas mentalmente para ver como quedaban, les expuso lo que le había salido como protección.

-Que toda esta casa sea nuestro refugio

que solo los herederos del Linaje puedan entrar

que todo ser extraño que haya, se vaya

que quien no cumpla, esta existencia deba dejar.

No se tarda mucho en decir, ¿os parece que los vayamos diciendo? 

Chris estaba de acuerdo con los conjuros de los chicos más que con el suyo propio así que no lo repitió. Asintió a las palabras de su familia, dando a entender que le parecían buenos conjuros. Lo que llenaba su mente de preocupación era otra cosa.

"Si traemos al demonio, ¿cómo le quitamos algo de la carne si no tenemos un cuchillo?" Ni siquiera sabía cómo podrían detenerlo, como para obtener su carne.

-Chicos, si vamos hacia el demonio; debemos saber cómo atacarlo. No tenemos ni un cuchillo, ¿cómo obtendremos su carne? Los conjuros están bien, el problema es lo que hacemos luego...

Cuando Tam estaba ya abriendo la boca para pronunciar los tres conjuros junto a sus primos, Chris le interrumpió con un detalle que, por evidente que pareciese, habían pasado por alto.

- Chris tiene razón. Abalanzarse a por el demonio sin arma alguna puede ser un suicidio. - o al menos sin un plan.- ¿No hay nada cortante en esta habitación?- preguntó, mirando a su alrededor. Entonces, comenzó a pensar en voz alta.- Quizás Kat podría tratar de paralizar (*) al demonio y otra persona podría...¿morderle?...- no sonaba para nada convencida mientras pronunciaba aquellas últimas palabras, puesto que ella misma era consciente de lo absurdo de su propuesto. Sin embargo, era de las pocas alternativas que se le ocurrían que podían funcionar en ausencia de un arma. Hacerse con un trozo de su carne a mordiscos. Intentó apartar esa imagen repugnante de su cabeza y dar con otra solución. - ¿Qué tal si rompemos alguno de estos recipientes (**) para tener una pieza afilada?- añadió, esta vez algo más satisfecha con su aportación. 

De nuevo, sus ojos se posaron en las libélulas. - Mientras damos con la solución quizás sea conveniente realizar el hechizo de contención, chicos. 

Pat escuchó a Chris y se quedó un momento pensando, al acabar de hablar Tam tomó la palabra.

-Pues yo había pensado en volarle algo y que orbitasen un trozo, pero es posible que el poder no funcione sobre el demonio... -no le gustaba lo que iba a decir, pero tenía que preguntar por ellas -Las dagas con las que nos atacaron aquellos esbirros ¿alguien lleva alguna o la puede traer? porque si el poder no funciona no creo que lo haga el cuchillo de mi cocina.

Quiso acabar con un toque irónico, no quería ni pensar en las consecuencias de que la daga matase a ese demonio e hiciese más fuerte a otro. Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos y se dirigió a su prima.

-Y tienes razón, hagamos el hechizo de protección de mientras.

Miró a su familia y cogió aire para recitar el conjuro.

-Que toda esta casa sea nuestro refugio

que solo los herederos del Linaje puedan entrar

que todo ser extraño que haya, se vaya

que quien no cumpla, esta existencia deba dejar.*

Pat estaba convencida que el conjuro que había formado ella funcionaría y así lo hizo. Inmediatamente después las libélulas se desvanecieron. Igual que habían llegado, se habían ido, "como por arte de magia". Pero aún seguían dudando si el conjuro que estaban formulando sería efectivo o no.

Pero parecía que sí.

Con aquellas palabras lograrían atraer al demonio que estaban buscando. Aquel capaz de convocar a miles de libélulas y que había raptado a la muchacha. Debían ocuparse de de él, pero para ello necesitaban un trozo de su carne, y arrancárselo a mordiscos no era la mejor opción. Congelarlo podría ser peligroso, pues si lo atraían y no lo lograban podría ser un auténtico peligro y podrían ser atacados. 

Tratar de convocar el ázame era una buena idea, un cuchillo ceremonial y probablemente mágico sería lo suficientemente útil como para poder rebanarle un trozo al demonio. El plan tendría que ser el siguiente, conseguir el cuchillo, convocar al demonio, usar el cuchillo, orbitarlo a la poción y lanzarla. Y todo eso sin morir en el intento, claro está.