Partida Rol por web

Los Caprichos de las Nornas

Capítulo 4: Un Nuevo Amanecer

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26/09/2016, 00:23
Haakon Rasmussen

Cuando Siggy afirmó que su ciudad o aldea se encontraban tan cerca respiré aliviado de nuevo. Tal vez las cosas hubieran cambiado desde que Siggy no estaba en aquellas tierras, pero en una aldea debíamos de ser capaces de obtener los medios para sobrevivir.

- Si Siggy no se ha equivocado, nada hemos de temer entonces. Antes de que caiga la noche estaremos de vuelta, tal vez que con carretas para transportar a los ancianos y enfermos. Los dioses saben que hemos pasado por tiempos aciagos y ahora más que nunca es cuando debería llegar nuestra hora de descansar y prosperar pacíficamente. -

Respecto al barco, estaba de acuerdo en que reducirlo a simples piezas de madera y tela para otros propósitos era un desperdicio a menos que no hubiera ninguna otra opción, pero dudaba del destino que le esperaba a aquella embarcación. Ahora era nuestra por derecho, no solo habíamos escapado en ella ni se podía considerar robada, ya que muchos habíamos trabajado por meses enteros para prepararla para surcar los mares.

- Cuando lleguemos a la aldea no podremos permitirnos vivir a costa de la caridad. - estaba pensando en voz alta, luego me di cuenta de ello y que había dicho aquella frase descuidadamente, ahora tenía que explicarme - Quiero decir que estamos en pleno invierno y es cierto que no hay oportunidades de forrajear o cazar, al menos por mucho tiempo, y quien sabe si alguien encontrará alguna labor que pueda sustentar a solo unos pocos de nosotros.

Apenas tenemos algunas pertenencias de valor en nuestro haber... y lo único que dará suficiente para todos es este barco - rematé intentando dejar clara la importancia que daba a ese hecho - Haceos a la idea de que tal vez tengamos que venderlo, si existe alguien interesado en pagar por él. -

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26/09/2016, 06:27
Erik Kodranssen

-Podria ser hermano. Si vendiendolo consiguieramos armas y viveres... Pero si no, el barco es nuestra principal herramienta para conseguir plata, ademas de nuestro unico medio de transporte.

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26/09/2016, 18:25
Uthred Svensson

   - Tenéis razón. - Claudiqué al fin, tomando en consideración las palabras de Erik, Haakon y Harald. - Ya me conocéis, por muy mal que nos vayan las cosas, siempre temo que puedan ir peor. Es... una maldición que debe pesar sobre mí. - Sonrío porque no hablo totalmente en serio, pero tampoco desdeño esas palabras delante de Haakon, por respeto a mi compañero y por respeto a los dioses. No sea que se sientan insultados y decidan darme una lección de mala suerte. - De todos modos, sea como sea ese barco nos dará un respiro. Como decís, puede ser un buen reclamo para que nos acepten en el pueblo de Siggy, pero no creo que nos hagamos a la mar hasta la primavera. El mar cada vez está peor, aunque no nos falta valor. También podemos venderlo, si llega el caso os prometo que negociaré una buena suma. Y finalmente, si llega a darse una situación desesperada... bueno... actuaremos en consecuencia. Pero bueno, no pensemos en desastres. - Dije esto último más para mi mismo que para el resto de mis compañeros.

   Entonces desenvaino la espada y el escudo que le quité a uno de los guardias, y señalé la otra espada que le di a Siggy en nuestra huída. Le hice una señal a Harald, asintiendo. Era bueno que nos acompañara, así seríamos un guerrero más por si se diera el caso de haber problemas.

   - Yo tengo esta espada, le di otra a Siggy, y este escudo. Es lo único que pudimos sacar en nuestra huida pues no teníamos tiempo de saquear los guardias que maté.

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26/09/2016, 21:25
Harald Erikssen

Bueno, yo recogí una lanza de uno de los guardias que nos custodiaban. Erik tomó una espada y un escudo y Torstein tomo la otra lanza. No recuerdo si tomamos algún arma de los otros guardias, los que custodiaban los barcos... - digo, mirando nuestro escaso armamento y pensando en como podemos repartirnos sin quedar demasiado desarmados, cosa que se me antoja dificil.

Respecto al barco, si en su momento hay que venderlo, sea. Pero de momento es nuestra posesión más valiosa y no debemos desarbolarlo sin más. Estoy seguro que llegado el momento, si Uthred no saca el mejor precio por él, ninguno seríamos capaces de hacerlo.

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10/10/2016, 15:55
Director

Ambos grupos os despedís entre abrazos y deseos de buena suerte. Las palabras de Siggy parecen indicar que el asentamiento no puede estar lejos. Y suponéis que tiene sentido. Los nórdicos sois gente aferrada al mar y, siempre que es posible, preferís no alejaros demasiado de la costa. Tal vez esta constumbre se haya mantenido en la tierra de los Anglos y los Sajones.

Los que se quedan en la playa no pierden el tiempo y antes incluso de perder de vista a aquellos que se adentran en lo desconocido, hacia el interior de esta misteriosa tierra, la mayoría ya se pone manos a la obra: unos buscando entre las rocas y en la arena moluscos, otros intentando usar la madera de deriva que encuentren para edificar una rústica empalizada que intimide más que proteja. Las armas son escasas. Lo sabéis, pero confiáis en que los dioses os beneficien.

Los que marchan pronto dejan atrás la zona arenosa de la playa, con sus carrizos y alguna duna y se adentran en la tierra. Las zonas marismeñas son comunes, aunque al de unos minutos de andar los bosques y los pastos pasan a ser los protagonistas. Poco después encontráis un río. Un río no muy grande. No muy ancho, pero con una interesante profundidad que os hace creer que podría ser usado para navegar con un barco ligero. Siggy os dice que el poblado está a orillas de este río.

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11/10/2016, 09:25
Uthred Svensson

   Tras las despedidas, hay que ponerse en camino. Mis despedidas siempre son frugales, pero no quiero meter prisa para que quienes se tengan que despedir de sus familiares lo hagan a gusto. Pero por fin nos ponemos en camino. Mis pies se hunden en la fina arena de la playa dejando profundas huellas, pero no me cuesta avanzar. Mi vida a girado en torno al mar y he caminado por playas desde que tenía uso de razón... aunque tampoco es que haya pasado tanto tiempo desde que tengo uso de razón. Con la broma en mi mente sonrío. Me encuentro de buen humor y parece que los dioses, por una vez, nos sonríen. Pero... ¿esto nos lo han dado los dioses o lo hemos ganado con nuestros actos? Nos lo habíamos ganado con sangre y con fuego.

   Miro a mis compañeros y miro a Siggy. Me agrada el entusiasmo con el que la joven nos señala el camino hacia su aldea. ¿Cuánto tiempo ha pasado fuera de casa? Maldito Aitet... me hubiera gustado tener el tiempo necesario para colgarle en la playa y sacarle las tripas para que las aves marinas se dieran un festín. Sigo las indicaciones de Siggy, poniendo cuidado de dónde piso y maravillandome con el verdor y la frondosidad de los cultivos y los bosques de aquellas tierras. ¡Los cultivos podrían dar de comer a una aldea entera! En mi tierra había años que las heladas mataban cualquier posibilidad de cultivar. Aquello era como un paraíso, un vergel con infinidad de posibilidades para nosotros.

   Nervioso, yo también estoy algo ansioso y expectante por llegar a la aldea de Siggy y ver qué nos deparan las caprichosas nornas.

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11/10/2016, 10:31
Harald Erikssen

Tras unas despedidas que parecen interminables, nos ponemos en marcha.

Por el camino voy silencioso, en parte clamando a los dioses por que no tengamos más contratiempos, ni nosotros que vamos a la aldea de Siggy ni los que se quedan atrás custodiando el barco y en parte porque no quiero estropear la dicha que imagino debe sentir la mujer al regresar a su tierra tras un cautiverio largo y cruel como el que ha sufrido.

Al ver el río, lamento no haber preguntado por más detalles. Si lo hubieramos sabido, podríamos haber venido con el barco hasta mucho más cerca y permanecer juntos, pero a estas altura es preferible llegar al pueblo y volver cuanto antes a por nuestros compañeros.

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11/10/2016, 19:04
Erik Kodranssen

-Mientras nuestros hermanos acuden a presentar nuestros respetos a la madre de Siggy, nosotros debemos ponernos manos a la obra. Prepararemos unas cuantas armas improvisadas para defendernos si fuera el caso, pero ademas, deberiamos vigilar el perimetro. Jorgen, hijo de mi hermano Ivar, necesito de tus jovenes ojos. Tu vigilaras, velaras porque ningun mal nos sobrevenga sin previo aviso. Sube al barco, cuida de que nadie holle la arena de esta playa sin que tu nos avises con tu poderoso y joven grito de guerra. ¿Lo haras "sobrino"?

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12/10/2016, 00:30
Haakon Rasmussen

Por primera vez desde hacía tiempo me sentía realmente animado. Siempre imaginé que aunque escapáramos, tardaríamos días en alcanzar el poblado de Ishild, o cualquier otro, donde entrar como peregrinos o refugiados. Saber que aquella misma noche podríamos dormir bajo techo y más aún, sintiéndonos protegidos, había encendido una pequeña llama de optimismo en mi interior, y no tenía la menor intención de dejar que se apagase entre preocupaciones.

Como efecto de aquello no sentí la despedida tan dolorosa ni tan pesada como varios de mis compañeros, pues en mi interior sabía que les veríamos de nuevo muy pronto; también caminaba con los pies ligeros y absorbía cada detalle del paisaje que nos rodeaba, casi como si aquello fuera un simple paseo bajo el cielo abierto, siguiendo los pasos de Siggy, quien lideraba la marcha con paso seguro por sus tierras.

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12/10/2016, 16:29
Jorgen Ivarrssen

Jorgen asiente a tus palabras y, como si de una ardilla se tratase, corre raudo a trepar por el mastil hasta la posición más elevada en el mismo. En su rostro se puede adivinar el joven hombre que comienza a formarse en su aún infantil interior. La dureza de los últimos meses ha cambiado algo en el interior de todos y los más pequeños más que ningún otro se han visto forzados a madurar a marchas forzadas. Tal es la vida cuando los dioses parecen querer divertirse a tu costa.

Las mujeres buscan comida por los alrededores mientras los hombres se encargan de recoger la madera de deriva con el que mantener una hoguera o crear una especie de improvisada empalizada que, si bien será incapaz de protegeros, bien hará en ralentizar o impedir un ataque frontal. En tu mente el deseo de que tus compañeros vuelvan pronto es fuerte. Te sientes tentado a explorar el entorno. Conocer el terreno circundante podría darte una ventaja sobre un posible atacante.

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12/10/2016, 16:33
Siggy Helgasdatter

Tras andar durante unos largos minutos, observando maravillados el entorno, por fin Siggy se detiene y señala en el horizonte: un poblado. De las casas surgen chimeneas y de éstas humo gris que tiñe el cielo y lo llena de hollín. No es un asentamiento especialmente grande, al menos comparado con la inmensidad de vuestra ya casi olvidada ciudad, pero sí mayor que muchos de los poblados de los que algunos de vosotros provenís originalmente.

A su alrededor, los campos de cultivo son salpicados por pinceladas de bosques domados y caserios aquí y allá. Tales posesiones serán, muy probablemente de pequeños señores de la guerra con suficiente poder como para poseer tierras y algunos hombres, pero que aún necesitan de la protección de un jarl poderoso.

En uno de los lados del asentamiento podéis ver, sobre un pequeño promontorio, lo que parece una especie de fortín. Pequeño para tal nombre, pero suficiente para mantener una guarnición que aguante durante un tiempo. En el mismo se eleva una torre. También en el pueblo se ve una casa más grande.

Las dudas sobre quién ocupará dichas tierras os atenazan a cada paso, pero en el rostro de Siggy se ve el optimismo.

Avanzáis con paso más ligero. Aunque apenas os dáis cuenta del aumento de ritmo hasta casi estar a las puertas de la empalizada que rodea al poblado.
 

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12/10/2016, 17:59
Erik Kodranssen

-¡Cuñado! Acompañame, vamos a explorar los alrrededores, no sabemos si estaremos aqui un dia o mas tiempo. Asi que quisiera saber como es el terreno adyacente a la playa, por si acaso. Ve al extremo de la izquierda y yo ire a la derecha, nos reuniremos en el medio, observa si hay algo en el paisaje tierra adentro que te llame la atencion, ya sabes, bosques, humedales, caminos, lo que sea.

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13/10/2016, 22:55
Harald Erikssen

Bueno, tantas tribulaciones pero al fín estamos aquí - pienso, queriendo contagiarme del optimismo de Siggy, pero sin estar totalmente convencido. Quizás los diferentes reveses sufridos han agriado definitivamente mi caracter y me han vuelto un ser desconfiado, pero...

Siggy, no quiero estropearte la vuelta a tu casa después de todo lo que has sufrido, pero te pediría que no te separes mucho de nosotros. No sabemos que ha podido pasar en tu ausencia y me temo que me he vuelto un cenizo, siempre pensando en la peor posibilidad.

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14/10/2016, 00:24
Haakon Rasmussen

El buen ánimo de Siggy era contagioso. Al ver el poblado en la distancia me dieron ganas de acercarme a la carrera, deseoso de una comida caliente, un buen baño, y por supuesto, de llamar a los demás para compartir aquella dicha con ellos. Si yo me encontraba así, no podía ni imaginar como se sentiría ella por su vuelta al hogar tras tanto tiempo.

Me controlé para no hacer ninguna tontería,pero aún así era incapaz de tener ningún pensamiento pesimista al respecto. La aldea estaba allí, y Siggy la había reconocido. Nada podía ir mal.

- ¿Cómo se llama el Jarl? Tendremos que presentarle nuestros respetos si vamos a solicitar asilo para nuestras familias -

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14/10/2016, 21:49
Uthred Svensson

   Para ser una persona desconfiada, he de decir que la alegría de Siggy se me estaba contagiando por momentos. Aquella mujer era una caja de sorpresas. Podía ser una loba fiera y arrancarte el cuello de un mordisco o con una espada en la mano, como hiciera con el hombre de Gunnar, o una persona jovial y alegre. Y su jovialidad me hacía olvidar que los dioses, caprichosos, gustan de divertirse con nosotros. Nos ponen pruebas constantemente y cuando pensamos que ya estamos a salvo, que lo hemos superado todo, nos sorprende con algo más. Pero... ¿qué sería yo si no tuviera el coraje de superar todas y cada una de esas pruebas? Mataré a cada enemigo ladino que se oculte en las sombras, que me traicione o que se ponga en mi camino. Y si una vez un guerrero es más fuerte que yo, entonces caeré con una gran sonrisa en mis labios. Pero de momento la causa de mi sonrisa era otra muy distinta. Mucho más dulce que la muerte, aunque igual de mortífera. 

   Me puse al lado de Siggy cuando ella nos señaló el poblado y gruñí de pura excitación. ¿Que nos tendrían preparado las nornas? ¿qué nos depararía el futuro?

   - Pronto lo averiguaremos, Haakon. Vamos, no perdamos ni un minuto más. - Y sin esperar, llevado por el ímpetu de la juventud, empecé a caminar mucho más deprisa, haciendo caso omiso al cansancio que pudiera llevar acumulado.

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15/10/2016, 20:25
Finn Eddvalssen

Finn corre hacia tu lado, dejando de lado, en el suelo, la madera de deriva que ha estado recolectando junto a otros hombres. La montaña de madera acumulada es lo suficientemente grande para garantizar una hoguera durante toda la noche. Parece que las aguas marinas han sido generosas con vosotros, proveyéndoos de abundante combustible como para que os podáis mantener calientes.

Las mujeres tampoco vienen con las manos vacías y van acumulando algunas almejas y otros crustáceos y moluscos para comer. Incluso algún pececillo. La tierra es fértil en alimento. Los dioses son buenos.

Una vez obtenidas las instrucciones, Finn se dirige hacia el lado contrario de la playa al que te diriges tú. Una vez en el extremo, comienzas a aventurarte más allá del límite de la arena. Las marismas, algunos prados sueltos y conjuntos de árboles se difuminan por doquier, sólo salpicados por alguna duna baja, cubierta de vegetación. Más al interior puedes llegar a ver cómo las marismas van dejando paso a más prados y mayores bosquecillos. La tierra parece estar labrada. Y parece rica.

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15/10/2016, 20:32
Siggy Helgasdatter

La sonrisa de Siggy pronto se difumina tras la pregunta de Haakon. En su rostro se frunce su ceño y una chispa salta en sus ojos, pese a que el resto de sus facciones se muestran relajadas. Mi madre. Deberías prestar más atención cuando te hablan los humanos, thulr. Sin esperar a la réplica del mensajero de los dioses, se da media vuelta y continúa andando. No se separa de vosotros, pero está claro que los caballos que galopan en su pecho están desbocados y se nota en su andar.

La empalizada está más y más cerca. Los guardias de la puerta os han visto. Sus armas se preparan, pero no se mueven de su posición. No hasta que estáis lo suficientemente cerca. La tensión se masca en el ambiente. ¿Y si reconocen a Siggy y su madre ya no es el jarl? Una vez más, las nornas, caprichosas, os dan el problema y la respuesta antes de que podáis reaccionar. Vuestros músculos tensos, casi hasta el punto de partirse (o así los sentís), se relajan de golpe cuando Siggy se abalanza sobre uno de los guardias y le abraza con fuerza. El hombre devuelve con familiaridad el abrazo. El otro se muestra más recatado, pero también saluda a la mujer con efusividad. Casi sin querer, un suspiro sale de vuestras bocas.

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16/10/2016, 20:44
Erik Kodranssen

Silbo para atraer la atencion de mi cuñado. Ya he visto lo que tenia que ver, ahora m ereunire con el a ver que me cuenta. Una idea me viene a la cabeza, estas tierras son fertiles, ricas, las tierras ricas no suelen estar indefensas. Confio en que estas ricas tierras esten bajo el cuidado de la madre de Siggy y no de alguien que nos sea menos favorable... Si fuera el caso, que hubieramos de defendernos... ¡Claro! Eso es, arcos. Una flecha de punta de madera no perforara una malla de acero, ni el cuero, pero cualquiera puede usar un arco. Fabricare un par, las mujeres podrian usarlos, como minimo harian dudar al atacante poco preparado. Finn tambien podria hacer buen uso de uno, es fuerte y es facil manejar un arco, aunque no dominarlo, claro.

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17/10/2016, 18:37
Harald Erikssen

Un disimulado suspiro se escapa de mis labios. Después de tantas penalidades, no me atrevía a esperar nada bueno, pero el recibimiento a Siggy me hace concebir esperanzas.

No me atrevo a interrumpir el reencuentro, de manera que me limito a esperar que se saluden, mientras remuevo la tierra con el pie, impaciente por seguir.

Notas de juego

Uff, sobre la campana, se me había pasado.

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17/10/2016, 19:26
Uthred Svensson

   Sonrío ante la respuesta que da Siggy a Haakon mirandola de arriba a abajo. Una mujer de armas tomar. No hacía falta que me lo aseguraran. Entonces la joven comienza a avanzar más rápido y las dudas atenazan mi alma, como seguramente atenacen el alma de mis compañeros. Aprieto el paso para ponerme al lado de Siggy. La espada en mi mano, la sujeto firme y con fuerza preparado para luchar si hiciera falta aunque no estamos en una posición ventajosa.

   Acelero levemente el paso cuando veo que Siggy se lanza a los brazos de uno de los hombres y éste la abraza con fuerza y familiaridad. Toda la tensión que hace unos segundos había sentido, todo el nerviosismo, cae al suelo con el estrépito de una copa de loza al romperse. Pero estábamos a salvo. Inspiro lentamente para tranquilizar mis nervios y envaino la espada que hasta ahora había portado desenvainada y preparada. 

   Y, sin adelantarme para no romper el momento de familiaridad, espero a que Siggy nos presente y nos den la bienvenida en aquel lugar.