Partida Rol por web

Los disturbios se centran en la plaza del pueblo y en la carretera que sube a la antigua mina de carbón. Varios vándalos han puesto barricadas, quemado neumáticos y lanzado petardos. Ahora el pueblo está más tranquilo, pero en la carretera de la mina las cosas han empeorado. Comenta con algo de preocupación.

Antuan mando el mensaje pero no hubo contestación inmediata. 

Tras lo que comento el número de la guardia civil y viendo que no recibía contestación, deduje que seguramente estarían en los conflictos de la mina.

Este bien agente abranos camino hacia esos disturbios camino de la mina. Dije a los guardias, mientras tomaba asiento.

Creo que es la mejor opción, diría que la Ductus, Constanza y los de Lieja estarán en esos disturbios, seguramente necesiten apoyo. Comente a mis compañeros en tono bajo. Los guardias nos vendrían bien como apoyo y para poder avanzar rápido.

Putos, empiezan el juego sin nosotros! Estaba loca por partirles un par de camarillas mas.

El guardia se giro un momento para organizar con su compañero la ruta y el coche, Fausto utilizo este moemto para hablar. Ves como tus habilidades iban a servir de algo. Comenta satisfecho ante la intervención del ventrue. Creo que si, ellos estarán en los disturbios. Vosotros podéis continuar hasta la mina y “el centro de los disturbios”, creo que es mejor utilizar ese término y no el de “batalla campal entre vampiros”. Comento con ironía. Me quedare en el pueblo para cubrir la retaguardia, buscar posibles refuerzos e impedir que huyan los escasos supervivientes de la torre de marfil.

Momus pareció cabrearse por momentos ¡Entonces me dejas de niñera! No pienso ser responsable de sus muertes, ya son mayorcitos. Además, dentro de un coche y rodeado de bolsas de sangres no poder disfrutar del combate.

¡Pues bájate del coche y vete andado si es lo que quieres! La ductus no nos ha dado órdenes de hacer de niñeras, esto es una batalla, cada uno debe de actuar como mejor pueda y sepa.

Pues sabes que te digo, que me bajo según lleguemos al pueblo. ¡No pienso volver hacer de niñera, esta vez quiero divertirme!

Yuri, la ghoul de Antua, estaba en el asiento central de la parte de detrás del coche, observando con cara de circunstancia como aquellos dos vampiros se criticaban con ella en medio.

En ese momento el guardia civil se giro. Todo en orden podemos ponernos en marcha.

Hey Momus, yo no se, pero si la memoria no me falla no hce mucho saliste cagando con un viejito de mierda. Quedate conmigo y vas a ver como nos vamos a divertir. Dijo la Garou riendose de lo acontecido.
TOtal, vamos a ser muchos y ya la Ductus se ocupa de ser niñera de todos.

Me parecía bien lo que expuso Fausto, la fuerza de Angvar sería bien recibida y Yuri podría apoyar en algo aunque la reservaría para cuidar mi espalda, ya pensaría que hacer con los policías, aunque igual los reservaría para luego buscar una coartada para todo lo que iba a ocurrir.

Entonces Momus dijo un par de impertinencias en mal momento y lugar.

Está bien Señor Momus usted es libre de hacer lo que desee, aunque me parece un mal momento para ello, creo que la Ductus agradecerá mucho nuestra colaboración y no tendré problema en explicarla que usted decidió hacer lo que le quiso, mientras el resto luchaba obedeciendo sus órdenes. Estoy seguro que ella se lo tomara perfectamente y no tomara ningún castigo hacia vos. Comente irónicamente. Pero como desee, nadie le puede obligar a nada.

Luego me gire hacia Angvar. Te apoyare en lo que pueda. Dije a la mujer, ahora ella estaría en su salsa y yo fuera de mi medio. La Ductus nos espera es hora de acabar con los enemigos de la Espada.  Pongámonos en marcha cualquier minuto es primordial.

Momus se puso tenso tras los comentarios de Angvar, parecía dispuesto a saltar hacia delante y arrancar la cabeza de la chica. Que un miembro aprueba insultara a un veterano de una cofradía, era algo muy grave. Era algo parecido a que un soldado raso escupiera en la guerrera de un sargento. Solo las palabras de Antuan tranquilizador al Sabbat y evitaron que la provocación fuera a más. Me quedare, pero so por ver cómo te despedazan. Dicho esto Momus no volvió a abrir la boca en todo el recorrido y Fausto no se puso de parte de ninguno de los dos.

Después del momento de tensión, el coche empezó a avanzar escoltado por el todoterreno de la guardia civil que iba abriendo la marcha. El pueblo estaba desolado, en las calles no se veía a nadie, los contenedores y el mobiliario urbano estaba destrozado y en las paredes se podrían leer consignas mineras pintadas con espray. La plaza del pueblo era el epicentro de la destrucción, varios contenedores volcados, neumáticos y demás utensilios formaban una barricada enfrente del ayuntamiento. Los bomberos escoltados por un grupo de antidisturbios, apagaban los neumáticos y comenzaban a desmontar la barrica, pero ahora no había rastro de manifestantes. Este fue el punto que Fausto eligió para bajarse del coche.

El coche continuo escoltado por la guardia civil subiendo por una carretera en mal estado que se adentraba hacia la montaña. Pasado un cabio de rasante de la carretera se podía divisar a lo lejos una zona iluminada por neumáticos ardiendo, se habían levantado varias barricadas, los antidisturbios formaban un cordón de seguridad enfrente de las barricadas, y desde las barricadas llovían piedras y petardo. A lo lejos, detrás de las barricadas, se veían las estructuras de metal y almacenes de la mina.

El coche de la guardia civil se detuvo y uno de los agentes se acercó a vuestro coche. No podemos avanzar más, este es el punto seguro más cercano a los incidentes. Momus sin decir palabra, abrió la puerta y salió del coche, pero no se alejó de él.  

Al final llegamos al último punto del trayecto. Por fortuna la discusión entre Momus y Angvar acabo, era importante porque así serían dos los que pudieran usar sus músculos dándonos más opciones de triunfo. El final del camino era una barricada la típica con neumáticos con fuego, poco original. Los disturbios se apreciaban, las piedras a lo lejos volaban golpeando el pavimento.

Momus se bajó, cosa que hice igual, Yuri hizo lo mismo poniéndose a mi lado. Los agentes indicaron que no podían avanzar más.

Bien agentes “Cuando nos vayamos, cuiden del vehículo” Ordene en un primer momento. “Ahora dejaran a su compañera un chaleco y algún arma, son órdenes del cabo y no pueden desobedecerle” Dije después señalando a Yuri. La ghoul era hábil con las armas mucho más que yo que no haría nada con ellas.

Bueno es momento de ponernos en marcha, Señor Momus ¿Desea guiarnos? Pregunte dado que era el veterano, aunque no me fiaba mucho por lo que permanecería al lado de Angvar y con Yuri cubriendo.

Gracias, antuan Dijo Angvar con un tono mucho mas suave y femenino del que usaba normalmente cuando él le dijo que él la apoyaría. Aunque no lo necesitaba y no se explicaba porqué, esas pocas palabras de Él le habían provocado un vuelco en el estómago.
Como fuera, todos llegaron y Angvar se bajó, preparando su ropa, equipo y demás.
Bueno señores, vallan adelante, yo los sigo.

Uno de los agente se quitó el chaleco antibalas y se lo paso a Yuri, luego abrió el maletero y saco una escopeta que también le dio a la ghoul. El otro agente contemplaba atónito la escena preguntándose qué hacia su compañero. Ere ilegal dar armas a otro agente y mucho más a un civil. Pero al ver la seguridad de su compañero al cumplir las órdenes de Antuan no dijo nada. Puede que la chica fuera un agente secreto.

Momus se quedó quieto observando el panorama. Esto no va nada bien. Comento dubitativo. Esos estúpidos gabachos deberían de haber convertido a los manifestantes en cabeza-palas y haberlos lanzado contra los policías. ¡¿Por qué no lo han hecho?! ¡MALDITOS ESTÚPIDOS!

Melack ni la ductus están aquí. Afirmo totalmente convencido. Si no todos estas estúpidas bolsas de sangre ya estarían muertas. Seguro que ya han ido a la mina. Dijo señalando con el dedo las imponentes estructuras de metal que se levantaban a varios cientos de metros por detrás de las barricadas de neumáticos. Hay que atravesar las barricadas.

Momus se dirigió a uno de los extremos de la carretera y empezó a subir rápidamente entre las piedras. Habrá que dar un pequeño rodeo para llegar a la mina sin ser vistos. La escalada al principio fue fácil hasta llegar a una especie de sendero entre las rocas, pero llegados a este punto la dificultad no fue la escalada si no el avanzar sin luz por el pequeño sendero. 

Escuche a Momus me sentí alarmado, pero trate de luchar contra el miedo y solo me deje guiar por él y por Angvar quienes eran los más expertos en esa situación.
 

Seguís a Momus por el intrincado sendero durante varios minutos hasta llegar a la alambrada de metal. La alambrada esta oxidada y caída en el suelo, puede que callera por el paso del tiempo o que alguien la tirara.

Tras cruzar la alambrada llegáis a una explanada llena de montones de carbón y escoria, maquinas abandonadas, cintas transportadoras y naves industriales. Todo parece tranquilo a la luz de la luna, parece que no hay movimiento.

Yo puedo ocultarme con ofuscación, y por lo que no-veo la capitana también. Hasta ese momento no os habíais dado cuenta pero no había rastro de Angvar. Cruzare la explanada hasta una de las naves, registrare la primera, Angvar registrara la segunda. Antuan tu avanza hasta la entrada de la mina y comprueba el edifico de la entrada. Si no encontráis nada cantar dos veces como lechuza de granero, por el contario si hay…

El chiste de Momus fue cortado por el sonido varios disparos a la lo lejos. El sonido rebotaba contra las paredes de la montaña, de manera que era imposible situar su origen. ¡Ya han empezado sin nosotros! Seguimos con el plan. En caso de emergencia, gritar o usar el móvil. En ese momento el vampiro comenzó a avanzar medio agachado y se esfumo a simple vista.

Yuri agarro la escopeta que llevaba a los hombros y comprobó que estuviera cargada, también comprobó que la linterna que llevaba funcionaba. ¿Vamos, jefe?

La valentía de Momus me dejo estupefacto, era fácil mandarme a mí por delante mientras él se ocultaba dejando que yo diera la cara, como una diana con piernas, pero la verdad que los disparos que provenían del lugar me alarmaban temía que Constanza necesitara ayuda. Escuche a Yuri fiel y letal siempre a mi lado.

Si vamos querida, vayamos a ayudar a nuestra gente. Dije mientras comencé el camino hacia el lugar que se me había indicado.