Partida Rol por web

Hay luz en el piso y eso significa que ella está en casa. En breve te abrirá la puerta y estaréis de nuevo juntos. 

No sé como definir dónde tengo el corazónb, si en un puño o latiendo como loco por escaparse de mi pecho. Algunas lágrimas a cuden a mis ojos, de felicidad, emoción, alegría y casi me da miedo responder, casi me da miedo el comprobar si de verdad eso que oigo es la música que siempre acompañaba a Mikey.

Abro con algo de miedo a la par que con el sentimiento que conlleva verle y lo busco con la mirada, esperándo encontrarlo al otro lado de la puerta.

La puerta se abre finalmente, en realidad tampoco es que tarde demasiado, y ahí esta la melena pelirroja de mi hermana aunque enmarcando una expresión algo más asustada y preocupada de lo que debería. No la culpo, si yo me siento perdido teniendo algo de guía no quiero ni imaginarme lo que debe de ser para ella estar envuelta en todo esto pero espero poder estar más tiempo a su lado para que al menos se sienta un poco más... acompañada. Porque afirmar que podría defenderla creo que es hacerse demasiadas ilusiones.

-¡Carol...!- espeto enseguida, acercándome para abrazarla afectuosamente y con cierto anhelo incontrolable. Admito que nuestro anterior encuentro fue extraño y poco acertado por mi parte, no creo que deje de maldecirme por ello nunca, pero ahora mismo me alegro demasiado de verla sana y salva como para pensar demasiado en ello -¿Estás bien? Tienes que contarme si ha pasado algo durante el día...- le pido mientras miro de reojo a mi acompañante con el ceño algo fruncido -Él es Frank- le presento por mera educación y porque está pero se nota que no nos llevamos precisamente bien.

Tardo unos segundos en comprender lo que me está diciendo, trato de centrar mi vista y fijarle en ella. Él, en el centro. Él, sólo él. Le miro y escucho atenta, resistiendo mis ganas de abrazarlo y no soltarlo, resistiendo mis ansias de llorar y recordando la última vez que le vi.

Entonces Él me presente a un tipo que me había pasado desapercibido, completamente desapercibido. Lo miro, trato de sonreirle, pero algo dentro de mí no me deja. Mi mano se va, sin quererlo, casi por inercia, a la pequeña marca imperceptible de mi cuello.

-Hola-es todo lo que sale de mi boca.

Frank levanta la mano para saludar con cierta desgana y pregunta por mera cortesía:

- ¿Puedo pasar?

Y sin esperar respuesta alguna pasa dentro del piso y se va hacia el salón dejándoos a solas en la puerta de entrada. Los dos hermanos de nuevo reunidos. Cierta tensión se nota en el ambiente...

Mis ojos pasaron del extraño a Mikey, de Mikey al extraño y luego me aparté a un lado para dejarle pasar, aunque si no lo hubiera hecho me hubiera apartado él pues, aunque pidió permiso, pareció darle igual si yo se lo daba o no.

Miro a Mikey que se ha quedado allí parado.

-¿Y tú? ¿No quieres pasar?-le pregunto algo tensa por la situación y sin entender qué pinta ese tío que viene con él.

Luego recuerdo que me preguntó algo antes de presentarme a ese tipo.

-Estoy... estoy bien. Algo cansada y aturullada... sí, pasaron cosas... algo raro... pero... ¿no pasas?-le pregunto.

No me siento cómoda con un extraño en mi casa, el segundo de éste día tan horrible, y encima tengo al terrible sensación de que nos puede escuchar lo que me deja muy escaso sentido de intimidad.

El hecho de que mi hermana se muestre tan callada y aturdida no augura nada bueno y me encoge el estómago de preocupación pero cuando estoy a punto de decir algo al respecto Frank interrumpe, como siempre, tomándose la libertad de entrar en mi antiguo hogar con total tranquilidad. A veces no sé si le odio o le envidio.

-¿Eh? Sí, sí, claro que quiero pasar, pero escucha...- me inclino un poco hacia ella para seguir susurrando, como cuando teníamos diez años y queríamos criticar a nuestros padres estando demasiado cerca de ellos -Frank es bastante capullo pero sabe de que va todo esto así que no se lo tomes demasiado en cuenta- le aclaro antes de pasar dentro, dejando que cierre la puerta tras nosotros pero manteniéndome cerca de ella para acto seguido cogerle la mano y guiarla hasta el sofá para que se siente y se tranquilice un poco.

-Cuéntanos lo que ha pasado- le pido con tono tranquilo para que se sienta más calmada mientras miro alrededor. ¿Está sola?, ¿no se supone que debería haber alguien con ella...? 

Estoy un poco perdida. Mis ganas de ver a Mikey han quedado algo nubladas con la presencia de ese tipo. No me da muy buena impresión, peor Mikey parece confiar en él, así que, yo no soy quién para opinar nada sobre él, al que ni siquiera conozco.

-Bueno... salí... a pesar de que el aprendiz de Magnus me dijo que no lo hiciera. Salí, te busqué... te busqué...-digo recordando todo lo ocurrido-. Me encontré con Magnus y él me ayudó contra una especia de bichos extraños qeu trataron de hacernos daño, trataron de hacerme algo... trataban de herirme... peor me ayudó, seguimos adelante y aquí estábamos... esperándot... esperándoos-digo de carrerilla explicándo lo ocurrido aquel día.

Mi mirada busca a Magnus y evita la del compañero de Mikey mientras mis manos buscan el contacto constante de la piel fría de mi hermano.

Magnus está hablando con Frank, o por lo menos mueven los labios porque realmente no escucháis nada. Parece que lo que dicen es insonoro para vosotros y tampoco parecen prestaros atención.

Parecen discutir sobre algo ya que Magnus realiza algún aspaviento pero comedido, ya que parece estar muy tranquilo. Frank está pálido (aunque puede ser que sea así) y no parece estar muy convencido de las explicaciones dadas por Magnus.

Magnus termina de hablar y se levanta del sofá. Se encamina hacia Mikey y le dice:

- Frank me ha contado que sabes lo que va detrás de tu hermana, debes ponerla al día. Los seres a que nos enfrentamos eran Imps...pequeños diablos, nada peligroso ya que se usan para rastrear sobre todo. Pero la localizaron demasiado rápido para mi gusto. Tendrás que protegerla a partir de ahora. Nada de dejarla sola ya que nosotros tendremos que empezar a hacer otras cosas. Irá a hablar con Bastian para que te quite ese absurdo trabajo...aunque te costará hacer algo tarde o temprano para él...no debemos enemistarnos con alguien de su poder.

Dicho esto mira a Frank y le pregunta:

- ¿Vienes? Creo que voy a echarle la bronca a un aprendiz y tú de eso sabes bastante. Además creo que ambos hermanos necesitan hablar.

- Vale, te acompaño. Además quería visitar a Scott a ver que sabe de esto. Fijo que le quisieron comprar algo si hay gente poco conocida...de esa que hace mucho que no salen de sus guaridas - dice mientras camina hacia la puerta

Luego mira a su chiquillo y le dice:

- Cuídala porque nos jugamos más que una vida...y esa vida para ti es lo que te queda de humano... 

Notas que hay un deje de melancolía en su voz al decir esto. Puede que pasara por algo similar...

Magnus y Frank salen del piso dejando a los dos hermanos a solas para que pueda hablar. Ahora los dos hermanos realmente se pondrán al día.

Mientras caminan lejos del piso Magnus y su viejo aprendiz charlan. En ese momento Frank le pregunta algo al mago.

- Llegado el momento...tendrá que matar a su hermana ¿no?

El mago con cierto pesar dice:

- Si la situación es extrema, ella deberá morir...y él deberá hacerlo. Salvar a Midway o perecer...no hay otra solución me temo Francesc.

La lluvia amortigua la voz de ambos que se alejan cada vez más del piso internándose en las oscuras calles de la ciudad.

-¿Magnus...?- repito un tanto aturdido pues según tenía entendido el que debía ocuparse de Carol era su aprendiz y no él, por eso me sorprende tanto verle ahí sentado en el salón mientras habla con Frank. Al menos eso creo porque no oigo nada así que termino frunciendo el ceño ladeando la cabeza antes de mirar a mi hermana encogiéndome de hombros. No sé si ella entiende algo pero yo desde luego no.

-Así que de demonios y diablos va la cosa, ¿no? Joder...- puedo asegurar que no había dicho tantas palabrotas malsonantes en toda mi vida desde que fui convertido en esto pero es que parece que sólo podamos recibir malas noticias y cada una peor que la anterior. Si te paras a pensarlo da tanto miedo que saldrías corriendo pero por desgracia no serviría de nada, no creo que se pueda huir de estas cosas.

-¡Claro que la protegeré!- espeto un tanto ofendido por la duda -Excepto de día claro...- añado entonces un poco más alicaído mientras Magnus y Frank abandonan la casa dejándonos ahí a solas con un silencio un tanto inquietante. ¿De verdad estoy preparado para defenderla de esas cosas?

-Será mejor que nos sentemos, no tengo muy buenas noticias- afirmo mientras me acomodo en mi querido sofá emitiendo un suspiro de nostalgia antes de volver la vista a ella cogiéndole de nuevo la mano en un intento de darle apoyo -Al parecer hay una especie de medio-demonio buscándote. No estamos del todo seguros del porque aunque intuimos que puede tener algo que ver con tus ancestros o algo así. Lo bueno es que ahora ya sabemos como podemos detenerle- añado esto último en un intento de aportar algo positivo aunque mejor ahorrarse los detalles sobre eso por ahora.

Mikey está ahí, conmigo, de nuevo, como antes. No puedo menos que mirarle y sonreírle como una boba mientras mantengo su mano fría entre las mías. Luego el escucho, observo su mirada atormentada, su rostro preocupado y su deje de dolor al comentar mi estado de peligro.

-¿Un medio-demonio? Pero... ¿a mí? ¿por qué? No lo entiendo... no entiendo nada-reconozco porque es cierto.

Desde que Mikey se marchó, bueno, desde que me lo arrebataron todo ha sido uan especia de espiral sin sentido en la que ocurren mil cosas a cada una más complicada que la anterior y todas ellas sin sentido aparente. Trato de entender todo, pero me resulta tremendamente frustrante saber que me periguen, que me buscan y que no sé por qué. Y Él, Mikey, Mi hermano tiene que defenderme de ese medio-demonio.

-Mikey, no entiendo nada... ¿por qué eres lo que eres? ¿por qué ahora me persiguen? ¿quién era ese con el que venías? ¿conocías a Magnus?-todas las preguntan salen de mi boca a borbotones y sin soltar su mano como si me diera miedo que volviera a marcharse, como su pensara que me abandonaría en cuanto su piel no estuviera en contacto con la mía.

-Yo tampoco lo entiendo del todo, es todo confuso, demasiada información... Pero son los hechos y tendremos que aceptarlos para poder enfrentarnos a ello, no tenemos más alternativa- con esto dejo claro que huir ahora mismo no es una opción, por mucho que pueda ser atrayente, así que aprieto un poco más su mano entre la mía como si así pretendiera transmitirle más apoyo pero ahora mismo me siento un poco inútil. Me gustaría hacer más... pero no estoy seguro de cómo a pesar de las distintas instrucciones recibidas. Demasiado peligroso para mi gusto, si no fuera por Caroline dudo si quiera que me planteara hacer frente a esa cosa.

-Está bien, está bien... Supongo que si yo tengo preguntas tú todavía más- suspiro después de su pequeño interrogatorio y entonces termino soltando su mano para sujetarme mi propia frente -A ver, ese con el que vine, Frank, es el vampiro que me transformó en lo que soy ahora. Es un capullo pero el único que puede guiarme por todo esto así que no me queda más remedio que aguantarle. Magnus fue su mentor en el pasado y le conocí ayer pero apenas intercambiamos unas pocas palabras. Parece ser poderoso y al menos es... agradable- decir que parece de fiar me parece demasiado aventurado así que por el momento lo dejo en eso mientras miro de reojo la puerta, preguntándome donde diablos habrán ido esos dos.

Después de eso niego con la cabeza y vuelvo la vista hasta mi hermana, rodeándole los hombros con un brazo para acercarla un poco más hasta mi -No estamos seguros del motivo real por el que te quieren a ti pero sí que eres su objetivo así que habrá que evitarlo y procurar destruirle. No será fácil pero al menos no estamos solos en esto- intento consolarme con esa idea pero teniendo en cuenta lo poco que conocemos a esos seres y lo extraños que son todos resulta un poco difícil. Si al menos hubiera tenido más tiempo para aprender...

Escucho a Mikey, le veo, es más le siento. Le miro, miro sus ojos, como mueve sus labios al hablar, hasta el gesto de sus cejas cuando habla que siempre me recultó tan encantador. Le miro con mi mirada derretida, con mis ganas de que no se marche, con la dulzura que sólo sale cuando le miro a él.

Termina de hablar, le miro sin pestañear. Parece afectado, siempre fue más que un hermano para mi y verle así me duele.

-No pasa nada, Mikey. Tengo la solución a eso-le digo convencida.

Sé que me dirá que no, pero ¿qué otro modo tengo para estar conél eternamente? ¿Qué habría de malo? Sé que él me quiere como yo le quiero a él. Que daría todo lo que fuera por mí. Soy su hermana, maldita sea, no una hermana, soy la suya.

-Quiero ser como tú- lo digo sin respirar mirándole a los ojos y sin soltar sus manos preparada para su repentina regañina.

Me siento tan preocupada por ella y por los dos que me sorprende y extraña en partes iguales comprobar que ella se mantiene estoica y firme. Estoy seguro de que lo que he dicho haría temblar de miedo a cualquiera pero a nosotros todavía más porque nunca hemos tenido problemas y menos de este calibre así que no puedo evitar preguntarme qué se le está pasando por la cabeza hasta que suelta la primera afirmación y parpadeo repetidas veces, un tanto aturdido por su seguridad -¿La tienes...?- pregunto empezando a esbozar una sonrisa, esperanzado. Si ha estado todo el día con Magnus puede que él haya encontrado una solución de la que todavía no me han hablado así que empiezo a sentirme aliviado hasta que mi hermana saca a relucir su "gran idea" y me deja prácticamente helado. Es decir, si fuera posible que lo estuviera más.

-N...no. ¿Estás loca? No quieres eso, nadie quiere eso- termino respondiendo un poco agitado aunque no hasta el punto de enfadarme porque a fin de cuentas es ella y sé que me lo pide con buena intención porque tampoco tenemos demasiadas opciones -Tendrías algunas ventajas para lo que se avecina, no lo niego, pero ser un vampiro no es tan bonito ni interesante como lo pintan. Nunca había pasado tanto miedo como ahora, ¿sabes? Y lo de tener que beber sangre...- niego con la cabeza repetidamente. Hacerlo de una copa o bolsa es una cosa pero cuando te obligan a cazar personas la cosa se vuelve peliaguda -Será mejor que nos limitemos a seguir las instrucciones para detener a ese demonio. Tú simplemente... cambia el horario para dormir y ya está- propongo como idea que a mi entender es más sensata.

No me entiende. No entiende que la verdadera razón por la que quiero eso es para poder estar a su lado.

-No voy a discutir con el poco tiempo que nos vemos últimamente, no quiero andar en trifulcas pidiéndote algo que no voy a conseguir. Pero respóndeme. Cuando todo esto temrine y si consigues salvarme y que todo salga bien ¿estaremos juntos?-le pregunto después de haber soltado su mano y mirándolo a los ojos afligidos.

Entiendo su postura, al igual que comprendo la mía y, si yo me encontrara en su lugar, tampoco querría que él viviera algo que yo considero desagradable. Sabe el asco que me da la sangre, que me mareo nada más verla y aún así, no me supone un problema tener que beberla. No lo entiende, ni lo entenderá pues parece que desde que me lo arrebataron no es el mismo Mikey.

No aparto mis ojos de su expresión y espero paciente su respuesta. Sudo, estoy nerviosa y deseo con ansias que todo esto termine.