Partida Rol por web

Úrsola rie por lo bajo ante el temor de Solomon.

-Por favor, que no sea otra sala de tortura con otro cadáver...-

- Prrecisamente deberríamos desearr que fuerra eso, joven. A eso ya hemos demostrrado que podemos sobreevivirr, jiejie...

A sus palabras le acompañan un par de palmadas en la espalda del muchacho para darle ánimos, tras lo que añade:

- Ademas, los jovenes deberrían sentirrse siemprre invencibles, ¿da? Fíjese en sus compañerros... puede que tengan miedo perro eso no les hace dudarr de su camino. Hay que mantenerrse firrme mientrras se pueda jovencito, antes de que tenga que apoyarr su cansada espalda en un bastón como esta vieja.

La anciana continua el camino con su animada charla sin darle demasiada imporatancia a lo tétrica que pueda llegar a ser la situación que encuentren. Hacía tiempo que no tenía la oportunidad de hacer de madre consejera y la verdad, lo está disfrutando bastante.

Y la puerta se abre.

La escena que se extiende ante ellos es bastante menos perturbadora que antes. Es... una biblioteca. O al menos parece una algo más normal. La penumbra sigue estando presente en toda la zona no obstante, no dando mucha cabida a leer sin fuentes de iluminación adicionales a las que hay en el sitio.

Tanto a la derecha como a la izquierda de la sala hay otras salas iguales con más y más libros parece ser. Todo bastante idéntico entre sí, y con muy poca iluminación en el lugar, pese a lo que pueda parecer. Vuelve a notarse esa tensión palpante y creciente que sintieron la primera vez que llegaron a ese piso. ¿Es que ahora ha cambiado algo al abrir la puerta?

¡Libros!

Abandonando mi intento, ignorado, por animar a Anaisse, entro a la nueva habitación colándome entre Blake y Fernand. avanzo unos pasos buscando algún tipo de índice. Tengo claro lo que busco, pero no del todo "donde" buscarlo.

Que montón de libros. Genial. Aquí seguro que hay algo.

Si no encuentro algún indicador ni sucede nada, me acerco a los libros a ver sus nombres. Quizá pueda orientarme si tienen un tema común.

- Oooh... Que prreciosa sala. - Comenta la mujer, recordando la suya propia en Rusia. No es tan grande ni ostentosa, por supuesto, pero la sensación y el propósito son el mismo, lo cual reconforta a la mujer. Pasea con tranquilidad entre las estanterías admirando el contenido de las mismas con una sonrisa plácida, atenta quizás a ver si encontrase algún tomo particularmente llamativo o interesante.

Cuando ve actuar a Selene con tanta rapidez se acerca a consultarle.

- ¿Qué busca, joven? Quizá pueda ayudarrla. Tengo buena cantidad de experriencia con los librros, da.

Me había sorprendido el gesto de la tip... uhm... Selene, cuando de repente trató de animarme con una leve caricia. Sorprendentemente, y aunque era la última persona de la que me lo hubiera esperado, funcionó. Me sentí mejor, más segura y arropada. La gente que me rodeaba no estaba allí sólo por lo que habían ido buscando. Parecía que me había equivocado con aquella chica, sí que se preocupaba por los demás. Quizás no había sabido demostrarlo hasta entonces, o quizás la situación no había propiciado aquella reacción hasta que todo se había ido de madre con la horrorosa muerte de la que había entrado con nosotros.

Dios mío... esto parece una pesadilla que no se acaba nunca...

Sigo pensando en mis padres ¿Quería la biblioteca que los encontrara? ¿Estaban allí? ¿Y por qué? ¿Por qué habían decidido abandonarme y entrar juntos en aquella locura? ¿Sabían lo que encontrarían dentro? ¿Y si simplemente entraron a hacer turismo, como yo? ¿Y si, quizás, estaba siendo demasiado dura con ellos? ¿Y si necesitaban mi ayuda y yo los odiaba egoístamente por haber tomado una estúpida decisión equiparable a las mías cuando decido comer pollo frito en vez de a la plancha?

Eran demasiados los interrogantes. Pero aunque el odio se iba disipando y empezaban a darse lugar las preguntas y la curiosidad, los recuerdos con los que habían sido mis verdaderos padres seguían pesando más. Si la biblioteca quería que supiera algo lo encontraría. Pero no por curiosidad, sino por volver a verles algún día. Por volver a sentir su abrazo. Joder. Me parecían unos plastas, pero en aquel momento en el que tanto temía no volverles a ver eran todo lo que deseaba. Tenía que vivir. Evitar que ellos vinieran a buscarme y acabaran atrapados en este infierno...

Miré los libros con desgana cuando la chica rara fue a buscarlos. Parecía interesada en algo. Pero nunca llegó a decir exactamente el qué estaba buscando. Me adentré en la sala, en silencio, oyendo a Úrs hablar con tono jovial sobre la biblioteca que habíamos encontrado. Aprieto un poco los labios al verla pasarlo tan bien. Al verla trivializar sobre lo ocurrido. No podía entender cómo podía estar tan tranquila después de encontrarse con su padre allí. De aquella forma... pero el tiempo para enfadarse había pasado. Ya no podía. Sólo sentía por dentro aquel miedo desgarrador y más allá de allí un profundo vacío. Sin leyes de la física a las que agarrarme, me parecía que el mundo carecía de sentido alguno. Sentía como si me hubiesen arrancado de mi dimensión y me hubieran introducido en un sueño dadaísta sin final. Como si me hubiesen despojado de mi universo...

Empiezo a pensar en el tiempo. ¿Cómo debería estar transcurriendo? Era consciente de que nuestra percepción del tiempo era independiente del pasar real del mismo. Así, en planetas con gran gravedad el tiempo pasaba mucho más deprisa de como lo percibíamos. Y pasaba bastante más lento en el espacio. En aquel lugar donde la lógica no parecía tener cabida... ¿cómo sería el tiempo? ¿Cómo sería el espacio?

Sentía que estaba a punto de volverme loca, así que traté de dejar de pensar al respecto y simplemente entoné una pregunta:

-Creo que no llegaste a decirnos lo que andabas buscando, Selene-Hago una pausa-Quizás... podamos ayudarte a encontrarlo si nos das una pista...

Y quizás, de ese modo pueda dejar de tener estos perturbadores pensamientos y mantener la mente ocupada...

Blake entra en una nueva estancia de la biblioteca que a pesar de transmitir un aspecto tranquilo mantiene esa sensación inquietante y poco alentadora. Esa especie de hormigueo que sube por el cuello y acaricia su mente en un "esto no debería ser así".

¿Pero y qué? Le encanta esa sensación. Ese romper absoluto de sus esquemas en lugar de ponerle nervioso le llena de entusiasmo. Eso quiere decir que su trabajo no ha acabado y que, desde luego, quedan muchas cosas a las que buscarle explicación en este mundo.

Dejando de lado sus pensamientos de magufo profesional, Blake se percata de lo que los demás están haciendo quizá demasiado tarde. -Tiene cierto encanto, sin duda. Pero me gustaría recomendar para una próxima vez el ojear antes el lugar antes de hojear los libros. ¿Alguien siente algún tipo de identificación con este lugar?- Cuestiona mientras va caminando cercano a las estanterías, echando un ojo tanto a títulos de los tomos como al propio lugar en sí. No está bien dar recomendaciones sin hacer ejemplo, así que inspecciona el lugar en busca de algo -más- extraño.

Lo que encontraron tras la puerta no fue lo que esperaba, aunque no tenía claro que podía haber, la descripción que habían dado los demás de la visita anterior había sido tan tenebrosa que una pared empapada de sangre era mas apropiado que una llena de libros. Pero lo cierto es que ver tantos tomos le daba un regocijo interior de los mas agradable. Había venido a buscar eso a este lugar después de todo, y al igual que Blake, gustaba de algunas temáticas poco frecuentadas mas que por un reducido número de lectores. Mientras Selene buscaba algo que llamó la atención de Ursola y Anaisse, él dirigió su mirada hacia el lado opuesto, escuchando la advertencia de Blake sobre tocar los libros. A que le teme? son solo libros, pensó. 

La lectura ocupaba la mitad de su vida, la otra mitad era pensar acerca de lo que había leído. Así eran sus días, y una biblioteca como esa lograba lo que pocas cosas, entusiasmarlo. Con una actitud algo infantil golpeó el brazo de Solomón -No me digas que esto no es fantástico! Ven , vamos a ver mas de cerca de que se tratan estos libros - se acercó hacia donde Blake estaba, sabiendo que tenían intereses en común y esperando que Solomon lo acompañara. Repasó los títulos que tenía cerca, a ver si le eran familiares, buscando que las palabras que había leído en el libro de Ioan se hiciesen realidad en esa sala.

La mayoría parecen interesados en lo que busco ¿Por qué? Es extraño. No en un mal sentido, pero extraño. Puede que sea la primera vez que ocurre.

-Bueno, busco registros de nacimiento. Y libros de investigación y experimentación...no estoy del todo segura en realidad.

¿Qué es lo que busco en realidad? No estoy muy segura de lo que busco. Ni siquiera de si quiero encontrarlo o de si es algo que se pueda encontrar. Pero si el libro me ha indicado "eso" tiene que haber manera de demostrarlo o averiguarlo ¿No?

-No hace falta que os molestéis, tranquilos. Seguro que tenéis cosas vosotros. Igual no hay nada de lo mío.

Mire la habitación de manera desconfiada. Parecía un ala de biblioteca normal… demasiado normal. Puede que fuera porque me esperaba otra sala de tortura llena de sangre, pero esa sala no me daba nada de confianza. Ya me imaginaba algo en plan que los libros iban a salir volando hacia nosotros intentando mordernos o que íbamos a tener que huir para que el Lobo Feroz y la bruja del mago de oz no nos mataran.

La mayoría aquí se había puesto feliz y jovial por buscar libros… parecía que se hubieran olvidado de donde estábamos. Luego noté un toque en el brazo y pegué un sobresalto; menos mal, sólo era Fernand. Estaba muy eufórico -Em… vale, te acompaño…- le dije con ciertas dudas y le acompañe; sobretodo por tenerle al lado por si está tan ensimismado con los libros que no se da cuenta de que pase algo y le puedo avisar y ayudar.

El lugar pese a todo no es tan acogedor como parece... La tensión está ahí. Y todos los que se acercan a ver de cerca las estanterías pueden ver dos constantes claras... La primera es que... la mayoría de libros están en distintos idiomas, bastante extraños, algunos con carácteres latinos y otros no. Los pocos que pueden ser discernidos son de temas totalmente aleatorios y sin fundamento ninguno, como el que ha recogido libros simplemente y los ha juntado todos ahí.

La segunda constante, es el sonido de algo moviéndose y una respiración pausada detrás de algunas de las estanterías adyacentes a las que están ellos. Dado el largo y grosor de las estanterías... Parece que están a salvo. Pero, ¿Y si de verdad hay algo a los otros lados? Es un gran pasillo adornado por libros, cuyas paredes son las estanterías. Más adelante hay una intersección, donde terminan las estanterías y siguen otras más adelante. En total a lo lejos hay cuatro direcciones. Parece... una especie de laberinto de estanterías y libros.

Tal y como se lo esperaba. Las murallas de tomos no iban a ser una guía teniendo en cuenta el patrón de comportamiento de la biblioteca viviente. ¿Por qué les pondría información útil de forma tan extendida? No... suele reservar el conocimiento a ese tomo que solo informa a aquellos que quieren saber. En cuanto se da cuenta del significado del lugar arquea ambas cejas y levanta la voz para informar al resto. -Estamos un laberinto. Muy apropiado para un lugar en el que perderse es algo peligroso.

Oir una respiración a través de las estanterías le pone de nuevo en alerta, tomando el arma que tomó de la fallecida como medida cautelar. -Y ese es nuestro minotauro. Debemos seguir avanzando, pero a la vez pensemos un método útil para enfrentarnos a esta adversidad. Las leyes del laberinto no tienen por qué ser justas.

Dicho eso avanza hacia el único camino disponible en busca de una intersección sobre la que meditar; todo recto hacia delante. Una vez llegue a ese punto, solo tendrá que discutir con los demás el sendero que tomarán.

... Y a ser posible rápido.

La sangre se me heló al oír una respiración distinta a la nuestra detrás de esas estanterías, tragué saliva -Sabía que esto no iba a ser tan tranquilo...- pensé preocupado.

Veo el cruce de estanterías y oigo lo que dice Blake -No creo que llamarlo laberinto sea una buena forma de motivar al grupo...- pensé preocupado; de momento solo había un cruce, puede que solo era ese y decir laberinto solo sirva para ponernos nerviosos. De todas formas, me acerqué a él -Si de verdad crees que es un laberinto... yo aconsejaría usar el algoritmo de Tremaux, al menos ese es el que usaba para resolver los pasatiempos del periódico- le dije, no muy convencido, pero al menos en esta situación quería aportar algo más que lloriqueos y quejas (eso pa luego) -Tenemos tres caminos distintos; pues da igual por cual empecemos... mientras no nos separemos y nos alejemos de esa respiración, me vale cualquiera- acabé diciendo.

-El problema es que la lógica lleva a pensar que si hay un guardián del laberinto... lo que querrá es que no salgamos-Digo, pensando en las historias que había leído al respecto-Así que..., lo más probable es que alejarnos de la respiración, nos lleve, a su vez, más dentro del laberinto, en lugar de más afuera.-Suspiré. Me daba miedo lo que iba a decir, pero no podía ser cobarde. No en ese momento, en el que nuestras vidas dependían de nuestras propias habilidades.-Deberíamos... seguir el algoritmo de Tremaux, sí... pero no alejándonos de la respiración, sino... acercándonos.

La pesada respiración en los pasillos cercanos saca un poco de su humor dicharachero a la anciana cuando iba a contestar amablemente a Selene acerca de los registros de nacimiento que anda buscando. Sin embargo no se deja amilanar. Ya sabían que este lugar era peligroso, pero no por ello deben acobardarse.

Los planes que proponen los jóvenes para resolver la situación le suenan a chino a la mujer. Bueno no exactamente, ya que sabe chino, pero la expresión aplica en lineas generales.

- Uhm... si no les imporrta escucharr a esta anciana... no se que serrá ese algorritmo del que hablan, perro como ha dicho el joven Ashworth muy acerrtadamente, "las leyes del laberrinto no tienen porr qué serr justas". Y podrríamos aprovecharrnos de eso. Porr ejemplo... - da un par de golpecitos en una de las estanterías cercanas - Alguno de ustedes que aún es joven y ágil podrría trreparr los estantes parra verr desde arriba de los mismos, ¿da? Y saberr a donde vamos en generral.

El entusiasmo que había sentido poco a poco se fue opacando por una ominosa sensación. Había libros en demasiados idiomas, ordenados de un modo algo caótico a su parecer, y detrás de ellos se escuchaba un sonido que por lo menos prometía ser un problema. Miró a Solomón que estaba a su lado con una mezcla de curiosidad y temor. La idea de Blake parecía acertada, aunque un tanto inverosimil. Los demás pensaban de modo similar,  Solomón propuso una metodología que desconocía pero al parecer era de lo mas efectiva, ya que el resto estaba de acuerdo en usarla. Porque todos asumen que es un laberinto? no cabía duda que la experiencia anterior en el primer piso había dejado sus secuelas, y ahora estaban preparados para encontrarse con cualquier cosa, tal vez hasta un minotauro.

Luego la anciana dijo algo realmente interesante, aprovechar las reglas injustas sobrenaturales del lugar a nuestro favor. La miró fijo, casi dispuesto a felicitarla. Era realmente una idea con mucho potencial, cual podía ser el límite si podían usarlas como ella proponía. - Yo puedo - le dijo, quería apoyar su propuesta de algún modo.  Apoyándose en los estantes, trató de moverse con destreza para llegar a una altura que le permita divisar un poco mas. Los improvisados escalones lo ayudaron a subir con facilidad.

Fernand consigue perfectamente empezar a subir a los estantes, pero cuando mira hacia arriba entiende mejor el laberinto. Como ya se comentó, las estanterías son las paredes del pasillo, esto es, terminan en el techo. Algo molesto ante lo que pensaban hacer, pero también les da quizá la tranquilidad que necesitan para saber que al menos por arriba no se les va a colar alguien o algo.

La respiración parece poco a poco alejarse... Pero empiezan a escucharse otras respiraciones por la derecha esta vez. Y si, respiraciones. No solo una.

-Optar por Tremaux en una sala que alberga peligros no me parece la mejor de las ideas. Podríamos ir empezando por la izquierda basándonos en el número de criaturas que podemos oír... pero desde luego, nada es seguro. Además... Tremaux funcionaría en caso de que este laberinto fuera uno normal, cosa que descarto.

Blake no parece estar muy de acuerdo con las ideas del grupo, pero como ha dicho en varias ocasiones, se amoldará a lo que decida una mayoría. Si hay criaturas por todo el lugar, está claro que ir comprobando cada camino es algo muy peligroso. ¿Pero y si es cierto eso de que el laberinto está jugando con ellos y realmente lo que deben hacer es ir a las respiraciones? En realidad es la única pista que tienen dentro del lugar... -Aunque aún no se nos ha presentado ninguna pista ni indicación... quizá tienen razón con lo que respecta a esas cosas.

- Hmmm... - suspira la anciana contrariada or el fallo de su plan - Bien, entonces denme un momento. Quizás haya alguna pista en los librros que nos pueda guiarr. Como la disposición de los mismos quizás.

Acercándose a las estanterías la muejr se pone a mirar los libros para ver si están dispuestos en algún tipo de patrón que les pueda indicar el camino. Las misteriosas respiraciones no le infunden ninguna confianza y no le gustaría avanzar aleatoriamente. Además, piensa que este lugar, aunque aparentemente caótico y desordenado, debe de tene algunos motivos para ser como es y mostrarles lo que les muestra. Si puede encontrar esos motivos quizás puedan salir de allí sin corer demasiados riesgos.

Así que Úrsola busca pistas. ¿Quizás hay varios libros que hablen de un mismo tema marcando un camino? ¿O un idioma que se repita con una determinada frecuencia? Puede que el color de las tapas o el material de las mismas. Cualquier patrón le sirve como guía.

La total ignorancia de lo que sucedía hacía que hubiese puntos de vista de los mas disimiles, ir hacia las criaturas o esquivarlas? recorrer el laberinto con una técnica infalible que podía llevar días o elegir un camino arbitrario para encontrar una salida rápido? usar la lógica o la intuición? Todas esas dudas se estaban manifestando y Fernand no tenía preferencia por ninguna de las alternativas. Los laberintos que él conocía eran los de la mente, y allí podía quedar atrapado por meses. Mientras Ursula buscaba algo entre los libros, él sacó el arma que Io le había dado, un sentido de pragmatismo contrastó con los pensamientos que venían a él como un torbellino. Se puso a un lado de Blake, como en otras ocasiones, en la delantera del grupo. - Hagamos lo que hagamos propongo marcar de algún modo los lugares por los que estuvimos, si tenemos que volver al menos todos sabremos lo que conocemos y lo que no - se imaginaba que ese regreso, de suceder, sería con urgencia huyendo de algo que no podían vencer, y cuando eso sucedía era mejor no tener que detenerse a ver que camino tomar.

Viendo que nadie tenía mucha fe en Tremaux, no dije nada -Vale, tenéis razón... aquí nada tiene lógica, es irónicamente ilógico usar un sistema lógico... demasiado "lógico" en una sola oración- dije, un poco liado. -Bueno, da igual, habría que empezar a avanzar ya... demasiadas respiraciones estoy oyendo a nuestro alrededor- dije algo asustado.

Asentí ante la idea de Fernand, me parecía muy acertada... si nos perdíamos, al menos sabríamos como volver -Buena idea Fernand...- y por un momento se me iluminó la cara -... es más, se me ha ocurrido que podemos usar como hilo dorado- dije, un poco contento por la idea que se me había ocurrido. Fui a una de las estanterías paredes de las paredes y me disponía a coger unos pocos libros -Podemos ir dejando unos montoncillos de tres o cuatro libros cada X pasos... o hacer flechas para indicar en que dirección fuimos; la cosa es que podemos usar libros... que aquí de eso no faltan- dije algo satisfecho.