Partida Rol por web

Aerilaya suspiró. -No era una negativa, sino una explicación de que por el momento necesito espacio, por parte de todo el mundo. Estoy un poco agobiada.

La elfa se ruborizó ahora por el jaleo que había organizado. No era su intención.

-No… no pasa nada. No lo vais a entender, además. -Y a Marcus y a Seltyiel-. No, no intenta controlarme… bueno… no exactamente. Intenta influenciarme…

Naewen pareció agobiada y arrepentida de haber estallado.

-Tranquilo, Volemak. Según el maestro Kusasfa la runa es fuerte y evoluciona muy rápido y bien. Es que yo… yo llevo mal la presión a la que me somete. No me gusta dejarme controlar por la magia, estoy acostumbrada a ser yo la que la controle. Y no me parece muy sano doblegarme a eso. No pensé que sería tan fuerte, bueno, en realidad ni siquiera se me ocurrió de que me crearía esa necesidad. Pero sí que es fuerte, hay momentos en que lo único en que puedo pensar es en el ansia que me mete en la cabeza…

- ¿Estas reprimiendo la lujuria?- Preguntó Volemak entre sorprendido y escandalizado.

- Naewen, no es así como funciona. La runa no puede influirte, ni controlarte ni doblegarte. La runa simplemente convierte la lujuria en magia en tanto tenga capacidad para ello. Tu cuerpo interpreta eso como lo haría con un prolongado periodo de abstinencia haciendo que sientas más deseos. Pero no es una compulsión, ni siquiera un efecto secundario, es una simple reacción bioquímica al catalizador rúnico que portas.

Olhas parecía mucho menos escandalizado que Volemak, incluso sonrió a la elfa con cierta ternura y hasta compasión.

Aerilaya asintió con la cabeza en dirección a Volemak, pero no pareció del todo convencida por la explicación de Olhas. No dudaba de que fuera cierta en cuanto a su funcionamiento, pero la runa seguía ejerciendo una gran presión sobre el individuo, tanto a nivel físico como psicológico.

-Tenéis muchas cosas buenas, las he podido ver en estos días. Pero algunas son excesivas. Yo pensaba que en buena parte esos excesos venían por un legado cultural, y quizá así sea, pero ahora veo que en parte también vienen por una influencia mágica. Y yo no quiero caer en esos excesos.

Aunque reconoció: -Voy a tener que hacer algunos cambios en mi estilo de mi vida, pero antes tengo encontrar mi propio equilibrio. Y ahora mismo estoy un poco confundida. Han sido muchos cambios de golpe.

Y a Volemak: -¿Lo puedes entender? -Aerilaya no parecía muy convencida de que un eurythnio pudiera entenderlo.

- No.- Dijo Volemak más perplejo y curioso que con ganas de discutir con la elfa de valores.

- Si Naewen.- Dijo Olhas con una sonrisa amigable y tranquilizadora.- Te entiendo perfectamente. Es terrible sentir que has cambiado, aunque sea solo una pizca. Parece que todo tu estas desplazado.

- ¿Pero no crees que estas tratando de centrarte de la manera difícil? De todos modos no te hará daño. Como te digo no es más que un efecto bioquímico de sintonía con la runa vacía, nada más.

- De todos modos será mejor que sigamos la conversación sobre tu runa en privado, si es lo que quieres.- Indicó Olhas a la elfa en un tono calmo que pareció relajarla.

Selt al final entiende lo que está pasando. Vaya jaleo. Aunque eso explicaba también las extrañas culturas de Thassilon, cada una centrada en un vicio particular. Si su magia les hacía sentir eso…

Naewen parecía muy frustrada. Selt le sigue sosteniendo la mano.

-Ahh. Creo que lo entiendo. ¿Y esa presión de la runa desaparece si mmm practicáis la lujuria? -pregunta Selt, intentando preguntarlo de forma no muy bruta. ¿Los eurythnios ganaban magia extra acostándose con otros? Vaya chollo. No le extrañaba que fueran una nación de salidos. Tendría que enterarse de cual era la cuota de entrada.

Pero ahora entendía mejor el problema de Naewen. Su doble problema, creía Selt. Los elfos auténticos eran supersusceptibles a todo lo que oliera a manipulación, de cualquier tipo. Apreciaban demasiado su libertad individual y su capacidad de decisión. Y luego estaba el que Naewen no parecía ser de las que eran amigas de buscarse un lío por día. Puede que buscase un desahogo de vez en cuando pero la palabra clave era de vez en cuando, y Selt sospechaba que la runa de los eurythnios necesitaría "atención" diaria. Casi toda la magia funcionaba así, en ciclos de veinticuatro horas. Seguramente estaría conectada a la magia de ella y se renovaría cuando se renovase su magia, lo mismo que sus aptitudes para llamar al vacío estaban ligadas a la renovación de su propia magia. Era lo que más sentido tenía para él. Naewen había dejado a Cade con las ganas y a él le había hecho esperar de lo lindo, y aun así había sido una vez y no había parecido interesada ni en repetirlo ni en buscarse a otro.

¿Por qué Naewen no tenía un amante regular? Aquello sí que era un misterio. Alguien como Naewen debería tener una fila de pretendientes ansiosos de ocupar ese puesto, así que debía ser porque ella no quería. Selt intuyó que todo tenía que ver con esa amargura que mostraba de vez en cuando, lo de su casi exilio de su raza, lo de su oscuro pasado, y su soledad.

-Naewen, búscate un amigo regular. Supongo que los eurythnios serán todos muy de variar, pero seguro que habrá alguno que no esté ciego y tonto. Y ¿no conoces a nadie más de tu pasado? -le sugiere, aunque no le hace demasiada gracia tratar el asunto ante tanto público. Tenía que ser violento para ella tratar aquello ante tanta gente. A Volemak ni le mira, si quiere algo, que se lo curre, leñes-. Y si no piensa en mí, recuerda que puedo teleportarme -añade en tono jocoso y un poco sufrido, como si estuviera siendo injustamente olvidado, aunque el ofrecimiento era sincero. Dos teleportaciones al día iban a ser un duro golpe a su reserva de magia diaria, pero Selt gastaría seis si fuera necesario.

Selt decide que ya vale de tratar asuntos vergonzantes en público y vuelve a llenar las copas con más vino. Nada como un trago pa'l coleto en honor del viejo Cayden para olvidar temas delicados. Cambia de tema radicalmente para dar tiempo a Naewen a recobrarse. -¿Y cómo lleváis el reclutamiento en Eurythnia, señor Olhas? ¿Ya habéis conseguido muchos aprendices nuevos?

Aquel no sería uno de esos temas que incomodaban a los eurythnios, ¿no? Bah, si lo era, que lo dijeran.

Aerilaya no se sorprendió de que Volemak no lo entendiera. En realidad ya era sorprendente de que el señor Olhas lo hiciera, tal y como eran los eurythnios. Sorprendente pero de agradecer, al menos.

Pero el tono de Olhas era más catártico de lo que parecía. Naewen sintió que la runa se calmaba, adormecida otra vez; en realidad, incluso más que antes de que Volemak la despertara. Olhas parecía haberla enviado algo de su propia energía, porque ahora el "pozo" parecía más lleno. Aerilaya dedicó una sonrisa de agradecimiento al maestro eurythnio, relajándose.

-No hace falta seguir con el tema, maestro Olhas. No hay nada de lo que hablar. Ni siquiera debí haberlo mencionado -Naewen esbozó una sonrisa de compromiso, aunque apretó la mano de Seltyiel, agradeciendo el apoyo-. Mejor sigamos hablando de otras cosas.

Naewen ni miró a Volemak, pero aceptó agradecida la copa que Seltyiel le tendía.

- El reclutamiento es cosa del “chico de Areelukahla”.- Respondió Olhas en un tono que tenía algo de musical y atrayente y distrajo la atención de Naewen. También debía de contener alguna broma en clave por que consiguió que el resto de eurythnios (Naewen incluida) se riesen distendidos.

- Aunque hay que reconocer que a la vista de sus fichajes- dijo mirando a Naewen pero curiosamente también a Melisa- podríamos decir que van excelentemente.- Añadió en un tono satisfecho.

- De todos modos si os referís al reclutamiento en masa aun no hemos pasado a esa fase, aun estamos reconstruyendo nuestra infraestructura y solo hemos aceptado, de momento, a los más aptos, capaces de acometer una iniciación rúnica sin apenas preparación.- Añadió el mago con una mirada de franca admiración hacia la elfa.

- En cuanto a los métodos de selección azlantis diría que el aprendiz Volemak se refería a que no había ninguna injerencia en la base natural humana, solo una selección, no muy distinta a la que realizan nuestras hormonas al “elegir” la pareja más adecuada para la reproducción, o la que hace la sociedad dandole ventaja reproductoria a los que tienen más exito.

- Eso si, los azlantis llegaron a usar técnicas mucho menos “naturales” y desde luego mucho menos sensatas.- Añadió el bioarcanista con cierto tono de reprobación profesional.

Al principio el joven se sintió confuso por el comentario de Naewen pero fue evidente por el cambio de su expresión que había captado alguna pieza fundamental.

- Si y no. Piensa que entre nosotros la posición social dependía solo de uno mismo, y que pase gran parte de mi infancia y juventud en las escuelas arcanas por las que pasan la inmensa mayoría de los aptos del imperio. Realmente no teníamos ningún sentimiento de pertenencia a una clase social como las tienen en Korvosa o las tenían los azlantis.- Explicó el joven calmadamente aunque la mirada que dirigió Melisa a la elfa la convenció de que era mejor dejar el tema.

- Tranquilo, realmente no es ningún secreto ni nada de lo que no te enterarías en cualquier taberna. Hace cinco años hubo un… incendio. La mansión de mis tíos ardió hasta los cimientos y no parecía que hubiese sobrevivido nada.- Explicó Melisa con el tono de congoja de quien es muy empático.- Pero resultó que Lucien seguía vivo.- Añadió con una sonrisa.

- En realidad no sabemos exactamente que pasó. Al parecer durante el incendio su padre consiguió lanzarlo por la ventana y acabó herido y confundido en las calles de Korvosa en las que despertó amnésico y sobrevivió durante años.- Dijo con dolor en los ojos al pensar en un niño en esa situación.- El pobre no recuerda casi nada aun, pero como he dicho lo importante es que siga vivo.

- No es un todo o nada.- Explicó Volemak a Marcus sobre el noqual y el abysium.- Tomalo más como la interacción entre metal y calor. Hay un coeficiente que nos dice como afecta el noqual a las auras mágicas dependiente de una serie de factores como potencia del aura, grosor del noqual, direccionalidad, subyacencia, etc...

- Los elfos eran hostiles con todo el mundo en nuestra época.- Le respondió a Seltyiel sobre las relaciones con los elfos.- Aunque si, la relación con Thassilon era especialmente mala. Piensa que compartiamos frontera con uno de sus bosques y en esa era resultaba inaudito que los bordes de dos naciones quedasen cerca, ni que decir en contacto.

- Y además por supuesto estaba Edasseril.- Añadió con un tono socarrón.- Creo que no podrían haber tenido peores vecinos que esos la verdad. Tenían una capacidad de cabrear a la gente muy alta, y los elfos siempre han tenido la paciencia ante las pullas bastante baja.

- Y no te preocupes Seltyiel, simplemente te he advertido por que para la mayoría de nuestros compatriotas las preguntas personales son algo… ofensivas socialmente. Como para los korvos modernos el hablar sobre sus relaciones sexuales, es algo que solo se hace en confianza. Tan solo quería que lo tuvieses presente.

- Y si, dos años. Pero no aprendía magia, o por lo menos no como lo entenderíais vosotros. Simplemente a esa edad la curva de comprensión-neuroplasticidad esta en su auge. Con ejercicios adecuados se consigue una mayor capacidad para entender e integrar nociones arcanas.

- Eso solo si tenías una familia lo suficientemente importante como para conseguirte ese tipo de especialistas y que nadie se ofendiese por doblegar (que no quebrantar) las leyes educativas.- Replicó Olhas con una sonrisa en lo que parecía una pulla recurrente entre ambos.

- Bueno ya me disculpará el señor Cretino, pero no todos nacíamos como azlantis puros.- Respondió Volemak en un tono hosco aunque era obvio que estaba divertido y no enfadado.

- Eso no son más que celos por que soy más guapo.- Dijo ufano el eurythnio.

- Y no te olvides de más modesto.- Replicó sardónico Volemak.

- Si, eso lo daba por supuesto.- Finalizó Olhas provocando carcajadas en su amigo. Aunque ambos se acercaron a Marcus cuando este mostró su tatuaje, olvidada toda diversión y con la misma expresión ávida de conocimientos que Naewen cuando veía algo interesante y desconocido para ella.

- Son glifos azlantis sin duda pero no tienen significación alguna. Y tampoco parecen emitir un aura de ningún tipo, aunque son mágicamente constitutivos.- Murmuró Olhas.

- ¿De donde sacaste esto?- Preguntó el mago mirando a Marcus a los ojos de una forma que parecía exigir la verdad.

Marcus miró a Olhas con curiosidad. Su reacción no era la que esperaba el humano. Hubiera preferido que saltara un brillo de comprensión en su mirada y que hubiera podido dar una explicación al tatuaje.

Pero no fue así. Marcus no dejó de observar al maestro rúnico mientras respondía.

- Lleva conmigo desde que tengo uso de razón... Debieron hacérmelo cuando era un bebé. No sé qué significa ni nadie me dio nunca ninguna explicación al respecto. - Explicó. - Lo único que sé es que ha ido creciendo a medida que yo crecía también. - Comentó como si aquello pudiera desvelar parte del misterio.

- ¿Qué significa que es mágicamente constitutivo? - Preguntó. - Dices que no tiene aura alguna por lo que no debería ser mágico... ¿verdad? ¿Sabes si es peligroso? - Preguntó también... quizá preocupado por lo que pudiera ser aquello.

- Significa, señor Khayne, que es intrinsecamente mágico aunque no produce ningún aura, lo cual puede ser por varias razones.- Explicó el joven korvo que estaba apoyado en una esquina como si llevase ahí todo el rato.- De todos modos si no le ha hecho nada a estas alturas no debería preocuparle, al menos no de forma urgente.

Lucien saludo con una sonrisa a su prima, una frase protocolaria a los eurythnios y una mirada felina a Naewen.

- Veo que habeis socializado la mar de bien ¿Listos para ir a comer?

La aparición de Lucien sorprendió a Marcus. Sorpresa que no pudo disimular en su rostro. Le intrigaba cómo era posible que aquel hombrecillo les sorprendiera siempre. Estaba acostumbrado a percatarse cuando alguien se le acercaba en sigilo y no le gustaba no ser capaz de darse cuenta cuando se trataba de Lucien. 

Peor aun, ahora que había descubierto que no era más que un muchacho al que doblaba la edad.

No dijo nada y se limitó a asentir en dirección a Lukke. Aunque tras unos segundos se repuso y por fin habló.

- Yo estoy listo para ir a comer. Gracias por la invitación. - Dijo con sinceridad.