Partida Rol por web

Ciudad Iris...moderna en cuanto a forma de vivir y tecnología como todas, pero a la par, tan tradicional y mística...el pasado y el presente parecen fluir en perfecta armonía aquí. Los techos de todas las casas y edificios sin excepción presentan una construcción oriental, dándole un toque de antigüedad inigualable. Además de esto, las tradiciones se mantienen vivas fuertemente con la presencia de las torres, sus gentes vistiendo ropas orientales con normalidad, el teatro de danza, y las leyendas que son un tema relativamente normal en las calles.

Acabas de llegar a esta Ciudad, con el sol naciente acariciándote el rostro y el viento revolviéndote el cabello, a la par que arrastra las hojas amarillas que ya no pueden sujetarse a sus ramas. Las que alcanzan el suelo, ocasionalmente se mueven en círculos queriendo seguir los movimientos del viento de forma mas torpe que este. Ves algunas personas vistiendo kimono dirigiéndose a lo que parece un templo cercano, algunas colocando en el mismo algunos amuletos con deseos escritos, y otras solo rezando. También han madrugado extranjeros, como tu, y se distigüen claramente porque usan ropa mas moderna, aunque es cierto que no todos los habitantes siguen la regla de vestimenta.

Un chico de pelo verde llega desde el sur hacia ciudad Iris con un Sandslash caminando a su lado. El chico llevaba un trozo de madera con forma de Stantler en la mano izquierda y una pequeña navaja en su mano derecha; el sandslash se sacude un poco, salpicando así el rocío que se forma en sus escamas gracias al rocío de la noche, así es como obtiene agua en el desierto, en ciudad no lo necesita, más bien le incomoda, sobretodo porque se le pegan esas molestas hojas secas que arrastra el viento.

El pequeño sandslash se terminó de sacudir y le regaló una sonrisa llena de emoción al chico cuando escuchó una música que provenía del centro de la ciudad -OH! Un festival? Vamos Andrew, seguro hay chicas lindas en Kimono!- Apenas dicho esto, al pequeño sandslash se le quitó la sonrisa y le salió una gotita de sudor en la frente. 

Ambos se acercaron hacia donde provenía la música, y observaron lo que parecía una procesión hacia un templo. El chico se decidió acercar para ver más de cerca el templo a ver si había algo interesante. Mientras caminaba, y sin ver lo que hacía con las manos, ponía una especie de firma en lo que sería la panza del Stantler de madera /=By Ryder=/ Y lo deja sobre una roca antes de llegar al templo sin darle mucha importancia a su pequeña obra de arte.

Algunas personas te veían con la navaja en la mano y se veían evidentemente nerviosas por esto, aunque mientras tallabas se veía natural, era raro como un simple cuchillo seguía dando mas impresión que el pokemon a tu lado, cuchas garras era de lejos mas peligrosas que el tallador. Cualquier pokemon en general podía ser temible...aún así un objeto punzante en manos humanas tendía a ser mas intimidante, era irónico.

El festival era bastante tranquilo, la gente tanto de indumentaria tradicional como la casual, parecía venir al templo solo a rezar y a tomar algodón de una pila enorme cerca del altar. Algunos colgaban amuletos hechos a mano o que compraban en la entrada del templo. En el aire había olor a inciensos y sonido de campanillas de ciertos colgantes que recordaban a Chimecho y Chingling (y de hecho, ¡alguno se movía! Aparentemente algunos eran realmente estos pokemon y disfrutaban formando parte del ambiente).

-Hay, pero que bonito todo!.... Meh, nada interesante- me doy vuelta para retirarme del lugar, pero veo como Andrew tiene estrellitas en los ojos de la emoción, es obvio que quería acercarse a la pila de algodón a hacer quien sabe que cosa.

-Está bien Andrew, vaaaamos a la pila de algodón- le digo con tono apático a mi sandslash y este comienza a dar vueltas de la emoción, aunque sin alejarse mucho, tiende a quedarse a mi lado en lugares que no conoce para poder protegerme.

Veo de reojo como la gente me ve raro por tener una navaja en la mano mientras me acerco al templo, así que mejor la guardo mientras esté rodeado de tanta gente, no me había dado cuenta que andaba jugando con ella aún sin estar ya tallando la madera. Camino calmadamente, viendo a mi alrededor a ver si comprendo cual es el plan con esas motas de algodón y cual es el sentido de esta ceremonia; además, quiero saber de que se trata este templo, ver a que deidad esta dedicada. Andrew está curioso como siempre, acercandose a las personas a ver que es lo que hacen.

Caminaste con los demás. La gente que tomaba una bola de algodón la unía lo mejor que podía y comenzaba a andar hacia un río pequeño que corría detrás del templo. Las personas se acercaban a la orilla con gran parsimonia, otras mas bien casuales, y unos cuantos niños de forma divertida, depositando el algodón en el agua, el cual flotaba río abajo y se lo llevaba. Había expresiones de lo mas variadas, las de los jovenes tendían a ser algo aburridas, excepto por los que vestían de forma tradicional. Había un grupo de 5 chicas que incluso tenían maquillaje y sus kimonos algo mas elaborados, cada una con un color de vestimenta distinto.

Me acerco junto con Andrew a la pila de algodón y el travieso sandslash se escabulle entre las personas imitando a los niños para poder agarrar una mota de algodón y de la misma forma regresa partiendo la mota en dos y dándome una. Luego comienza a rodar pasando entre mis piernas como indicándome el camino hacia el lago; apenas doy el primer paso, Andrew sale corriendo hasta el río y deposita la mota de algodón junto a los demás niños. Hago lo mismo, dejando el algodón con apatía solo por complacer a mi pokemon y le rasco la cabeza mientras despide con la mirada las motas de algodón que se alejan río abajo; éste voltea y me regala una sonrisa alegre.

Una vez me levanto, veo unas chicas que destacan entre la multitud con esos kimonos de colores... tan vistosos como preciosos -Uno, dos, tres, cuatro y cinco- susurro para mi mismo al contar con la mirada a esas chicas. Parece que son del lugar, quizás pueda sacarles tema de conversación preguntándoles de que va esta ceremonia y de qué o quién es este templo.

Llego a donde están las chicas en kimono junto a mi Andrew que las mira con recelo, se les acerca un poco olfateandolas y luego regresa conmigo -Jeje, disculpen, es tan curioso como inofensivo. Siempre se le acerca primero a todo lo que yo me le dirijo... Parecen de por aquí, podría preguntarles de que se trata toda esta ceremonia- al decir esto, inconscientemente saco mi navaja del bolsillo derecho y mientras juego con ella con la mano derecha, busco con la mano izquierda un trozo de madera en mi otro bolsillo, tan pequeño como la mitad de mi puño, y comienzo a tallarlo; todo sin quitar de encima la mirada a las chicas en kimono.

Las chicas notan tu presencia, pero quien te dirige la palabra es la del kimono negro, mientras 3 de ellas depositan el algodón en el agua y lo observan marcharse, y la restante, de kimono azul, también se gira a verte.

-Oh, no es nada -sonrió a Andrew con amabilidad, y pasó la vista a ti- Tu pokemon se ve muy interesado. Esta es la ceremonia anual de Watanagashi*. El algodón absorbe nuestros pecados y nuestra energía negativa, y luego dejamos que se lo lleve el río, para seguir adelante sin cargas ni culpas, y agradeciendo este hecho. Se comenzó a practicar aquí en ciudad Iris de forma reciente, este es apenas el quinto festival consecutivo. Proviene de tierras lejanas y místicas...

-Ves Andrew? Por culpa del algodón tengo que perdonarte por haberte comido el último pedazo de pastel! Jeje- Bromeo con mi pokemon de manera casual -Por cierto, me llamo Ryader... Y si, a Andrew le gustan todo este tipo de cosas, la verdad a mi me dan igual; pero si me interesan mucho los templos y las leyendas, muchas veces se oculta algo de cierto en ellas... Pensé habría algo de relación entre esta ceremonia con el templo-

Mientras hablo sigo tallando, poco a poco mi cuchillo está dando la forma de una mujer con kimono en la madera; apenas se logra distinguir entre mis manos, pero estoy tallando una representación de la chica que tengo al frente.

-La hay. En el templo se purificó el algodón y se llevó a cabo la ceremonia para este propósito. En donde se practicaba originalmente debía ser por un sacerdote de una dinastía particular, pero como no podemos darnos el lujo de su presencia, lo hicimos nosotras mismas. La espiritualidad del ritual es lo que cuenta.

Sonrió.

-Yo soy Tamao. Estas son mis hermanas...

Cuando dejó el algodón irse, una de las chicas se giró y reverenció levemente, hablando con voz suave para presentarse a si misma. Traía un kimono rosa y se veía calmada y armoniosa.

-Soy Umeko, mucho gusto.

Con idéntico gesto de la anterior, una chica de cabello rosa con adornos tradicionales y kimono rojo fuego te reverencia levemente tras dejar el algodón.

-Soy Satsuki, encantada.

La chica que había girado a verte de primeras inclinó la cabeza levemente, traía un kimono azul mas bien corto, y un par de abanicos en las manos. Su cabello era negro y corto, y sus ojos de un aturdidor ámbar.

-Mi nombre es Komomo.

Finalmente, una chica de kimono palido y cabello negro y largo se giró y reverenció, con gesto tímido. Su kimono era de color claro con flores, y sus ojos azules te miraban con cierta cautela.

-Soy Sakura -reverenció como la mayoría de las otras.

-Hermanas!?- Exclamo inconscientemente al ver que todas son tan diferentes, bueh, seguro son hermanas del templo... -Ah mucho gusto en conocerlas, yo me llamo Ryder- digo con una sonrisa y un tono normal en a voz y haciendo una pequeña reverencia con la cabeza a cada una de las chicas en respuesta al saludo recibido.

-Me parece muy interesante ese tema del algodón Mamao- Digo sonriendo un poco nervioso -pero como me dices que es una tradición reciente, no creo que el templo sea dedicado a eso solamente. También me doy cuenta que hay demasiadas personas de otros lados, Iris es un pueblo pequeño y no creo que todas estas personas sean originalmente de aquí tampoco... Algo debe haber detrás de la historia de este lugar, poco he escuchado de Ciudad Iris, salvo que es vecina de la ciudad más grande de Jhoto- Digo todo esto dando a entender que me he dado cuenta de todo a mi alrededor y buscando una lógica real detrás de tan grande ceremonia -Qué me podrías contar acerca de ciudad Iris? Me interesa mucho más el tema de las tradiciones locales que el de tradiciones traídas del extranjero- Digo ya con un tono más serio en mi voz.

Andrew andaba distraído y con cara de aburrido, obviamente se aburría cuando la gente hablaba mucho. Simplemente se dedicaba a observar a las chicas en kimono, en especial a la que tenía los abanicos en las manos, seguía el movimiento de estos con la mirada.

-Tamao -rectificó- Y las tradiciones deben ser respetadas y valoradas ya sean extranjeras o no -dijo con ligero tono de reproche.

Komomo comenzó a mover los abanicos mas despacio y mas cerca de Andrew, entreteniendole un poco, mientras esto, añadió:

-Hay muchas historias en esta ciudad, pero la mas famosa es la de la Torre Quemada, y el porqué esta así. El que se haya adoptado Watanagashi es una iniciativa que tiene que ver con ello directamente.

-Jeje, lo siento Tamalo...- digo riendo nerviosamente y llevando la mano con mi navaja detrás de mi cabeza a modo de disculpa inocente -No es que no respete las tradiciones, simplemente no son lo mío...- Dicho esto continúo tallando mi trozo de madera que ya se parece bastante a Tamao pero sin rostro -Muchas veces me parecen actos similares a los típicos procedimientos legales que nunca llevan a nada, y más bien prefiero alejarme de ellos para no hacer incomodar a los demás con mi mala cara...- 

[Andrew se acerca unos pasos a Komomo y levanta una garra intentando tocar sutilmente el abanico de forma curiosa. Pero retiró la garra nervioso inmediatamente la chica habló]

Me volteo hacia la chica del kimono negro -Ehm... Kemono, cierto? En que se relaciona esta ceremonia del algodón con la torre quemada? Ahora si me interesa saber más- Digo con el rostro completamente enfocado en lo que tiene que decir la chica, observándola directamente a sus ojos de un hipnótico color ámbar, tanto que hasta dejé de tallar la madera.

-Tamao -volvió a rectificar con paciencia.

-Y Komomo -añadió- Verás...Originalmente, la Torre había sido construida para promover la comprensión entre los humanos y los Pokémon, y nuestros ancestros la protegieron por generaciones. Era un lugar especial por ser el único donde el Pokémon legendario Ho-Oh tenía contacto con los humanos, aunque sólo con aquellos que cuidaban la torre. Su llegada era una señal de paz y felicidad... -hizo una pausa, tendiendole un abanico a Andrew para que pudiera jugar con él- Pero luego un grupo de invasores con las intenciones de usar el poder de Ho-Oh para el mal quiso apoderarse de la torre y de él, y en la batalla la Torre se quemó. Y a partir de ese momento Ho-Oh huyó y nunca volvió a tener contacto con los humanos y nunca ha regresado...

Miró hacia el río, apenada.

-Algunas personas propusieron reconstruir la Torre, pero nuestros ancestros se negaron y dispusieron que se quedara así como una prueba de la brutalidad del hombre. Sin embargo, se construyó una nueva Torre a su lado, esperando que Ho-Oh regresara a un nuevo lugar de paz, hecho que no ha pasado hasta ahora y por lo que esas esperanzas han sido en vano...

-La tradición del Watanagashi -continuó una de sus hermanas- como absolución de los pecados, se ha adoptado como medio de disculpa y penitencia por este lamentable suceso, quizá Ho-Oh pueda lograr perdonarnos algún día, si la ciudad se purifica espiritualmente lo suficiente...este ritual viene de tierras lejanas y místicas como ya se ha dicho. Concretamente, de la región de Arcadia. Una miko de un templo de esas tierras nos enseñó este, y Ciudad Iris vió con buenos ojos el simbolismo y la iniciativa.