Partida Rol por web

-No debes juzgar el nombre que le ha colocado su entrenador original, sin importar cual sea! Eres un entrenador, cierto? Bien deberías saber que está mal robar los pokemon de otros!- Exclamo realmente cabreado con el sujeto.

-Y es obvio que te iba a costar, pues no solamente tuviste que debilitar a Chatarra, sino que también tuviste que derrotar al sandslash que estaba jugando con él!- 

Parece que Chatarra le estaba haciendo caso, seguro tiene algunas medallas... No es justo, saqué a Chatarra de un entrenador patán y ahora caerá en manos de otro idiota? -No lo has atrapado justamente, pues estábamos dentro de la ciudad relajándonos; apuesto lo que sea que no te gustaría te pase lo mismo... Se que debo ser cuidadoso cuando estoy en el camino; pero estaba dentro de la ciudad, pedazo de idiota! Así que devuélveme mi pokemon!-

-Teóricamente cuando estaba suelto, no era de nadie -acomodó los lentes levemente- si vas a estar con esos modales, tengamos una pequeña batalla. Si quieres, hasta puedes pedirle ayuda a la oficial -te sonrió con cierta superioridad- veamos que tan bien tienes entrenados a tus pokemon. 2 contra 2, podría usar a mis mas fuertes, pero te veo pequeño...tus rivales serán ellos dos. Gánales y tienes al Metang de vuelta aunque no crea que te lo mereces. Así resuelven las cosas los buenos entrenadores, ¿no? -las dos ondulantes figuras rosa y celeste se adelantaron, erráticamente, pero comprendiendo la orden indirecta.

-Los buenos entrenadores dices? Los pokemon fuertes necesitan de buenos entrenadores para ser realmente fuertes, y tu ni siquiera mereces llamarte entrenador!-

Llevo la mano a mi cinturón y recuerdo que solo tengo dos pokemon, Helen y Don... Bien podría hacer un doble terremoto, pero es muy riesgoso dentro de esta cueva; esos dos pokemons seguro son los de agua que debilitaron a mi Andrew... Demonios! Estoy en desventaja.

Observo a la oficial Jenny y veo al growlithe a su lado, quizás no sea entrenadora y solo tenga ese pokemon, así que tengo que confiar en mis dos pokemons restantes. Agarro las dos pokeballs con mi mano y las suelto delante mio -Vamos Helen, Don... Ese bastardo tiene a Chatarra; vamos a enseñarle lo que es un verdadero pokemon bien entrenado y a recuperar a nuestro compañero- Hablo calmadamente con ellos tratando de borrar de mi mente la idea de usar un terremoto dual -Tengan cuidado, parece que esos fueron los que debilitaron a Andrew con ataques agua- Les digo antes de señalar con el dedo para que avancen y se preparen para el duelo.

Callate niño -dijo cansinamente -Si quisiera podría marcharme sin siquiera darte el beneficio de la duda, y vender el Metang por mucho dinero contando lo que es. Incluso estoy yendo blando, porque aunque estos dos son muy buenos pokemon, no son los que usé antes. Ya que estas tan ocupado hablando...Frillish, Hidropulso contra ese Flygon.

Ambos pokemon movieron sus ondulantes extremidades mientras generaban anillos azules, que se dirigían de forma certera contra Helen.

La oficial regresó a Growlithe y no intervino, pues de momento no hacía falta.

-Si la situación empeora, intervendré en el combate -informó seria al hombre.

Observo como la batalla comienza así sin más y ataca con un Hidropulso que realmente no se ve muy fuerte; el otro pokemon que guarda debe ser realmente fuerte como para haber podido debilitar a Andrew y a Chatarra. No se si realmente vaya a mantener su palabra de entregarme a mi pokemon si lo derroto, o terminará sacando a su otro pokemon...

-Frilish, agua? Interesante... Flygon ataca al azul con tu Garra Dragón! Y Don, acabalo con Taladradora!- Ordeno a mis pokemon que ataquen sin pensarlo más.

Ambos ataques impactaron en el Frillish macho de seguido, Helen le rasgó tras aproximarse con velocidad con una de sus garras iluminadas, causandole una rasgadura importante en su cuerpo, que parecía tan delicado...y seguido por la taladradora de Rhydon, que atacó utilizando su cuerno, este cayó al suelo y creíste que era su final...pero no. El pokemon se levantó y volvió a flotar, le costaba, pero aún estaba en la lucha. Lee sonrió de costado.

-Parece que son duros...bien. Frillish -ambos pokemon fantasma se pusieron atentos- Hidrobomba contra el Flygon.

Ambos pokemon bajaron la cabeza, apuntando lo que daba cierto aire de parecer pequeñas coronas hacia Helen. Te sorprendió ver la cantidad de agua que expulsaron, y la potencia de la misma. Helen soportaba un chorro, pero cuando los dos impactaron la presión movió su gran cuerpo, estampándola contra la pared de la cueva, tras lo cual descendió al suelo. Se quedó en su sitio, empapada y con los ojos cerrados. Para ser tan delicados de aspecto, esos pokemon conocían ataques bastante duros.

-Regresa Helen!- Le lanzo el rayo rojo de la pokeball y la Flygon desaparece con la luz y entra en su pokeball que coloco en mi cinturón.

La frustración me invade y me siento sin opciones... Si Rhydon recibe dos de esas Hidrobombas seguro que cae sin remedio... Tendré que usarlo... Así debilito a uno y daño al otro... Si no lo hago igual perderé, debí de haberlo utilizado desde el principio, espero que la cueva resista -Don! Usa te, usa Terratemblor y acaba con el Frillish azul! Y preparate porque el rosado que queda te atacará con todo!- Tartamudeo un poco pues cambio de opinión en el último milisegundo; decido confiar en que la defensa de Don lo protegerá.

Don se vio preocupado por la orden, pero obedeció. Dio un fuerte pisotón al suelo que hizo temblar. Eso fue bastante una mala idea, pero al menos cumplió la expectativa de tumbar al Frillish macho con una piedra que se desprendió del techo y le cayó encima, dejandole bajo la misma. Lee lo devolvió, apoyado con la otra mano en una pared para mantener el equilibrio. Jenny, por otro lado, corrió la misma suerte y le cayó una piedra en la cabeza, que si bien no le dejó inconsciente, hizo que un hilo de sangre le cruzara la cara naciendo desde la cabeza, y se sujetara un poco para recobrarse.

-Serás imprudente...Frillish, Tinieblas. -¿Tinieblas? Ese movimiento... Comenzabasa comprender porque tenían ese aspecto etéreo...El Frillish rosa se cargó de energía, y el entorno pareció oscurecer aún mas, ya que el destello que emitía se volvió muy tenue. Su cuerpo, ahora con un brillo rojizo y sus ojos totalmente impregnados en este era lo que mas resaltaba de la habitación. La visión daba algo de miedo...

No viste a Rhydon pero escuchaste un quejido. Cuando el pokemon volvió a la normalidad y a arrojar luz, viste que estaba temblando ligeramente, el ataque parecía no haber afectado su físico, pero si su mente.

-Maldita sea! Don, no te preocupes por ese ataque, es mas temible un hidrobomba que esa mierda de ataque que ha usado... Así que utiliza Taladradora nuevamente!- Digo sacandome la camisa blanca quedandome solamente con la franela que tenía debajo.

Mientras el tembloroso rhydon hace girar su taladro avanzando hacia el frillish rosado, me acerco hacia la oficial jenny a revisar que tan grave es la herida y limpiar la sangre en exceso con mi camisa. -Lo siento, casi uso terremoto y... Cuando reaccioné eso fué lo que salió de mi boca...-

-No pasa nada -respondió la oficial, dolorida- Supongo que entiendo lo importante que es esto para ti...

Lee por su parte, se mostraba impasible. La taladradora de Don daño al Frillish seriamente, pero no lo suficiente para hacerle caer. Pero cuando don retrocedió, momentáneamente se vio envuelto en un aura oscura y vaporosa unos instantes, abriendo mucho los ojos sin comprender. 

-Hidropulso.

Y encima, luego fue golpeado por un Hidropulso preciso y devastador. Don cayó al suelo...pero de alguna forma, hizo un esfuerzo por levantarse, tambaleante y exhausto. No parecía muy lúcido...

Estoy perdido... Me levanto y observo como Don está viendo el techo y mi oponente ni se había inmutado.

-Don, trata de enfocarte, tu oponente esta justo al frente! Utiliza Roca Afilada contra el Frillish!- Grito tratado de hacer que mis palabas lleguen al confundido cerebro de mi pokemon.

Quizás no logremos derrotarlo... Pero se que mi Don dará lo mejor de si mismo para este combate, espero que Don ataque y acierte un golpe crítico; creo que esa es la única esperanza que tengo de poder ganar!

Don tastabilló un momento, pero al escuchar tu orden de repente miró a la figura rosa ondulante, y se acuclilló enterrando las manos en la piedra. Tras un instante catapultó los trozos afilados de piedra con toda su fuerza hacia Frillish. Algunos cuantos la perforaron de lado a lado, por lo cual cayó y no se movió mas. Intuías que, de tener sangre, estaría formando un charco ahora mismo, y aunque no veías los ojos de Lee, la mueca de la boca que tenía y el ceño fruncido delataban que esto último no le había gustado nada. Se acercó a examinar a Frillish, y tras unos instantes la devolvió a su pokeball.

Observo como Don está sumamente agotado tras el combate y lo regreso a su pokeball -Regresa Don, descansa; lo has hecho estupendamente-

Levanto mi rostro hacia mi oponente y le regalo una mirada seria -¿Estará bien?- Pregunto. El remordimiento de haber visto un pokemon haber sido atravesado por el ataque de mi pokemon quedará grabado en mi mente por un tiempo; pero no puedo dejar que ese sujeto vea que soy blando con el... Aunque si me preocupa un poco su pokemon.

¿Qué demonios está sucediendo? ¿Por qué de pronto hay tantos entrenadores tan fuertes a mi alrededor? Si hasta que estuve en el gimnasio de ciudad Trigal todos eran entrenadores mediocres... En la mañana la entrenadora en ciudad Iris, ahora este sujeto; ¿Tan débil soy y no lo sabía? Habré ganado este duelo, pero no he ganado realmente...

-Lo estará. Los fantasmas son algo distintos...si no se desvanecen, se recuperan. Teóricamente ya están muertos, así que si vuelven a morir, se desvanecen en la nada... -hizo un rápido movimiento con una mano, y viste una pokeball salir hacia ti, dentro de la cual Chatarra se removía inquieto. Don de mientras se sentó, agotado.

-Como dije. Toma.

Luego, sacó un nuevo pokemon que se parecía bastante a los que ya habías visto, pero era evidentemente otro.

-Bueno, yo me voy. Chico, eres bastante tonto realmente, tienes que comenzar a pensar mejor lo que haces. Tus pokemon son fuertes, pero si no te haces tu también fuerte de aquí -se señaló la cabeza- no llegarás a nada. En sitios como el Monte Plateado o Arcadia no durarías ni tres días. Piensa en visitarlos, si quieres madurar.

Tomó uno de los tentáculos de ese pokemon celeste, y le hizo un gesto con la mano libre, y viste como él mismo se hizo translucido junto al pokemon, que se lanzó a la pared de piedra, atravesándola, y arrastrando a Lee a través de esta, como si fuera liviano como una pluma para arrastrar.

-Monte plateado- Repito para mi a modo de susurro mientras atrapo la pokeball donde se encuentra Chatarra; una vez pasé por la entrada a ese lugar y no me dejaron entrar porque me hacían falta medallas. Y Arcadia, allá quiero ir pero., habrán tantos entrenadores fuertes por allá como el?

Ese pokemon, es igual a los otros, seguro es una fase evolutiva... -Mierda, lo sabía; en realidad yo perdí contra el- Digo para mi mismo mientras observo la pokeball con mi Metang dentro -Me haré más fuerte Chatarra, para que me hagas caso a mi también- Engancho las pokeball con Don y Chatarra a mi cinturon y me voy junto a la oficial Jenny.

-De verdad lo siento oficial Joy- bajo un poco la mirada -Será mejor si nos vamos para que te atiendan bien esa herida; prometo no ser tan descuidado la próxima vez- Le digo mientras le extiendo mi mano para que se apoye en mi de ser necesario al salir de la cueva -Es solo que, estaba acostumbrado a ver entrenadores más... Honrados; aunque este tipo cumplió su palabra al final-

La oficial seguía tan aturdida por el golpe que no se dio cuenta siquiera de que le habías cambiado el nombre como era tu costumbre.

-¿No es tan grave, solo duele bastante. Puedo volver en la motocicleta. Como tu Flygon esta indispuesta, quizá quieras que te lleve nuevamente hasta la ciudad?

-Por mi estaría genial pero; puedes manejar la moto sin problemas?- Hago una pequeña mueca como de preocupación por ella, pero igual la sigo hasta la moto confiando en que no sería una oficial si no conociera sus limitantes.