Partida Rol por web

Hacía unos días habías logrado arribar a Ciudad Rocavelo en una escala hacia Ciudad Canal. Los barcos que iban hacia Arcadia no eran muy frecuentes, pero un ferry particular (y bastante caro) hacía el trayecto muy de cuando en cuando desde Canal hasta esas tierras, lo cual se veía como la forma mas discreta de llegar allí sin mayores problemas. Pero ahora mismo, estabas apreciando las bondades de la ciudad en la que te encontrabas...Para construir esta ciudad, se excavó en montañas rocosas y escarpadas, y está algo aislada de otras poblaciones. Aún así, es amplia, lujosa y con multitud de servicios y hoteles. Las casas de masajes locales son famosas, mas que nada aquellas que tratan a los pokemon. La ciudad realiza grandes esfuerzos por ofrecer entretenimiento, y es conocida por el gran Casino Rocavelo, que amasa fortunas, de las cuales estas dispuesto a conseguir un poco para costear el boleto. Por supuesto, hay un gimnasio para los entrenadores, y hacia el norte lo que parece ser la base de alguna organización extravagante, una enorme antena gira sobre su eje lentamente cerca de la entrada... 

Es cerca del medio día, y has aprovechado a dormir bien en un hotel de buena calidad en la ciudad. Sientes algo de dificultad para moverte al despertar, ya que como es costumbre, tus pokemon por la noche fueron acurrucándose contigo. Shiva estaba a un lado, con la cabeza apoyada en tu torso, Vagabond estaba hecho un ovillo junto a tus pies, y del lado contrario a la Glaceon, sentías los listones de Sakura, que estaba bajo la sábana a diferencia del resto, le gustaba dormir allí desde que era Eevee porque estaba mas cálido. Lo raro es que no veías a Serena allí contigo.

Mientras dormía tuve un sueño donde caminaba por un valle lleno de neblina y a pesar de que parecía conocer el camino no llegaba a ningún lado, detrás de mi podía sentir cadenas arrastrándose, probablemente de aquel fantasma que me seguía a todos lados.

Escuchaba las voces de todas las personas que había conocido, aquellas que ahora ardían en el infierno, las llamas comenzaban a aparecer, pero no disipaban la niebla, las voces comenzaban a volverse gritos de agonía, acusación y muerte y los esqueletos en llamas se iban uniendo en una fila a aquel fantasma que me seguía.

Adelante había una luz, la luz de una mujer, no podía verla, pero sentía que era mi madre, aunque era más joven, como de mi edad y su cabello era del color del pelaje de Serena, sin embargo la niebla no me dejaba llegar y al buscar las pokeballs notaba que no tenía ninguna, a mi lado no había nadie, pero sentía que cerca estaban mis guardianes, pero no me podían ayudar, necesita la ayuda de alguien más, algo sumido en las sombras y en la oscuridad del mundo, además de en la oscuridad de mi subconsciente.

Desperté y quise moverme, pero sentí el peso de mis compañeros, Vagabond por supuesto estaba más alejado en mis pies, pero en mi pecho no sentía el calor de Serena.

La llamé con mi mente, si estaba cerca podía escucharme, no quería gritar para no despertar a los demás, pero me levanté y corrí despacio a Sakura y Shiva, para luego tomar en brazos a Vagabond y ponerlo en medio de las otras dos, antes de levantarme y buscar a Serena, llamándola ahora en tono alto.

-Serena? Donde estas?-

Aquí...

-Piii...- escuchaste la voz de Serena desde el armario. Al abrirlo, notaste que había hecho un pequeño desastre y estaba durmiendo ahí hecha un ovillo entre las mantas que el hotel proveía y no estabas usando. Abrió los ojos y te miró, pero no se movió. Sin embargo percibías que estaba muy contenta de verte, mas de lo usual, su gema estaba luciendo un rojo intenso y saludable. Los otros 3 aunque trataste de no despertarlos percibieron tus movimientos y saltaron de la cama a comenzar el día también. El mismo estaba algo nublado, lo cual parecía que Shiva agradecía, estaba mirando por la ventana en dos patas. Sakura se puso a acicalarse los listones y el pelaje con esmero, y Vagabond se estiró bostezando sin culpa.

-Como llegaste hasta aquí hermosa?- dije abrazándola y acariciándola mientras veía como había desacomodado las sábanas.

Bueno, es trabajo de las mucamas ordenar toda la habitación después de todo...

-Estabas explorando y se cerró la puerta?- le pregunté a Serena mientras la miraba a los ojos, luego la solté y me levanté para ir al baño y preparar la ducha, mientras el agua se iba calentando llamé al servicio a la habitación a fin de pedir el desayuno, uno suficiente para los 5.

-Buenos días a todos les dije- antes de llamar.

Serena te devolvió la mirada pero no pareció darle mayor importancia al asunto, se alejó de donde estaba y la puerta del armario se cerró gracias a sus poderes psíquicos. Comenzó a dar vueltas y a morder a Vagabond que no lo impedía, cosa que no era su costumbre, molestándolo aunque suave. Ambos intercambiaban sonidos, charlando en su lenguaje. Shiva volteó a verte y saludó con su sonido característico, y Sakura se acercó a tus pies cuando terminaste de encargar el desayuno y se dejó caer de costado con suavidad, adoptando su pose mas dulce para lograr su cometido, que aparentemente es que le rasquen la panza.

La comida tardó poco en llegar, junto con cuatro platos con comida pokemon de buena calidad, con diferentes vetas de color variado para diferencial cual era de que sabores. A ti te habían traído tocino con huevos y una jarra de jugo de naranja natural.

No creía que fuera posible que alguien hubiese entrado por la noche a la habitación del hotel, lo hubiera sentido o en el peor de los casos Serena lo hubiera sentido o Vagabond quien era el más nocturno.

Me arrodillé y acaricié la panza de Sakura para luego agarrarla de las patas y juguetear con ella, haciéndola girar entre risas.

Noté el comportamiento de ambos y como jugaban, sonreí ante esto y me puse ligeramente contento, aunque mi sonrisa se borró en cuanto se llamo a la puerta,me acerqué y me acomodé un poco el cabello antes de abrir la puerta y recibir el desayuno, dándole un billete de propina.

Llamé a todos y puse la bandeja en el suelo, sentándome en el mismo para desayunar con mis compañeros, dándoles alguna caricia ocasional.

Luego de terminar me levanté y me fui a dar una ducha para luego cambiarme y prepararme para salir, esperé que estuvieran todos listos para meterlos en sus pokéball, salvo a Serena quien iba sobre lo hombro derecho, decidido bajé a la recepción a fin de preguntar si el casino estaba abierto desde temprano.

En la recepción, como era de esperarse, había mucha actividad. Gente yendo y viniendo con sus pokemon a un lado o en los hombros. Predominaban los de tamaño pequeño como era de esperar, como Dedenne, Lillpup y Purrloin, entre varios tantos que podrían nombrarse.

Como era de esperar, varios se quedaban viendo a Serena por su aspecto delicado y elegante, y ella respondía levantando la cabeza al andar, como si estuviera posando para las miradas con un gesto de vanidad justificado. La recepcionista respondió tu pregunta sobre el casino con naturalidad:

-El Casino Rocavelo esta abierto las 24 horas del día, aunque suele estar mucho mas activo por las noches. ¿Algo mas?            

-Solo pagar la tarifa de este día también a fin de dejar mi equipaje- dije sacando el dinero- por cierto como es el líder del gimnasio de este lugar? Aparentemente esta lleno de entrenadores que seguramente no vienen solo por las atracciones-

La recepcionista computó el trámite con rapidez y te respondió con una sonrisa:

-En verdad que nuestra Líder de Gimnasio atrae mucha gente, mas que nada artistas marciales y similares, además de entrenadores comúnes que aspiran a la liga, claro. Se llama Brega, es pequeña y menuda a simple vista...pero aún así le da la vuelta a todos los fortachones que están en su gimnasio. Se especializa en pokemon del tipo lucha.

-Ya veo, gracias- dije indicándole a Serena que me siga y saliendo del hotel, para luego colocarme las gafas para el sol y comenzar a caminar hacía el casino, era bueno saber que estaría abierto las 24hs y de no poder juntar una buena cantidad ahora mismo, a la noche seguramente se llenaría de peces gordos.

El Casino Rocavelo, ubicado en el centro de la ciudad, mantiene sus luces apagadas que seguramente por la noche sean un espectáculo para la vista. Era inmenso e imponente, grandes ventanales de vidrio templado permitían a la gente del interior ver hacia afuera, pero bloqueaba la vista desde el exterior para mayor privacidad de la concurrencia. El cartel principal en lo alto del edificio que anunciaba "CASINO ROCAVELO" estaba decorado alrededor con muchísimos focos que formaban meteoros yendo en distintas direcciones, haciendo alusión a otra de las atracciones de la ciudad: Las cuatro enormes piedras meteóricas que se encontraban en la ciudad, que habían caído hace mucho desde el espacio allí. En la puerta, aparte de los guardias trajeados de negro y formales, se podían ver multitud de anuncios prometiendo diversión y fortunas con las tragaperras, la ruleta, el poker y los demás juegos. A un lado den enorme complejo, la casa de premios, mas pequeña pero no menos ostentosa, se encontraba también abierta para canjear a los afortunados que ganaran suficientes fichas.

Rodeando al casino, había un parque de hierba verde con asientos donde se encontraban algunas personas disfrutando del día. Un par de niños, pokemon, jóvenes, y un adulto joven de cabello blanco entre otros. Serena se quedó mirando hacia allí.

La estructura del casino era enorme, bien cuidada e imponente, miré a los guardias y a las personas allí presente, había demasiado bullicio, pero procuré estar tranquilo.

Al llegar a la puerta vi los anuncios y luego note hacía donde miraba Serena, arrodillándome la acaricié.

-Que pasa preciosa? Quieres ir a aquel parque a jugar?-

Me acerqué a uno de los guardias mi semblante serio se mostró nuevamente.

-Disculpe, veo que en aquel parque hay algunos pokémons, es parte de este casino y estos se encuentran vigilados o es algo ajeno?- de ser lo primero podría dejar a mis compañeros allí mientras me encargaba de conseguir dinero, sino temía que no me dejaran entrar con ella.

-¡Pii! -Serena pareció interesada en dirigirse hacia allí. Uno de los hombres te respondió eficientemente.

-Es un parque público, el acceso es libre.

Al escuchar que era un parque público note que eso quería decir que carecía de seguridad, no me iba a arriesgar a dejar sola a Serena.

Pero tampoco podía negarle el ir ahí, por lo que agradecí con un gesto de cabeza y comencé a caminar, siguiéndola hacía el parque.

Serena aprentemente quería tomar algo de sol, su hermoso pelaje relucía en presencia del mismo, y se estiró por complejo en la hierba para disfrutar del mismo. De los grupos jugando, uno de niños parecía estar jugando al futbol, lo cual era algo confuso debido a varios pokemon que no poseían pies o se enredaban con si mismos, o solo improvisaban que hacer, como era el caso de un Magnemite y un Staryu. La pelota voló hacia ti en un movimiento del primer pokemon por intentar darle un cabezazo.

Me quedé sonriendo al ver a Serena estirarse en el sol y me causó más gracia el ver como los pokémons jugaban al futbol o lo intentaban.

Al ver venir la pelota extendí mi mano y luego la bajé en forma de remate, sin demasiada fuerza, pero guiándola por donde había venido.

Un Cubone recibió la pelota con su hueso palo, mandándola al arco improvisado de uno de los equipos.

-Cubone, eso cuenta como mano, y además, ese es nuestro arco...-el grupo comenzó a discutir entre si, pero aparentemente se estaban divirtiendo.

Serena estaba mirando ahora hacia el hombre que leía en la banca, y este estaba sonriente, pero no sabías si miraba al libro o no puesto que tenía mucho flequillo y este le cubría los ojos. Tu Espeon se levantó, y se sentó frente a él tras darle un par de vueltas intrigada, mirándole.

-¡Pii! ¡Pii! -comenzó a hacer pequeños ruidos, diciendo cosas incomprensibles.

-Estoy bien, gracias por preocuparte. -la voz del hombre era tranquila y grave, aunque no demasiado. Se quedó un momento contemplándola, y añadió- Que pelaje mas bonito, estas muy bien cuidada.

-Puede entenderla?- me sorprendió eso por lo que me acerqué y llegando hasta donde estaba Serena me arrodillé y la acaricié- si, es mi compañera desde que era una Eevee, la malcrío bastante- levanté la vista para observar al sujeto a fin de si algo en el llamaba mi atención.

-Ya veo. Mi nombre es Geist, mucho gusto.

Serena volvió a estirarse al sol a tu lado, mientras analizabas un poco al sujeto. Vestía una camisa blanca, aunque tenía un abrigo azul oscuro a un lado que se había quitado, y pantalón negro junto con zapatos del mismo color. El cabello a los ojos y el hecho de que era pálido podían dar algo de impresión...pero a ti lo que te impresionó fue a nivel invisible. Tu percepción a nivel psíquico se estremeció, como si hubieses golpeado metal con un bate de algún material contundente. Él pareció notar esto, y sonrió.

-Yo tengo mis propias habilidades. Llámalo Poder Oculto si quieres. Hablando de eso, el de ella es bastante interesante.

Tus conocimientos eran suficientes para saber que debía estarse refiriendo al movimiento Poder Oculto, un movimiento que liberaba energía con un potencial latente escondido en cada pokemon, pudiendo hacer grandes daños inesperados ya que este puede adquirir un tipo de energía que no tiene nada que ver con el pokemon que la emplea. Claro que, no hay forma de conocer el de cada pokemon con exactitud...sin embargo este sujeto parecía afirmar que lo conocía con solo una mirada.

-Ya veo- dije mirándolo buscando sus ojos y sin temor de revelar mi heterocromia, por lo que me quite los lentes- por algo ella se interesó en usted, señor Geist...no suele hacer mucho eso, pero si me permite decirlo es mucho más extraño conocer a alguien que pueda saber el poder oculto de un pokémon con solo verlo y mucho más alguien que pueda repeler de esa forma las...capacidades de otros-