Partida Rol por web

Todas las habitaciones normales de Black Rose tienen la misma disposición:

Dos camas individuales con una mesilla junto a la pared para cada habitante. El armario se encuentra empotrado y también se observa uno para cada persona, son bastante amplios aunque no muy bien cuidados, cada uno con su llave.

Una puerta os conduce a un pequeño baño en el que hay arrejuntado un lavamanos, un retrete y una ducha individual que no da muy buena espina.

En general es una habitación simple, sosa... Y bastante más descuidada que el resto del internado el cual está impecable.

Después de acercarse al listado para saber la localización de su habitación, se dirigió a su cuarto a soltar las cosas antes de explorar un poco más el lugar donde pasaría un largo tiempo.

El día no empezó mal, aunque no era lo que se esperaría al llegar aquí. En estos momentos no podía comprender por qué su padre había elegido este lugar. Se suponía que el tiempo que estuviera aquí ayudaría a mejorar la conducta de Logan, no a empeorarla. O esa era la idea que tenía en mente.

Cuando abrió la puerta su sorpresa incremento levemente. - ¿En serio tenemos que dormir en eso?. - Pensó mientras cerraba la puerta tras de sí y caminaba hacia su cama, apoyando su bolsa de deporte en ella. Debería ser algún tipo de broma. Observó la cama de su compañero y no pudo evitar reír llevándose las manos a la cara. Se acercó a la cama y agarró lo que se suponía que iba a ser su almohada. Desde luego era lo mismo que si hubieran dejado simplemente la funda, no había mucha diferencia. Movió la bolsa al suelo y echó un vistazo a las sábanas. Al menos parecía que si las cambiaban. Logan dejó un poco de lado la cama y comenzó a colocar su ropa en el armario. 

Una vez todo listo sacó su paquete de tabaco y lo abrió sacando de él un cigarrillo junto a una bolsa. Se dirigió a la cama y se sentó en ella. A pesar de que se podía notar algún que otro muelle, se podía estar en ella. O al menos eso parecía. Apoyó su espalda a la pared y comenzó a liárselo tranquilamente. 

Cuando terminó se puso en pie, lo guardo en su bolsillo junto a su mechero y el paquete lo dejó en el armario. Era hora de buscar un lugar tranquilo en el que poder estar sin ningún macarra cerca. A poder ser.