Partida Rol por web

Cuando llegáis cerca de la bocacalle donde está la posada, veis a Ankor apostado en la esquina mirando hacia donde debe estar la puerta de la posada.

psssss, Ankor...ven

Kanlil acompaña las palabras de su maestro haciéndole un gesto a Ankor con la mano. Aprovecha para echar un vistazo hacia la entrada de la posada, donde antes estaban los supuestos familiares del pestañas.

Ankor se percata de la presencia de sus compañeros y de la manera más natural se acerca a ellos.
Y bien, ¿habeis encontrado algo?

Al asomarte por la bocacalle, ves que la oscuridad lo cubre todo excepto el porche de la posada, donde la mujer de antes sostiene un candil e ilumina el rostro del hombre de facciones algo toscas y cubierto con un mandil. El hombre está sentado en el banco de madera del porche, allí donde Hor Cardar descansó en su primer ataque de angina. Parece estar pasando un mal trago. Del tipo mayor del pelo gris, al que el del mandil encargó que hablara con alguien para vengar a su hermano, no hay rastro.

No, ninguna novedad, dejaremos lo del palacio de Feleppo para lo último. ¿Y tú que has conseguido?

Tras echar un vistazo a la entrada, Kanlil se gira hacia sus compañeros.
Parece que ahí siguen los familiares del pestañas, tanto la mujer como el del mandil. El otro habrá ido en busca de alguien para vengar a su hermano...
Bueno, si queremos encontrar a Forad tendremos que buscar algún rastro- kanlil se calla, esperando que Ankor les cuente algo.

Lo del palacio lo dejaremos para nunca, Verom me ha dicho que tiene un plan y me parece menos arriesgado que entrar en ese palacio y luego volver a casa perseguidos por una horda de barbaros despechados.
Por cierto le he ofrecido a que venga de vuelta con nosotros, no tiene interes en regresar con los bárbaros una vez abandonen este sitio y me parece que nos puede ser de bastante ayuda. Cuando acabe la reunion hemos quedado donde os lo encontrasteis, ¿en la tienda de heridos? Sí, creo que eso dijo.
Va a intentar hacer ver a Horgan Hoss que no es una buena idea llevarse la corona. Esperemos que el plan salga bien.

No me hace ilusión dejarlo todo en manos del gordrino, pero si no hay otra opción mejor... Vayamos a la posada para ver si hay algo por dónde buscar a Forad.

Sortien gira la esquina. Una bocanada de aire pestilente proveniente de los desperdicios donde antes rebuscaba el niño espía de Falid enturbia los pensamientos de Sortien. Cuando se repone asqueado, avanza algo más y se encuentra con que la mujer del candil y el hombre del mandil están en la puerta de la posada. Le contemplan acercarse no sin cierto recelo en el rostro.

Perdonenme ¿qué ha sucedido aqui??

El tipo del mandil, de rostro ojeroso, rasgos bastos y algo sucio de tizón, se incorpora y menea la cabeza de un lado a otro.

-Mi hermano... el posadero, me lo han matado. La posada está cerrada, señor. Le ruego nos deje a solas con nuestro dolor.

Lo siento mucho señor, es una lástma era un buen hombre. Pero estabamos alojados aqui, nos gustaría cojer nuestras cosas

Kanlil permanece callado mientras su maestro habla con el hombre del mandil, pero aprovecha el momento para echar un vistazo, buscando un posible rastro, o alguna pista que pueda sugerirle que camino a tomado Forad. Mira también al interior de la posada, con cierto disimulo.

El hombre del mandil abre los ojos como platos.
-¿Estaban aquí alojados?¿Saben algo sobre qué paso aquí?¡Cualquier cosa valdría!

El vallés se abalanza sobre Sortien y le coge de la capa.

-¡Por favor, señor!¡Ayúdenos!¡Mi hermano nunca hizo mal a nadie!¡No merecía un final así!

La mujer trata de apartarlo y calmarlo, manteniendo el candil siempre en alto y apartado. Está mucho más sobria y comedida que el hombre que le acompaña.

-¡Voril, deja a ese pobre manco en paz! Señor, le acompañaremos a recoger sus cosas. Preferimos ir todos juntos, no sea que el asesino ande todavía cerca. Y si de paso nos contara qué ha visto usted... le estaríamos muy agradecidos

Tranquilicese señor, no se preocupe haremos lo que se encuentre en nuestras manos, investigaremos quién ha podido hacer esto.

No hace falta que vengan, si el asesino sigue ahi dentro mi amigo el grandullón se encargará de detenerlo.

La mujer aprieta los labios y niega con la cabeza.

-Señor, no es que desconfiemos de usted, pero el cadáver de mi cuñado está ahí adentro. Comprenda que no queramos dejar a nadie pasar solo...

Kanlil
Echas un vistazo rápido al suelo y a los alrededores. De primeras crees que no hay nada que reseñar, quizás con algo más de tiempo podrías encontrar algo de valor, pero rebuscar delante de esta gente...

Al interior de la posada miras, pero está completamente a oscuras y no se ve nada.

Claro, maestro, ir todos. Yo me quedaré aquí fuera, vigilando que no vuelva ese desalmado. Su hermano parecía un buen hombre... siento mucho su perdida ¿Tenéis alguna idea de quien ha podido ser? ¿Algún bárbaro, o barmigo tal vez? ¿Un misero ladrón?...