Partida Rol por web

La lanza del jinete alcanza a Faldoras. El golpe es devastador.

Desde el flanco, el segundo jinete cae sobre Faldoras. El golpe es inevitable para Faldoras, que se encuentra enfrascado en combate con el primer jinete.

Uno de los jinetes intenta saltar el murete de piedra. Su caballo hace caso omiso de las órdenes, relincha y muerde el freno de las riendas con fuerza.

¡SALTA PINÓN! Grita el Exaltado a su caballo. Éste da dos zancadas enormes y eleva sus ancas en el aire. Cae al otro lado del muro al tiempo que Sortien relampaguea sobre él.

Forad Molid
El caos se apodera de la escena que tienes delante. Jinetes combatiendo cuerpo a cuerpo, una nueva carga, otro jinete que se ha acercado demasiado hasta tu posición... sigues intentando encontrar los patrones que te permitan reajustar la realidad a tu antojo.
Kanlil
En la confusión que sigue a tu caída lo único de lo que te preocupas es de recuperar tu arco y de ver que se encuentra bien. También tanteas el escapulario y respiras aliviado al comprobar que sigue ahí.
Sortien
Adivinas a tiempo las intenciones de los exaltados. Por eso, corres junto al muro estoque en mano. Relajas un poco el sprint para así llegar a la altura del caballo justo en el momento en que éste va a posar sus cuartos delanteros en la tierra batida a vuestro lado del muro. Tan preciso como un péndulo, tu brazo sube y clava la punta del estoque sobre el nudo de la rodilla izquierda de la pata del caballo. Clavas, retuerces y retiras tal como si te trataras de una avispa. Cuando la espada abandona el receptáculo de carne con la que le habías premiado, la pata del caballo se desmorona como si se tratara de trapo, tendones, sangre, músculos, hueso y piel todo hecho una amalgama que estalla y salpica la tierra a tu alrededor. Saltas hacia atrás y apoyándote en el codo ruedas un par de metros alejándote del caballo, que cae pesadamente sobre su hocico. El jinete cae con tal fortuna que su montura no lo aplasta, pero no podrá hacer más que detener los golpes que le esperan más adelante. Tu quirúrjico ataque ha sido exitoso.
Ankor
Corres todo lo que te permite tu pesada armadura. Contemplas con cierta admiración la velocísima maniobra del viejo cascarrabias. Piensas para tus adentros qué adversario temible fue en sus tiempos mozos, cuando poseía el vigor y la fuerza de dos brazos a su servicio.
Faldoras
Crujes tus dientes, aprietas la mandíbula y cargas contra tus enemigos. El viento que te mece la cola de un lado para otro te recuerda que no te has ajustado aún el yelmo, que pende de un enganche de tu silla de montar. Si la lanza de tu vociferante enemigo tuviera por ventura dirigirse hacia tu rostro, te abrería la cabeza como si se tratara de una calabaza. Por eso, te diriges a él cubriéndote tras el escudo. El impacto es ensordecedor, y te adormece el brazo. La enorme masa de carne que se ha abalanzado sobre ti ha dado tal fuerza a la lanza que ésta ha quebrado tu escudo. Descargas el brazo izquierdo contra su flanco, pero tu oponente se libra del filo de tu espada por cuestión de pulgadas. Ves de reojo cómo el gordo tira la lanza y desenvaina la espada cuando te alcanza por tu dormido brazo derecho el otro jinete, el viejo de la banda morada. No te da tiempo a interponer tu escudo, por fortuna tu armadura absorbe el golpe, pero por desgracia no consigues sostenerte sobre tu montura. Caes desmontado por el lado izquierdo de Mordido, que intenta morder y cocear al caballo que tiene en frente. Estás tirado en el suelo, con un escudo medio partido, sin el yelmo puesto y espada en mano.

Así se hace –piensa Kanlil al observar la maniobra de su maestro. No esperaba menos de el. Percatándose que por ese flanco las cosas pintaban bastante bien, pues uno de los jinetes estaba tirado en el suelo, y el otro todavía no había saltado el muro, Kanlil dirigió su atención a la pelea de Faldoras, quien parecía encontrarse en serios problemas.
Colocando rápidamente una flecha en su arco con un movimiento preciso, Kanlil apuntó al caballo de uno de los jinetes que luchaba con Faldoras. No le agradaba en exceso la idea de herir a las monturas, pero Faldoras se encontraba tirado en el suelo, y lo mejor sería igualar un poco la situación. Kanlil soltó el proyectil, y para cuando este acertó en su objetivo, otra flecha esperaba en la cuerda del arco de Kanlil. Esta segunda flecha se dirigió al otro caballo.

- ¡Eh! ¡Tu! ¿Acaso piensas que soy una piedra? - Grita Forad mientras se levanta y le lanza una piedra al jinete que tiene más cerca. Acto seguido comienza a hacer gestos extraños con las manos y a susurrar palabras extrañas mientras camina pausadamente hacia él.

Observando presto la situación, Sortien agarra fuerte el estoque y centra su mirada en el objetivo caido del caballo. Mientras en su mente se dibuja el esquema de su tan requerida 'apertura Molhan' por su boca salen palabras hacia su compañero de batalla

Ankor a por el jinete montado!!!

[i]Su arma más larga tiene mayor facilidad de acertar al jinete y no herir más caballos

El jinete, sin mediar palabra, carga contra el provocador Forad. Ajusta la lanza a la altura de tu pecho. En escasos segundos estará sobre el conjurador.

Forad ve como el jinete se le acerca poniendo el caballo a la máxima velocidad que les permite la distacia que los separa. Traga saliva y trata de concentrarse en preparar el conjuro. Sabe que puede ser su única salvación después de su bravuconada para eliminar un contediente del caballero. Finálmente consigue encontrar los caminos para transformar la realidad a su antojo pero tiene que contenerse un instante antes de hacerlo para que poder afectar al jinete ya que se encuentra a algo más de 10 pasos. Se espera y, justo cuando cruza el umbral en el que puede afectarle, aumenta la temperatura de su casco hasta un nivel capáz de fundirlo. Confiando en que sea suficiente para inutilizar a su oponente se lanza hacia un lado tratando de esquivar al seguramente desbocado animal.

Al percatarse de la situación ya que el otro jinete trama saltar el murete de piedra Sortien hace gala del codiciado entre espadachines \'ataque Jerold\', el cúal es protagonista en el famoso libro de esgrima \"Nobles maniobras del estoque\"-TomoIII escrito por Sortien Hochalas donde detalla cada movimiento, minuciosamente calculado, en la perfecta utilización del estoque.

Tras el primer ataque sobre el exaltado caido, con pasos precisos y bien calculados efectua el segundo ataque, éste más elevado, centrandose en el torso del exaltado montado a caballo.

ME pongo de pie y preparo mi escudo para parar el golpe en caso de recibir el próximo golpe. intentare golpearle cuando se ponga a mi alcance

Espada en mano, traza un arco descendente con el brazo mientras se cubre con el escudo de los golpes de Faldoras.

Se deshace de la lanza y desenvaina la espada. Con ella ataca a Faldoras.

El Exaltado carga contra el conjurador que lo provoca. A poca distancia del conjurador, su yelmo se torna incandescente y le abrasa el rostro. Intenta frenar el caballo y arrancarse el yelmo de la cabeza. El caballo apenas atiende a razones y sigue cargando enfurecido contra el conjurador. El jinete comienza a quitarse las correas que sujetan su yelmo con poco éxito por el traqueteo del caballo.

Obliga a su montura a saltar por encima del murete. Tras saltar, ataca y detiene a Ankor.

Alza su escudo para detener los ataques de Sortien, mientras intenta levantarse de nuevo.